Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 11

Capítulo 5: Encuentro Casual

Parte 2

 

 

Christina había anticipado que Rio era Haruto Amakawa después de ver la forma en que desvió su bala de fotones. Pero no pudo deshacerse de su confusión, incapaz de entender la conexión entre él y Celia.

“… Si puedo preguntar, ¿estaría dispuesto a intercambiar información? Le pedí a Haruto que me trajera aquí para saber exactamente qué está pasando en el territorio de Claire en este momento”, dijo Celia, lanzándose a una explicación simple sobre cómo llegó allí.


“Entiendo. Después  de asistir al banquete en el que también estuvo presente Sir Amakawa, regresé al Reino de Beltrum. Luego, hui del castillo. Desafortunadamente, mis perseguidores me alcanzaron, impidiéndome viajar más lejos. El único aliado confiable que tenía era el Conde Claire, y sé que debo estar causándole muchos problemas, pero…” Christina frunció el ceño por la frustración. El padre de Celia, el conde Claire, era un noble leal del reino, en otras palabras, la facción del duque Fontaine. Eran la tercera facción además de Duque Arbor y Duque Huguenot, aunque tenían el menor poder.

“Ya veo… cuando se trata del asunto de nuestra princesa, estamos felices de ayudar”. Celia negó con la cabeza. Aunque fue difícil procesar la situación con una explicación tan breve, estaban en el mismo barco.

“Desde el fondo de mi corazón, estoy agradecida por su lealtad a la corona…” dijo Christina respetuosamente. “… Por cierto, ¿cómo terminó con ese color de cabello, profesora Celia? Recuerdo que antes tu cabello era de un hermoso color blanco”.

“Ah, umm. Eso es…” Celia murmuró torpemente. Los artefactos que alteraron el color del cabello generalmente no existían en la región de Strahl. Incluso una hechicera genio como ella nunca había visto algo así hasta que Rio se lo entregó.

Si bien había muchas fórmulas de hechizos en circulación en la región de Strahl, no todas fueron reveladas al público. Algunos se mantuvieron ocultos y administrados a puerta cerrada. La hechicería que usaba tales fórmulas de hechizos se conocía como artes secretas y no se filtraban fácilmente al mundo exterior. A lo largo de los mil años de historia de la región de Strahl, incluso hubo guerras entre reinos por tales artes secretas.

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En este sentido, el artefacto utilizado para alterar el color del cabello de Celia tenía el mismo valor que un arte secreto, por lo que dudó en revelar su existencia, incluso a su propia princesa.

“Está alterado por un artefacto mágico, Su Alteza”, respondió Rio en nombre de Celia, cuya lealtad la había dejado en conflicto.

“Entonces, tales artefactos existen…” Los ojos de Christina se iluminaron con curiosidad, pero no tocó más el tema. “Perdóname. En lugar de quedarnos así, ¿por qué no nos trasladamos a un lugar diferente para discutir las cosas? Allí hay un comedor”.

“E-Está bien”. Celia miró el rostro de Rio mientras asentía.

“Si sería inapropiado para mí escuchar los asuntos internos de su reino, puedo disculparme…” Rio expresó sus preocupaciones, incapaz de estar de acuerdo de inmediato.

“No, eso no será un problema. En todo caso, preferiría tenerte presente. No tiene sentido ocultarlo, así que te diré esto ahora: actualmente no tengo ningún poder. Es decir, no puedo hacer nada sin depender de quienes me rodean. Por eso me gustaría pedir la ayuda del caballero honorario, si es posible. Soy consciente de lo insolente que puedo sonar, pero ¿al menos escucharías mi historia?” Christina preguntó, anunciando audazmente la situación en la que se encontraba mientras inclinaba profundamente la cabeza hacia Río. Normalmente sería impensable que la realeza agachara la cabeza ante la nobleza, y mucho menos la nobleza de un reino extranjero. Por eso esta acción demostró cuán desesperada estaba Christina en ese momento.

“…Entiendo. En ese caso, me sentaré contigo”, acordó Rio.

“Gracias. Entonces movámonos de inmediato… Oh, me olvidé de Vanessa. Vanessa, preséntate primero a Sir Amakawa”. Christina estaba a punto de dirigirse al comedor de inmediato cuando se dio cuenta de que Rio aún no conocía a Vanessa.

“Si su Alteza. Mi nombre es Vanessa Emarle. Me disculpo sinceramente por mis acciones anteriores. Acompañé a la princesa Christina al banquete, así que fui testigo de tus hazañas de primera mano. Si es posible, espero que puedas prestarle ese poder a mi princesa”. Vanessa inclinó la cabeza profundamente hacia Rio.

“No puedo prometer nada ahora, pero tengo la intención de escuchar sus palabras. Si mal no recuerdo, tú eras la que estaba detrás de la princesa Christina en la fiesta del té. ¿Es así?”

“Me siento honrada de que lo recuerdes”.

“No me di cuenta de que eras un rostro familiar mientras estábamos peleando. Aparte de eso, si eres un Emarle, ¿eso te convierte en un pariente de la Espada del Rey, Sir Alfred? La Espada del Rey fue el título otorgado al espadachín más fuerte del Reino de Beltrum.”

“… ¿Conoces a mi hermano?”

“Aunque no lo conocí formalmente, cuando estaba ayudando al Profe… Disculpe. Cuando estaba ayudando a Lady Celia a escapar de su ceremonia de boda, crucé espadas con Sir Alfred, que era uno de los perseguidores”. Rio explicó su conexión inesperada con una sonrisa irónica.

Vanessa miró a Rio con asombro en sus ojos. “D-De hecho, mi hermano mencionó tal cosa… Ya que sacaste con éxito a Celia de la ceremonia,

¿eso significa que lograste escapar después de cruzar espadas con mi hermano?”

“Bueno, sí.”

“Ya veo… realmente debes tener habilidades impresionantes”. “De ningún modo. ¿Vamos a reubicarnos ahora?” Dijo Rio.

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“Por favor ven por aquí.” Vanessa los condujo a los cuatro hacia la puerta del comedor. Pero, antes de que lo alcanzaran, un niño los llamó.

“Umm… ¿Qué debemos hacer…?” Uno de los dos chicos de aspecto japonés que habían sido completamente ignorados en la pelea anterior levantó la mano con nerviosismo.

“¿Quiénes son, princesa Christina?” Preguntó Celia, mirando a los dos chicos.

“Son… Personas que vinieron a este mundo después de haber sido arrastradas por la invocación del héroe. Sin embargo, cómo llegaron a este lugar exacto es una historia un poco más larga…” Christina se llevó una mano a la cabeza y pareció perturbada.

“Ya veo, entonces son amigos de Sir Rui”, adivinó Rio de inmediato.

“¿C-Conoces a Rui?” dijo el otro chico. Sus palabras no estaban en japonés, sino en el idioma de este mundo.

“Sí, nos conocimos en el banquete la otra noche…”

“Ya veo…” Una tenue sombra apareció sobre el rostro del chico. “¿Le pasa algo a Sir Rui?”

“N-No, nada. Perdón por molestarte…” Aunque negó la pregunta, estaba claro que algo estaba pasando.

“¿Qué tal si ustedes dos se presentan también?” Preguntó Christina.

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“¡Ah, sí! Umm…” El chico con algún tipo de conexión con Rui asintió con nerviosismo, pero parecía no saber cómo presentarse.

“Soy Saiki Rei. Ah, eso sería Rei Saiki en este mundo. Soy un estudiante de último año para este tipo y Rui, pero no soy alguien tan importante que debas recordar. De todos modos, es un placer conocerte”, dijo el otro chico. Las palabras que usó tampoco eran japonesas, sino la lengua común de Strahl.

“No, te recordaré. Soy Haruto Amakawa. Es un placer conocerte.” Fue una presentación divertida, pensó Rio mientras le devolvía el favor con una sonrisa.

“Haruto Amakawa…” Al escuchar ese nombre, Rei miró fijamente el rostro de Rio. Probablemente pensó que el nombre sonaba extrañamente japonés.

Celia, que estaba familiarizada con la vida pasada de Rio, podía adivinar el motivo de las sospechas de Rei. Ella lo saludó para enfatizar su presencia. “Umm, soy la hija del conde dueño de esta mansión, Celia Claire. Encantado de conocerte, Rei”.

“Ah, h-hola.” Rei asintió con la cabeza hacia ella.

“¿Y quién eres tú?” Celia preguntó al más tímido de los dos chicos.

“Yo-yo soy Kouta. Kouta Murakumo. Encantado de conocerte.” Kouta inclinó la cabeza con nerviosismo y observó los rostros de Rio y Celia. También usó la lengua común de Strahl en lugar del japonés.

Como conocen a Rui, estos dos son definitivamente japoneses. Sin embargo, tengo un poco de curiosidad por saber cómo aprendieron el idioma de este mundo… Rio estaba interesado en ellos, pero ahora no era el momento de hacer esas preguntas.

“Hola. Encantado de conocerte”, respondieron Rio y Celia al mismo tiempo.

“Entonces, no te retendremos por más tiempo. Hablemos de nuevo la próxima vez”. Rei instó a Rio y a los demás a volver a sus asuntos.

“Ustedes dos esperen allí. Si necesitas algo, estaremos en el comedor.

¿Nos vamos?”

Christina dejó instrucciones para Rei y Kouta antes de animar a Rio, Celia y Vanessa a moverse. Así, los cuatro dejaron atrás a los dos japoneses y se sentaron alrededor de la mesa del comedor.

Christina fue la primera en abrir la boca, proporcionando la información que buscaba Celia. —Profesora, dijo que quería conocer a su padre, el conde Claire se dirigirá a este sótano más tarde, antes de que llegue la mañana. El grupo de búsqueda se queda dentro de la mansión, por lo que le resulta difícil moverse”.

“Es así… Me preocupaba que estuviera en la capital y hubiéramos venido aquí por nada, así que es bueno saberlo. En ese caso, parece que sería mejor esperar aquí hasta que llegue padre”.

“Si. Debería haber algo de tiempo hasta entonces, así que espero que podamos discutir varias cosas mientras tanto”.

“¿Con qué empezamos, entonces?”

“Veamos. Lo primero que me da curiosidad es cómo ustedes dos huyeron del castillo. No importa cómo lo mire, parecía que te secuestraron en esa ceremonia de boda… ”

“No fui secuestrada. Como dije antes, le pedí a Haruto que me llevara por mi propia voluntad”, enfatizó Celia.

“¿Puedo preguntar por qué?”

“… Por vergonzoso que sea admitirlo, quería escapar de mis deberes como noble”.

“El deber del que hablas es el matrimonio político con Charles Arbour, ¿es así?” Preguntó Christina.

“Si. Una mujer noble no siempre podrá casarse con la persona que desea. Entiendo que este es el deber de todas las mujeres nobles, pero simplemente no podía aceptar mi matrimonio político con él”, dijo Celia claramente, con una expresión oscura en su rostro.

“Bueno, eso es natural. Creo que tomaste la decisión correcta”. Christina apoyó la elección de Celia fácilmente.

Los ojos de Celia se abrieron con sorpresa. “… ¿Fue la decisión correcta?” preguntó ella vacilante.

“En efecto. Aquellos en nuestras posiciones no pueden elegir libremente a nuestros cónyuges. Sin embargo, eso se debe a que debemos casarnos por el bien de nuestra familia o por nuestros reinos. Si un matrimonio político no tiene tales beneficios, o más bien produciría más mal que bien, entonces no vale la pena adherirse a tales acuerdos”, dijo Christina con una sonrisa.

Al escuchar a Christina llegar tan lejos como llamar al matrimonio “mal”, Celia parpadeó sorprendida. “… Su Alteza, ¿está diciendo que mi matrimonio político con él habría sido considerado malo para el reino?” ella preguntó.

“La existencia de Charles Arbor y Duque Arbor es lo que es malo para el reino. ¿No huyó del matrimonio porque también lo pensó, profesora?”

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“… Sentí que estaba mal. Lograron resultados deseables, pero los métodos de la familia Duque Arbor eran demasiado prepotentes”.

“¿Pero no tenías confianza en tu decisión?”

Celia sonrió débilmente. “No me correspondía a mí decidir si tenía razón o no”.

“Entonces, ¿te arrepentiste? Que Sir Amakawa te lleve”.

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Hizo una pausa antes de negar con la cabeza con firmeza. “… No, no me arrepiento de eso”.

“Entonces todo salió bien, ¿no?” Christina dijo con una sonrisa. “Por supuesto, hay algunos nobles que desaprobarían tu decisión y tus acciones. Sin embargo, pensaste que las costumbres del Duque Arbour estaban mal. Creías que estaba bien dejar el castillo. Te apegaste a esa creencia tuya y no te arrepientes. No importa si estuvo bien o mal, porque los que determinarán eso vendrán en el futuro, lo determinaremos nosotros, las personas que viven en este reino… Y no sé de nadie más, pero yo personalmente apoyo su decisión, profesora”.

“Tengo la suerte de que digas eso, pero…” Celia sonrió, sin saber cómo reaccionar.

“¿No es más importante pensar en lo que quiere hacer desde aquí, profesora Celia? El hecho de que hayas regresado a esta mansión significa que no has abandonado por completo tu condición de noble de nuestro reino, ¿no?”

“Eso es… no sé si tengo el derecho después de huir…” Celia miró ansiosa por la pregunta de Christina.

“¿Oh? Si se trata de ser una fugitiva, entonces soy igual que tú. Pero solo porque dejé el castillo no significa que esté abandonando mi posición como realeza. Lo que importa es lo que hago a partir de ahora como miembro de la realeza y los resultados que dejo atrás. Creo que todo depende de eso”.

Los ojos de Celia se agrandaron ante la determinación de Christina. “… Eres una persona muy fuerte”.

Había estado pensando algo similar, pero le faltaba la confianza y se preguntaba si se le permitía hacerlo o no. A diferencia de ella, Christina mostró una gran confianza y resolución. No había duda de que ella también se había preocupado. No había forma de que una princesa pudiera haber abandonado el castillo sin ninguna preocupación; hacerlo era una señal de total indiferencia o ignorancia, y Celia sabía que Christina no era ninguna de las dos cosas.

Entonces, ¿por qué demonios Christina dejaría el castillo? “¿Puedo hacer una pregunta también?”

“Por supuesto, adelante”, respondió Christina sin vacilar.

“¿Por qué tomarías medidas tan peligrosas para dejar el castillo?” Preguntó Celia.

“Lo hice porque Padre me confió el futuro del reino. Salí para apoderarme de ese futuro. Si me quedaba en la capital así, al menos, no habría futuro para mí. Por eso decidí dejar el reino, incluso si era peligroso”.

“Aprovechar el futuro del reino… ¿Qué estaba tratando de hacer, Su Alteza?” Celia preguntó asombrada, sintiendo la fuerza de la determinación de Christina.

“Mi primer objetivo era ir a Rodania y unir fuerzas con la Restauración. Después de eso, esperaría cuidadosamente el momento adecuado para actuar contra el gobierno de Beltrum controlado por la casa Arbour y desarraigar su legitimidad e influencia, promoviendo la Restauración como el poder legítimo y revirtiendo el equilibrio de poder”.

El tono de Christina fue verdaderamente digno. Pero incluso si la Restauración tuviera a la segunda princesa Flora y al héroe Hiroaki, con el rey actual y el héroe Rui del lado del gobierno de Beltrum, no había forma de que la Restauración pudiera superar su legitimidad. El lado del reino se vería afectado si la princesa Christina se uniera a la Restauración, pero aun así no fue suficiente para derrocarlos.

“… ¿Puedes hacer tal cosa? ¿Cómo…?” Preguntó Celia, incrédula.

“No puedo decírtelo en este momento, pero podré decírtelo una vez que llegue a Rodania. Por eso debo dejar este sótano por todos los medios necesarios y dirigirme a Rodania”. Una luz inquebrantable habitaba en los ojos de Christina.

Fue en este momento que Rio pidió permiso para unirse a la conversación. “¿Puedo hacer una pregunta también?”

“Sí”, asintió Christina.

“Con el debido respeto, parece que la casa Arbor ya ha tomado el poder sobre el reino de todas las formas sustanciales. Tengo curiosidad por saber qué más desearían además de eso. Si no tiene objeciones, me gustaría escuchar más sobre eso”, preguntó Rio, investigando los objetivos del Duque Arbour.

“Por supuesto. Si el Duque Huguenot es una persona racional y ambiciosa, entonces el Duque Arbour es una persona insaciable y ambiciosa. Él es el tipo de persona que quiere tener su pastel y comérselo también, mientras que el Duque Huguenot no cruzará esa línea. ¿Puedes entender lo que estoy diciendo con esto?” Christina miró a Rio de cerca.

Rio respondió después de una leve pausa. “… El Duque Arbour quiere la corona”.

“Exactamente”, asintió Christina.

“Eso significa que los actuales sucesores reales de alto rango de la corona son un obstáculo a los ojos del Duque Arbour”. Eso significaba que la existencia de la Restauración que respaldaba a la segunda princesa Flora era probablemente una espina clavada en el costado del Duque Arbor.

“Si. Si me hubiera quedado en la capital así, creo que tarde o temprano me habrían borrado”, dijo Christina con calma y gentileza.

“¡C-Cómo pudo! ¡Un acto de brutalidad tan injusto nunca sería aceptado…!” Celia gritó en estado de shock.

La corona del Reino de Beltrum fue sucedida por la sangre; esto fue absoluto. El próximo rey se decidió en el orden de aquellos con mayores derechos de sucesión, y la condición absoluta de la sucesión era ser descendiente directo del rey. Era imposible que alguien con menos derecho de sucesión heredara el trono cuando estaba presente alguien con mayores derechos.

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Los hijos actuales nacidos entre el rey Felipe III y su primera esposa, la reina Beatriz, fueron Cristina y Flora, quienes poseyeron el  título de Primera Princesa y Segunda Princesa sucesivamente, respectivamente. Debajo de ellos estaban los niños nacidos de concubinas.

La hija menor del Duque Arbour era una de esas concubinas que se casaron con el rey Felipe III, pero el derecho de sucesión de su hijo, Loris, era bastante bajo.

“Pero puede ser. La legitimidad puede ser proporcionada por el héroe, Rui. Un héroe es un discípulo de los Seis Dioses Sabios, los mismos seres que apoyan el poder y la legitimidad del trono. No sería imposible para él derrocar la sucesión del trono para entregarle a su propio nieto la próxima corona. Por eso la casa Arbour había estado fortaleciendo su influencia interna con tanta avidez. Para aplastar a quienes puedan oponerse a esa legitimidad”.

“Guh…” Celia tragó saliva involuntariamente.

“Pero, desafortunadamente para él, el héroe Rui fue convocado junto a su amada. Intentó que su nieta Loris se le acercara para ser su esposa, pero sus esfuerzos fueron en vano. Además, el secuestro de la profesora Celia ensució su presencia ante el público en general, por lo que su influencia ha disminuido un poco. Gracias a eso, pude moverme un poco más que antes y decidí escapar. Le debo a la profesora Celia y a Sir Amakawa mi gratitud en ese sentido”, dijo Christina, sonriendo. Luego, miró a Rio. “Aparte de eso… Sir Amakawa. ¿Puedo hacerle varias preguntas?”

“Si. Responderé lo mejor que pueda”, acordó Rio con un ligero encogimiento de hombros.

“Soy consciente de que. Entonces, ¿puedo preguntar sobre la relación entre usted y la profesora Celia?”

“Le debo la vida a Lady Celia, podría decirse”. Había muchas formas en las que podía expresar su relación con Celia, pero esta era probablemente la más conveniente de usar en este momento.

“Le debes tu vida, hmm… Por cierto, ¿cómo se metieron aquí? La seguridad afuera debería ser bastante estricta…” preguntó Christina, entrecerrando los ojos.

“Hicimos exactamente eso, nos colamos aquí normalmente”, respondió Rio con facilidad.

“¿Es posible hacer tal cosa…?” Christina lo encontró increíble y miró a Rio como si dijera eso.

—Sí, solo con Lady Celia. Ciertamente también podríamos irnos de aquí”.

“Seguro que lo haces sonar fácil, cuando ni siquiera podemos irnos si quisiéramos”, dijo Christina con una sonrisa seca.

“Umm, si los grupos de búsqueda se centran en Cleia, ¿eso significa que su ubicación ha sido revelada, alteza?” Preguntó Celia.

Christina asintió con el ceño fruncido. “Lo más probable. Parece que el Conde Claire es sospechoso de traición por ayudarnos a escapar del castillo”.

“¿Padre inició tu escape?”

“El rey le pidió al Conde Claire que nos guiara. Salir de la capital y llegar aquí fue bastante sencillo, pero nuestros perseguidores fueron enviados aquí debido a las sospechas del Conde Claire. Fue entonces cuando no pudimos avanzar más y hemos estado escondidos en este sótano durante varios días”, dijo Christina, al explicar los hechos que habían ocurrido hasta ahora.

Una mirada sombría apareció en el rostro de Celia. “… Eso tiene sentido, considerando la situación actual. Eso significa que este sótano subterráneo tampoco es exactamente seguro”.

“Si. El conde está haciendo todo lo posible para fingir ignorancia, pero parece que se sospecha mucho de él y no pasará mucho tiempo hasta que se les acabe la paciencia y lleven a cabo su búsqueda con fuerza aquí. Por eso estábamos planeando un intento de escapar de todo o nada…”

“Que fue cuando aparecimos”.

“Exactamente,” asintió Christina, mirando a Rio. Luego, inclinó la cabeza profundamente. “Sir Amakawa. Soy consciente de que esta es una petición sumamente imprudente y peligrosa, pero ¿podría prestarme su poder para escapar de esta situación? Si puedo superar esta situación desesperada, prometo darte la mayor recompensa que esté en mi poder… ”

“… ¿Qué estás pidiendo, específicamente?”

“Para ayudarnos a escapar de esta mansión y escoltarnos de Cleia a Rodania”.

“Su medio de transporte es por tierra; en otras palabras, a pie, ¿es correcto? Y los sujetos que quieres que acompañe serán tú, Vanessa, Rei y Kouta en la otra habitación”, dijo Rio, confirmando las condiciones sin prometer nada.

“Si.”

“Incluso si tomáramos la ruta más corta, nos llevaría dos semanas llegar a los límites de la influencia de la Restauración. El Duque Arbor ya habría predicho su destino objetivo de la Restauración, por lo que sería necesario desviar cada camino y punto de control allí. Su Alteza tiene el cabello de color púrpura claro que se destaca, y los dos niños en la otra habitación también tienen el cabello negro y características únicas. Debe haber un grupo de búsqueda en cada ciudad en busca de eso, por lo que moverse en tal número sería bastante difícil…”

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En realidad, la mayoría de las personas se quedarían atrapadas tratando de escapar de esta mansión. Por eso Christina se escondía en el sótano sin salida, después de todo.

“…Si.” Christina asintió con el ceño fruncido.

“Entiendo. Si aceptas todas las condiciones que te presento bajo contrato, entonces aceptaré tu solicitud”, dijo finalmente Rio, con una mano presionando su boca pensativo.

“… ¿De verdad?” Los ojos de Christina se llenaron de esperanza.

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“Si. Incluso si me negara, Lady Celia habría terminado aceptando, de todos modos. Después de todo, no es el tipo de persona que abandona a la princesa de su reino en tal situación, después de todo”, rio Rio, mirando a Celia.

“Ah, umm…”

Celia, que había mantenido su silencio hasta ahora, hizo una mueca de incomodidad al ver que sus sentimientos se veían completamente.

“…Ya veo. ¿Y cuáles son sus condiciones, Sir Amakawa?” Christina sonrió levemente mientras preguntaba por las condiciones de Rio.

“Dejando a un lado los detalles menores, solo tengo una petición principal: su completo apoyo a Lady Celia si alguna vez decide regresar al reino como noble. Obviamente, no debería enfrentar repercusiones por alejarse de la ceremonia de la boda, y usted debe hacer todos los arreglos necesarios si algún problema se le presenta”, dijo Rio, confiando en la Primera Princesa Christina para poner la mesa para el regreso de Celia a la nobleza.

“Para alguien tan grandioso como la profesora Celia, felizmente lo hubiera hecho incluso sin que me lo pidieran…” Christina parpadeó como si preguntara si eso era suficiente.

“¡¿Q-Qué estás diciendo?!” Celia le preguntó a Rio en estado de shock.

“Si regresa como noble o no es su elección, pero no está de más asegurar mejores condiciones para sus opciones, ¿no cree?” Rio sonrió con picardía.

Celia luchó por encontrar las palabras. “Uh… Oh, está bien. Gracias…” Ella agachó la cara y le dio las gracias tímidamente. En ese momento, se escuchó el ruido de algo que se movía fuera del comedor. Fue seguido por el sonido de un timbre sonando dos veces.

Seirei Gensouki Volumen 11 Capítulo 5 Parte 2 Novela Ligera

 

“Parece que el Conde Claire ha bajado las escaleras”. Vanessa inmediatamente se movió para abrir la puerta del comedor.

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“Oh, entonces estabas en el comedor. Y la princesa Christina también está aquí, perfecta. No tengo mucho tiempo, así que daré mi informe rápidamente. ¿Hmm? ¿Quién está ahí…?”

La voz de un elegante hombre de mediana edad llegó desde el otro lado de la puerta. El Conde Claire vio a Vanessa dentro de la habitación y entró rápidamente, deteniéndose repentinamente  cuando vio a Rio y Celia sentados frente a Christina.

Celia saludó a su padre un poco incómoda. “Ahaha. Cuánto tiempo sin verte, padre. Cierto…”

Se dio cuenta de que el color de su cabello había sido alterado y eliminó el artefacto, cambiando su cabello a la normalidad. El padre de Celia, Roland Claire, la miró aturdido.

“¡C… ¿Celia?! ¡¿Por qué estás aquí?!” gritó histéricamente.

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