Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 11

Capítulo 6: Escape

Parte 3

 

 

“¡N-No te metas conmigo!”

Otro caballero blandió su espada, apuntando por el momento en que Rio aterrizaría en el suelo. Pero Rio empujó ligeramente su mano contra el suelo y torció su cuerpo, cambiando su punto de aterrizaje para evitar el ataque. Además de eso, usó el impulso de girar su cuerpo para cortar su daga en el aire, cortando a su oponente mientras giraba.





Eso dejaba a tres caballeros restantes: Charles, que estaba observando el combate desde la distancia, y dos caballeros regulares.

“¡H-Hey! ¡Acaben con él ya!” Charles gritó en pánico. Su orden había cambiado de ser arrogante a necesitar que el martillo cayera, lo que probablemente fue una decisión razonable, considerando lo rápido que fueron eliminados los caballeros que tenían la fuerza suficiente para dominar a todo un escuadrón de infantería.

Sin embargo, si los dos caballeros restantes pudieron terminar con Rio era otro problema.

“Guh… ¡Haaah!”

Uno de los caballeros gritó mientras trataba de cumplir la orden, cortando a Rio.

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Rio balanceó la daga que sostenía hacia atrás en su mano izquierda, derribando al caballero con la fuerza de su brazo que fue aumentada por las artes espirituales. El caballero hizo una mueca ante un dolor entumecedor que recorrió su mano, el retroceso de su golpe como si hubiera cortado una pared de hierro.

“Ngh…” El último caballero restante blandió su espada con desesperación. Rio se agachó para evitar el ataque. Luego procedió a golpear los pies del oponente debajo de él, levantándose rápidamente para pisotear su abdomen y noquearlo.

Charles observó, estupefacto, que los subordinados de los que se jactaba hubieran sido derrotados tan impotentemente. No quedaba nadie capaz de luchar, así que despotricó histéricamente. “… ¡D-Deja de joder! ¡Todos ustedes, levántense! ¡¿Qué estás haciendo?!”

“U-Ugh…”

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Afortunadamente, nadie había muerto todavía, pero había varios que habían sido cortados y estaban en peligro de desangrarse.

“Tch…” Charles de repente comenzó a correr de regreso por donde había venido. Probablemente había determinado que no había forma de ganar cuando todos sus aliados habían sido eliminados en un instante.

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Es casi reconfortante lo rápido que decidió abandonar a sus camaradas.

Rio parpadeó ante la espalda de Charles que se retiraba. Sería sencillo ponerse al día.

¿Debería darle información al azar para causar confusión?

Para dirigirse a Rodania desde Cleia, se puede utilizar cualquiera de las carreteras del este, norte o sur. Dado que la gente había huido tanto del norte como del sur, Charles no tuvo más remedio que enviar perseguidores en ambas direcciones.

Ya había suficiente confusión, pero agregar aún más caos a la situación aquí era otra opción. Pensando en eso, Rio se acercó a Charles por detrás.

“?!” Una flecha de un rayo vino volando desde la dirección de la puerta sur de la ciudad. Rio dio un paso atrás por reflejo para evadirlo, luego aumentó su visión con una mejora corporal y miró en la dirección desde la que se había disparado la flecha. Allí, en la pared sobre la puerta sur, a unos 600 metros de distancia…

“Shigekura… ¿Rui?”

El héroe que conoció en el banquete el otro día apuntaba con su arco a Rio. Incluso ahora, un ataque de rayo volaba hacia él.

Puede apuntar con tanta precisión desde una distancia tan larga…

Se dispararon flechas de relámpagos consecutivamente para mantener a Rio bajo control, mientras se aseguraba de evitar a los caballeros inconscientes. Rio estaba impresionado por su nivel de habilidad de francotirador.

“¡ALFRED! ¡Llegas tarde!” Charles de repente gritó mientras corría con todas sus fuerzas. En cuanto a quién le estaba gritando tan fuerte…


“Si anuncia los refuerzos, entonces no tiene sentido una emboscada. Tonto.”

Alfred había estado corriendo a toda velocidad, su cuerpo encorvado para evitar que Rio lo notara. Gracias a que Charles gritó su nombre tan fuerte, Rio fue alertado de su presencia temprano.

He peleado con ese hombre antes mientras la  profesora Celia y yo escapamos de la ceremonia de la boda… No hay duda. Es la espada del rey.

Rio recordó que era tan hábil como implicaba su apodo. Alfred se destacó en el combate cuerpo a cuerpo, mientras que Rui se destacó en los francotiradores de largo alcance. Sería difícil enfrentarlos a los dos al mismo tiempo.

… Parece que ya es hora. Rio dio media vuelta y empezó a correr. Miró hacia atrás para ver qué Alfred no mostraba signos de perseguirlo; parecía estar dando prioridad al tratamiento de los caballeros heridos.

Mientras tanto, Rui todavía tenía listo su arco. Al momento siguiente, apuntó hacia el cielo por alguna razón y disparó un rayo particularmente poderoso.

¿A dónde apunta? No, debe tener algún plan… ¡Ah, eso es lo que es!

Rio había estado observando dónde terminó el ataque, pero el relámpago gigante de repente se dividió y cambió de rumbo. Verlos apuntar al suelo le hizo darse cuenta de su propósito.

Es mucho más lento que antes, pero…

Era más rápido de lo que Rio podía correr. Y parecía que se dirigían hacia él, siguiendo los movimientos de Rio de una manera terrible, acortando la distancia entre ellos.

¿Puedo esquivarlos a esa velocidad con solo mirar? El campo de impacto debería ser bastante amplio para evitar que lo eluda. Si es así…

Rio siguió corriendo mientras pensaba, tratando de ampliar la distancia tanto como pudo antes de detenerse repentinamente y girarse para enfrentar la lluvia de rayos. Luego, esperó hasta que el ataque estuvo casi sobre él.

Usó artes espirituales del viento para envolver su cuerpo en una barrera de viento suave, creando un camino para que la electricidad pasara y eliminara su función de búsqueda, luego corrió a través de los huecos hacia la lluvia relámpago. Luego giró su cuerpo para deslizarse hábilmente entre todos los rayos.

“¡¿Q-Qué?!”

Charles fue testigo de cómo Río evitaba la lluvia relámpago desde lejos y no pudo evitar levantar la voz alarmado. Rio aterrizó en el suelo en ese momento, confirmando que no había más perseguidores antes de irse sin pensarlo dos veces.

“…Hahaha.”

El rostro de Rui se iluminó con una sonrisa como para elogiar la evasión acrobática de Rio de su lluvia de relámpagos.

Seirei Gensouki Volumen 11 Capítulo 6 Parte 3 Novela Ligera

 

***

 

 

Al mismo tiempo, el grupo de Christina y Celia había atravesado los campos de trigo y corría por el camino a través del bosque.

“Hah… Hah… ¿Cuánto más… tenemos que correr?” Kouta jadeó.

“¡Sigue adelante! ¡No pierdas ni un segundo del tiempo que sir Amakawa nos compró!” Vanessa gritó desde donde corría a la cabeza.

“Eek…” El estudiante de último año de Kouta, Rei, gimió con una voz lamentable.

Celia y Christina estaban en un estado similar, ya que habían superado los límites de su resistencia hace mucho tiempo. Sin embargo, compartieron los sentimientos de Vanessa y continuaron corriendo desesperados.

Pasaron diez segundos más así, cuando todo en el campo de visión de Vanessa de repente se oscureció.

“… ¿Qué?”

Ella miró hacia el cielo, cuestionando.

“¡MROOOR!”

Un minotauro  de tono negro vino cayendo del  cielo con un impacto estruendoso. Además de eso—

“¡ROOOAR!”

Crash. Había otro detrás de ellos.

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“Qu…”

El grupo se había detenido antes de que se dieran cuenta, mirando hacia arriba aturdidos.

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“¿Que son esos…?” Rei se puso rígida.

“Esto… fue en la academia durante el ejercicio al aire libre esa vez…” Christina recordó la vez que se encontraron con un minotauro en el ejercicio al aire libre de la academia y palideció.

“¡E-Es un minotauro!  ¡¿P-Por qué está aquí?!”

Celia, que había presenciado uno antes, gritó.

“¡MROO!”

“¡BRREH HEH!”

Los minotauros se rieron de buena gana con sus rostros deformados.

“H-Hay más… viniendo del bosque…”

Vanessa estaba a punto de sugerir escapar al bosque cuando un grupo de orcos salió ruidosamente de entre los árboles. Estaban completamente rodeados por todos lados.

Sin que ninguno de ellos pudiera moverse, se quedaron allí tan quietos como pudieron. Entonces, el minotauro detrás de Celia extendió su mano izquierda, alcanzando a Christina. Sin embargo—

“¡¿MROOR?!”

La gigante negra no pudo agarrarse a su cuerpo, ya que fue despedido con fuerza desde un costado, estrellándose contra los orcos por el bosque con fuerza. Mientras tanto, Alma reemplazó el lugar donde acababa de estar la cabeza del minotauro.

“¿A-Alma?” Celia murmuró su nombre en estado de shock. Alma debió haber golpeado con su maza en la cabeza del minotauro desde atrás, mientras aterrizaba en el suelo en una postura para recuperar el impulso.

“Guh… Grrguh…” El minotauro golpeado trató de ponerse de pie débilmente, pero falló.

“¡Te cubriremos! ¡Por favor retrocedan!”

Sonó otra voz que Celia reconoció. Un destello plateado pasó a su lado: era el hombre lobo plateado, Sara. Sara se acercó al minotauro que luchaba por levantarse y le cortó la cabeza sin darle oportunidad de reaccionar.

“Grr…”

El minotauro derrotado desapareció en cenizas. Sin embargo, el área todavía estaba llena de orcos, algunos de los cuales habían sido aplastados hace unos momentos. Sara inmediatamente dio un paso atrás y se distanció de los orcos restantes.

Fue reemplazada por una lluvia de innumerables flechas de luz, que atravesaron los cuerpos de los orcos reunidos. El que atacó fue el elfo alto que estaba a unos diez metros del grupo, Orphia, sosteniendo un arco.

“¿P-Por qué… ustedes…?” Celia preguntó al recién llegado, estupefacta. Los tres tenían los rasgos físicos de su especie alterados en  oídos humanos a través de artefactos mágicos.

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“Vinimos a ayudar. ¿Fue innecesario?” Sara preguntó un poco incómoda.

“N-No, nos salvaste…”

“No ha terminado todavía. Limpiemos al grandullón que queda y a los orcos en el bosque”, dijo Alma, sosteniendo la maza en su mano lista.

“Celia, por favor vuelve a donde está Orphia con los demás”. Sara miró al minotauro que estaba frente a ellos.

Christina estaba desconcertada por la situación que cambiaba rápidamente.  Se  volvió  hacia  Celia  confundida.

“P-Profesora  Celia,

¿quiénes son estas chicas…?”

“Estas tres son amigas de Haruto. ¡De todos modos, todos! ¡Vengan por aquí!” Celia dio una respuesta corta y tiró del brazo de Christina, dando una orden a Rei y Kouta parados junto a ellos en el camino. Mientras tanto, Vanessa sostenía su espada contra los orcos.

“E-Está bien…” A pesar de cómo se había puesto rígida, Christina se retiró bajo la guía de Celia.

“¡MROOOR!” El minotauro restante rugió para intimidar al grupo que escapaba y saltó en el aire.

“¿Pensaste que flaquearíamos ante algo así?” Alma miró al minotauro con disgusto.

“Parece que nos han subestimado. ¡Orphia, hazlo retroceder!” Sara miró fijamente al minotauro mientras dirigía a Orphia detrás de ella.

“¡Sip!” Con un asentimiento, Orphia rápidamente disparó flechas de luz desde su arco. Los gruesos rayos de luz volaron directamente a través del aire y hacia el cuerpo del minotauro altísimo.

“¿Gragh?”

El minotauro rápidamente usó la gran espada de piedra en su mano para bloquear las flechas, pero fue derribado por el impacto.

“Qu…” Christina miró la escena con los ojos muy abiertos. El ataque recién ahora tenía suficiente poder para ser una clase superior de magia intermedia, sin embargo, era imposible disparar eso en menos de un segundo con el conocimiento dentro de la región de Strahl.

¿Podría ese arco ser un artefacto antiguo? Ella miró el hermoso arco en la mano de Orphia. Sin embargo, mientras reflexionaba sobre eso, Alma y Sara desaparecieron abruptamente.

“¡Alma, golpéalo contra el suelo! ¡Lo terminaré!”

“No es necesario que me lo digas dos veces”.

Sara comenzó a correr en la dirección en la que el minotauro fue lanzado mientras Alma saltaba alto en el aire con su maza preparada. Las dos tenían habilidades físicas que superaban con creces a las de los humanos.

“¿MROR?” Alma, con su pequeño tamaño, golpeó con su maza el cuerpo gigante del minotauro, haciendo que cambiara de dirección rápidamente y se estrellara contra el suelo.

Sara alcanzó al minotauro en el breve momento en que su cuerpo rebotó en el aire y le cortó limpiamente la cabeza. La próxima vez que el cuerpo de tono negro golpeó el suelo, se dispersó en cenizas.

Esto dejó a los orcos al acecho en el bosque.

“Grr, guh…”

Los violentos orcos parecían acobardarse después de ver cómo los minotauros se abrumaban tan fácilmente.

“¿Gragh?”

Orphia lanzó numerosas flechas de luz a la vez, eliminando a los orcos en cuestión de momentos. Cada flecha tenía una precisión milimétrica sin signos de fallar en sus objetivos. Como resultado, los orcos fueron completamente aniquilados en un instante.

“… No hay más presencias”.

“Parece que todos los monstruos han sido eliminados”.

Sara y Alma recorrieron con la mirada el bosque que las rodeaba mientras se acercaban a Celia y los demás.

“Buen trabajo, ustedes dos”, se rio Orphia. “?!”

De repente, las tres asumieron sus posiciones de batalla hacia el bosque. Al momento siguiente, un destello de luz negra se abrió camino a través de los árboles, apuntando en su camino, pero no estaba dirigido a Sara, Orphia, Alma ni Celia.

“¿Eh?”

El objetivo era Christina.

Para cuando se dieron cuenta de esto, la luz negra que se movía rápidamente estaba justo frente a sus ojos y no podían moverse, clavados en el lugar. Fue el ataque sorpresa perfecto sin rastro del agresor, nadie de los presentes pudo reaccionar.

Era demasiado tarde para evadirlo. Justo cuando pensaban eso, una sombra oscura se acercó a Christina. Fue, por supuesto…

“… ¡H-Haruto!”

Los ojos de Celia brillaron en el momento en que lo reconoció. Rio sostuvo su espada en su mano para tomar la luz negra de frente, cuando, al momento siguiente, blandió su espada y borró completamente la luz.

Clap, clap, clap. En ese momento, alguien comenzó a aplaudir desde el interior del bosque. El sonido de los aplausos gradualmente se hizo más fuerte hasta que pronto apareció una persona.

“Ah, qué espléndido. Estaba pensando en ayudar cuando todos ustedes se encontraron con tantos enemigos imprevistos, pero se ocuparon de ellos tan rápido”.

Reiss aplaudió mientras salía del bosque, elogiando a Rio ya los demás.

“…Tú.” Rio entrecerró los ojos. Era un rostro que reconoció, la persona que se había llevado a Lucius después de que lo arrinconó durante el ataque del monstruo a Amande.

“Me siento honrado de que me recuerdes. Mi nombre es Reiss, miembro de los Leones Celestiales”. Reiss se presentó no como un embajador del Imperio Proxia, sino como un mercenario.

“Después de Amande, ¿supongo que estos monstruos también fueron obra tuya?” Rio preguntó.

“Vaya, nunca lo haría. ¿Cómo podría uno siquiera controlar tales monstruos? ¿No acabo de decir que estaba pensando en ayudar?” Reiss se encogió de hombros, exagerando su fingida ignorancia.

“Entonces, ¿cuál fue ese ataque final que le dirigió a la princesa Christina?”

“Oh, ¿me estás acusando?”

“¿Quién más podría ser?”

“Podría haber otro enemigo escondido, ¿no?” Reiss respondió con una sonrisa.

“El enemigo eres tú”. Rio miró a Reiss con sospecha. Lo mismo ocurrió con todos los presentes.

“No, no, no tengo ninguna intención de pelear aquí. Estaba visitando a Cleia por casualidad cuando me di cuenta de ti, así que pensé en saludarte. Parecía que estabas atrapado en tu propio negocio, así que no pude encontrar el momento adecuado para hacerlo”, dijo Reiss con voz suave. De repente recordó algo y agregó en un tono encantado: “Oh, eso es cierto. Aquel con el que tienes una conexión también lo está haciendo bastante bien”.

“… ¿Dónde está Lucius?” Rio preguntó fríamente.

Celia y los demás a su alrededor escucharon en silencio la conversación, incapaces de seguir el ritmo de la situación, pero notaron que el aire alrededor de Rio estaba más tenso de lo habitual y tragaron saliva.

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“Él te guarda un gran rencor, por lo que te reunirás tarde o temprano. Del vengador al vengador, si se quiere… El karma humano es un concepto verdaderamente difícil. ¿No estás de acuerdo?”

Reiss sonrió provocativamente, pero la expresión de Rio vaciló.

“¿No es así, Rio?” Reiss dijo con una sonrisa.

“Guh…”

Celia, Sara, Orphia y Alma se tragaron el aliento en nombre de Rio. ¿Cómo sabía el nombre de Rio?, se preguntaron. Pero en la otra mano—

… ¿Rio? ¡¿Qu…?!

Christina estaba con los ojos muy abiertos mientras miraba la espalda de la persona que la acababa de salvar. Instantáneamente, todas sus sospechas sobre la persona llamada Haruto Amakawa fueron respondidas, todo se conectó como un rompecabezas. Ella tragó saliva sin darse cuenta. No era como si lo aceptara como la verdad absoluta. Quizás, solo quizás… Tales sentimientos de negación también surgieron dentro de ella. Pero a pesar de eso…

“…”

Rio levantó su espada y miró a Reiss agudamente, listo para cortarlo en cualquier momento.

“Oh querido. Me despediré ahora, así que por favor guarde esa espada de aspecto peligroso”. Reiss extendió ambas manos ante él, expresando dramáticamente su negativa a pelear.

“…”

Rio continuó mirando a Reiss, la expresión sin cambios.

“Por supuesto, puedo hacerle compañía si insiste, pero si se entretiene por aquí, los perseguidores pueden alcanzarlo, ¿no? Parece que tienes a varias personas pesadas a cuestas… sería una pena que fueran el objetivo primero en la batalla. ¿Serías capaz de protegerlos a todos si fuera necesario? Ni siquiera conoces los límites de mi poder todavía, ¿eh?”

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¿Todavía quieres intentarlo de todos modos? La sonrisa de Reiss implicaba.

“… Desaparece antes de que cambie de opinión”.

“Vaya, qué miedo. Entonces, si me disculpas. ”

Ante eso, Reiss se retiró al bosque. Rio miró su espalda con una expresión sombría.

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