Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 11

Capítulo 2: La Decisión De Masato

“Tengo algo que decir,” dijo Masato en voz baja.

“… Bien, está bien. Pasa, Masato”. Miharu se dio cuenta de que Masato tenía algo importante que decir por la expresión de su rostro y lo invitó a entrar con un tono suave. Masato asintió antes de seguir a Miharu a la habitación.

“Ven, siéntate.” “Okay.”

Satsuki había animado a Masato a tomar asiento junto al de ella. Miharu regresó a su lugar original al lado de Rio para que los cuatro estuvieran sentados uno frente al otro en parejas.

“Quieres hablar de Takahisa y Aki, ¿verdad?” Preguntó Satsuki, mirando a Masato.

“Si. Ninguno de los dos estaba en condiciones de mantener una conversación, así que los envié a sus habitaciones con la princesa Lilianna y regresé…”

“¿Paso algo?”

“No, no pasó nada en particular, pero…” Masato miró hacia abajo y frunció el ceño con frustración. Hizo una pausa antes de levantar la cabeza. “Los dos serán llevados al Reino de Centostella pronto, ¿verdad?” preguntó nerviosamente.

“Sí, lo más probable. Takahisa es el héroe de Centostella, por lo que la princesa Lilianna no tiene más remedio que llevarlo de regreso a su reino, de lo contrario, estaría en problemas. Si Aki decide quedarse… puedo preguntarle al rey si puede vivir conmigo en este castillo por un tiempo”, dijo Satsuki.

“Ya veo… Así es…” Una sombra cayó sobre el rostro de Masato.

Satsuki intercambió miradas con Rio y Miharu. “¿Preferirías que no fueran a Centostella?”

“No, eso no estaría bien. Puede que hayan hecho algo increíblemente estúpido, pero incluso ese estúpido hermano mío es necesario para el Reino de Centostella, lo sé bien, porque Haruto lo ha dicho muchas veces ahora. Estoy de acuerdo con ustedes tres… Tampoco puedo perdonarlos tan fácilmente. Si permanecen cerca de Miharu y Haruto sin siquiera reflexionar sobre sus acciones, me preocupa que vuelvan a intentar algo en el futuro. Por eso sé que es mejor mantenerlos distantes. Pero aun así, incluso entonces…” Masato se calló, preguntándose si era correcto decir lo que estaba a punto de decir. Parecía una terrible pérdida de palabras.

“No te reprimas, solo di lo que estás pensando. Nadie te rechazara sin escuchar primero”, instó Rio.

“… Incluso entonces, esos dos estúpidos hermanos son mis hermanos. Ver a Aki sollozando y Takahisa enfurruñado cuando todo era su culpa para empezar me hizo sentir realmente patético como su hermano. No puedo quedarme quieto y ver a la princesa Lilianna cuidar de ellos dos. ¿Por qué alguien más tendría que limpiar los desechos de mi familia caída? Honestamente, no quiero quedarme con ellos, pero siento que tengo que hacerlo”. Masato escupió los sentimientos  encontrados  que tenía arremolinándose en su pecho y apretó los dientes.

“Masato…” Miharu y Satsuki se quedaron sin palabras, sus rostros sombríos.

“…Ya veo. Entonces, ¿qué quieres hacer, Masato?” Rio preguntó con calma para no asustarlo.

“Quiero seguirlos a los dos a Centostella y ayudarlos a volver a encarrilar sus vidas, creo. Tengo dudas sobre si hacer un cambio de opinión tan repentino los beneficiaría o no, así que no sé si esta es la decisión correcta, pero…”

Había llegado a discutir con su hermano para seguir su decisión original de quedarse con Rio, pero ahora estaba tomando la decisión completamente opuesta. Masato estaba terriblemente ansioso por elegir qué camino tenía que seguir.

“Esos dos están conectados con todos aquí de una manera similar pero muy diferente. Nuestras situaciones son completamente diferentes. Es obvio que las decisiones variarán a nivel individual, y lo que es correcto o no también variará; en todo caso, es más común no estar seguro de lo que es correcto. No hay garantía de que lo que quiere hacer sea lo correcto. Honestamente, debes valorar tu propia voluntad y hacer lo que no te arrepientas más tarde. Siempre que no camine por un camino claramente peligroso, apoyaremos su decisión. Si quieres que te demos nuestra opinión, solo di la palabra”, dijo Rio, aconsejando a Masato como su mayor.

“Entonces, ¿pueden decirme qué piensan ustedes sobre esto…?” Masato preguntó con una mirada implorante.

“No creo que ninguna de las opciones esté mal. Eres el único aquí que es su familia y un extraño al incidente. No es antinatural que sienta que debe hacer algo al respecto, y no será una mala influencia solo por estar cerca de ellos, a diferencia de Miharu y yo”, dijo Rio.

Su punto era sobre cómo Miharu ciertamente era una presencia hermana para Aki, pero ella había sido víctima de este incidente y una gran parte del motivo detrás del crimen. Fue fácil llegar a la conclusión de que no debería estar cerca de ella.

“Estoy en general de acuerdo con Haruto. Sin embargo, Takahisa no podrá cuidar de ti y de Aki de la forma en que está ahora, así que debes considerarte a ti mismo también. No puedo dejar el Reino de Galarc y no tendrás a Haruto o Miharu contigo. Tendrás que ser más responsable de ti mismo que nunca”. Satsuki estuvo de acuerdo con Rio, pero preocupado por Masato.

Masato asintió. “Si lo sé.”

“…” Mientras tanto, Miharu tenía la boca cerrada mientras miraba con una mirada preocupada.

“¿Te estás preguntando si sería mejor que te fueras también, Miharu?” Preguntó Satsuki.

“… No, todavía siento que necesito alejarme de ellos dos”. Miharu negó con la cabeza lentamente. Su corazón se sentía pesado cada vez que pensaba en Aki, pero hacer lo que Aki quería solo la malcriaría de nuevo. No hacer nada era lo mejor que Miharu podía hacer por Aki en este momento.

“Ya veo…” Satsuki parecía preocupado, pero, al mismo tiempo, un poco complacida.

“Bueno, no es necesario que tengas una respuesta en este momento. Puede usar todo el tiempo restante hasta que esos dos partan hacia Centostella. Todavía no le has dicho a la princesa Lilianna, ¿verdad?” Rio le dijo a Masato que lo ayudara a relajarse.

“Si. Todavía estaba en conflicto con esto después de que los acompañé a sus habitaciones… Pero me siento un poco mejor después de hablar con ustedes. Gracias.” Masato se rio entre dientes como siempre.

“Hehe, me alivia verte sonreír así. Es un momento difícil para todos nosotros, pero es por eso que tenemos que mantener una actitud positiva. Ser triste solo te hará sentir triste también”, dijo Satsuki con una sonrisa gentil.

“Si. En todo caso, me gustaría mostrarle a Takahisa y Aki que todos somos capaces de reírnos felices. Eso tendría un efecto mayor en esos dos”. Masato rio maliciosamente.

“Hehe”. Miharu y Rio se rieron entre dientes.

“Aparte de eso, Haruto, tengo una solicitud separada que hacer…” dijo Masato de repente.

“¿Qué es?”

“¿Podrías llevarme a la casa de piedra esta noche? Los demás podrían salir del reino mañana mismo y me gustaría verlos a todos antes. Esto podría ser un adiós por ahora, y quiero contarles sobre Aki también…”

Lo expresó como una posibilidad, pero probablemente Masato ya había tomado su decisión. Su rostro sonriente parecía un poco triste.

Rio fingió no verlo y asintió con una mirada un poco preocupada. “…Si seguro.”

Miharu y Satsuki parecieron darse cuenta también, pero eligieron ver su conversación en lugar de hablar.

“Ah, no me gustan los estados de ánimo deprimentes. Una vez que hayamos terminado de hablar con todos, tomemos un baño juntos. Te lavaré la espalda”, le dijo Masato a Rio para despejar la atmósfera pesada que se cernía sobre ellos.

“Claro, hagámoslo”.

“Sí,” respondió Masato felizmente.

“Hmm, un baño. Eso suena bien… ¿Verdad, Miharu?” Satsuki se unió a la conversación con un tono de interés juguetón, como si estuviera respondiendo a la solicitud de Masato de un estado de ánimo menos deprimente.

“Si. Me gustaría uno también “, asintió Miharu con una risita.

Rio pensó por un momento. “… Entonces, ¿debemos ir todos a la casa de piedra?” el sugirió.

“¿Eh? ¿Pero no debería quedarme aquí en guardia…?” Ella lo había dicho casi medio en broma, por lo que Satsuki estaba un poco sorprendida de que el permiso fuera dado tan fácilmente.

“La seguridad alrededor del castillo no ha disminuido después del ataque al banquete, pero no hay nada que podamos hacer al respecto. Necesitamos esto para refrescarnos, como dijo Masato. En cambio, podemos volver un poco antes. Por supuesto, si todavía estás preocupado, puedes quedarte atrás…” dijo Rio, dándole a Satsuki la opción de elegir.

“Guh… ¡Iré!”

Satsuki estuvo en conflicto por un momento antes de perder ante las tentaciones del baño en la casa de piedra. Incapaz de dejar pasar la oportunidad, se decidió que los cuatro se dirigirían a la casa de piedra esa noche.

***

Esa noche, después de que todos se hubieran quedado dormidos, Rio y los demás se marcharon del balcón de Satsuki en la oscuridad negra como boca de lobo para dirigirse a la casa de piedra.

Se movieron con la ayuda habitual de Aishia, Rio cargando a Satsuki en un bolso de novia con Masato en su espalda mientras Aishia cargaba a Miharu. Salieron de la capital y llegaron a la casa de piedra en poco tiempo. Aishia había advertido a todos con anticipación, por lo que Celia, Latifa, Sara, Orphia y Alma estaban esperando afuera.

“¡Bienvenidos!” Latifa tomó la delantera al dar la bienvenida enérgica a su regreso. Cuando notó que Masato estaba allí y Aki no, hizo una mueca ligeramente confundida.

“Y bienvenido, Satsuki,” le dijo Latifa a Satsuki en un tono amistoso.

“Hola, Latifa, estaré entrometiéndome por un rato. Buenas noches a todos,” Satsuki les devolvió el saludo con una elegante sonrisa.

“Buenas noches,” Celia y los demás respondieron cálidamente. “No tiene sentido quedarse parado, así que entremos”.

Una vez que llegaron a la sala de estar…

“Hay varias cosas que nos gustaría decirles a todos hoy, y tiene que ver con el motivo por el que Aki no está aquí. ¿Nos sentamos primero?” Rio comenzó, animándolos a sentarse.

Aishia les había informado que Rio y los demás iban a venir, pero no había mencionado por qué, así que Celia y los demás se tensaron un poco e intercambiaron miradas antes de sentarse en el sofá en una fila. Frente a ellos se sentaron Rio, Miharu, Satsuki, Masato y Aishia, por lo que era como si estuvieran sentados cara a cara.

“Para empezar con la conclusión, Aki irá con Takahisa al reino de Centostella. O, bueno, eso es lo que probablemente terminará sucediendo en la actualidad. Si ella dice que quiere quedarse, entonces existe la posibilidad de que pueda permanecer en el castillo de Galarc, pero…” Rio se calló.

“Estás siendo extrañamente evasivo. ¿Paso algo?” Celia preguntó suavemente, mirando el rostro de Rio.

“Masato quiere explicar eso, siendo su hermano menor”. Rio le entregó las cosas a Masato.

“Umm, gracias a Haruto ya todos los que están aquí, aquellos de nosotros que vinimos aquí desde la Tierra pudimos reunirnos de manera segura, pero… aunque nos reunimos, aún terminamos discutiendo sobre quién iría a dónde. Entre Miharu, Aki y yo… así como mi hermano…” Masato estaba un poco nervioso, mientras comenzaba su explicación con dificultad. “Todos lo discutimos en el castillo. El factor más importante fue que Satsuki y mi hermano son héroes, por lo que no pueden abandonar sus respectivos reinos. En una situación como esa, Miharu y yo queríamos quedarnos con Haruto, pero mi hermano quería que fuéramos con él… Aki quería quedarse con él, así que obedeció…”

Celia y los demás escucharon a Masato hablar en silencio. Sabían que Aki tenía un fuerte apego a su hermano, ya que lo habían presenciado de primera mano, y también sabían que adoraba a Miharu tanto, si no más. Por eso no se sorprendieron demasiado al escuchar que había habido discusiones sobre quién iba a dónde, sin embargo…

“Para decirlo sin rodeos, mi hermano estaba enamorado de Miharu. Pero Miharu no compartió el sentimiento, ya que sus sentimientos son por Haruto, así que se puso realmente celoso. Era tan obvio que incluso un espectador podía verlo”.

La inesperada información de Masato hizo que Celia y las demás se asustaran. Cada una de ellas se volvió para mirar a Miharu. Tan pronto como procesó las palabras de Masato, se puso roja.

“… E-Espera, ¿qué estás diciendo, Masato?”

“¿Eh…?” Masato hizo una mueca de perplejidad por un momento, antes de corregir pronto su error. “Ah, estaba hablando de cómo mi hermano estaba celoso de Haruto, que es la razón por la que causó tal conmoción…”

Pareció darse cuenta de lo que estaba mal con su declaración sobre los sentimientos de Miharu por Rio. Su cabeza había estado ocupada con la explicación de la situación, por lo que fue un desliz completamente accidental de la lengua. “¿E-Eh? ¿Estaba equivocado?” Trató de ofrecer una salida, pero era demasiado tarde para encubrir lo obvio.

“¿S-Sobre qué?” Los ojos de Miharu vagaron mientras trataba de hacerse la tonta. Rio estaba manteniendo un silencio incómodo después de estar mezclado en la situación.

“Hrrmmm…” Latifa estaba mirando a Rio.