Rakudai Kishi no Eiyuutan (NL)

Volumen 6

Capítulo 7: El Segundo Round del Festival de Artes de la Espada de las Siete Estrellas – Comienza

Parte 6

— ¿¡Qué…!?

Cañones de armas en formación. Viendo a Kuraudo tragado por la tormenta de plomo saliendo de esos cañones al unísono, Ikki saltó de su silla plegable, enviándola al piso. ¿Estaba viendo los últimos momentos espantosos de Kuraudo?

… No.

— N-No puede ser…

Lo que salió de sus labios temblorosos fueron palabras de sorpresa. Las balas ciertamente golpearon. Un bombardeo así de tenso definitivamente convertiría a un humano no solo en un panal, sino que en carne molida. Eso era seguro, pero Kuraudo estaba de pie dentro de esa tormenta de balas como si no lo estuviera afectando en lo absoluto.

[¿¡Que-Que es esto!? En verdad lo estamos viendo, o ¿es un sueño? ¡El Contendiente Kuraudo debería haber sido devorado por el fuego del ejército de los no muertos…! ¡Pero está de pie! ¡No, no solo está de pie… está caminando! ¡Dentro de la lluvia horizontal de plomo, está caminando calmadamente, acercándose a la contendiente Sara Bloodlily…!]

Ante este espectáculo, incluso Sara estaba temblando con su boca abierta. Era inconcebible. Era un bombardeo de plomo sin ningún espacio para ocultarse. Kuraudo había bloqueado los disparos automáticos de Thompson, pero no era una cantidad de balas con las que pudiera lidiar. No, Kuraudo ni siquiera estaba balanceando su espada en este momento. Solo estaba cargando Orochimaru en sus manos. En otras palabras, estaba recibiendo cientos de balas sin defenderse a sí mismo. ¿Entonces como estaba aguantando? ¿Cómo estaba enfrentándolas?

El método… era algo que solo Ikki Kurogane en la sala de arena sabía. Kuraudo de hecho no estaba haciendo ningún intento en evadirlas, justo mientras apareció. Su cuerpo estaba expuesto al bombardeo sin ninguna defensa. Y aun así las balas no estaban perforando su carne… estaban apartándose. En el momento en que algo tocaba el cuerpo de Kuraudo, se deslizaba por encima de su ropa, fluyendo a su alrededor sin herirlo. No, estaban siendo obligadas a hacerlo de esa forma.

«… Kurashiki-kun lo descubrió de alguna manera mientras aprendía el manejo de espada. Se dio cuenta que el estilo de dos espadas era excelente para su habilidad. Debió haber algo que lo señaló, y más que nada su anterior agresión y brusquedad ya no estaban ahí. Lo que ahora está aquí es el espíritu bien forjado de un espadachín. ¿¡Pero como… como puede ser… el que está detrás de Kurashiki-kun eres… tú!?»

Ikki lo sabía. La perfecta defensa de captar el flujo de todo en la naturaleza de cierto espadachín genio, percibiendo sus sutilezas para alejar cada ataque, derivado después de la mitad de una vida en riesgo…

La Técnica secreta del estilo de una sola espada Ayatsuji – Teni Muhou.

«… Es verdad, Ayatsuji-san dijo que iba a pasar las vacaciones de verano con su padre mientras estaba bajo rehabilitación, pero la envió lejos.»

Es verdad. Así fue como paso. Si tenía a un estudiante así, instantáneamente seria sentenciado a muerte como un asunto de juicio familiar. Para enseñar a alguien que casi lo asesina, ¿Qué estaba pensando el Último Samurai? Ikki no podía llegar a comprenderlo tanto, pero aun así…

— Sor-Sorprendente…

Ante el talento de Kuraudo, palabras de admiración salieron de la boca de Ikki. Esto era algo que no podía imitar. El Ten’i Muhou de Ikki nunca sería capaz de desviar tantas balas. De hecho, en el campamento de entrenamiento mientras peleaba contra los títeres de Pierrot, muchos de ellos lo atacaron a la vez, y había recibido muchos golpes que no podía esquivar. Aun así Kuraudo estaba evadiendo cientos de ataques completamente. Esta era una hazaña que el Contraataque Marginal permitía. El Ten’i Muhou y el Contraataque Marginal tenían una gran sinergia. Probablemente ahora lo ataques ordinarios eran incapaces de ni siquiera rasguñarlo.

—… Tch. Despues de un misil, ahora es un batallón completo. Viniendo con una cosa tras otra, ¿eres Doraemon o algo? Este era un truco que finalmente me las arregle para adquirirlo para que de esa forma pueda usarlo en ese bastardo en nuestro encuentro.

Mientras caminaba calmadamente dentro de la lluvia de balas, Kuraudo dijo amargamente. Parecía que quería obtener su venganza por haber sido noqueado en ese entonces, tosiendo y orinando sangre mientras pasaba por un entrenamiento infernal que probablemente era potencialmente fatal, todo por una técnica secreta que finalmente perfeccionó al borde de la muerte y sanidad, para que con algo asombrar a Ikki en su batalla.

Contra eso, los soldados de Sara alzaron la densidad de su bombardeo incluso más. Pero… todo eso fluía alrededor de él, y la piel de Kuraudo ni siquiera estaba rasgada.

— ¡Inútil, inútil, inútil! ¡No importa con cuanto de plomo me ataques, todo es un esfuerzo malgastado! ¡Ese tipo de cosas no me detendrán!

Para dar un golpe fatal a un espadachín cubierto de Ten’i Muhou, uno debe deliberar un corte lleno de habilidad y fuerza. Pero Sara era una pintora. ¡Naturalmente, no podía usar una espada y por esa razón no podía detener el avance de Kuraudo!

— Oye, dijiste algo interesante hace un momento, ¿no? Que no estabas interesada en mí. Que era una molestia. Que coincidencia… pienso lo mismo. Solo me importa el chico después de ti. Ni siquiera pienso en una mocosa como tú. ¡Así que…

‘… Lárgate de mi camino!

Con un grito, Kuraudo comenzó a lanzarse hacia Sara quien estaba detrás del ejército de esqueletos colocados en frente de él. Naturalmente, los soldados descendían sobre el con bayonetas para detenerlo, pero…

— ¡Mueeevanseee!

Kuraudo extendió a Orochimaru a una gran longitud, y los cortó con un simple balanceo. Una línea horizontal. Los esqueletos partidos en dos se convirtieron el papel arrancado. El único enemigo en el ring era Sara…

— ¡Se acabooo!

Kuraudo extendió su espada de nuevo, apuntando hacia el cuello de su enemigo. Contra eso, Sara no se quedó quieta. Moviendo su mano a una velocidad borrosa una vez más, dibujó algo usando el Pincel de Demiurgo. Pero lo que fuera. Ya sea un tanqye o un jet de conmbate o un robot gigante… no sería contrincante para Kuraudo. ¡No importaba lo que apareciera, lo cortaría! Con ese espíritu, Kuraudo balanceó a Orochimaru con toda su fuerza.

Pero…

*Clang*

El aire sonó con el sonido de metal pesado chocando entre sí, y la espada esquelética retrocedió.

— ¡… Que…!

En ese momento, la expresión de Kuraudo se congeló en estado de shock. Su ataque lleno de fuerza había sido bloqueado… no, era más que eso. Había sido detenido por el Caleidoscopio de Sara Bloodlily, el oponente más débil. Ahora Kuraudo estaba confundido al punto que no se pudo recuperar. Y la cosa que tanto lo sorprendía y no podía respirar era…

La cosa que había mandado a volar al ataque lleno de fuerza de Kuraudo era un chico de cabello negro sosteniendo una Katana negra brillante.

— Caricatura Púrpura… Rey de Espadas Sin Corona.

Y Sara dijo esto.

— Si quieres pelear tanto con él… entonces hazlo tanto como quieras.

Instantáneamente, el Rey de Espadas sin Corona quien había hecho retroceder a Orochimaru bajó su cintura.

¡Oh mier…!

— Ittou Shura.

Perforando la cubierta distante en una luz azul que cortó a través de la atmósfera, en un destello que ninguna espada podía seguirle el ritmo, cortó profundamente el pecho de Kuraudo.

— ¡Gaaahhh!

Un ataque que cortó su tatuaje de calavera expuesta, diagonalmente. El ataque de espada inesperado hizo que Kuraudo tambaleara, su sangre derramándose. Pero su conmoción era más grande que el daño de la herida. Sus ojos estaban abiertos ante la imposible realidad ante él, y no tenía palabras para eso. Ni era el único que estaba sorprendido.

[¿¡Que está pasando!? ¡El contendiente Kurogane que debía estar en la sala de espera repentinamente apareció en el ring, y atacó al contendiente Kurashiki!]

[¡No puede ser! ¿¡La Caricatura Purpura también puede reproducir otros Blazers…!?]

Ante la increíble hazaña de Sara al recrear un Blazar y su Arte Noble, los locutores y sus comentarios y la audiencia y todo estaban congelados con incredulidad. El Rey de Espadas sin Corona creado por la Caricatura Púrpura no dejo pasar esta oportunidad. Con ataques intensos que seguramente no eran más débiles que los del propio Ikki, presionó el ataque. Contra ellos, Kuraudo no podía ser capaz de contraatacar…

[¡El Contendiente Kurashiki está a la defensiva! ¡No puede hacer un movimiento! ¿¡Podrá superar esta situación…!?]

[Esto es terrible para el contendiente Kurashiki, ¿no? La fuerza de su Contraataque Marginal es la velocidad de reacción sobre las normas humanas y la velocidad de movimiento lo permite. Estas dos ventajas de velocidad le daban todo tipo de elecciones frontales de táctica. Originalmente, lo haría un contrincante de igual magnitud que el Rey de Espadas sin corona usando Ittou Shura, y probablemente estaría a la defensiva por un minuto… pero parece que usar dos espadas es demasiado. Su velocidad de reacción es aún mejor que el Rey de Espadas sin Corona, pero la aceleración máxima de mover dos espadas no pueden seguirle el ritmo al Contraataque Marginal. A este ritmo…]

Cedieron. La acción avanzó aún más rápido de lo que Muroto pudo explicar. La defensa de Kuraudo con dos espadas finalmente cedió, y los ataques de una espada negra brillante igual que el Rey de Espadas sin Corona comenzaron a destrozar la carne de Kuraudo. En el centro del ring, fluía sangre fresca. El rey de Espadas sin corona había estado usando Ittou Shura por menos de veinte segundos. A este ritmo, Kuraudo no podría soportarlo.

— ¡Maldita sea…!

Este hecho hizo que Kuraudo apretara sus dientes.

«¿¡Voy a perder de nuevo…!?»

A pesar de que había tosido y orinado sangre, trabajó con la intención de cambiar la forma de su propia alma…

«¿No puedo vencer a este tipo…?»

Su mente pareció fracturarse ante esa frustración. Mientras tomaba un golpe tras otro del Rey de Espadas sin Corona, su corazón se estaba quebrando como sus huesos. Pero en esa situación, la voz de un hombre consumía la mente de Kuraudo. Esa era…

[¿Por qué quieres tanto tener una revancha con Kurogane-kun?]

En el dojo de Ayatsuji, se había enfrentado contra Kaito… para arrodillarse ante el hombre y pedirle que lo entrene. Esta había sido la respuesta de Kaito.

Kaito sabía que Kuraudo no era el tipo para bajar la cabeza ante nadie, así que le preguntó cuál era la razón para ir tan lejos. La respuesta de Kuraudo fue…

[Soy igual que tú.]

Y su mirada cambió a lo que Kaito sostenía en una mano.

[Aunque saliste del hospital, y quién sabe cuántos años te queda por vivir, pasarás en verdad otra noche en un dojo muerto haciendo cosas así. En otras palabras, tú… odias que hayas perdido contra mí, y no lo vas a dejar ir, ¿verdad?]

[… Es verdad.]

[No soy diferente. No voy a seguir siendo el perdedor. Mis entrañas están hirviendo… ¡no voy a quedarme sentado sin hacer nada!]

Así es. Eso es exactamente correcto. No iba a soportar ser golpeado. Así que ganaría. Vino aquí para ganar contra Ikki, nada más. Así que…

—… No… me jodas…

No podía perder. ¡Él no podía perder ante esta frágil imitación…! Ese tipo honesto y directo no estaba esperando ni siquiera un segundo. Ese chico se movía rápidamente hacia adelante, alejándose cada vez más a una velocidad increíble. Pero Kuraudo no quería quedarse atrás. Sí, quería ser así. Por primera vez en la vida de Kuraudo, encontró a alguien digno de admirar. Así que…

— ¡No voy a perder! ¡A esa maldita copia!

Con ese grito ensangrentado, golpeó simultáneamente de izquierda a derecha usando a Hebigami. Pero su contraataque se debilitó; Kuraudo ya había perdido demasiada sangre…

*Corte*

El contraataque de Kuraudo fue eliminado y, a la inversa, su torso fue profundamente cortado. El chorro de sangre era claramente fatal. Su rodilla estaba rota y su postura se derrumbó. Su cuerpo por fin cayó al ring. Y en el momento de su caída…

— ¡Kuraudooo! ¡No te des por vencidoooo!

Un grito desesperado de apoyo entró a sus oídos. Era la voz de un chico que Kuraudo conocía bien. Una voz que no podía olvidar aunque quisiera. Cuando miró en esa dirección, de hecho ese chico estaba allí. Bajo la puerta roja, dándose prisa desde la sala de espera, era el verdadero Ikki Kurogane. Así es, ese tipo definitivamente se apresuró para llegar aquí, aunque sólo fuera para darle a Kuraudo el menor empujón justo cuando estaba a punto de desmoronarse en cualquier momento. Y ese apoyo ciertamente alcanzó Kuraudo…

*Chasquido*

Algo explotó en la cabeza de Kuraudo, en su corazón. Un resplandor de furia y odio se encendió.

«… ¿Por qué? ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué me estás animando? ¿Y con esa expresión desesperada? ¿Por qué? ¿¡Como si necesitara ese tipo de cosas por parte tuya!?»

— ¡No me menosprecies, Kuroganeeeee…!

El mundo de Kuraudo se puso rojo de la indignación. La sangre que transportaba oxígeno en su cuerpo comenzó a moverse a una velocidad sin precedentes, trayendo una vitalidad incomparable a su cuerpo casi desplomado. Sus pies una vez más fueron plantados firmemente en el suelo, sosteniendo el cuerpo de Kuraudo con fuerza. En ese momento, el espíritu de Kuraudo estaba superando su carne debido a la rabia que sentía hacia Ikki. Fue un momento milagroso en el que pasó sus límites más altos. Un momento imposible que desaparecería como un sueño si tomara un solo suspiro más. Pero para Kuraudo, fue suficiente. Apostando toda su alma, golpeó al Rey de Espadas sin corona ante él en ese momento…

— ¡HAAAAA…!

Moviendo su cuerpo con una gran velocidad, hizo ocho ataques con su propia esgrima autodidacta: Yamata no Orochi.

Kuraudo lo hizo con dos espadas. En otras palabras, ¡un total de dieciséis cortes! También era diferente de lo que era antes, ahora era una serie de cortes refinados por Kaito. Era el máximo esfuerzo completo que un prodigio de combate nacido con la habilidad natural llamada Contraataque Marginal podía lograr en este momento. Usando Ten’i Muhou para deslizarse a través de él como Ikki había hecho antes sería imposible, e incluso la espada más fuerte del mundo no podría defenderse contra dieciséis cortes volando hacia ella en un instante…

El cuerpo del Rey de Espadas sin corona fue cortado a pedazos, su forma humana tomo la froma de un papel mundano dispersándose en el viento…

Dos katanas negras perforaron ruidosamente el cuerpo de Kuraudo.

Kuraudo miró con ojos secos. Ante él, había dos Reyes de Espadas sin Corona revestidos de luz azul, sus espadas apuñaladas en él.

[… entonces puedes hacerlo tanto como quieras.]

Kuraudo ahora entendía lo que Sara había querido decir en ese entonces. No había sido provocación ni sarcasmo. Su significado era literal. Sara Bloodlily podría hacer una cosa así. Sin embargo, podría dibujar docenas de Reyes de Espada sin Corona que tomarían a Kuraudo hasta que se desmoronara.

—… Ah.

Una gota de sangre se derramó de la boca de Kuraudo. Las espadas gemelas de hueso cayeron de sus manos débiles.

… Una batalla siempre era cruel. No importa cuán fuerte sea el deseo que se tenga, sólo habrá un solo vencedor en el ring. Los deseos de los que caen quedan atrás, sin que nadie les diera una simple mirada.

— Mal-maldición…

Aquí y ahora, el deseo de un solo hombre de alcanzar y superar a su enemigo llegó a su fin.