Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 3

Capítulo 2: Héroe Invocado

Parte 5

# Perspectiva de Wataru

 “Así que esta es la [Cueva de la Codicia]…”

Wataru Nishimi. Ese era el nombre del Héroe que había sido convocado desde Japón a la Provincia de String del Imperio Laverio. A pesar de haber sido convocado cuando aún estaba en su tercer año de bachillerato, había sido completamente entrenado por la orden caballeresca de la Provincia de String desde el momento de su invocación hasta hace poco tiempo. Cuando le preguntó por qué había sido convocado, le dijeron que necesitaban su poder para derrotar a un Rey Demonio.

Pero aparentemente, el Duque de String había realizado la ceremonia de invocación del Héroe sin permiso del Imperio. Pensó que no sería un problema si Wataru podía derrotar a un Rey Demonio y traer honor a su casa. Desafortunadamente, el Imperio se enteró de su existencia antes de terminar su entrenamiento. Antes de que les trajera algún honor. Como resultado, el duque fue ejecutado por esconder a un Héroe del estado y tratar de monopolizar su poder.

Los héroes eran geopolíticamente equivalentes a un arma de destrucción masiva, ya que por defecto eran lo suficientemente fuertes como para ganar un Rango S en el Gremio de Aventureros. Invocar a un héroe sin permiso era básicamente lo mismo que robar secretos del gobierno y construir una ojiva nuclear de largo alcance. Sí, necesitarías más que una licencia de armas de fuego para hacer algo así.

Y aunque el Imperio Laverio no estaba en buenos términos con el Reino de los Demonios, invadir otro país sin la autorización del Emperador en pie sería un acto de clara traición. Wataru no podía culpar al Imperio por la ejecución: el duque era claramente culpable. Sin mencionar que su objetivo exclusivo había sido ganar más poder, ya que se consideraba más apto para el trono que cualquier otro. De hecho, su introducción a Wataru había sido: Saludos, Héroe. Soy Brie String, futuro emperador de estas tierras.

Aunque hasta ahora, sigo siendo un mero duque. Hubo muchos problemas con esa introducción.

Wataru ni siquiera entendía cómo planeaba convertirse en emperador en primer lugar, dada su condición de duque. No tenía sangre imperial, así que su única opción sería un golpe de estado sangriento. No hay muchas posibilidades de que eso tenga éxito.

Al final, el verdadero Emperador ejecutó al duque y confió Wataru a Haku Laverio, su antecesora. A pesar de parecerse a un ser humano, su enorme esperanza de vida y su inmensa belleza habían llevado a muchos a creer que en realidad era una Alta Elfa. Ella había cedido el trono a sus hijos hacía mucho tiempo y estaba en medio de la jubilación, con una villa imperial como su hogar. Aunque permaneció tan poderosa e influyente como lo fue cuando fundó el Imperio Laverio. Tanto su influencia como su belleza no habían cambiado con los años. Y, además de eso, también era una aventurera de Rango A, conocida como la Diosa de Alas Blancas. Se involucró tanto en la política del Imperio como en los asuntos cotidianos de las tierras. Algunos decían que era la persona más importante de todo el Imperio, incluso más que el propio Emperador.

…Espera. ¿No se supone que debería estar jubilada? La definición de jubilación debe ser diferente en este mundo, pensó Wataru.

Bajo la protección de Haku, Wataru se convirtió en un héroe conocido en todo el Imperio Laverio. Formalmente dejó la Orden del Caballero de String que le había estado entrenando y se convirtió en un sujeto directo del propio Imperio. Aún se le estaba preparando un título nobiliario, pero mientras tanto se le consideraba uno de los guardaespaldas personales de Haku.

¿Y por qué un héroe como él fue a la [Cueva de la Codicia]? Simple: Había visto una de las barajas de cartas que un comerciante trajo a la capital imperial. Las tarjetas estaban hechas de un papel de mayor calidad que casi todos los que había visto en este mundo, y tenían bonitas imágenes impresas en ellas. En el momento en que Wataru vio las cartas, no pudo evitar recordar el mundo que casi había olvidado…. La Tierra y su hogar, Japón.

Además, el contenedor para la caja de tarjetas tenía un código de barras. Era un signo claro y nostálgico de que las cartas eran de su mundo original. Aunque los residentes de este mundo de fantasía sólo lo verían como un patrón sin sentido, para él el código de barras era un vínculo innegable con Japón. Wataru pensó inmediatamente en averiguar de dónde venían las cartas, o mejor dicho, dónde podía conseguirlas él mismo, como su objetivo más importante. Después de todo, era el guardaespaldas de Haku solo de nombre.

Completar esa meta fue sorprendentemente simple, como si su camino hubiera sido preparado para él. Después de pedirle permiso a Haku y explicarle por qué, ella le informó que él estaba buscando el mismo lugar al que a menudo se escapaba por asuntos privados. Como ella no tenía ninguna razón para impedirle que fuera allí, accedió a su petición e incluso le preparó un carruaje.

Después de medio mes de montar en el carruaje lleno de baches, Wataru finalmente llegó a la [Cueva de la Codicia].

“…Este es el lugar, ¿verdad?” Antes de él había una sucursal del Gremio y una posada. Nada más. (Más tarde se enteró de una herrería cercana, pero no podía verla desde donde estaba). Wataru se dirigió inmediatamente a la posada… pero justo antes de entrar, recordó que probablemente debería visitar primero el Gremio para anunciar su llegada. Desafortunadamente, le ofrecieron una taza de té que no pudo rechazar, lo que le tomó más tiempo del que le hubiera gustado.

…ser un Rango S no es tan fácil como parece. Este tipo de cosas nunca me pasaron cuando era un Rango C. Pero no podía regresar a ser un Rango C aunque quisiera. Los Héroes son un Rango S automático dentro del gremio. Automático.

Se dirigió de nuevo a la posada.

“¡Bienvenido a mi posada!” Una chica vestida con un uniforme le saludó inmediatamente después de entrar. Su largo cabello rubio caía al suelo mientras ella se inclinaba para saludarle. Luego echó un vistazo a la habitación antes de tartamudear el resto de su saludo.

“Muchas gracias por visitar nuestra Posada de la Muñeca Bailarina. Soy Rokuko, su dueña.”

La propia dueña le estaba saludando. Deben haber sido contactados sobre su llegada de antemano. Pero en serio, tartamudeaba mucho. Y se mordió la lengua a mitad de la frase. De alguna manera… Eso se sintió muy tranquilizador. Wataru sonrió subconscientemente. Por alguna razón, no podía dejar de mirar a Rokuko. Sintió algo muy familiar, muy nostálgico en ella.

“¿Señor? ¿Qué pasa?” Rokuko, confundida por la mirada de Wataru, le miró.

“Ah, e-er, nada. Soy Wataru Nishimi. Ummm, he oído de la Dama Haku que tienes una habitación en una suite que ella recomienda. También dijo que la comida es muy buena”.

“¡¿Bwuuuh?! ¡O-Okaaay! ¡Dame un segundo! Um, hay una silla justo ahí,

¡adelante, siéntate!” Lo dejó ahí y corrió hacia el pasillo. Wataru notó que dejó de ser muy educada al final de su saludo, probablemente debido a que no estaba muy acostumbrada a interactuar con los visitantes, pero a él no le importaba.

Se sentó en el asiento recomendado y respiró hondo. El aire olía un poco a Japón, pensó. “Sí… Definitivamente hay algo especial en este lugar”. Pensó en los últimos tres años.

Habían pasado muchas cosas. Empezó a preguntarse cómo le iba a sus viejos amigos de la Orden de Caballeros de String, pero se detuvo antes de recordar los traumas con los que se había asociado en esa época de su vida.

No pasó mucho tiempo antes de que Rokuko regresara. Algo en ella definitivamente lo atrajo.

“La gran suite está por aquí. Por favor, síganme.” Siguió a Rokuko. Delante de él estaban su cabello rubio y su lindo trasero. Sabía que ella no estaba tratando de seducirlo ni nada de eso, pero por alguna razón, no podía apartar la vista de su trasero. Su forma oscilante lo cautivó. No lo entiendo. No lo entiendo. Esto nunca me había pasado antes. Su corazón latía más rápido al sentir algo parecido a la lujuria mezclada con nostalgia.

Quiero intentar apretarlo… Espera, ¿en qué estoy pensando? Wataru agitó la cabeza para deshacerse de sus pensamientos lujuriosos.

“¿Señor?”

“¡Ah, uh, no quise decir eso!”

“Um, más bien, esta es la gran suite. Y aquí está tu llave.”

“…Gracias.” Antes de que se diera cuenta, habían llegado a la gran suite. Tomó la llave de su dueña y miró a su alrededor.

La ventana de vidrio, el papel tapiz y los muebles eran razonables. Se sentía como si hubiera visto muebles exactamente iguales a los de antes, pero no sería extraño si hubieran sido hechos dentro de este mundo de fantasía. Pero el sillón de masaje en el centro de la habitación era una historia diferente, especialmente porque vibraría si ponías dinero en una caja junto a él.

“…no veo ninguna toma de corriente ni nada.”

“Ah, señor. ¿Cuándo va a comer? Estamos sirviendo el desayuno ahora mismo, y… aaah, pero primero tienes que comprar un boleto de comida. Aaah, ¿pero creo que los visitantes que se alojan en la suite pueden pedir desde su habitación?” Estaba muy claro, por su constante confusión, que no estaba acostumbrada a tratar con los clientes. Afortunadamente, Wataru la encontró más divertida que nada.

“Hmm, tomaré lo que me recomiende. He oído que tienes un montón de deliciosos panecillos aquí.”

“¿Mi recomendación? Bueno, tendré que recomendar un [Rollo de Melón]… o al menos, lo haría a otros clientes, pero el pan blanco es el mejor que tenemos. Sí. Pan blanco”. Rollo de melón. Rokuko lo había dicho por accidente, y Wataru no se lo perdió.

“…Tu nombre es Rokuko, si mal no recuerdo. ¿Quién eres realmente?”

“La dueña de esta posada, por supuesto.” Rokuko miró hacia otro lado, pero Wataru ya había adivinado la verdad. A Haku le gustaba este lugar. Ella me lo recomendó. El diseño de la posada. Después de reflexionar y sacar una conclusión, Wataru habló.

“… ¿Te convertirás en mi compañera?”

“¿Eh? De ninguna manera.” Ella lo rechazó tan rápido y tan fuerte que ni siquiera trató de ser educada.