Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 12

Capítulo 4: Antes De La Frontera

Parte 1

 

 

Habían pasado tres días desde que los aventureros de la ciudad postal se pelearon con Rio y los demás. Habían avanzado aún más hacia el este y finalmente se estaban acercando a la frontera de Galarc.

Antes del mediodía, el grupo había llegado a una ciudad amurallada que funcionaba como una línea de defensa cerca de la frontera del reino. Sin embargo, antes de que todos entraran a la ciudad, Rio fue solo a comprobar el estado de las cosas. Celia y el resto del grupo se escondieron en el bosque junto al camino hacia la puerta oeste de la ciudad y esperaron el regreso de Rio. Prepararon un almuerzo un poco temprano y comenzaron a comer, cuando Rio apareció silenciosamente cerca de ellos, llamándolos primero para no asustarlos.


“Perdón por la espera.”

Para el registro, los espíritus contractuales de Sara y Alma, Hel e Ifrita, estaban observando el área en el suelo en sus formas espirituales, y el espíritu contractual de Orphia, Ariel, estaba en alerta en forma material en el aire, por lo que habrían notado el acercamiento de Rio. Ariel era el único en forma material porque estar en forma material proporcionaba habilidades físicas mucho mayores, como la capacidad de ver distancias mayores, aumentando sus capacidades de búsqueda.

Celia corrió hacia Rio una vez que lo vio. “Bienvenido de nuevo, Haruto.

¿Cómo estuvo?”

“Tampoco había ningún aviso de búsqueda en el tablón de anuncios de esta ciudad. No vi a ningún miembro del personal del grupo de búsqueda realizando búsquedas, pero es una ciudad amurallada. Hay bastantes soldados patrullando”, informó Rio.

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Por cierto, habían pasado por numerosas ciudades y pueblos en su camino hacia esta ciudad amurallada, pero ninguno de ellos había recibido el mismo aviso.

“Si una ciudad amurallada en la frontera ni siquiera tiene el aviso deseado, entonces no hay duda de que el aviso de la ciudad postal fue completamente inventado”, declaró Christina, suspirando. Fue bueno obtener información más precisa, pero dicha información no fue exactamente agradable de escuchar.

“En otras palabras, Reiss predijo que pasaríamos por esa ciudad postal. Debería haber recibido información sobre nosotros volviendo al oeste a través de los aventureros que dejamos ir, pero quién sabe cuánto eso puede engañarlo…” Rio frunció el ceño solemnemente.

“Sin embargo, si lo miramos desde otro ángulo, eso significa que nuestro enemigo real es solo Reiss. Eso es cierto después de la falta de grupos de búsqueda en los lugares en los que nos hemos detenido hasta este momento”. Vanessa dio un análisis positivo contrario a los pesimistas Christina y Rio. Sin embargo, Christina reaccionó a eso con una mirada solemne a la altura de Rio.

“Quizás eso sea cierto para Charles, pero…”

El problema era Reiss. Desde el incidente en la ciudad postal, las cosas habían ido bien, demasiado bien. A Christina le inquietaba saber si realmente podrían llegar a Rodania a salvo.

Rio también tenía un mal presentimiento sobre lo bien que iban las cosas.

“… Por ahora, nuestro objetivo más corto es cruzar la frontera del reino antes que nosotros. Nos dirigiremos a la frontera por la ruta más corta para no tener que preocuparnos más por el grupo de búsqueda. Si partimos ahora, deberíamos poder cruzar la frontera fácilmente durante el día”, sugirió a todos. Una vez que pasaron la ciudad amurallada que tenían ante ellos, no había más pueblos de correos ni ciudades amuralladas hasta la frontera.

Solo quedaba una corta distancia.

Pase lo que pase, avanzaremos. Lo que sea que Reiss haya planeado no cambia lo que tenemos que hacer, pensó Rio para reenfocar su mente.

***

 

 

Después de su discusión, Rio y los demás se dirigieron a la ciudad amurallada. Desde el incidente en la ciudad postal, desconfiaban de la posibilidad de que Charles y el grupo de persecución supieran cuántos de ellos había. Por lo general, se dividieron en grupos de dos antes de atravesar las puertas de los pueblos y ciudades en las que se detuvieron, pero esta vez eligieron ingresar a la ciudad como un grupo de nueve.





Si pudieran atravesar la puerta así sin ningún problema, eso significaría que tenían pruebas concluyentes de que el grupo de persecución dirigido por Charles aún no sabía que Christina corría con un grupo de nueve personas.

“Lo logramos”, dijo Celia aliviada una vez que entraron a la ciudad sin incidentes.

“Bueno, eso es natural. Charles probablemente piensa que solo hemos viajado la mitad de lo que realmente hemos viajado. El hecho de que los porteros sigan comprobando los colores del cabello me hace pensar que los hemos superado por completo”, dijo Vanessa, mirando a la ciudad. El interior de las paredes no estaba estrictamente vigilado, lleno de gente en lo que parecía ser la imagen de la serenidad.

Rio caminó a la cabeza del grupo con Celia muy cerca de él, seguida de Christina y Vanessa, luego Kouta y Rei, y finalmente Sara, Orphia y Alma en una larga fila mientras avanzaban desde el oeste de la calle principal hacia el este. Por precaución por la presencia del grupo de persecución, Christina, Vanessa, Kouta y Rei se cubrieron la cara con capuchas. Todos los demás tenían sus capuchas bajadas mientras caminaban.

Las apariciones de Celia y las chicas espirituales llamaron la atención, pero había muchos peatones, por lo que la mayoría de la gente podía hacer una toma doble o triple. Hubo algunas personas que se encontraron con otras y parejas que discutieron brevemente al respecto, pero la mayoría de las veces transcurrió sin incidentes.

Por lo tanto, caminaron directamente por la calle principal desde la puerta oeste hasta la puerta este y salieron al camino.

Después de dejar la puerta este, Rio miró hacia la frontera y se volvió hacia el grupo. “Muy bien, vamos. Deberíamos cruzar la frontera en aproximadamente una hora a pie. Nuestra formación será la misma de siempre: yo tomaré la iniciativa y el grupo de Sara rodeará a Su Alteza y Celia”.

Rio, Sara, Orphia y Alma formaron una formación de diamante y caminaron con precaución en todas direcciones.

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El clima estaba despejado, por lo que hubo otros que abandonaron la puerta este para dirigirse a la frontera del reino como ellos. Su vista de los alrededores era clara, pero en diez minutos, la ciudad detrás de ellos ya no se podía ver.

Sorprendentemente, hay pocas personas que se dirigen de Galarc a Beltrum. Bueno, con el reino en el estado en que se encuentra, dudo que muchos vengan aquí voluntariamente… pensó Rio para sí mismo. Cuando miró a su alrededor, todo lo que pudo ver fueron los aventureros que habían abandonado la ciudad amurallada prácticamente al mismo tiempo que ellos.

De repente, cuatro aventureros aparecieron frente a ellos, caminando en la dirección opuesta. Tres iban armados con espadas y el cuarto era un hombre delgado cuyo rostro estaba cubierto por una capucha.

“Todos, por favor manténganse a la izquierda”, dirigió Rio al grupo. Era de buena educación quedarse a un lado de la carretera para que otros pudieran pasar por el otro lado en casos como este; era una sabiduría mundana que evitaba muchos problemas cuando la gente viajaba.

Sin embargo, el hombre delgado y encapuchado se cortó a propósito frente a ellos y les impidió moverse más.

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“… Por favor, paren”, Rio ordenó al grupo sin volverse para mirar. Celia y los demás detrás de él se detuvieron por completo. Mientras tanto, los tres hombres restantes del otro lado comenzaron a rodear a su grupo.

“Vaya, qué coincidencia es esto”, dijo el hombre encapuchado. Su voz le resultaba familiar.

“Reiss, ¿eh?” Rio inmediatamente sacó la espada de su cintura y miró a Reiss. Sara y los demás detrás de él también habían desenvainado sus armas, apuntándolas a los tres aventureros masculinos que de manera similar habían desenvainado sus espadas.

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“¿Oh? Estás menos sorprendido de lo que esperaba”, dijo Reiss con los ojos muy abiertos.

“Sabíamos por ese aviso de búsqueda que estabas intentando localizarnos. Intentamos camuflar nuestra ruta, pero estábamos preparados para ser atacados en cualquier momento”.

“Haha, ya veo. Realmente eres una persona aterradora”. “No parece que realmente pienses eso en lo más mínimo”. “Eso no es cierto. Te encuentro aterrador”.

“… Te mostraste con bastante valentía, si eso fuera cierto. ¿Tu objetivo es la vida de la princesa Christina?” Rio preguntó rotundamente con una mirada fría.

“Hehe”. Una sonrisa intrépida tiró de la boca de Reiss.

“Hay algo que quiero preguntarte antes de derrotarte aquí”.

No tenía sentido preguntar nada más. Rio preparó su espada.

“¿Se trata de nuestro capitán, Lucius? O se trata de tu pasado… Oh, eso es peligroso”. Reiss se rió entre dientes con desprecio. Sin embargo, Rio lo atacó a mitad de la frase, haciéndolo dar un gran salto hacia atrás.

“No hay forma de saber lo que estás tramando, después de todo. Escucharé lo que tengas que decir después de que te gane”. Rio miró a Reiss con dureza.

“Vamos, no seas así. Incluso he ido y he traído miembros de los Leones Celestiales para ti hoy. Son los subordinados de ese hombre con el que está tan familiarizado, y todos son bastante hábiles. Estoy seguro de que serán una buena pareja para tus chicas”, dijo Reiss casualmente, mirando a Arein, Lucci y Ven, quienes estaban mirando a Sara y a los demás.

“Así es. Jueguen un poco con nosotros, señoras”, le dijo Lucci a Alma, a quien estaba frente.

“No juegues. Actúa en serio”, dijo Ven, de cara a Orphia.

“Entonces, eres mi oponente. Seguro que pareces fuerte”. Arein se rió audazmente mientras se burlaba de Sara.

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“…”

Las chicas no respondieron a sus burlas y, en cambio, observaron en silencio los primeros movimientos de su oponente. Los dos lados estaban separados aproximadamente a cinco metros. Sabían que quien diera un paso adelante primero marcaría el comienzo inmediato de la batalla.

Dejando a un lado el entrenamiento y la habilidad, Sara y las chicas carecen abrumadoramente de experiencia de combate contra personas que tienen intenciones de matar. Sus oponentes son humanos que matarán sin dudarlo. También tenemos que proteger a la profesora Celia y a la princesa Christina de nuestro lado. Dependiendo de sus habilidades, es posible que nos veamos forzados a una lucha dura.

En esta situación, Rio no podía alejarse demasiado de Celia o Christina. Puso varios metros de distancia entre él y Reiss, pensando en Sara y los demás detrás de él.

“Cuatro luchadores capaces mirándose el uno al otro. Bueno, una situación como esta terminaría inevitablemente en un punto muerto. Sin embargo, ¿y si tuviéramos más aliados de nuestro lado?” Reiss dijo con una sonrisa.

¿Qué…? Rio frunció el ceño dubitativo. Los únicos allí eran Rio, Reiss y sus respectivos grupos. Aparte de eso—


No me digas…

Los aventureros que habían abandonado la ciudad amurallada al mismo tiempo que ellos todavía estaban allí. Habían estado observando cuando Rio y los demás se vieron repentinamente atrapados en una situación tensa en el camino, pero Rio anticipó que estos hombres eran los aliados que Reiss acababa de mencionar. Había aproximadamente diez de ellos.

“¡Muy bien! ¡Todos, ataquen!” Lucci gritó.

“¡Augendae Corporis! ¡Raaaah!” Todos los hombres en el camino cantaron un hechizo a la vez, desenvainaron sus espadas y comenzaron a cargar hacia la formación que había establecido el grupo de Rio.

“¡¿Qué?!” El grupo se sorprendió. Entre ellos, el primero en reaccionar fue Rio.

“¡¿Qué?!” Cortó frente a los aventureros más cercanos a él, blandiendo su espada para crear un gran vendaval para volar a los hombres.

“¡Sara, Orphia, Alma! ¡Lleva a Celia y Su Alteza a través de los huecos en su formación y sigue adelante! ¡Yo manejaré esto!” él ordenó.

“Pero…” Sara y los demás vacilaron.

“¡Como si te lo hubiera dejado!” Lucci gritó mientras atacaba a Rio.

“Silencio.” Rio movió su espada horizontalmente hacia Lucci. Los dos chocaron, espada contra espada.

“W-Whoa… ¡Oh, maldita sea!” El cuerpo de Lucci fue fácilmente volado a diez metros de distancia. Si no hubiera estado sosteniendo una espada encantada y hubiera mejorado su cuerpo con hechicería, la fuerza habría cortado su espada y su torso por la mitad.

“¿Es este hombre de verdad? ¿Qué tipo de hechicería para mejorar el cuerpo está usando?” Lucci dio una sonrisa rígida mientras se sacudía. Los aventureros que cargaban que presenciaron el golpe se detuvieron abruptamente.

“¡Oye! ¡¿Por qué estás holgazaneando?! ¡Te matarán!” Arein gritó de repente. Mientras estaban parados, Rio ya se había movido para apuntar al próximo aventurero, enviando a varios hombres volando con otra ráfaga de viento.


“¡Rápido, todos!” Rio ordenó a Sara.

“¡T-Todos, por aquí! ¡Alma, Orphia, ustedes dos van detrás!” Sara volvió a sus sentidos y comenzó a correr a través de los espacios que Rio había hecho en el círculo enemigo. Celia y los demás la siguieron.

“¡Lucci, Ven! No bajes la guardia. Este es el tipo que superó a nuestro líder.

¡Morirás si  no tienes cuidado! ¡Usen todo lo que tengan! ¡Augendae Corporis!” Arein gritó, cantando un hechizo antes de atacar a Rio. Una mejora del cuerpo físico a través de artes espirituales y un encantamiento de habilidad física a través de magia o hechicería. Normalmente, era imposible que este último superara al primero en términos de habilidades físicas, pero…

“Uh…” Rio miró brevemente con asombro. La velocidad de Arein se había incrementado drásticamente con Augendae Corporis. De hecho, era una velocidad a la par con un arte espiritual que fortalecía el cuerpo y que habría consumido una buena cantidad de esencia mágica.

¿No es solo un Augendae Corporis normal? Pensó Rio, recibiendo el ataque de Arein.


“Bloquear eso con una mirada tan serena…” La expresión de Arein era tensa.

“¡Augendae Corporis!” Lucci y Ven cantaron ambos. Apareció un círculo mágico con patrones geométricos, envolviendo sus cuerpos.

“¡Odio cómo esto hace que me duela todo el cuerpo!”

“¡Es mejor que morir!”

Lucci y Ven cargaron contra Rio desde diferentes direcciones.

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