Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 12

Capítulo 3: ¿Signos De Los Perseguidores?

Parte 3

A la mañana siguiente, Rio y los demás dejaron la posada y se dirigieron a través de la puerta oeste como estaba planeado. Al salir de la posada, vieron a dos aventureros parados en el callejón sin salida al otro lado de la calle del edificio, pero fingieron ignorancia y se dirigieron hacia la puerta oeste.

“¿Crees que estuvieron de guardia allí toda la noche?” Alma preguntó con cansancio.

“No, probablemente estaban turnándose”, respondió Rio, igualmente exasperado. Continuó lo suficientemente alto para que su grupo lo escuchara. “Todos, asegúrese de no darse la vuelta”.

Todos miraron a Rio.

“Como esperábamos, nos están siguiendo. Varias personas se unieron en el camino, por lo que hay bastantes. Probablemente no tengan intención de ocultar que nos están siguiendo. Estoy seguro de que intentarán sacar algo tan pronto como salgamos de la ciudad”.

Los rostros de todos se pusieron rígidos de inmediato.

“Déjame manejarlos. Si terminamos luchando contra ellos, lideraré el contraataque. Todos los demás deberían estar en guardia total y en busca de proyectiles y emboscadas desde todas las direcciones, en caso de que sean solo un señuelo para Reiss. No hay absolutamente ninguna necesidad de ayudarme”.

“Entendido.” Sara, Orphia y Alma asintieron de inmediato sin dudarlo. Tenían plena confianza en la capacidad de Rio; no había forma de que fuera superado por personas que ni siquiera podían seguir a alguien correctamente.

Lo más preocupante fue un ataque de Reiss. La posibilidad más aterradora era un ataque sorpresa desde más allá de su campo de visión, como el que disparó fuera de Cleia. Por lo tanto, dejarían la lucha en manos de Río y se concentrarían completamente en la defensa; esto, lo entendieron implícitamente.

En cualquier caso, el grupo finalmente abandonó la ciudad postal. Los aventureros los siguieron desde unos cincuenta  metros de distancia, manteniendo esa distancia mientras caminaban. Sin embargo, Rio y los demás se mantuvieron firmes en su curso. Así, después de que hubieran pasado unos diez minutos…

“Vamos a detenernos en esa zona plana al lado de la carretera. Dirígete al final de ese campo y finge que estás buscando  algo. Veremos qué movimiento hacen a continuación”.

Rio señaló un campo que se extendía junto a la carretera. Una vez que llegaron, todos comenzaron a mirar alrededor del suelo como si hubieran dejado caer algo.

Ante eso, los aventureros detrás de ellos se confundieron un poco. Tenían la certeza de que Rio y los demás eran los criminales buscados cuando dieron marcha atrás en la ruta por la que habían venido ayer, pero una vez que el grupo se detuvo para comenzar a buscar algo en un espacio tan abierto, comenzaron a cuestionar sus intenciones.

“¿Qué están haciendo?” “Están buscando algo”.

“¿Se volvieron para buscar algo que dejaron caer?”

Las preguntas provocaron confusión y ralentizaron la marcha de los hombres. ¿Quizás realmente no eran los criminales? Al menos algunos de ellos tenían esa duda nadando en sus cabezas.

“¡Cálmense! ¡Nada ha cambiado en el plan! Son criminales con una recompensa de 500 monedas de oro, queridos vivos o muertos”, dijo el gran aventurero, incitando a los demás.

“Cierto. Tenemos suficiente en base, no se acobarde ahora”. El hombre más pequeño asintió con la cabeza, avanzando de buen humor.

La distancia entre ellos se cerró poco a poco, hasta que estuvieron lo suficientemente cerca como para escuchar las conversaciones del otro si escuchaban con atención. No había vuelta atrás ahora que habían llegado tan lejos. Pase lo que pase, sucedería. Esa psicología de masas estaba en juego mientras los otros aventureros se resolvían, sus pasos perdían la vacilación.

Después de eso, la pareja de aventureros grandes y pequeños a la cabeza se detuvo en el camino justo antes de donde Rio y los demás fingían buscar algo.

“Oye, ¿qué están haciendo todos allí?” preguntó el hombre grande.

“… Estamos buscando algo, como puedes ver. Uno de mis compañeros se dio cuenta de que se le cayó algo anoche, así que vinimos a ver el último lugar donde descansamos”, respondió Rio con audacia. Era una excusa muy razonable para volver por el camino de dónde venían.

“¿Y qué están haciendo ustedes, parados ahí?” Rio añadió con calma, como si los hubiera visto.

“… Ustedes son los que están en el aviso de búsqueda, ¿no es así?” preguntó el hombre grande con frialdad.

“Incluso si te digo que no lo somos, probablemente no me creerás. Desde que te fuiste y trajiste a todos tus amigos contigo, después de todo. Siguiéndonos todo el camino hasta aquí, donde hay menos gente alrededor”. Rio suspiró cansado.

“Hah, al menos eres rápido en la asimilación. Con la perfección con la que coinciden con las funciones de este aviso de búsqueda, no podemos simplemente dejarlo pasar. Después de todo, hay una recompensa de 500 de oro en juego. Así que hemos decidido atarlos a todos. Mientras no se resistan, les perdonaremos la vida. Solo tus vidas”. El hombre grande miró a las mujeres que estaban detrás de Rio con una mirada vulgar. Sus rostros estaban cubiertos con capuchas, pero la vislumbre de su cabello y la forma de sus figuras las convertía obviamente en mujeres. Los otros hombres también sonreían lascivamente. Probablemente notaron las miradas malvadas dirigidas hacia ellas, ya que todas las mujeres del grupo fruncieron los labios con tristeza.

“E-Eso es absurdo. ¿Qué harías si resultara que no somos los criminales?”

Kouta no pudo evitar gritar, su voz aguda.

“¿Eh? Es por eso que deberían entregarse en silencio. Podemos arrestarlo con la razón perfectamente racional de sospechar que son unos delincuentes. Nadie nos castigará por matarte si te resistes. Los muertos no pueden hablar y todo eso. Podemos inventar tantas excusas como queramos después”. El hombre más grande se burló y la objeción de Kouta y lo hizo a un lado.

“¡De ninguna manera! ¿Cómo puede ser aceptable algo tan bárbaro? ¡Podrías matar a tantas personas como quisieras con una acusación falsa como esa!” Kouta rechazó la situación que se oponía completamente a su propio sentido común.

“No tiene sentido discutir. El sistema que emite los avisos de búsqueda en sí mismo no tiene en cuenta a las personas desafortunadas que son acusadas erróneamente de delincuentes. Simplemente están encubiertos como accidentes desafortunados. No hay nada que podamos hacer excepto resolver esto por la fuerza”, le informó Rio a Kouta claramente.

“Eso no puede ser…” Kouta se quedó sin habla.

“Hah, parece que lo entiendes. ¿Entonces, cuál será? ¿Te entregarás en silencio? Dicho esto, y estoy seguro de que este sentimiento es mutuo, pero no me agradas. Seré amable con las mujeres, pero me aseguraré de que veas un mundo de dolor. Si quieres culpar a alguien, puedes culpar a tu actitud arrogante de ayer”. El hombre grande claramente estaba tratando de provocar a Rio. Los otros hombres también se burlaban con desdén.

“No siento particularmente ninguna aversión hacia ti”, dijo Rio rotundamente.

“¿Uh?” La inesperada respuesta hizo que los hombres fruncieran el ceño.

“Tus vidas no me importan. No te haré daño si te alejas en silencio aquí. Pero responderé en consecuencia si no lo hace. Eso es todo”, dijo Rio.

Los hombres parecieron desconcertados por un momento, solo para seguir con un aullido de risa encantada. “…Ha. ¡Bwahaha! Oye, oye, este no comprende la situación en absoluto. Nunca había escuchado tanta arrogancia suplicando ser perdonada. ¿No es eso algo, eh?”

“Ya veo. Entonces no tengo otra opción”. Rio puso su mano en su vaina y fingió usar su espada encantada para mejorar su cuerpo antes de adoptar una postura lista para la batalla con sus puños desnudos.

“… ¿Ah? ¿Estás haciendo esto con las manos desnudas?” Todos los hombres parecían confundidos por cómo Rio agarró su espada, pero no la desenvainó.

“No quiero que mis compañeros me vean matar a nadie, desafortunadamente. Luchar con mis propias manos es suficiente para ustedes. Si vas a venir a por mí, hazlo rápido”. Tal vez quería poder reclamar legítima defensa propia, ya que Rio claramente hizo señas a los aventureros con su mano derecha en provocación.

Una vena abultada en la cabeza del hombre corpulento mientras reía secamente.

“Hahaha…  Este  bastardo  realmente  no  conoce  su  lugar. ¡Agarra a estos mocosos ya! ¡Vamos!”

Los veinte aventureros en el camino se apresuraron hacia Rio y los otros en el campo. Aparte de Rio, Kouta y Rei, probablemente querían aprehender a las mujeres sin dañarlas. Debido a eso y al hecho de que Rio no tenía armas desenvainadas, ninguno de ellos sacó sus armas tampoco. El más motivado de ellos era el aventurero más pequeño de sangre caliente.

“¡Morir! ¡Haha!” Corrió a toda velocidad y saltó, con la intención de golpear a Rio con ese impulso. Pero antes de que se diera cuenta, la visión del pequeño hombre estaba rodando en círculos. Rio apareció boca abajo. No, no solo Rio, sino los otros aventureros, el mundo entero, estaba patas arriba.

La incomprensible sensación de flotación que sintió se debió al hecho de que estaba dando vueltas en el aire, probablemente Rio lo había parado. El puño derecho que había lanzado estaba doblado más allá del límite móvil de su cuerpo, y de pie ante él estaba el mismo chico.

“… ¿Eh? ¿Qué? ¡¡Eek!!” El caos, la confusión y el miedo lo invadieron sucesivamente. El hombre fue testigo de cómo Rio giraba su cuerpo ante sus propios ojos. Fue una especie de ataque, pero no pudo evadirlo. En cambio, lo miró en cámara lenta. Fue casi como un flashback de sus últimos momentos, pero no duró para siempre.

Rio había torcido su cuerpo y usó el flujo de su fuerza desde su espalda hasta su hombro para apuntar un tackle y al hombre que estaba temporalmente boca abajo en el aire.

“¡¿Ugh…?!” El cuerpo del hombre pequeño fue enviado volando hacia la carretera detrás de él. Chocó contra varios hombres detrás de él y rodó por el suelo. La amortiguación de su golpe significó que no murió, pero sí tuvo dificultad para respirar.

“¡¿T-Tetsuzanko…?!” Rei gritó con los ojos abiertos. El ataque que hizo Rio hace un momento fue muy similar a los movimientos que había visto en juegos y videos en línea en Japón.

“Increíble…” Christina también murmuró aturdida. Parte de la razón fue porque el ataque de Rio había aterrizado tan espléndidamente, pero ella también estaba asombrada por lo bien que ya había pasado a su siguiente acción. Rio usó el cuerpo del hombre enviado a volar como un obstáculo para cerrar la brecha entre él y los otros hombres en un abrir y cerrar de ojos.

“… ¿Guh?”

Cuando Rio apareció repentinamente ante sus ojos después de estar a varios metros de distancia, el hombre que desafortunadamente se convirtió en el próximo objetivo se quedó paralizado. La punta de un codo estaba pegada contra su plexo solar, enviando su cuerpo a volar por el aire.

Al mismo tiempo, Rio ya estaba atacando a su próximo objetivo. No hubo nada en vano en ninguno de sus movimientos, ya que dejó a los aventureros incapaces de actuar con rapidez y certeza.

Uno tras otro, los aventureros cayeron al suelo en lapsos de solo uno a tres segundos. En poco tiempo, el número de hombres que todavía estaban de pie se redujo a un solo dígito.

“¡¿Q-Qué?! ¡¿Qué pasó?! Bastardo, ¿qué hiciste?” el hombre grande que había estado de pie hacia la parte de atrás despotricó, incapaz de procesar la situación.

“… ¡Gah!”

Rio no hizo ningún movimiento para responder la pregunta con sinceridad y en su lugar noqueó a otro aventurero.

“¡¿Q-Qué, qué están haciendo?! ¡Rodearlo! ¡Atrápenlo antes de que te atrape!” gritó el gran aventurero a los hombres restantes, que estaban en estado de shock. Sus camaradas aterrorizados se movieron para rodear a Rio.

Sin embargo, Rio ya había reducido su número hasta ahora, no estaba a punto de ser derrotado por un intento como ese. La diferencia en su poder era tan grande, era como si el muro humano ni siquiera estuviera allí.

“¡E-Eek! ¡Ouch!” Rio se acercó al aventurero más cercano sin dudarlo y fácilmente lo derribó antes de arrojarlo contra el suelo.

“¡Raaargh!” El gran aventurero cargó contra Río por detrás, balanceando la espada en su mano por encima de su cabeza con todas sus fuerzas. Claramente fue un golpe destinado a matar.

“¡Cuidado!” Christina gritó reflexivamente.

Rio giró su cuerpo, disparando una patada circular directamente en las entrañas del hombre que blandía su espada, enviándolo a volar en la distancia.

“¡¿Qué?!”

Ese único golpe fue suficiente para borrar su espíritu de lucha.

“¿Tiene ojos en la parte de atrás de la cabeza?”

“¿No se suponía que era una victoria fácil contra unos mocosos?”

“Esto es imposible…”

“No hay forma de que podamos ganar en esta vida…”

Los hombres restantes murmuraron en voz baja mientras retrocedían, luego inmediatamente dieron media vuelta y empezaron a correr hacia la carretera lo más rápido que pudieron.

No era así como debía ser. Su fuerza estaba mucho más allá de los estándares de un humano, habían provocado al oponente equivocado. Los sentimientos de arrepentimiento los abrumaron.

“¡E-Esperen! ¡Oye!” El hombre corpulento que había perdido su arma volvió a sus sentidos y luego, torpemente, se apresuró a perseguir a sus compañeros que huían.

“¿Pensaste que podrías huir?” La voz de Rio resonó silenciosamente en su oído, llenándolo de un miedo que casi detuvo su corazón.

“¡Ugh!” El cuerpo del hombre tembló por reflejo cuando tropezó con sus propios pies, cayendo espectacularmente. Rio inmovilizó al hombre y vertió su esencia en él, usando solo sus artes espirituales para recoger al gran hombre de su conciencia.

Rio dejó al hombre inconsciente tirado allí y comenzó a perseguir a los otros hombres que habían huido. Los hombres corrían tan rápido como sus piernas se lo permitían, pero Rio podía correr a una velocidad que superaba con creces a cualquier humano.

Los hombres que huían no tenían forma de escapar.

“¡Eeek!”

“¡S-Sálvenme!”

Todos gritaron, antes de que Rio alcanzara a otro por detrás y lo dejara inconscientes.

“Gah, estoy empezando a sentirme mal por ellos…” Rei observó la escena en la carretera desde el otro lado de las llanuras salvajes y les dio a los aventureros una mirada de lástima.

“No lo hagas, ellos se trajeron esto a sí mismos. No hay necesidad de compasión. En todo caso, deberían estar agradecidos con Haruto por no quitarles la vida”.

Sara resopló mientras miraba a los hombres que yacían inconscientes en el suelo. De hecho, todos los hombres esparcidos solo fueron noqueados, ninguno estaba muerto.

“…En efecto. Después de todo, sus motivos para atacarnos eran los que eran”. Christina había visto suceder los eventos con una expresión en blanco en su rostro, pero ante la declaración de Sara volvió en sí y estuvo de acuerdo con una carcajada.

“Si. Y parece que hay algunas personas que todavía están conscientes también”, dijo Sara, mirando al hombre pequeño que Rio envió primero a volar ya los dos hombres que quedaron atrapados en ese intercambio.

“…?!”

Los tres hombres habían estado fingiendo estar inconscientes en el suelo y se estremecieron cuando Sara vio a través de su acto.

“Haruto está de regreso, así que tengamos una agradable y larga charla”, dijo Orphia, mirando la carretera. Allí, Rio caminaba, arrastrando a los hombres que habían huido antes detrás de él.