Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 11

Capítulo 4: La Decisión De Celia

Parte 1

Mientras tanto, después de dejar el castillo y la capital, Rio y Miharu caminaron por la carretera principal hasta que llegaron a un área completamente despoblada y se escabulleron.

“Puedes salir ahora, Aishia”, gritó Rio. Ella apareció poco después. “Okay.”

“Has estado atrapado en tu forma espiritual por un tiempo, debes haberte aburrido”.

“Gracias por todo mientras estábamos en la capital, Ai-chan”, le dijeron Rio y Miharu a Aishia inmediatamente. El trabajador más duro mientras estaban en la capital había sido Aishia. Ella actuó como mensajera entre ellos y la casa de piedra, y trabajó duro en las sombras durante el incidente del secuestro con Takahisa.

No le habían dicho a Satsuki que Aishia era un espíritu, por lo que no podía materializarse dentro del castillo. Por lo tanto, había pasado un tiempo desde que los tres se encontraron cara a cara.

“Está bien. Estar dentro de Haruto es cómodo”, dijo Aishia con su habitual voz tranquila y sin tono.

“Ya veo…” Rio sonrió un poco tímidamente. No sabía lo que se sentía estar dentro de un socio contractual como una forma espiritual, pero que le dijeran que se sentía cómodo lo hacía sentir extrañamente avergonzado.

“Bueno, no tiene sentido quedarse aquí. ¿Nos vamos a casa?” “Sip.”

Por ello, decidieron trasladarse desde aquí por vía aérea. O estaba a punto de hacerlo, cuando…

“Ah, antes de eso. Quería hablar con Ai-chan sobre algo, ¿está bien? Terminaré pronto”, dijo Miharu.

“… Sí, por supuesto,” Rio estuvo de acuerdo con tacto y les dio a los dos algo de distancia. Entonces, Aishia ladeó la cabeza hacia Miharu.

“¿Qué pasa, Miharu?” ella preguntó.

“Erm, quería agradecerte, Ai-chan,” dijo Miharu un poco tímidamente.

“¿Por qué?”

“Por Haruto y Haru-kun. Me lo dijiste antes de llegar a la capital, ¿verdad? Que si quiero quedarme con él, no puedo escapar”.

“Sí, lo hice”.

Pero, ¿por qué necesitaba un agradecimiento? Aishia parecía estar preguntando eso mientras inclinaba la cabeza.

“La razón por la que mi yo introvertido no escapó es gracias a ti, Ai-chan. Por eso estoy aquí ahora. Quería darte las gracias por eso, así que… gracias, Ai-chan”. Miharu sonrió gentilmente y abrazó a Aishia.

“…Sip.” Aishia asintió con una suave sonrisa en su rostro, devolviendo el abrazo.

“Puede que necesite tu ayuda nuevamente en el futuro, pero si alguna vez te preocupa algo, puedes venir y hablar conmigo también. Especialmente si se trata de Haruto. No hay necesidad de reprimirse a mi alrededor”.

“Okay.”

Los dos intercambiaron sus sentimientos de una manera tranquila pero firme.

“¿Nos vamos, entonces? No deberíamos hacer esperar a Haruto más”. “Sip.”

Se liberaron de su abrazo y regresaron a Río. Partieron hacia la casa de piedra sin que él hiciera preguntas.

Después de eso, vieron la casa de piedra escondida entre las rocas en cuestión de momentos y descendieron ante ella. Para el registro, Rio había sido el que había llevado a Miharu, quien aún no podía volar.

“Aquí tienes.” Rio dejó suavemente a Miharu en el suelo.

“G-Gracias.” Las mejillas de Miharu se pusieron rojas mientras asentía tímidamente. Ya se había acostumbrado a que Rio la cargara, por lo que ya no era tan consciente de ello, pero por alguna razón ahora estaba mostrando una reacción ingenua.

“Miharu, tu cara está roja.”

Aishia señaló, inclinando la cabeza.

“¿E-En serio? No lo creo.”

Miharu fingió ignorancia en pánico. Pero su honestidad se mostró en su rostro. Para empezar, era de piel clara, por lo que el rubor era lo suficientemente claro como para que Rio lo notara también. También tenía una idea de por qué.

Normalmente lo descartaría como demasiado lleno de sí mismo, pero accidentalmente escuchó la conversación entre Miharu y Takahisa durante el incidente del secuestro.

Creo que me gustan los dos. El Haru-kun antes de reencarnar y el actual Haruto. Me enamoré de los dos.

Y así, incluso Rio, a quien a menudo se le llamaba tonto, podía saber cuándo le gustaba a alguien después de que ocurriera tal incidente.

“…”

Sin embargo, el hecho de que supiera que le agradaban no significaba que cavaría su propia tumba actuando fuera de lo habitual. Fue en este momento cuando se abrió la puerta de la casa de piedra.

“¡Bienvenido de nuevo, Onii-chan, Miharu, Aishia!”

La que saltó fue Latifa. Celia, Sara, Orphia y Alma la siguieron. Con Aishia en su forma material, Sara, Orphia y Alma habían notado su acercamiento a través de sus espíritus contraídos. Además de eso, utilizaron las barreras que rodeaban la casa de piedra para confirmar su regreso y salieron.

“Estamos de vuelta, todos”. Miharu sonrió brillantemente para pasar por alto el hecho de que todavía estaba sonrojado.

“Sí, bienvenidos de nuevo…” Celia y los demás respondieron, pero parecían sentir algo extraño en el comportamiento brillante de Miharu, o tal vez notaron su rostro rojo o la expresión un poco incómoda de Rio. Los miraron con miradas interrogantes.

“¿Q-Qué pasa, todos?” Miharu preguntó con voz aguda. “N-No, nada…”

La que respondió fue Sara, pero todos estaban mirando a Miharu juntos. Su reacción fue extremadamente obvia, después de todo. Sin perder el ritmo, los ojos de Miharu se movieron rápidamente.

“Profesora, hay algo de lo que me gustaría hablar con usted de inmediato.

¿Tiene tiempo?” Rio le dijo a Celia con una sonrisa forzada, en parte para rescatar a Miharu de su situación.

***

Rio entró a la casa e invitó a Celia a su dormitorio. Se sentó en una silla frente a ella y fue al grano. “Quería hablar contigo sobre el asunto de visitar la casa de tu familia. No tengo ningún plan en este momento, así que podemos ir en cualquier momento… Eso es lo primero”.

“Oh… ¿Hay algo más?” Celia asintió, escuchando a Rio con una expresión seria.

“No sé lo importante que es, pero pensé que deberías saber que la princesa Christina asistió junto con Charles Arbour. Como puedes imaginar, le dieron la espalda a la facción de Duque Huguenot y no había señales de una posible reconciliación”, explicó Rio, sacando a relucir el nombre del ex prometido de Celia.

Su rostro decayó. “Ya veo…”

“Y hay una cosa más con respecto a la princesa Christina…” “¿Princesa Christina?”

“Tuve la oportunidad de hablar con ella antes de que se fuera por un breve momento. Me susurró al oído cuando estaba a punto de partir, para que Charles Arbour y los otros nobles no la oyeran. Me agradeció por salvar a la princesa Flora durante el ataque a Amande”.

“… ¿En serio?” Los ojos de Celia se abrieron con sorpresa.

“Ella asistió como embajadora, por lo que tenía cierto nivel de libertad para moverse, pero sus acciones probablemente estaban siendo monitoreadas. Ella era fría con la princesa Flora cuando los otros nobles estaban cerca”.

“… Pero eso fue todo un acto, ¿verdad? Por eso te agradeció sin que nadie más la oyera”.

“Ese es probablemente el caso. También solía preocuparse mucho por la princesa Flora en la Academia. Y la primera vez que te conocí fue cuando la princesa Christina marchó a los barrios bajos en busca de la princesa Flora, ¿no?” Rio dijo, recordando las cosas que Christina había hecho en el pasado.

Celia pareció un poco apenada. “… Sí, eso es correcto. Me vi obligada a acompañarla y Su Majestad me reprendió por ello. De hecho, no eras una existencia muy favorable para la princesa Christina”.

“No… Bueno, sabía que la gente me odiaba, pero realmente no me molestaba. Ella era inofensiva en comparación con los otros niños nobles y nunca trató de acosarme directamente en la Academia. Discutió conmigo la primera vez que nos vimos en los barrios bajos, pero después me evitó”. Rio sonrió con ironía, seguro de que Christina se había desviado de su camino para evitarlo.

“… Oye, ¿está realmente bien?” Celia preguntó tímidamente. “¿Qué está realmente bien?”

“No sería extraño que tuvieras sentimientos complicados, o ya sabes, odio, hacia el Reino de Beltrum. Pero mi familia y yo somos nobles de Beltrum y no puedo dejar de lado mi posición por completo. Tengo que moverme por el bien del reino, lo que significa que no tienes más remedio que ayudar por mi bien…” Celia dijo con una mirada de profunda contemplación.

Rio suspiró. “… ¿No es demasiado tarde para eso? Ya te lo dije una vez durante el banquete, en esta misma sala. Si hay algo que pueda hacer por usted, dígalo. Lo haré realidad. Por eso te alejé de esa boda. Así que, por favor, no olvide sus sentimientos cuando se escapó de la ceremonia, profesora”, dijo con suavidad.

“… Pero la situación es diferente a la última vez que hablamos. Ahora eres un caballero honorario del Reino de Galarc, ¿verdad? No quiero que cruces puentes peligrosos por mi bien y te pongas en una situación precaria… Miharu acaba de reunirse con su amiga héroe. ¿Y si ya no puede conocerla? ¿Y no es Miharu tu amiga de la infancia de tu mundo antes de que renacieras?”

“Sí, eso es verdad…”

“En ese caso, debes cuidar bien de Miharu. Tu infancia en este mundo la pasaste en la Academia Real en una situación como esa… Y antes de la Academia, vivías una vida dolorosa en los barrios bajos, por lo que no tienes a nadie a quien llamar a tu amigo de la infancia aquí. ¿No es así?” Parecía que Celia se había dado cuenta de quién era Miharu. Era casi como si le estuviera diciendo a Rio que atesorara a Miharu sobre sí misma.

“Si estamos hablando de amigos de la infancia, entonces yo también tengo uno en este mundo”, dijo Rio con cansancio.

“… ¿Eh? Espera, ¿de verdad?”

Celia parpadeó. Eso fue una novedad para ella.