Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 11

Capítulo 6: Escape

Parte 1

“¡Du… ¿Dulce Celia?! ¡¿Por qué estás aquí?!” Roland Claire gritó al ver a su hija en el sótano oculto de su casa. Su estar aquí fue realmente de la nada.

¿Dulce Celia? Por un momento, Rio dudó de sus oídos.

“Padre, te pedí que dejaras de llamarme así…” le dijo Celia a Roland con una sonrisa forzada. Abrió los brazos y la abrazó.

“¿Has estado bien? Me encantó encontrar tu carta y saber que estabas a salvo después de que te sacaron de la boda, pero me preocupé mucho”.

“Lamento mucho haber hecho tal cosa sin informarle…”

“No, hiciste lo correcto. Si tuviera que dar a ese pedazo de mierda tu mano en matrimonio, ¡preferiría que permanecieras soltero por el resto de tu vida!” Roland subrayó. Parecía que adoraba bastante a su hija. Roland era delgado y un poco más pequeño, pero su dignidad y espíritu lo hacían parecer un joven de mediana edad. Sin embargo, parecía bastante descuidado en este momento.

“Umm, padre. Estamos parados frente a la princesa Christina, así que por favor, observe lo que hace y dice”, dijo Celia con una expresión tensa.

“O-Oh, eso es correcto. Hmm. También tenía información que transmitir a la princesa, pero…” Roland parecía en conflicto. Seguramente tenía muchas cosas que quería preguntarle a Celia, como a dónde fue después de dejar el castillo y qué estaba haciendo aquí ahora…

“Si tiene poco tiempo, hable primero con la profesora Celia. Después de todo, es tu reunión tan esperada”, dijo Christina, comprendiendo cómo debía sentirse Roland.

Después de todas sus dudas, Roland tomó una decisión.

“… No, primero le presentaré mi informe, Alteza”.

La situación debe ser espantosa, se dio cuenta Christina, lo que la hizo ponerse rígida.

“Entiendo. No parece que vaya a ser una buena noticia, pero déjeme oírla”.

“Si. La verdad es que la capital ha enviado equipos de búsqueda adicionales  y  los  dirige  Charles  Arbor.  Un  hombre  desconfiado  y despreciable que usa todo lo que está a su alcance. Consideró que la mansión era el lugar más sospechoso y ha pedido a todos los carpinteros de la ciudad que se reúnan mañana y desmantelen mi casa en busca de habitaciones ocultas. Incluso ha preparado una orden de incautación de Su Majestad para asegurarse de que no pueda negarme. No queda absolutamente ningún tiempo”, explicó Roland mientras miraba a Celia con una expresión conflictiva. Celia pareció apenada al escuchar que Charles estaba tan cerca.

Christina miró a Rio implorante. “… Sir Amakawa. ¿Es posible salir esta noche?”

“Lo es. Parece que no hay otro momento que esta noche para irnos”, respondió Rio de inmediato.

“… Su Alteza, ¿quién es este chico?” Roland miró a Rio e inclinó la cabeza.

“Es el recién nombrado caballero honorario del Reino de Galarc, Sir Haruto Amakawa”.

“¿Caballero honorario? ¿A una edad tan joven? Pero, ¿qué está haciendo aquí un noble de Galarc…?”

“Sir Amakawa es quien trajo a la profesora Celia a esta sala subterránea”, explicó Christina.

“¿Q-Qué? ¿Cómo evitaste a todos los guardias de seguridad afuera…? No, espera. Si fuiste tú quien trajo a Celia aquí, ¿entonces eres…?” Roland miró a Rio con sorpresa.

“Yo también soy quien se llevó a Lady Celia de su boda”, dijo Rio.

“O-Oh vaya… H-Hmm.” Roland miró de cerca el rostro de Rio y tarareó.

“Padre, como escribí anteriormente en la carta que dejé aquí, fui yo quien decidió huir de esa boda. Haruto simplemente me concedió ese deseo”. Celia enfatizó que era su propia intención huir de la ceremonia de la boda, alejando toda la responsabilidad de Río.

“…Yo sé eso. Así que fuiste tú quien salvó a Celia. Sir Haruto Amakawa, permítame agradecerle”. Roland colocó su mano derecha sobre su pecho e inclinó la cabeza hacia Rio.

“No, fui yo quien la empujó a cuestionar si quería casarse de esa manera. Me disculpo por causarle algún grado de preocupación”. Rio inclinó la cabeza hacia atrás en disculpa.

“Pensé que mi corazón se detendría después de que ella fuera secuestrada, pero eso resultó en su huida de casarse con Charles, supongo. Te dejaré ir con un solo golpe de la magia de fuego Ignium”, declaró Roland con una sonrisa refrescante.

“¡Padre! Por favor, no lo malinterpretes. Fui yo quien decidió dejar el castillo. La responsabilidad es mía, no Haruto. Si quieres culpar a alguien, cúlpame a mí. ¡Soy yo el que tiene la culpa!” Celia hizo un puchero en objeción.

“¡No, nunca puedes equivocarte!” Roland lo negó de inmediato.

“Entonces tampoco te equivocas, ¿verdad?” Confirmó Celia.

“¡Pero por supuesto!” Roland asintió, sonriendo con toda su cara.

“Ahora que se ha aclarado la sospecha sobre Sir Amakawa, ¿pasamos a discutir la fuga? Aunque todo el plan depende de él…” Christina se rio entre dientes.

“El primer paso es trasladarse del sótano a la superficie, pero esto no debe hacerse con todos en un solo viaje. Hay demasiados en riesgo de sobresalir. Sería una cosa si lo vieran en la ciudad, pero si Su Alteza es vista en los terrenos de la propiedad, sería evidente que estaba protegido aquí. Incluso el Conde Clare no podría excusarse de eso, ¿correcto?” Rio miró a Roland y preguntó.

“Hmm… Incluso ser visto dentro de la ciudad es cruzar la línea, pero ciertamente es más excusable que ser encontrado en la propiedad,” dijo Roland pensativo.

“Lo que significa que incluso si el riesgo de ser descubierto es pequeño, debería evitar sacarlos a todos uno por uno. Cuanto más a menudo entre y salga, mayor será el riesgo de que me descubran, y si me descubren, tendré que huir, lo que dificultará el reingreso. Puede que tenga que abandonar a los que quedaron atrás de esa manera”.

“Entonces, ¿qué podemos hacer…?” preguntó Christina. ¿Qué otro método podría haber?

“En esta situación, la mejor manera de manejar el riesgo es que salga primero del sótano y cause una conmoción en otra parte como cebo. Después de que todos los guardias de seguridad se acerquen a mí, Su Alteza y los demás pueden aprovechar esa oportunidad para escapar.

¿Cómo suena eso? Proporcionaré suficientes artefactos mágicos para alterar los colores de cabello de todos, así que úselos”. Rio sugirió el plan más seguro. Si había demasiadas personas en los terrenos de la propiedad para escapar fácilmente, simplemente deberían reducir la cantidad de personal.

Christina tragó saliva. “… ¿Está bien? ¿No sería demasiado para ti? ”

Teniendo en cuenta lo pesado que estaba el aire en la ciudad en este momento, causar tal conmoción normalmente se consideraría un suicidio.

“Si. Esta cantidad de seguridad no es nada comparada con cuando me llevé a Lady Celia lejos de su boda en la capital del Reino de Beltrum”, respondió Rio con total calma.

“¡Pff, haha! Oh Discúlpeme. Normalmente, este sería un papel asignado a un peón de sacrificio, pero tienes una enorme cantidad de poder persuasivo”. Roland se rio de buena gana.

“Me siento honrado. Pero los guardias de seguridad pueden resultar heridos y las casas de la ciudad pueden resultar dañadas de esta manera…”

“Lo suficientemente justo. Cerraré los ojos ante tal daño a la ciudad. Sin embargo, espero que puedan evitar dañar a los ciudadanos, si es posible”.

“Entendido. Me esforzaré por evitar causar daño a los no combatientes. Ahora, repasemos los detalles de cerca, para que nada quede al azar. Sería de gran ayuda si tuviera un mapa de la ciudad, incluso uno aproximado servirá”.

“Tengo uno en mi cabeza. Yo te lo dibujaré”, dijo Roland, siendo el señor del área.

“Por favor”, dijo Rio. Luego se dirigió en secreto a Aishia, quien los había acompañado en su forma espiritual.

Aishia, tengo un favor que pedirte.

***

Pasaron aproximadamente media hora repasando el plan de escape.

“… Me iré con la princesa, entonces, padre”.

“Sí, cuídate. Aunque supongo que no hay necesidad de que me preocupe, considerando lo hábil que es Haruto”.

“Si. He vivido una vida muy tranquila y agradable desde que dejé el castillo con Haruto. Pero es por eso que seguí preocupándome, en el fondo… Me preguntaba si realmente se me permitía ser tan feliz después de hacer que usted y los demás se preocuparan tanto. Le pedí irracionalmente a Haruto que me trajera aquí en busca de esa respuesta, aunque terminó en más problemas para él… ”

“Ya veo… Después de que pase esta situación, me encantaría sentarme con ustedes dos para hablar. También debo agradecerle muchas cosas”. El rostro de Roland se suavizó ante la forma en que Celia habló en tono de disculpa.

“Por supuesto. Voy a hablar un poco con Haruto antes de irnos”.

“Entonces, vete.” Roland despidió a Celia.

“Hey, Haruto”.

“— ¿Ocurre algo, lady Celia?”

“La forma en que me llamas Lady Celia es vergonzosa. Solo llámame Celia —dijo Celia con el ceño fruncido.

“No, no puedo referirme a una mujer noble soltera sin su título en público”, dijo Rio. Él tampoco podía llamarla “Profesora”, así que se decidió a llamarla Dama.

“…Está bien, lo que sea. Más importante aún, quería disculparme. Te puse más cargas antes de que me diera cuenta yo misma”, dijo Celia, con el rostro retorcido de pesar.

Rio negó con la cabeza con una leve sonrisa.

“Eso no es cierto. Estoy haciendo lo que quiero, porque soy yo quien quiere devolverte mi favor”.

“Me siento honrada de escucharte decir eso, pero… ¿Sabes que las cosas que hice por ti no fueron nada en absoluto? Has hecho tanto por mí, soy la que no puedo devolver el favor por todo. Por eso quiero darte las gracias. Por todo, siempre— dijo Celia en tono de disculpa.

“No, debería estar diciendo eso”. Rio sonrió gentilmente a Celia a cambio.

Haruto, los preparativos están hechos. Listo cuando sea, la voz de Aishia hizo eco en su cabeza.

Entendido. Me pondré en contacto contigo cuando esté listo, así que empieza.

Okay.

“Vamos, la noche terminará si pasamos demasiado tiempo aquí, así que vamos pronto”.

“…Si.”

Caminaron por el pasillo hacia el jardín. Aparte de Christina, Vanessa y Roland, Rei y Kouta también estaban esperando allí.

“Contamos con usted, Sir Amakawa”, dijo Christina, inclinando la cabeza. Vanessa, Rei y Kouta la siguieron.

“Si. Todo irá bien, siempre y cuando nos movamos según el plan. Le dejaré para protegerlos, señorita Vanessa”, dijo Rio, mirando a Vanessa.

“Entendido. No soy rival para ti, pero haré lo mejor que pueda”, asintió profundamente.

“Sir Amakawa… No, Haruto”, se dirigió Roland a Rio con una mirada extraña.

“Si, ¿qué pasa?” Rio respondió, poniéndose un poco en guardia.

“Estoy depositando mi confianza en ti… Por favor protege a Celia”, dijo Roland, inclinando la cabeza.

“Lo habría hecho de todos modos”, se rio Rio, asintiendo con firmeza. Era tan natural que no necesitaba que le dijeran que lo hiciera. Sin embargo, le complació escuchar que el padre de Celia le preguntaba eso.

“…Ya veo. Entonces, por favor acepta esto”. Roland ofreció una pequeña bolsa que estaba llena.

“¿Qué es esto?”

“Contiene fondos para el viaje. Necesitará reabastecerse en su viaje, ¿no? Puede guardar el resto como recompensa. Sé que no está cerca del valor de este trabajo, pero podemos arreglar algo más otro día, después de que regreses con vida”.

“No, esto es… no puedo aceptar algo como esto”. Rio se negó a aceptar la oferta de Roland con el ceño fruncido.

“Está bien, solo tómalo. Al menos déjame asumir los gastos de tu viaje”. Roland obligó a Rio a sostener la bolsa.

“… Le entregaré las sobras a Lady Celia, entonces.”

“Hehe, parece que eres bastante terco. Eres prometedor para ser joven. Me hubiera encantado tomar una copa o dos contigo, pero no hay tiempo. Mejor ponte en marcha”.

“Si. Por favor, discúlpeme… Nos vamos ahora”.

Con esas palabras, Rio subió las escaleras hasta el jardín de la propiedad. Abrió la puerta del techo y buscó los alrededores con sus artes espirituales. Una vez que confirmó que no había nadie cerca, abrió la puerta por completo y salió disparado rápidamente.

Luego se abrió paso entre los guardias que patrullaban el jardín, moviéndose con espléndidos movimientos y saltando la valla alta alrededor de la propiedad como un acróbata.

Menos de unos minutos después, en un cielo muy por encima de la ciudad, lejos de la mansión del Conde  Claire, una explosión de luz explotó violentamente.

***

En un cuadrado dentro de Cleia, una explosión reverberó repentinamente a través del área oscura y vacía. En el momento siguiente, una ráfaga de luz se disparó hacia el cielo sobre la plaza, iluminando la ciudad como si fuera de día.

“¡¿Qué pasó?!” Los soldados del ejército que patrullaban la ciudad cercana llegaron corriendo a la plaza.

“¡Hay cuatro personas allí!”

“¿Qué?” Su atención se centró de inmediato en las cuatro figuras de la plaza. Estaban iluminados por la explosión de luz en el aire, lo que los hacía fáciles de detectar.

Efectivamente, estaban las personas que buscaban los soldados, es decir, dos mujeres con las características de Christina y Vanessa. Los otros dos llevaban capuchas y cubrían todo el cuerpo, lo que dificultaba la identificación de su género.

“Cabello morado… ¡Es la Princesa Christina!”

“La otra tiene una espada. ¡Es la caballero, Vanessa Emarle!” gritaron los soldados.

“¿P-Por qué están parados con tanta valentía al aire libre…?” Algunas personas estaban confundidas por la vista.

“¡E-Espera! Ah, no— ¡no se muevan!”

El grupo de cuatro eligió una calle que estaba vacía de soldados y huyó de la plaza. Los soldados les gritaron, pero no  había forma de que se detuvieran. La explosión de luz disparada al aire se desvaneció rápidamente, hundiendo los alrededores en la oscuridad.

“¡R-Refuerzos! ¡Pide refuerzos desde el cuartel general! ¡Envía gente a las puertas también!”

“¡S-Sí señor!”

Un soldado mayor dio órdenes rápidamente, haciendo que los soldados más jóvenes se movieran presas del pánico. Mirándolos desde la azotea de una casa cercana estaba el grupo de cuatro que supuestamente había huido de la plaza antes.

Aishia, hasta que dé la señal, sigan mostrándose aquí y allá y conduzcan a los soldados al bloque norte.

Una persona del grupo, una chica de cabello color púrpura, escuchó la voz de Rio en su cabeza. La chica no era otra que Aishia, y había usado artes espirituales para cambiar temporalmente el color de su cabello a un tono lavanda.

Entendido, respondió Aishia con su voz tranquila.

“Vamos”, les dijo a los otros tres, y saltó del techo a la calle.

***

Algún tiempo después de eso—

“¡¿Qué?! ¡¿La princesa Christina fue vista en una plaza en el distrito civil?!”

La finca del Conde Claire estaba dentro del distrito noble. Charles había estado durmiendo en el edificio de invitados de honor cuando lo despertaron y le dieron un informe inesperado mientras aún estaba en pijama.

“¡S-Sí, señor! Una bola de luz apareció de repente en el cielo y los soldados que salieron corriendo a investigar vieron a un grupo de cuatro personas similares a los objetivos. Actualmente están huyendo hacia el norte”, explicó apresuradamente el soldado que vino a hacer el informe.

“¡¿Dónde está el Conde Claire?!”

“En el recinto. Está buscando una explicación para esta conmoción”.

“Pero… eso no puede ser…” Los ojos de Charles se agrandaron en estado de shock.

Pensé que tomaría medidas si lo presionaba con una orden irrazonable, pero… ¡¿Entonces no los estaba protegiendo en la mansión?! ¡¿Por qué están en el distrito civil?!

Si Christina hubiera estado escondida en el distrito civil, entonces no habría podido contactar al Conde Claire bajo arresto domiciliario en el distrito noble. No, era posible hacer contacto a través de artefactos mágicos, pero usar uno haría que el mensaje se enviara a todos los demás artefactos dentro del alcance. No se pueden utilizar para pasar mensajes confidenciales entre ellos.

“¿Cuáles son tus órdenes? Solo tenemos una cantidad mínima de personal en el distrito civil, aparte de la puerta, y han enviado una solicitud de respaldo”. El soldado que hizo el informe pidió más órdenes presa del pánico.

“¡Tch, ve al norte! ¡Moviliza a todo el personal de la mansión y del distrito noble y envíalos al distrito civil! Selle el área, asegúrese de que no se escapen. ¡Captúrelos a toda costa!” Charles gritó sus órdenes.

Mientras pudiera capturarlos, tenía innumerables formas de obtener testimonio. Si los dejaba escapar, no quedarían pruebas definitivas.

“¡Entendido!” respondió el soldado, saliendo apresuradamente de la habitación para transmitir las órdenes. En su lugar, aparecieron Rui y Alfred.

“¿Qué diablos está pasando, Charles?” Alfred preguntó primero.

“¡E-Están al norte! ¡La princesa Christina está en el bloque norte! Los testigos han visto a un grupo de cuatro, ¡apúrate y agárralos! ¡No dejes que se escapen! ¡ ¡Me cambiaré antes de irme con mis subordinados!” Charles ordenó a Alfred.

“¡Vamos!” Rui respondió de inmediato, saliendo corriendo de la habitación. Alfred suspiró antes de seguir a Rui hacia el bloque norte de la ciudad.