Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 2

Capítulo 3: Ittetsu

Parte 7

# Perspectiva de Keima

La manguera continuó rociando agua, utilizando la gravedad para un impulso extra. Esa agua es agua de plancton, por supuesto. No podía producir una ola abrumadora de agua destructiva como lo hizo la inundación inicial, pero era suficiente para que el Dungeon se empapara de agua.

“¿Qué opinan del Plan B? Déjenme oír sus pensamientos.”

“Si el enemigo abre un agujero para desviar el agua, invadiremos el agujero y lo inundaremos con agua de allí. Si el agujero es pequeño, lo excavaremos. Y finalmente, si el enemigo hace otro agujero más abajo, repetiremos el proceso con ese. Bueno…. ¡Creo que es súper malo!

¡Piensa en cómo se sienten ahora mismo!” “¡Eres increíble, Maestro!”

“Eres un monstruo, amigo”.

Por cierto, el Plan A sólo estaba ganando con la inundación inicial de agua si no habría un agujero, y el Plan C estaba siendo forzado a conquistar el Dungeon legítimamente si de alguna manera se las arreglaba para detenerse y deshacerse del agua por completo desde el interior. Idealmente, las cosas habrían salido según el Plan A, pero la vida rara vez es tan generosa.

Compré la manguera de incendios con DP, y era bastante cara. Técnicamente tuve que comprar muchas de ellos para conseguir la longitud que quería, así que sí. Estoy bastante seguro de que terminé comprando cerca de 100.000 DP. Hubiera sido un desperdicio convertir monedas de oro a DP, así que tomé prestado el DP que no tenía de Rokuko. Sin intereses.

…seguía siendo el gasto más caro de esta batalla con diferencia. Podrías pensar que fue un desperdicio de dinero, pero vamos, yo quería atacar el Dungeon de fuego con agua… quiero decir, es una herramienta necesaria para conquistar el resto del Dungeon después de pasar el quinto piso. Inundar el Dungeon con agua es la forma más rápida de conquistar pisos, así que sí. Definitivamente no podríamos conquistar cincuenta pisos en un día de ninguna otra manera. Además, la manguera será útil para las cosas relacionadas con la posada, así que valió la pena. Definitivamente. Sip.

Aunque me pregunto si las mangueras contra incendios pertenecen a la sección de productos diversos del Catálogo…. eh. Lo que sea. El hecho de que pueda conectarlos en una manguera grande es muy conveniente.

“Entonces, ¿no significa esto que estoy siendo totalmente inútil? ¿Por qué no atacamos desde el agujero e ignoramos el frente? Me siento como un desperdicio de espacio ahora mismo.” Había dado a Ichika el mando del pelotón de Gólem que estaba empezando desde el primer piso y conquistando el Dungeon por medios normales.

“…no hay nada de malo en acostumbrarse a hacer las cosas de la manera normal, ¿sí?” “Quiero decir, tienes razón, pero ahora que el Plan C se ha ido por la ventana, ¿no debería abandonar este lugar e invadir por el agujero también?”

“Sí, es verdad. Vuelve a la base un rato. Niku, ¿cómo van las cosas por tu lado?”

“El escuadrón de ratas de reconocimiento descubrió enemigos sobrevivientes. Me llevo al escuadrón guerrillero de Gólem para acabar con ellos”. Esta vez, las ratas estaban sirviendo como exploradoras fuera del Dungeon. Las había llevado en cajas y las había desatado justo afuera. No quería que nos atacara por detrás ningún monstruo que sobreviviera siendo arrastrado por el agua.

“Keima, esta vez abrió un nuevo agujero en el quinto piso. Y estoy bastante segura de que lleva al Cuarto del Jefe”.

“Jajaja. Supongo que entonces no podremos ahogar al jefe”. Pero en realidad, Ittetsu hizo un movimiento impresionante allí. Tan efectivo en derrotar la inundación como lo fue, acaba de abrir un camino directamente al Cuarto del Jefe desde el exterior. Ese no era el tipo de truco que una persona cuerda haría. No es que tenga derecho a decir cosas así.

Por cierto, el Cuarto del Jefe era un cuarto del jefe en el que no podíamos avanzar hasta que derrotáramos al jefe. La puerta que llevaba a lo más profundo no dejaba pasar ni una sola gota de agua, lo que significaba que no teníamos más remedio que derrotar al Dragón Rojo.

¿Tenemos que vencer al jefe final en el quinto piso de un Dungeon de 50 pisos? ¿Qué clase de juego de mierda es éste? Totalmente desequilibrado. Simplemente horrible.

“Parece que el plan de inundación falló. …nunca encontré la forma de vencer al dragón. ¿Lo hiciste, Keima?”

“…Supongo que te mostraré mi respuesta. Disfrutemos de nuestros asientos de primera fila para que un dragón sea exterminado”.

Un gólem blindado se asomó al agujero de la Sala del Jefe. “¡¡¡GAAAAAH!!!”

El monitor se vio inmediatamente abrumado por una luz blanca brillante y luego se oscureció. Los otros gólems vieron lo que había pasado. El fuego del dragón. El gólem blindado estaba envuelto en fuego tan caliente que derritió su equipo, quemándolo en un instante. ¿Qué tan caliente tiene que ser el fuego para derretir el equipo de piedra? Mierda.

“¡Gahaha! ¿Qué te parece mi aliento a fuego?” Redra se rio a carcajadas, rebosante de confianza. El poder que irradiaba de su cuerpo me obligó a reconocerla como una temible enemiga, mucho más fuerte de lo que podría haber anticipado por su aspecto cuando estaba con el gullimander.

“¿K-Keima? ¡¿Podemos vencerla?!”

“…Ni idea.” Con el poderío violento de un verdadero Dragón Rojo frente a mí, honestamente no sabía si era o no una criatura que pudiéramos esperar derrotar.

“¡GYYYAAAAAAAAAAAAAOOOOOOOH!”

El suelo temblaba cada vez que Redra rugía. Sólo la miraba a través del monitor, pero todavía sentía una presión inmensa. Así que esto es un dragón, ¿eh?

“…lo siento, Maestro, pero acabo de orinarme encima.”

“hahaha, no te preocupes. Estuve a punto de hacerlo yo mismo…. [Purificación]”

“¡Hyafu…! Muchísimas gracias”. Le eché [Purificación] a Niku, limpiándola en un destello burbujeante. Me pregunto si Rokuko e Ichika están bien.

“Sí, chica, no te sientas mal. Los Dragones Rojos son lo suficientemente fuertes como para que un grupo de rango A se sienta afortunado de sobrevivir con sólo unos pocos aliados muertos. Si estuviera mirando a ese dragón de cerca, también me habría meado encima. Así son las cosas.

¿Estás bien, Rokuko?”

“Estoy bien, puedo hacer yo mismo el papel de [purificación].” Rokuko, temblor de voz, había caído al mismo destino que Niku. Pero, de todos modos, dejando todo eso a un lado, tengo que hacer algo con el Dragón Rojo. Dije todo eso de ver a un dragón ser exterminado o lo que sea, así que sí. Hey, Sr. Goleeem. Haz lo que te dije sobre eso.

***

# Perspectiva de Ittetsu

“¡Gahaha! ¡Sabía que estas patatas fritas no serían nada para mí!” Redra rio a carcajadas mientras derretía Gólem tras Gólem con su fuego.

“Esa es mi Redra. Pero ten cuidado, ¿me oyes?”

“¡Te preocupas demasiado, 112! ¡Mira, ni siquiera me han pegado!” La inundación de agua les había sorprendido, pero gracias a lo rápido que Ittetsu había abierto un agujero para desviar el flujo de agua, el único efecto real y duradero eran los charcos de agua que cubrían el suelo. Lo único que mantuvo a Redra en pie fue el hecho de que toda el agua estaba marcada como un enemigo en el mapa. Su mente corrió, considerando si el agua estaba llena de slimes o algo más pequeño, pero sus pensamientos se cortaron después de que un nuevo Gólem apareciera.

“Hah, ellos quieren morir tanto…. espera… ¡¿Qué?! ¡E-espera!”

“¿Ah? ¿Qué pasa, Redra? Oh, esto es…” Redra empezó a respirar fuego, pero se lo tragó apresuradamente. Eso hizo que Ittetsu se desviase por un segundo, pero lo entendió después de ver el Gólem. Tenía una estatua de cristal como escudo.

“¡Hey! ¿No es esa la estatua que dijo que me daría si queríamos? ¡El combate con el que ya tenemos!”

“¡Hahaha! No puedes usar tu fuego ahora, ¿eh? Qué tipo de mierda”. Si exhaló fuego al Gólem, la estatua de cristal probablemente se dañaría en el proceso. Habían accedido a la Dungeon Battle en gran parte porque Redra quería esa estatua. Era lo peor que podía haber usado como escudo.

“Ngh, ¡entonces usaré mis garras!” Redra intentó usar sus garras para aplastar el Gólem directamente. Pero las grandes garras de un dragón no eran capaces de movimientos tan delicados. Eran para llevarse a hordas de enemigos a la vez. No era probable que fuera capaz de aplastar hábilmente al Gólem mientras dejaba la estatua ilesa.

“Grrr…” Estaban en problemas. Ella no podía hacer nada. Ni siquiera los gruñidos hacían algo, ya que se enfrentaban a un gólem. Un monstruo normal con cerebro de animal habría dejado caer la estatua y habría huido aterrorizado. El gólem que portaba la estatua, por otro lado, desenvainó su espada y atacó balanceándose. Incapaz de quitárselo, tuvo que sentarse allí y recibir el golpe. ¡Screech! La espada emitió un ruido extraño y se clavó en las escamas de Redra.

“¡¿Uwooooh?! ¡¿Una cuchilla mágica?!” Ella se apresuró a dar un paso atrás. Pero la punta de su ala casi corta la estatua de cristal. Los dobló tan fuerte como pudo contra su cuerpo para tratar de evitar que eso volviera a suceder.

“Ngh, ¡esto es duro…!” El Gólem volvió a atacar, con el escudo de la estatua en alto. Redra, a su vez, retrocedió de nuevo. No quería dañar su precioso tesoro. Eso era todo en lo que podía pensar.

“Ngh, ¿qué puedo hacer… aquí? ¡¿Qué?!” En medio de su huida, Redra se dio cuenta de que el suelo se había sumergido en algún momento por el agua. Cada paso que daba hacía que el agua volara por todas partes. Miró a su alrededor y vio que el agujero de ventilación que habían abierto estaba siendo bloqueado por los gólems. El agua que llenaba la habitación era probablemente la misma agua enemiga que antes.

“¡Tramposo…!” Inhaló profundamente para soltar una ola de fuego sobre los gólems que bloqueaban el agujero, pero el gólem con el que había estado luchando se dirigía hacia ellos, con una estatua de cristal resplandeciente y radiante.

“¡¡¡¡AAAAH!!!!” Una vez más tuvo que tragarse el fuego antes de soltarlo. Una ráfaga de calor atravesó sus labios.

“¡Entonces usaré mis garras! ¡Los destruiré a ellos y al túnel!”

“Espera, Redra. Están fuera de la Sala del Jefe. Si dejas el Cuarto del Jefe…. habrán conquistado el piso.” El Cuarto del Jefe tenía una cerradura tan firme precisamente porque el jefe existía dentro de él. Al darle la vuelta, sin el jefe dentro, la puerta se abriría y el agua se inundaría hasta el siguiente piso. En otras palabras…. el quinto piso sería conquistado y ellos perderían. Sin embargo, dicho esto, Redra no podía soportar permanecer en la habitación sin poder atacar a sus enemigos. Ella era lo suficientemente fuerte físicamente como para seguir persiguiendo a los gólems durante el resto del día, pero no mentalmente.

“¡¿Qué debo hacer?! ¡Esto no es una pelea! HAZ ALGO, ¡¡¡¡112!!!!” Haz algo. Redra, el Dungeon Master, le dijo eso a Ittetsu.

“…Aaah. Aquí vamos, carajo…”

Y Ittetsu, Dungeon Core Número 112, tuvo que conceder ese deseo por todos los medios necesarios. Incluso si eso garantizaba su derrota. Todo lo que podía hacer era intentar que su derrota fuera lo menos dolorosa posible y minimizar sus pérdidas a largo plazo.