Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 3

Capítulo 3: Objetivo Logrado

Parte 4

“¡Maldita sea, ¿qué le pasó a ese imbécil?! ¡¿No sabe respetar a las mujeres?!”

“¡¿Es en serio un héroe?! ¡No puedo creerlo, carajo! ¿Verdad, Gozou?”

“Sí, yo siento lo mismo. Pero él es de verdad. Wataru me habló de él, pero maldición.”

“¡Él y Wataru no se parecen en nada! ¡Escoria como él no pertenece a este mundo, fuerte o no!”

Volví a la cafetería y fui recibido por un grupo de aventureros que se quejaban de Suzuki mientras cuidaba de sus seis esclavas de “bajo nivel”. Gozou me gritó mientras daba suaves palmaditas a la esclava sollozante que había elegido.

“Hey, Keima. Vamos a necesitar una habitación para estas seis chicas”.

“Aaah…. Sí, no te preocupes por pagar por eso. Una habitación individual para seis debería ser suficiente, ¿verdad?”

“Me alegro de que seas rápido en la captación.” Bueno, yo mismo lo vi todo. Y es bastante obvio que hay algo aquí arriba.

“Gozou, ¿conoces a esa niña llorona?”

“Sí. Es la prima pequeña de Roppe, Rippe. Lo último que supe es que vivía en un pueblo cerca de Tsia…. Supongo que la atraparon y la obligaron a trabajar como esclava o algo así”.

“Wow, Gozou, ¿y vas a acostarte con ella? Eso es brutal”.

“¿Quieres que  te peguen?  Ni uno  solo de nosotros compró a estas esclavas que planeaban hacer eso”.

“¿Eh? En realidad, estaba pensando en…” ¡Smack! Al aventurero que habló le dieron un puñetazo en la boca.

“Ni uno solo de nosotros. No va a pasar nada mientras yo esté por aquí”.

“Muy bien.” Ese es nuestro Gozou para ti. Un verdadero caballero. Aunque probablemente esté actuando con calma ya que está frente a la prima de su compañera.

“Sólo sigo las reglas de la posada. Es un gran lugar, no quiero que me echen”.

“¡Los panecillos saben muy bien! Y también hay pudines”. “¡Por no hablar del arroz! Y pudines.”

“No hay tabernas ni burdeles, pero, ¿sabes qué? Hay pudines.” A estos tipos les gustan los pudines.

“Está bien, está bien. Les daré pudines gratis por ser tan caballerosos. Hasta tres a cada uno, ¿entiendes?”

“¡Claro que sí, Keima! ¡Sabes lo que pasa!”

“A mí también me gustan más las frituras sabrosas”.

“Lo tendré en cuenta, Gozou.” Fui a la cocina a darle a Kinue sus pedidos de comida… o al menos, fingí hacerlo antes de comprar en secreto los pudines y la comida frita con DP.

“En realidad, ahora que lo pienso, el cabello de Suzuki era negro en la parte superior y dorado en todas partes. Oí a Wataru decir esto, pero aparentemente la gente con el cabello así se llama cabeza de pudín”.

“¿Por qué tuviste que decir eso, Keima? Vas a hacer que perdamos el apetito”.

“¿Todos quieren comida frita también?”

“No, dame un pudín. ¡Lo comeré con rabia en mi corazón!”

“Todavía quiero un pudín, obviamente. ¡Fingiré que hago trizas a ese imbécil con mis dientes!”

“Los pudines mismos están libres de pecado, no nos han hecho ningún mal. ¡Pero aun así me comeré a Suzuki!”

El último tipo se está comiendo a Suzuki. Oof.

“¿Qué hay de las esclavas de Suzuki? Si les damos comida demasiado sabrosa, podrían tener problemas para acostumbrarse de nuevo a su comida normal”.

“Son esclavas de un aventurero, cualquier comida puede ser la última. Si fuera posible, me gustaría que comieran algo rico”.

“Muy bien, supongo que les haré un poco de estofado o algo.”

Preparé algunas comidas al azar para las esclavas y se lo comieron todo, sollozando.

“Muchas gracias, es delicioso… Tan delicioso, pero… Vamos a morir, ¿no?”

“Eso es…. Bueno, depende de la suerte, supongo.” Lo único que puedo hacer ahora es alimentarlas. Mañana, podría terminar matándolas junto a Suzuki. Sí…. No sé cómo me siento al respecto.

***

Día 163

El sol se puso y volvió a salir. Revisé a Suzuki en su habitación a través del monitor. Como la gran suite era parte del dungeon, podía espiar dentro de ella tanto como quisiera. ¿Estoy invadiendo su privacidad? Es un enemigo que he decidido matar. No necesito preocuparme por ese tipo de cosas.

Las seis esclavas de bajo nivel que habían dormido profundamente juntas en una sala común parecían un poco refrescadas, pero las que se habían alojado en la gran suite con Suzuki seguían todas cansadas. El propio

Suzuki estaba bien despierto a pesar de haber permanecido despierto toda la noche, así que la teoría de Ichika sobre su agotamiento al ser “curado” parecía estar en el buen camino.

Suzuki, como un imbécil que era, puso tanto del mobiliario de la gran suite como pudo en su [Almacenamiento]. Trató de irse así, así que me senté en la recepción por esa razón específica y lo detuve. También tuve que levantarme temprano para esto. Sheesh.

“Hey. Eso va a ser un extra de setecientas monedas de oro.” “… ¿Eh? ¿De qué carajo crees que estás hablando?”

“Limpiamos la habitación que destrozaste y descubrimos que faltaban muchas cosas. Diez toallas, cien monedas de oro. Una mesa pequeña, cien monedas de oro. Sillón de masaje, doscientas monedas de oro. Colchón, trescientas monedas de oro. Son 700 monedas de oro en total.

¿No te gusta? Devuélveme las cosas. De lo contrario, paga”.

“Tch, ¿te has dado cuenta? Bien, bien, retráctate de todo. Lo que sea.” Suzuki abrió su [Almacenamiento] y tiró todas las cosas al suelo.

“¿Y no te dije que yo era el dueño de esta posada? ¿No planeas quedarte otra noche o qué?”

“¿Eh? ¿Por qué carajo me quedaría otra noche?” Este tipo planea conquistar el dungeon en un día e irse directo a casa, ¿eh? De acuerdo. Si eso es lo que quieres, terminaré todo esto hoy.

“Entonces, ¿vas a conquistar el dungeon e irte a casa antes de que acabe el día? Supongo que te quedarás afuera esta noche. Por mí está bien.”

“Tch.”

“No voy a dejar que te quedes en la gran suite otra vez. Seré amable y te dejaré usar una habitación normal”.

“¡¿Qué?! ¡Soy un maldito héroe! ¡Un cliente!”

“¿En serio ahora? Eso es estupendo. Pero yo soy el dueño de esta posada. Este lugar es mi hogar. Mi casa, mis reglas”. Estaba lidiando con él a través de la fuerza de voluntad. Perdería en una pelea, pero la autoridad y las conexiones lo eran todo.

“¿No se supone que los clientes son dioses?”

“Los clientes son alcancías que me traen dinero. Cualquiera que robe o dañe mi posada no es un cliente. Y estoy bastante seguro de que ya conociste a un dios cuando viniste a este mundo”. Le sonreí.

…Si dejo que mi fachada de tipo duro se desmorone, pierdo. Tengo que seguir así pase lo que pase. Aaaaah. Me duele el estómago.

“Te  devolví  tus  cosas,  así  que,  ¿a  quién  le  importa?  ¡Aún  te  estoy pagando!”

“¿No te das cuenta de lo mucho que alguien que muere en esta posada va a perjudicar nuestras ganancias? Esta también es una posada para aventureros. Muchos de nuestros clientes son sensibles a la mala suerte y todo eso. Nada es menos afortunado que alguien muriendo. Ese es el peor presagio que hay. Entonces, ¿puedes adivinar cuántos clientes vamos a perder por tu culpa? Vamos a estar operando constantemente durante años. ¿Una moneda de oro? No seas estúpido. Nos has costado más de

100.000 monedas de oro. ¿Vas a pagar eso?” “¿Huh? Fuck n-”

“¿Vas a pagar 100.000 monedas de oro?” “Deja el…”

“¿Vas a pagar 100.000 monedas de oro?” “………”

“¿Vas a pagar 110.000 monedas de oro?”

“¡Estás subiendo el precio! ¡Tch, bien, lo que sea! ¡Cállate! ¡Maldita sea!” “Sí, y no vuelvas”.

Suzuki se fue con sus esclavas a remolque. Gané. Demonios, sí.

***

# Perspectiva de Suzuki

 Suzuki se dirigía al dungeon.

“¡Mierda…! Necesito poder. ¡Necesito más poder…!” Cerró el puño tan fuerte que las uñas le destrozaron la piel. La sangre empezó a brotar, pero sus heridas ya estaban sanando.

La habilidad de Suzuki era [Ultra Sanación]. Más específicamente, fue la [Ultra Sanación: Nivel 1]. Era lo suficientemente fuerte como para no perder contra un simple aventurero o monstruo bajo ninguna circunstancia. La razón es que le impedía sentir dolor o agotamiento. Incluso sanó sus heridas instantáneamente, de tal manera que nunca moriría. Todo lo que tenía que hacer era seguir luchando duro hasta que matara a su enemigo.

Pero incluso con una habilidad imbatible como esa, Suzuki dudaba en luchar contra otro Héroe.

[Ultra Sanación. Nivel 1]. Ciertamente. En términos de ser un Héroe, sólo era de nivel uno, lo que lo colocaba en el escalón más bajo en comparación con otros Héroes. Su nivel de habilidad no se elevaba sin importar cuántos monstruos matara. Aunque en general se hizo más fuerte.

…El japonés de la posada. El tipo que se hacía llamar Keima o lo que sea. Probablemente también era un héroe, lo que significaba que tenía una habilidad para hacer trampas que Suzuki no conocía. Ciertamente. Una habilidad desconocida que era al menos de nivel uno.

Suzuki confiaba en que, después de haber pasado por el infierno que había soportado, podría vencer a cualquiera a su nivel. Pero ese tipo tiene una forma perfecta, casi como una marioneta manipulada en la postura de pie óptima para pelear. Debe haber estudiado artes marciales o algo equivalente. Y apenas reaccionó ante la esclava que había matado delante de él. Estaba acostumbrado a que otras personas murieran.

…Pero lo más intimidante de todo fue su chica. Keima al menos se estremeció después de que Suzuki apuñaló a la esclava hasta matarla, pero esa chica la ignoraba por completo. No lo extrañó, tampoco. Miró a la esclava e inmediatamente decidió ignorarla. Ella no gritó. Ella no gritaba enfadada. No palidecía ni empezaba a temblar. Ella la ignoró. Eso sólo tendría sentido si estuviera acostumbrada a matar a su propia gente, si la muerte de otros seres humanos no significara absolutamente nada para ella.

Sus oponentes eran dos asesinos experimentados en su propio territorio. Suzuki no era tan incompetente como para empezar una pelea que no sabía que podía ganar. Sólo asesinó al rey Daide porque sabía que podía hacerlo con el poder de su [Ultra Sanación].

Poder. Todo regresó a la necesidad de más poder.

Entonces recordó lo que el dios le había dicho. Los dungeons interrumpen el flujo de maná.

Destruye sus núcleos y vuélvete más fuerte.

“Ah, así es. Sólo tengo que subir mi nivel. Matar monstruos podría no subir mi nivel, pero aplastar esos Dungeon Cores de los que Dios habló podría hacerlo. ¡Eso es correcto! ¡Voy a aplastar este dungeon!” Suzuki descendió a la [Cueva de la Codicia], con el corazón ardiendo con determinación. Sus nueve esclavas lo siguieron.