C³ – Cube x Cursed x Curious

Volumen 3

Capítulo 4: Los trascendentes que están en todas partes/ “Humano”

Parte 2

 

 

El hombre sin presencia abrió la puerta del contenedor de carga y salió, llevando una chica. Incluso si alguien fuera a presenciar esta escena, la ignoraría por completo con solo una ligera sensación de disonancia. El hombre no existía y los humanos no podían sentir lo inexistente.

Por supuesto, esto se extendió a los sentidos de la audición y el tacto también. Por lo tanto, la mujer no se despertó. Ella era muy sensible a la presencia de personas que se acercaban mientras dormía. Si alguien aparte de este enmascarado entraba al almacén, ella lo notaría instantáneamente. Sin embargo, ella no se despertó aquí.


Alice Bivorio Basskreigh estaba soñando. Quizás el calor primitivo de la hoguera a su lado o el frío del almacén le recordaban a su tierra natal. O tal vez las perspectivas de traer un nuevo hogar familiar le daban una sensación de confort. O simplemente se embarcaba en un viaje a través de sus recuerdos por capricho.

Nadie sabía la respuesta. Pero sucedió que ella estaba soñando con “casa”.

Ella había pasado su vida en tres casas. Una era su hogar actual, la antigua iglesia. Otra era la agencia de asistencia social donde había vivido desde que podía recordar nada más que un número de serie. Y finalmente—

A pesar de ser el mismo edificio, la antigua iglesia en el pasado se consideraba un hogar separado del presente. Inmediatamente después de que el sacerdote la adoptara de la agencia de bienestar, era la peor y más terrible “casa” a la que fue llevada.

Ella actualmente estaba soñando con ese hogar.





En otras palabras—esta fue una pesadilla que consistía en recuerdos fragmentarios.

La querida antigua iglesia. Después de adoptar un buen número de niños de la agencia de bienestar social, el sacerdote les había dicho frente a la iglesia—a partir de hoy, este es su hogar. Utilizaré este lugar como un orfanato—diciendo mentiras y verdades.

Alice. Su nombre. Lo que recibió cuando la llevaron. “Ustedes chicas necesitan nombres de todos modos. Así que eres A… Alice. Eres B, Bianca. Eres C..” Los nombres fueron elegidos de acuerdo con el orden alfabético. Los niños tontos se regocijaron al no darse cuenta de que el resultado era idéntico a la numeración de la agencia de bienestar.

El trabajo consistía en barrer, lavar la ropa y otras tareas, y por alguna razón desconocida, aprender la etiqueta para los ancianos. De vuelta en la agencia, los niños fueron azotados por hacer las cosas mal, pero este lugar era diferente. No hubo azotes. La niña G, Galatea, que tomó su trabajo lo menos en serio, perdió todas las uñas de su mano derecha en el lapso de un solo día.

Después de aproximadamente dos meses, la iglesia comenzó a tener visitantes. La mayoría de ellos eran caballeros elegantemente vestidos que charlaban amablemente con el sacerdote sobre algún tema, mientras que sus dulces miradas observaban a los niños trabajar. Esos ojos, llenos de amor tierno, eran completamente sinceros, sin embargo, por alguna razón, Alice los encontró increíblemente repugnantes.

Había dos comidas al día, que consistían en pan seco y sopa sin mucha esencia. En ocasiones había otros alimentos, sobre todo leche caliente con miel, que era básicamente una fiesta de lujo. Un día, Alicia encontró un poco de leche sobrante en la cocina y se la bebió en secreto ella sola. El sacerdote la descubrió y le dio una buena paliza. La leche dulce fue vomitada junto con los jugos digestivos. “Siento haber  perdido los estribos por accidente. Si quieres beber tanto, entonces no se puede evitar, ¡mantenerlo en secreto de todos!” Luego, sonriendo suavemente, el sacerdote señaló el vómito derramado por todo el piso de la cocina y dijo: “¡Muy bien, bebe todo y no te quedes atrás!”

Elena. Niña E. La amiga que le cortó el cabello a Alice y la vio dibujar. En cierto día, ella se había ido. Ese día, Alice observó desde una ventana cómo un visitante llevó a Elena de la mano a un automóvil mientras el sacerdote los despedía con una sonrisa. Durante un largo período después de eso, las comidas fueron más extravagantes que nunca antes. Una vez que el sacerdote adoptó a un nuevo huérfano de la agencia para reemplazar a Elena, Alice finalmente se dio cuenta. Esto no era una iglesia, sino un rancho. No había nada aquí excepto las niñas esperando a ser vendidas.

Una noche avanzada en la capilla, Alicia vio llorar al sacerdote mientras miraba una enorme y sucia cruz colgada en la pared frente a él. Ohhh~

Dios, yo has pecado, por favor perdóname. ¿Qué impactante, este hombre tenía una conciencia? ¿Él también tenía un corazón humano?

¿Entonces el mal puro no existía en este mundo?

Entonces el sacerdote la descubrió mirando desde un lado y la abrazó con la cara cubierta de lágrimas. Siguió repitiendo “lo siento, lo siento” una y otra vez, hasta que las lágrimas desaparecieron repentinamente de su rostro.

Lo siento lo siento. Finalmente me di cuenta que eres lo más importante para mí,

Alice. Es por eso que no te he vendido después de todo este tiempo, sino que te he mantenido a mi lado. Lo siento por hacerte sentir sola. Permaneceremos juntos para siempre a partir de ahora. Ahhh, déjame acariciar tu hermoso cabello. Me recuerda mucho a mi madre. te quiero.

…Alice lo sabía. Esto fue contrición para el sacerdote, pero para ella, esto produjo una nueva desesperación.

El sacerdote parecía decidido a evitar que escapara mientras acariciaba el pelo de la niña de doce años bajo la cruz. Desde que Elena se fue, Alice había comenzado a mantener su cabello largo. El sacerdote se llevó el pelo a la nariz, inhalando como si fuera un narcótico.

Mirando inexpresivamente el diseño de la cruz que colgaba en lo alto, sintiendo el repulsivo aliento contra su cabello, Alice pensó para sí misma.

—O Dios, ¿qué he hecho mal?

Tan maloliente, tan repugnante, tan nauseabundo. Grotesco. Me da escalofríos. Quiero matarlo tanto. Esto es muy terrorífico

—O Dios, ¿es esto algún tipo de castigo?

Quiero morirme. Tal tormento. La lengua lamiéndome el pelo me está enfermando. Imagino sanguijuelas retorciéndose.

—O Dios, ¿por qué no me ayudas?

—O Dios, ¿puedo maldecirte?

***

 

 

Ella podía sentir temblores. Un movimiento de balanceo cómodo y aleatorio.

Una sensación suave en su espalda. Una silla, no, un asiento. Inducir el sueño. Esto no era una sorpresa, ya que ella había estado durmiendo hasta ahora. ¿Durmiendo? ¿Por qué estaba durmiendo? Hasta hace un momento… ¿Qué había estado haciendo…?

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Tan pronto como sus pensamientos llegaron a este punto… Inmediatamente se despertó.

“¡…Himura!”

“¿Despertaste? ¿Cómo te sientes?”

Después de haberse quitado la máscara, Himura estaba agarrando el volante desde el asiento del conductor. Su despreocupada expresión estaba haciendo que Kirika sintiera su impulso de matar al levantarse.

“¿Qué estás haciendo? ¡Vuelve! ¿Por qué dejaste a Yachi y a ella atrás?”

“Porque no hay razón para salvarlos.”

Mirando hacia adelante donde los faros del auto invadían la oscuridad bruscamente, las comisuras de la boca de Himura se torcieron.

“No hace falta decir que debes estar a salvo. Eres mi compañera, la hermana menor del Jefe de Laboratorio y dueña de los valiosos Waas— así como también la mujer que debe recibir mi amor. No importa en qué crisis estés, no es así. ¿Es natural que me apresure a salvarte como a un héroe justiciero?

“¡Deja de joder! ¡Acabas de mencionar que la familia Bivorio está loca!

¡Dejar a Yachi atrás con esa mujer, quién sabe lo que ella le hará…!”

“Como dije, no es asunto mío. Si Bivorio mata, abusa o viola a ese tipo, eso no tiene nada que ver conmigo. Eso es lo que creo desde el fondo de mi corazón.”

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“Aún así, ¿cómo pudiste salvarme y dejarlo solo—? Tú… ¿¡No tienes conciencia en lo absoluto!?”

Sin aliento por la ira, Kirika jadeó irregularmente.

En efecto. Haruaki había dicho que era una suerte tenerla allí, pero ahora ella era la única que escapó. Ella era la única que residía descaradamente en seguridad como esta—

Kirika sintió náuseas por el desprecio de sí misma. Si hubiera sabido que esto sucedería, no habría permitido que Himura la rescatara tan fácilmente. Ella se mantendría allí incluso si eso significaba usar a

«Kurokawa Karen». La única razón por la que no había hecho eso— aunque solo fue por un instante, había pensado “estoy salvada ahora” con alivio, todo por su momento de debilidad. Kirika no pudo evitar maldecir su descuido.

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“Qué inquietante, ¿por qué se siente como si estuviera tomando una clase sobre ética y moral? Déjeme decirle honestamente, esto no pesa nada en mi conciencia. Más bien, creo que esto es perfectamente razonable.”


“Qué…”

“La familia Bivorio. La casa Yachi. Fear in Cube. Estoy muy interesado en todos los fenómenos relacionados con estas entidades— Y observarlos es mi trabajo. Bien, entonces un cierto VIP llamado Ueno Kirika se mezcla en la granja experimental. ¿Qué debo hacer? Mantener la VIP segura es natural, ¿verdad? ¿Debo tomar medidas para la granja experimental que es ya todo configurado? ¡Por supuesto no! ¿Cómo podría un investigador racional dejar desperdiciar una oportunidad única? Por supuesto, uno evitaría interferir tanto como fuera posible en la granja, solo eliminando el objeto extraño que ingresó al experimento—”

Experimento.   Observación.   ¿En   qué   diablos   estaba   pensando?

¡Cuando claramente la vida de esa persona estaba en juego!

Kirika sintió un dolor punzante en su pecho. La espina, incrustada en su corazón desde hace mucho tiempo, dolía con un dolor extraordinariamente agudo.

“¿…Todo por el bien… de la investigación…?”

“Eso es correcto. Lo único en lo que debemos preocuparnos es completar el tema de investigación asignado.”

Palpitar. La espina se estremeció. Ella había ignorado intencionalmente esta espina todo este tiempo. La espina que pretendía no notar solo porque era inconveniente para ella.

“Entonces… Entonces eres solo una herramienta para ese hombre.”

“Por supuesto. Se supone que todos somos herramientas para el Jefe de Laboratorio Yamimagari, en otras palabras, somos engranajes como parte de la maquinaria. La maquinaria multiuso, un trabajo en progreso que podría responder todas las preguntas sobre las Waas— No somos más que una parte de la creación de esa maquinaria para todo uso. Este ha sido el caso, desde el principio—”

Sí, desde el principio… Fue bastante claro. Por eso ella sentía que era una herramienta, un engranaje.

Apartando sus ojos de lo que era importante, ignoró la espina que había descubierto desde el principio, girando solo como lo haría un engranaje. Aunque no le gustaba el trabajo de una marcha, nunca intentó detenerse deliberadamente. Porque era muy fácil.

Sin embargo— “…En… ough…” “¿Hmm?”

Ella ya no podía ocultar el dolor de la espina. Ella no quería ocultarlo más.

Desde el fondo de su corazón, no le gustaba disimular el dolor. “Ya es suficiente… ¡ya tuve suficiente!”


Con un gran grito, ella golpeó el tablero. Sorprendido, Himura se volvió para mirarla. Apretando su puño sangrante, Kirika miró a Himura atentamente, derramando toda la hostilidad que pudo reunir.

“Oye, ¿qué es lo que has tenido suficiente?”

“¡Todo! ¡Esta situación, tú, Yamimagari Pakuaki, y también El Reino del Jefe de Laboratorio! ¡Ya he tenido suficiente de todo! ¡Ja, al carajo, todo ya no tiene nada que ver conmigo!”

“Kirika, ¿entiendes lo que dices? Cálmate. ¿Te das cuenta de quién es la cuenta en la que te puedes quedar aquí? El Jefe de Laboratorio,

¿verdad? ¿Gastos de subsistencia, matrícula, alquiler? ¿Quién te está protegiendo? ¿Y por qué? Precisamente porque eres miembro del Reino del Jefe de Laboratorio, no porque seas la hermana del Jefe de Laboratorio sino como un investigador. Una vez que pierdas este título, estarás verdaderamente aislada e indefensa…

“¡A quién le importa eso! ¡Es correcto, no me importa nada de esto! Solo por eso—”

Ella respiró hondo. Se sintió bien reconocer y condenar las prácticas malvadas del Reino del Jefe de Laboratorio.

Asimismo, por admitir sus sentimientos frente a otra persona por primera vez.

“¡Solo por eso, ni siquiera puedo salvar al hombre que me gusta! ¡Si ese es el caso, realmente soy una herramienta sin sentido de la existencia! Y eso sería increíble, incurable… ¡Absolutamente ridículo!”

Himura abrió los ojos con una cara llena de sorpresa. Kirika se abalanzó sobre sus manos, agarró el volante a la fuerza y lo giró con todas sus fuerzas. Los neumáticos patinaban y chillaban intensamente por la fricción.

En apenas medio segundo, apareció un poste de servicio antes del centro muerto del parabrisas.

La detención de un bloque de metal que se movía a sesenta kilómetros por hora no requería frenar.

Una colisión fue suficiente. “Oh…”

Kirika escapó del humeante carcaj. Como no se podía abrir la puerta, ella rompió la ventana con sus manos desnudas.

Esto fue calculado de antemano. Sin gente a su alrededor, el único daño causado por el accidente fue el poste de servicios caído. Si huía de la escena de inmediato, nadie iba a cuestionar su culpabilidad.

Ella revisó el estado del auto. Milagrosamente, no se había filtrado mucha gasolina por lo que no había necesidad de preocuparse por un incendio. Luego miró hacia el asiento delantero del carro y descubrió que Himura se había desmayado en la bolsa de aire. Aunque estaba sangrando, no hubo lesiones externas obvias…

podría haber sufrido heridas internas hasta cierto punto, pero Kirika no quería simpatizar con Himura en absoluto.

Para ser sincero, en realidad estaba herida mucho peor. Chocando contra el parabrisas, su cabeza estaba sangrando y tenía huesos rotos por todas partes. La sensación de sangre caliente la puso enferma. Por alguna razón, ella lo encontró difícil para mantener el equilibrio. Quizás ella incluso podría haber perdido un brazo sin darse cuenta.

Pero ella tenía que irse. Ella debe llegar a esas chicas primero. Arrastrando sus pasos dolorosamente, Kirika se abrió paso.

La carne se retorció en sus heridas. La sensación me pareció repugnante, como siempre. Pero esta sensación de disgusto no carecía por completo de mérito. Después de todo, solo gracias a esto pudo “arriesgar su vida para salvar a cierta persona” sin dudarlo. Incluso si fracasaba, podría volver a intentarlo varias veces.

***

 

 

“…Así que esa es la situación. Lo siento, soy la única que…”

“No, esto no es tu culpa. ¿En otras palabras, has dejado el Reino del Jefe de Laboratorio?”

“Supongo que sí… ¡Oof!”

Acostada en un colchón de sala de estar, Kirika se sentó lentamente. “¿Ya estás bien?”

“Sí—casi estoy completamente curada. Estoy lista para ir en cualquier momento.”

Kirika estaba abriendo y cerrando la palma de su mano como si revisara sus movimientos. Fear era la misma, listo para ir en cualquier momento. Pero la llegada de Kirika había interrumpido lo que originalmente había planeado hacer. Fear quería resolver un asunto primero.

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“Entonces lo más rápido posible, déjanos—”

“Espera, Pechos de Vaca. Tengo una petición para ti.”

Los ojos detrás de las gafas miraron con impaciencia a Fear. Sí, sé que quieres moverte lo más rápido posible, pero primero necesito un favor.

“Pégame.”

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“¿…Huh?”

“Estaba equivocada al sospechar de Kuroe. Y debido a eso, resultó en la situación actual. Quiero que esto se resuelva.”

Fear miró como tratando de penetrar las gafas con su mirada. La mirada de Konoha también se volvió aguda de repente.

“¿Hablas en serio acerca de esto?”

“Estoy hablando en serio. Por favor, pégame en serio. No me quejaré.” Fear vio como Konoha parpadeaba lentamente.

“Entonces haré lo que quieras. Prepárate.” “Oh—”

Tensando las comisuras de su boca, Fear le sacó el pecho. No tenía intención de desviar la mirada, pero cuando Konoha levantó la mano y la bajó vigorosamente, Fear cerró los ojos reflexivamente—

Pellizco.

“¡Hunininini !? Q-Que, ¿estás haciendo? ¡Te voy a maldecir!”

Lo que aterrizó en su rostro no fue ni puñetazo, ni bofetada, sino dedos. La cara de Fear estaba siendo cruelmente pellizcada.

“Hoo… Desafortunadamente, ese es mi castigo. El resto debes dejarlo en las manos de Kuroe-san. No tengo derecho a quitárselo.”

“Hu… Nyu… Nyo… ¡Myu!”

Konoha estiró las mejillas de Fear arriba y abajo, izquierda y derecha. Me dolió bastante. Justo cuando Fear estaba a punto de quejarse, los dedos finalmente la soltaron—la expresión exasperada de Konoha volvió a la solemnidad.

“¿Entiendes? El pasado ya paso y termino. Lo que importa es el futuro.”

“…lo entiendo, está bien. Lo que hay que hacer, lo que debe priorizarse. Lo haré usare todo lo que esté disponible, incluso si eso significa sacrificar todo—recuperare todo lo que debe recuperarse.”

“De acuerdo. Sin embargo, permítanme exponer esto para el registro. El único que puede sacrificar su vida soy yo con mi regeneración infinita. Yachi no querrá regresar a esta casa sin que ninguna de ustedes… Así que por favor no abandonen su vida. Tampoco puedes irte con esa mujer por tu cuenta.”

Kirika se acercó lentamente. Después de escuchar sus palabras, Konoha torció los labios con una sonrisa:

“No tengo intención de morir. Tampoco quiero hacer un viaje infeliz al extranjero durante este tiempo ocupado justo antes del festival deportivo.”

“Por supuesto. Esa mujer, Alice—Bivorio ¿es así? No quiero perderla para nada. Después de todo, las posibilidades de perder son incluso más bajas que la probabilidad de que los senos de Pechos de Vaca sean útiles. Simplemente estaba expresando mi determinación.”

” Aparte de mis dudas acerca de la utilidad de los pechos planos, estoy de acuerdo con el resto de lo que dices. Bueno, ya es hora, ¿no? Si se necesitan preparaciones, por favor hazlas ahora.”

Fear expresaba su disposición con un bufido. Sin embargo, Kirika fruncía levemente el ceño, reflexionando con la barbilla apoyada en su mano.

“¿…Ueno-san? ¿Hay algo que te moleste?”

“No, en lugar de molestar… Tienes razón, preparaciones… Tenemos que preparar todo lo que podamos de antemano. Dame cinco minutos.”

“Claro… Pero, ¿qué estás preparando?”

Kirika salió de la sala de estar con su teléfono celular. Cuando Fear gritó por detrás, Kirika hizo una pausa y giró la cabeza. Reflejado en los ojos de Fear estaba el perfil de Kirika, mirando ambiguamente hacia el techo.

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“…Suponiendo que Yachi tenga un ‘poder’, ¿qué piensan ustedes que podría ser?”

“Poder eh… Pero él es solo un humano ordinario. ¿Te refieres a su inmunidad a las maldiciones o su desvergüenza?

“En realidad hay más… Es amable y excesivamente amable. ¿También sus habilidades culinarias?”

“Fufu, todo esto es correcto. Pero creo que su mayor poder es—” Riéndose ligeramente, Kirika dijo profundamente:

“Tener “amigas”. Como todas nosotras.”

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