Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 12

Capítulo 2: El Camino De Restauración

Parte 3

Mientras tanto…

“…”

Christina estaba sentada elegantemente en su cama, mirando en silencio por la ventana. El perfil de su expresión fue fugaz, como si estuviera reflexionando sobre una pregunta sin respuesta posible.

Había estado en este estado desde que Rio y las demás dejaron la posada. Vanessa estaba sentada en la cama junto a la de ella, permaneciendo en silencio por consideración.

“Princesa Christina”, dijo de repente.

“… ¿Qué?” Christina preguntó con una mirada.

“Aparte de Sir Amakawa, ¿qué piensas de Sara y las otras chicas? Afirmó que eran de un grupo minoritario de personas…”

“No sabría nada al respecto”.

“¿No sientes curiosidad en absoluto?”

“¿De qué serviría ser curioso?”

“Cuatro portadores de espadas encantadas, incluido Sir Amakawa. Estoy seguro de que entiendes a cuánta fuerza de combate equivale esto”.

Normalmente, un caballero que había recibido entrenamiento para aumentar sus habilidades físicas a través de la magia o la hechicería podía abrumar a docenas de soldados de infantería comunes. Los portadores de espadas encantadas experimentados pudieron abrumar a docenas de esos caballeros. Su fuerza no era fácil de medir, pero se estimó que uno solo podía enfrentarse a un batallón de soldados de infantería (en números de varios cientos a mil).

En otras palabras, sus habilidades eran realmente como un ejército de un solo hombre. Con la escasez de espadas encantadas y un número aún menor de personas capaces de usarlas de manera efectiva, los portadores de espadas encantadas eran existencias atesoradas.

Y tenían a cuatro de ellos de su lado, incluido Haruto. Si se tuviera que aplicar un valor a su poder de combate, fácilmente superarían a una brigada completa, o varios miles de personas.

Vanessa habló de la escala de su poder de combate con pasión, pero en contraste:

“Claro”, respondió Christina con indiferencia.

“Entonces, si puedo ser tan presuntuoso al decirlo, creo que deberíamos intentar buscar su cooperación adicional después de que Su Alteza haya sido escoltada de manera segura a la Restauración. Podríamos aprovechar la oportunidad ahora para ver si podemos formar una relación favorable con las niñas y su aldea”, afirmó Vanessa.

“Esas chicas están simplemente cooperando como amigas de Sir Amakawa, así como por el bien de la profesora Celia, a quien conocieron a través de Sir Amakawa. No tienen ninguna razón para apoyar la Restauración”.

En otras palabras, Sara y las chicas habían actuado por obligación hacia Haruto, y Haruto estaba actuando por obligación hacia Celia.

“En ese caso, podríamos encontrar una manera de darles una razón”.

“…Quizás. Lo consideraré.”

Fue una respuesta plana que mostró su falta de interés en la situación, que probablemente fue la razón por la que a Vanessa se le ocurrió su propia sugerencia.

“Por ejemplo, podríamos pedirle a Celia que actúe como nuestro punto de contacto para las negociaciones. Debe haber alguna forma”.

“Si hiciéramos tal cosa, causaríamos discordia entre la profesora Celia y Sir Amakawa… No, entre Sir Amakawa y nosotras”.

Sintiendo por el tono de Christina que ni siquiera tenía la intención de extender una invitación casual, Vanessa frunció el ceño. “Por supuesto, ese es un resultado posible si vamos demasiado lejos. Pero ni siquiera hacer un intento parece… ”

“¿Parece…?”

“…No, es nada.” Vanessa parecía querer decir algo, pero negó con la cabeza.

“No me importará. Solo dilo”, suspiró Christina.

“… ¿Casi parece que estás mostrando reserva cuando se trata de Sir Amakawa?” Vanessa dijo vacilante, eligiendo sus palabras con cuidado.

“Por supuesto que mostraría reserva. Sir Amakawa es un caballero honorario del Reino de Galarc. Acabamos de conocernos”. Los ojos de Christina se abrieron levemente por un momento, pero su respuesta estaba formada de manera lógica.

“Ya lo he tomado en consideración”.

Ella estaba mostrando demasiada reserva. Eso era lo que insinuaba la mirada de Vanessa.

“¿Qué te hace pensar eso?”

“¿Porque ese hombre, Reiss, se ha referido a Sir Amakawa como Rio, tal vez?”

“…” Christina no dijo nada.

“Hace aproximadamente nueve años, cuando secuestraron a la princesa Flora, nos encontramos con un huérfano en los suburbios de la capital. Recuerdo que ese huérfano se llamaba Rio. Aunque no tuve más conexión con él después de ese incidente, habría sido tu compañero de clase en la academia”.

“… Puede que haya habido alguien así. En realidad, me sorprende que lo recuerdes”. Christina quedó impresionada incluso mientras suspiraba.

“Era un chico impresionante”.

La mirada penetrante que les había dado en los suburbios, su figura espantosa después de ser torturado bajo el nombre de interrogatorio de Charles Arbor en el castillo, y las palabras que le había dirigido a Vanessa, todo eso había dejado una impresión. También causó revuelo cuando derrotó a Charles en el torneo contra los caballeros, así como durante el alboroto en el ejercicio al aire libre donde Flora tuvo su accidente.

“Pero no se sabe si Sir Amakawa es el mismo Río que el que conocimos. No hay suficiente información para determinar si son la misma persona. Y no hay forma de probarlo”.

“¿En serio? Si es el mismo huérfano que en ese momento, entonces su relación favorable con Celia se puede explicar a través de su conexión con la academia. Si se mantuvo en contacto con ella después de su desaparición durante el simulacro al aire libre, entonces… ”

“Eso es pura conjetura”, rechazó Christina secamente.

“Se basa en los hechos”.

En otras palabras, el hecho de que Reiss lo hubiera llamado Rio, y que actualmente tuviera una relación cercana con Celia, era mucho más que una mera coincidencia. Cuando se sumaron al hecho de que el niño llamado Rio conocía a Celia en el pasado…

“Incluso entonces, eso no lo convierte en una prueba”.

Alguien que había desaparecido durante años durante su período de crecimiento ahora estaba disfrazado de otra persona. De hecho, eso era imposible de probar, a menos que reconocieran el hecho ellos mismos, revelando recuerdos que solo esa persona conocería, o que tuvieran características únicas de esa persona.

“¿Y si revisamos su color de pelo, entonces? Según mi memoria, el chico de entonces tenía el pelo negro. Sus rasgos faciales también eran excepcionalmente exóticos. Considero que los rasgos de Sir Amakawa son bastante exóticos, entonces, ¿sería suficiente evidencia si su cabello también fuera negro?”

“El cabello de Sir Amakawa es gris”.

“El color del cabello puede ser alterado por artefactos mágicos, los mismos artefactos que estamos tomando prestados actualmente. ¿Qué pasa si está usando el mismo artefacto que nosotras?”

“Podría ser solo una coincidencia”, dijo Christina sin pestañear.

“… Estoy convencida de que, después de todo, está mostrando demasiada reserva hacia Sir Amakawa, Alteza”. Vanessa tenía una mirada hosca en su rostro.

“Eso es ridículo. ¿Por qué me sentiría reservada?”

“¿Por qué no le preguntaste a Sir Amakawa sobre eso, entonces? El hecho de que Reiss lo llamara Rio. Tuviste muchas oportunidades de preguntarle en el camino hacia aquí. Podría ser el mismo Río que una vez conociste.

¿No pasó ese pensamiento por tu mente?”

“Incluso si fuera la misma persona, actualmente está aquí como Haruto Amakawa. ¿Crees que simplemente lo admitiría? Todos los estudiantes de la academia lo despreciaban y estaba completamente aislado. También ignoré su situación. Además de eso, se le hizo una acusación falsa debido a algunas luchas internas de poder, y se envió un aviso de búsqueda por todo el reino. Sería natural que nos odiara, que se sintiera resentido con nosotros”.

“¿Entonces ese incidente fue una acusación falsa después de todo?”

“… No estaba allí para verlo en persona, así que no lo sé. Pero que él fuera el criminal era ciertamente más conveniente. La suposición ciertamente fue tratada como un hecho. Con toda probabilidad, fue una acusación falsa”.

“…” Vanessa se quedó en silencio, su expresión decayendo.

“¿Entiendes ahora? Incluso si se sentía en deuda con la profesora Celia, la única persona con la que tenía alguna conexión en la academia, no tenía ninguna razón para ayudar al Reino de Beltrum. No me sorprendería que guardara rencor. Tiene muchas más razones para no cooperar”.

“… Esa declaración hace que parezca que crees que Sir Amakawa y Rio son de hecho la misma persona. ¿Estoy en lo correcto?”

“Creo que la posibilidad es alta. Por eso no creo que debamos tocar su pasado. Si mencionamos el pasado ahora, correríamos el riesgo de romper nuestra relación actual con él. Por eso no se trata de reservas, sino de interés propio”.

“Entonces, ¿hay alguna posibilidad de que menciones el pasado de Sir Amakawa más tarde?”

“No. Incluso si fuera prácticamente seguro que Sir Amakawa es la misma persona que conocemos, no me importaría mantener la verdad en la oscuridad. Si no tiene la intención de revelarlo, tampoco me saldré de la raya”.

“… ¿Eso también es por interés propio?” Vanessa preguntó con amargura ante la clara declaración de Christina.

“Si. No quiero arruinar una relación con alguien tan hábil como él. Por eso esta conversación se queda aquí entre nosotras. Tienes prohibido mencionarlo en lo sucesivo. ¿Entendido?” Christina esbozó una sonrisa indescifrable y enfatizó sus palabras.

Después de haber sido utilizado como un chivo expiatorio conveniente para la política, la persona que debería haber sido descartada ahora está siendo utilizada para escapar convenientemente de otra situación. Incluso yo sé que este comportamiento es despreciable.

Christina se mordió el labio. Qué situación tan tonta y patética estaba en ella.

El chico que era un paria en la real academia era ahora un activo más valioso que cualquier otro estudiante de esa escuela, salvándola del dilema que se trajo a sí misma.

La persona a la que se le imputaba una falsa acusación ahora era un magistral portador de una espada encantada, nombrado caballero honorario de un reino vecino y que atraía la atención de las clases nobles.

No, era evidente en ese entonces que Rio tenía talento. Sus calificaciones en la academia, sus habilidades en el arte de la espada, todo eso había sido tomado a la ligera por los nobles de Beltrum que creían que la superioridad era su derecho. Por lo tanto, esta situación fue la mayor demostración de que ella y el Reino de Beltrum no juzgaban a las personas.

Por eso no podía confiar más en el poder de Haruto después de llegar a Rodania. Cada vez que veía la cara de Haruto, las malas acciones del pasado la apuñalaban en lo más profundo de su corazón. Eso era lo mínimo que podía hacer para expiar: cosechar lo que había sembrado.

Pero a pesar de eso…

“…Entiendo. Pero permíteme decir esto”, pidió Vanessa después de una larga pausa.

“¿Qué es?”

“En mi humilde opinión, Su Alteza seguirá necesitando las habilidades de Sir Amakawa y las otras chicas en el futuro. Entiendo que no hay necesidad de desenterrar su pasado, pero en este caso, te recomiendo que hagas un movimiento para obtener su poder como está ahora”.

“Hacerlo requeriría ganarse su confianza primero”. Sus niveles de confianza actuales ni siquiera eran inexistentes, estaban en negativo. Lo que el Reino de Beltrum le hizo a Río no desaparecería simplemente. Los elegantes rasgos de Christina se retorcieron levemente.

“Soy consciente de que no será fácil. Sin embargo, no tenemos tiempo para preocuparnos por las apariencias cuando consideramos su futuro”.

Christina asintió. “…Cierto. Lo consideraré. Asegúrate de no tener ideas extrañas y actuar por tu cuenta”, declaró en un tono plano. Una vez más, parecía que no estaba muy entusiasmada con hacer nada al respecto.

“… Como desees,” Vanessa inclinó la cabeza profundamente. Se preguntó si quizás la princesa Christina se sentía en deuda con Rio.

De hecho, no proviene de un lugar de reserva en absoluto.

Sin embargo, tampoco era por interés propio, pensó.

Por lo menos, la razón por la que Christina no quería mencionar el pasado de Haruto Amakawa no era tanto por su propio interés como ella insistía. Si solo hubiera podido hacer lo que Vanessa sugirió y pedir asertivamente la ayuda de Haruto sin tocar el pasado de Rio. Que Christina fuera tan pasiva acerca de obtener la ayuda de Haruto a pesar de eso significaba que se sentía en deuda con Rio a nivel personal. Ella había dado un vuelco en el momento en que se enteró de la posibilidad de que Haruto fuera la misma persona que Rio, evitando por completo el uso de su fuerza.

Pero Christina necesitaba entender que como miembro de la realeza, tenía que formar una conexión con Haruto aquí. Por eso estaban en un punto muerto.

Si tan solo hubiera algo que pudiera hacer…

Vanessa pensó en su pasado y recordó las palabras que una vez intercambió con Rio. Sin embargo, las únicas veces que habían conversado fue cuando se conocieron en los suburbios, cuando ella lo estaba llevando al castillo y después de que Charles lo había torturado.

No… me toques.

Esas fueron las últimas palabras que Rio le había dirigido. En la mazmorra subterránea donde había sido torturado, apartó la mano que ella le había extendido antes de desmayarse. Eso también había dejado una impresión.

… De hecho, probablemente él también me odia.

Con ese pensamiento, la boca de Vanessa se torció en auto-tormento.