Great Demon King

Libro 4: La Ciudad del Valen

Capítulo 154: Te Ahorraré la Molestia

 

 

– POR ORDEN DEL CÓNSUL, EL EXCELENTÍSIMO DUQUE ODÓN ASCHER, ¡SE HA DECRETADO LA LEY MARCIAL! ¡QUEDA TERMINANTEMENTE PROHIBIDA CUALQUIER REUNIÓN DE GRUPOS DE TRES O MÁS PERSONAS EN ESPACIOS PÚBLICOS! ¡UN TOQUE DE QUEDA ESTÁ EN EFECTO! ¡CUALQUIER PERSONA QUE DEAMBULE POR LAS CALLES DESPUÉS DE LA PUESTA DEL SOL SERÁ ENVIADA A JUICIO SUMARIO!  ¡LARGA VIDA AL DUQUE, DEFENSOR DE NUESTRO GRAN IMPERIO ITÁLICO! –

Odón Ascher siempre había sido una persona poderosa y orgullosa, seguro de sí mismo y de la grandeza que creía le correspondía por derecho. Nunca sintió que hubiera mal alguno que pudiera amenazarlo a él o a su clan familiar. Pero ahora, en el lapso de un año, su hijo menor había desaparecido sin dejar ningún rastro, lo que en este mundo usualmente significaba que estaba muerto. Y su hijo mayor, su principal fuente de orgullo, el heredero de su dinastía no solamente había sido asesinado… ¡Murió dentro de sus dominios, en la mismísima ciudad de Valen!

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La muerte de Clark no solamente lo privaba de su mano derecha y un importante activo para sus planes de dominación, sino que también lo llenaba de vergüenza. Un sentimiento que se incrementaba todavía más por la deshonrosa manera en que su asesino había dejado el cadáver.

Se lo habían traído sus propios hombres cuando lo encontraron a tan sólo unos metros de un cuartel de la guardia, pero solo pudieron reconocerlo porque en algunos pedazos de su armadura aún podía distinguirse el emblema familiar. Mientras Odón contemplaba los trozos de carne aún medio congelados del que había sido su hijo predilecto, una ira indescriptible llenó cada centímetro de su cuerpo e inmediatamente se puso a matar guardias a diestra y siniestra. Sólo se detuvo después de haber decapitado a una veintena, únicamente por cansancio. Entonces ordenó dos cosas a sus hombres: Que descuartizaran por su incompetencia a todos los Ediles que comandaban la guardia de la ciudad y que les trajeran vivos a los asesinos de su hijo, para poder tomarse su tiempo vengándose.

Respondiendo a su llamado, tres legiones de quince mil guerreros se movilizaron inmediatamente. Liderando a estos hombres estaba la mismísima Legión Grifón con más de quinientas de sus bestias legendarias recorriendo el cielo. El ejército marchó desde la fortaleza de Kerlan, haciendo estremecer la tierra a su paso, hasta que llegaron a la ciudad de Valen.

De inmediato se dividieron en cientos de escuadrones de cincuenta a setenta guerreros y comenzaron a recorrer las calles de la ciudad. Una gran parte marchó de inmediato a apoderarse de todos los cuarteles de la guardia, los almacenes de la ciudad y la enorme muralla circundante. Su llegada fue tan aterradora y repentina, que muchos ciudadanos creyeron erróneamente que el Imperio Kasi estaba invadiéndolos, así que se encerraron en sus casas y comenzaron a clavar tablas de madera en las ventanas y puertas para prevenir los saqueos. Muchos tuvieron la mala suerte de hacerlo cuando los legionarios estaban cerca y de inmediato fueron capturados como posibles conspiradores, mientras sus casas eran registradas en busca de cualquier evidencia.

Según las leyes, los Cónsules eran los supremos comandantes de un ejército imperial, pero no tenían autoridad para intervenir dentro de una ciudad sin permiso del Senado o el propio Emperador. Todos querían que hubiera una clara distinción entre las atribuciones de Tribuno Militar y un Tribuno Civil. Pero si a alguien le quedaba alguna duda de que al Duque Ascher no le importaba la opinión del Emperador o las leyes, ese día conoció la triste realidad.

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Los legionarios se apoderaron de toda la ciudad sin hacer preguntas a nadie y comenzaron a transformarla en un verdadero infierno. Si alguien intentaba salir de la ciudad era arrestado para luego ser torturado. Bastaba mostrar un poco de nerviosismo para atraer una horda de legionarios furiosos e iracundos, que capturaban a cualquiera sin importar su rango. Quienes intentaban resistirse incluso un poco eran ejecutados inmediatamente junto con toda su familia. Los mercaderes fueron los más perjudicados, pues un gran porcentaje de ellos era extranjero o forastero, de modo que los legionarios se ensañaron con ellos y más de uno acabó muerto a golpes en su propia casa.

La Guardia de la Ciudad, cuyo deber principal era proteger a los civiles, era ahora el grupo más agresivo de todos. Habían visto a sus comandantes ser ejecutados indiscriminadamente, sin importar si eran inocentes o culpables. Aterrorizados, los guardias estaban desesperados por congraciarse con el Duque para no ser los siguientes objetivos de su ira. Así que entraban a las distintas casas y arrancaban los tablones del suelo, rompían todas las puertas y revisaban cada resquicio. También robaban a placer y más de una pobre desgraciada acabó siendo violada por varios de estos supuestos defensores, que las usaban como un desfogue para su locura.

Los Ediles que normalmente mantenían el orden en la ciudad fueron ejecutados por los hombres del Duque y los cuatro Pretores ni siquiera se atrevían a salir de sus casas. Uno solo fue lo bastante valiente como para intentar defender a los ciudadanos y acabó muerto a palos por más de veinte guardias antes de poder pronunciar su reclamo.

Cuando los primeros rayos del sol cayeron sobre la ciudad de Valen, revelaron un escenario devastador: Casas destartaladas, ciudadanos escondidos en sus casas y en algunos barrios podían verse calles enteras cubiertas de sangre y cadáveres congelados por la helada de aquella mañana de invierno.

Lo más aterrador de todo eran los Grifos, que revoloteaban sobre la ciudad como una enorme bandada de buitres y caían sobre cualquier pobre desgraciado que pareciera sospechoso. Además, esas bestias lanzaban un espantoso chillido cuando descendían, tan intenso que las personas se arrojaban al suelo por el dolor e incluso había algunos a quienes se les rompían los tímpanos.

A pesar de todo había unos cuantos sectores de la ciudad donde permanecían varios legionarios apostados para mantener la violencia a raya.

Parece que el Duque no ha perdido por completo la cabeza y desea proteger por lo menos la integridad de las estructuras públicas principales.” Pensó Han Shuo mientras se desplazaba por los intrincados callejones junto a Emily. Ambos eran prácticamente inmunes a la implacable búsqueda de los legionarios gracias a su combinación de habilidades, en especial los hechizos de ocultación que la hermosa Archimaga podía desplegar a su alrededor. Incluso se dieron el lujo de matar a unos cuantos guardias en su camino que estaban a punto de violar a una niña pequeña. Han Shuo arrojó su Filo Asesino de Demonios, que voló alrededor de ellos y cercenó sus cuellos antes de que ninguno supiera el motivo de su muerte.

La niña no se quedó a ver quién la había salvado. De inmediato corrió a esconderse entre las sombras de las muchas callejuelas. Y fue bueno que lo hiciera, porque casi inmediatamente después un fiero Grifo descendió de los cielos con un colérico jinete, que se puso a investigar los cadáveres.

– Esas bestias son extremadamente eficientes. – Comentó Han Shuo observando desde los tejados sin preocuparse de ser escuchado gracias a la barrera mágica.

– En efecto. – Respondió Emily: – Se trata de una especie particularmente inteligente y al mismo tiempo poderosa. Sus jinetes también son excepcionales, pues los Grifos no se dejan montar por cualquiera que no demuestre merecerlo. Es por este motivo que el Emperador ha tenido tantos reparos en atacar a la Legión Grifón, pues incluso si son derrotados, el Imperio aún perdería uno de sus activos militares más valiosos. –

Continuaron desplazándose en perfecto silencio por las calles congeladas. Una gran cantidad de carámbanos colgaban de los aleros de las casas y un viento gélido comenzaba a correr por las calles. Como Archimaga, la resistencia física de Emily no estaba particularmente desarrollada así que naturalmente sentía bastante frio, aunque sabía disimularlo muy bien.

Sin embargo, los sentidos de Han Shuo eran extremadamente afilados e inmediatamente se dio cuenta de los leves temblores que sentía. Así que tomó la delicada mano de Emily mientras invocaba muy levemente su Hechizo de Fuego Glacial-Místico. De inmediato brotó una ola de calor hacia ella que luego se extendió gracias al perfecto control que ahora tenía de su Esencia Mágica, hasta crear una atmósfera cálida bastante acogedora.

– ¿Magia de Fuego? – Murmuró Emily sorprendida y entonces exclamo una voz en la que pugnaban tanto la irritación como la admiración: – Ya eres un Necromante poderoso y encima tienes unas habilidades físicas demasiado superlativas. ¿Ahora esto? Incluso un Licenciado necesitaría utilizar toda su Fuerza Mental para conseguir un efecto sin quemarse a sí mismo. ¡¿Cómo puedes dominar el calor a este grado?! –

– En realidad es una derivación de mis poderes. No es tan sorprendente: – Respondió Han Shuo sonriendo mientras se encogía de hombros. Lamentablemente para él su credibilidad con Emily estaba bastante disminuida.

La Hermosa Archimaga lo miró con una expresión que dejaba en claro que no le creía ni media palabra y simplemente respondió: – Como sea, ya imaginaba que no me dirías nada. Acabaré descubriendo todos tus secretos algún día. – Entonces sonrió tan seductora como era. Y el día entero pareció iluminarse por su belleza. Luego lo abrazó con fuerza, presionando sus pechos contra él mientras susurraba amorosamente: – Mmm… Tu misterio es como un veneno dulce para mí. Me intoxica, pero al mismo tiempo me es imposible dejar de querer conocerte por completo. –

– Jajá. Muchas gracias por eso. Pero ahora no es el momento. – Respondió Han Shuo sonriendo mientras le daba una palmada en el trasero con picardía para instarla a continuar.

Finalmente, tras un emocionante recorrido, donde la tensión y el coqueteo fura de lugar se intercalaban, llegaron a su destino: El Mercado de Esclavos.

***

 

 

Giovanni Luca había conseguido posicionarse en la Ciudad de Valen más por su visión política que por su talento para la magia. Lo cierto era que obtuvo el grado de Licenciado con muy poco margen. Y solamente porque uno de los examinadores está distraído con algún asunto privado. A pesar de todo, sus cualidades para adular a otros e identificar rápidamente quien tenía el poder, le habían sido de mucha utilidad en los corruptos dominios donde vivía. Odón Ascher era una persona muy colérica e impetuosa, pero se podía trabajar con él, siempre y cuando el patriotismo o la moral no fuesen de importancia para la persona.

Esa mañana la ciudad se había vuelto un auténtico caos. Todo el mundo estaba desesperado por encontrar a los asesinos del hijo del Duque y temían las consecuencias de no presentar pronto algún resultado, pues entonces se convertirían en el blanco de toda la furia del desalmado padre. No involucrarse en la búsqueda podía ser interpretado como complicidad, así que casi todos los soldados disponibles estaban buscando desesperadamente e inevitablemente tenían que dejar desprotegidos ciertos lugares que normalmente eran prioritarios.

En teoría, nadie debería atreverse a buscar problemas en ese momento tan tenso en que había soldados corriendo por todas las calles, pero la posibilidad existía. Es por eso que Giovanni deambulaba por el sector externo del Mercado de Esclavos, como si fuese un centinela. Por supuesto que había protestado, pero el comandante militar lo cubrió de insultos y luego lo puso a las órdenes del jefe de guardia.

En la opinión de Giovanni, todo esto era una completa pérdida de tiempo y estaba bastante disgustado. “¿Qué diablos estoy buscando para empezar?” Pensaba enfurruñado, pero continuó con su solitario recorrido por los pasillos exteriores a pesar del frío. Originalmente había considerado pedir una escolta armada, pero se suponía que un mago era más mortífero que cien hombres, por más que eso no fuese cierto en su caso, aunque tampoco le haría bien proclamarlo a gritos.

El pasillo discurría junto al muro perimetral de cinco metros de altura, que aislaba el edificio del resto de la ciudad y medía casi cuatrocientos pasos de largo. Al otro, muchos edificios destinados a las diferentes actividades de la compra y venta de personas. Conforme avanzaba podía escuchar los ruidos de los legionarios en el exterior, los gritos de las personas que sufrían la violencia y de los animales asustados. Era bastante temprano todavía, así que no faltaban insultos en medio de la neblina matinal que emergía del río cercano.

Giovanni se cerró bien la capa entorno a los hombros. Las sombras todavía eran bastante alargadas pese a que la mañana estaba llegando y el frío intenso no hacía fácil su recorrido. El aire húmedo se aferraba a su cuello haciéndolo lamentar su reciente corte de pelo. Odón Ascher se había burlado de su melena original, pero a su amante le encantaba. Y ahora que llevaba el pelo corto, el Duque se burlaba por eso.

De pronto la neblina matinal pareció formar un extraño abultamiento en el portón de hierro y el mago se detuvo en seco. Reunió su Fuerza Menta con algo de dificultad. Nada más emplear su poder se sintió más tranquilo. Sus ojos y oídos también se habían agudizado, pero no descubrió nada amenazador.

Soltó un fuerte suspiro antes de obligarse a continuar. No sabía si era su imaginación, pero de algún modo le parecía que las sombras emergían de la muralla como un ejército invasor. Además, la bruma se acumulaba hasta llegarle casi a los hombros y las figuras de los dos guardias vigilando la puerta no eran tan tranquilizadoras como uno creería a pesar de que se suponía que eran los mejores en todo el complejo.

El mago los saludó con la cabeza, dio media vuelta y empezó a regresar hacia el edificio principal. Notaba un peso en el cuello, como si unos ojos lo observaran fijamente, pero reprimió el impulso de mirar por encima de su hombro y continuó. A medida que fue acercándose a las jaulas de los esclavos, la sensación no disminuyó para nada. Por el contrario, se hacía más fuerte. El aire le parecía pesado. Las sombras parecían rodearlo de un modo tétrico.

Tan nervioso estaba que tropezó al doblar la esquina. Alargó una mano para apoyarse en la pared y recuperar el equilibrio, pero tocó algo que cedió un momento antes de desaparecer. Como si se hubiese apoyado en un hombre parado allí.

Retrocedió asustado y casi vuelve a caerse, mientras volvía a reunir sus poderes desesperadamente. No podía ver nada. Allí no había nadie. Por fin su magia acudió a él. Sólo entonces creyó captar un fugaz atisbo de movimiento en uno de los almacenes… Pero bien podría haber sido un error.

¿Acaso huele a perfume de mujer? Eso sí tiene que ser una fantasía, porque aquí solo hay esclavos apestosos y esclavistas aún más apestosos. ¿Pero por qué estaré imaginado eso?” Pensó Giovanni vacilando durante un buen rato. Pero era un mago débil, no un hombre débil. De inmediato preparó una bola de fuego y desenfundó un cuchillo. Giró la esquina trazando una curva amplia para que ningún atacante escondido pudiese sorprenderlo y agudizó tanto sus sentidos mágicos como los mundanos.

Entró de un salto por la puerta de los almacenes, mirando a su alrededor frenéticamente. Vio cajas grandes llenas de objetos, cadenas, montones de placas, comida en de segunda y varios jarrones de aceite. Todo lo que uno esperaría encontrar en un almacén. Nada sospechoso. Giovanni escudriñó la oscuridad en busca de alguna señal de movimiento, pero fue inútil.

Cuanto más miraba, más tonto se sentía. Una parte de él lo instaba a adentrarse más, pero otra se inclinaba por salir de inmediato. Nadie sabría que se había marchado. Podía dirigirse al otro extremo del Mercado y hacer aquella parte de la ronda. Por otro lado, si atrapaba sin ayuda a un intruso, era indudable que sería recompensado por Odón Ascher.

Poco a poco, Giovanni materializó en forma visible la magia que tenía preparada. Al principio titiló un poco, pero enseguida comenzó a arder con mucha fuerza en la palma de su mano hasta convertirse en una auténtica Bola de Fuego. Las sombras comenzaron a bailar por las llamas de su conjuro, lo cual no hizo mucho por tranquilizarlo.

– ¡Qué está pasando allí! – Gritó una voz a sus espaldas.

Giovanni se llevó tal susto, que soltó el cuchillo y el fuego en sus manos se esfumó. Giró sobre sus talones, pero no eran más que los guardias del portón. Ambos eran Espadachines Veteranos de la Legión Grifón, así que miraban al mago con marcado desdén mientras que uno de ellos recogía el cuchillo que había terminado cerca de sus pies.

– Solo estaba patrullando, cuando me pareció… –

– Usa una linterna o abre bien las puertas si necesitas más luz, imbécil. – Respondió uno de ellos levantando un farol que llevaba en las manos: – Creímos que el almacén se estaba incendiando. –

– Te digo que vi algo moviéndose. – Argumentó Giovanni irritado.

– A la mierda contigo. ¡Deja de perder el tiempo y el de los demás! – Gruñó el segundo guardia. Luego ambos se dieron la vuelta hacia la salida del almacén… cuando el mundo desapareció. A Giovanni le pareció que una extraña nube de polvo bastante oscuro lo rodeaba rápidamente, llenando el interior del almacén por completo. Antes de que pudiera pensar en reunir sus poderes sintió que su garganta era aferrada firmemente por algo, con tanta fuerza, que la boca se le abrió de golpe y su lengua salió. Intentó moverse, pero sus manos y pies no le respondían.

– Parece que fue innecesario que hiciera algo. ¡Realmente has desarrollado un impresionante control de la Necromancia! – Dijo una hermosa voz desde algún sitio desconocido: – Normalmente un espadachín hábil podría al menos esquivar mi primer movimiento y resistirse un poco más. Es la primera vez que capturo a dos al mismo tiempo sin ningún problema. –

– Gracias. – Respondió la voz grave de un hombre: – Pero encuentro tus habilidades para camuflarnos mucho más sorprendentes. ¿Cómo sabías que este tipo era un Mago de Fuego? –

– Experiencia. He matado a muchos y todos ellos tienen una cierta forma de emplear su poder, que me resulta familiar. –

– Nos ha venido bien que su Bola de Fuego atrajese la atención de los vigilantes más poderosos. Quizá podrían haber notado algo si de haber permanecido en la puerta. –

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Finalmente, la neblina que lo cegaba desapareció. Cuando recuperó la visión, Giovanni vio horrorizado que los Espadachines Veteranos estaban de pie, pero completamente inmovilizados por lo que al principio le pareció una telaraña de gruesas sogas pintadas de negro. Luego sus ojos se enfocaron y notó que las misteriosas ataduras estaban brotando de las mismísimas sombras a su alrededor. Detrás de los guardias cautivos emergió de pronto una mujer tan hermosa que parecía una deidad, vestida con una túnica negra con bordes dorados, que revoloteaba a su alrededor como si fuera parte de su voluptuoso cuerpo y aferraba un carísimo cetro de madera de ébano con adornos de plata. Por un microsegundo quedó totalmente cautivado por su belleza e incluso sintió que su miembro viril despertaba, pero entonces el miedo le devolvió la razón.

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“¡Una Maga Oscura!”. Pensó aterrorizado.

Giovanni trató de moverse, pero descubrió que las mismas ataduras de sombra lo inmovilizaban. Aun así, debería ser capaz de susurrar un conjuro que incendiara algo, atrayendo a más guardias a su posición. Sin embargo, una mano enguantada en cuero lo estaba sujetando por el cuello y esos dedos, tan fuertes que le parecían garras de hierro, se clavaban profundamente en su carne impidiéndole hacer ninguna clase de sonido.

De repente percibió un misterioso resplandor púrpura. Entonces un frío tan espantoso que prácticamente quemaba comenzó a emanar de esa aterradora mano. No tuvo tiempo de procesar el dolor antes de que toda su garganta estuviese completamente solidificada como un témpano de hielo. Luego escuchó un espantoso crujido. No sintió nada. Pero de algún modo supo que el extraño que lo había estado ahorcando por la espalda acababa de hacer pedazos su tráquea congelada con un solo apretón de sus dedos. Las fuerzas lo abandonaron y cayó al suelo como un títere sin cuerdas.

Lo último que vio fue a un misterioso hombre vestido con una armadura de metal ennegrecida sobre unas prendas grises y una capucha cuyas sombras ocultaban casi todas sus facciones. Casi todas. Pues de algún modo sus ojos intensos eran visibles, como si un poder desconocido los iluminase.

***

 

 

– ¿Crees que estaremos bien? – Preguntó Han Shuo.

Emily asintió sonriendo y respondió: – Mientras nadie dé la alarma dudo mucho que algún batallón se acerque por aquí hasta que sea medio día. –

– ¡Magnífico! – Exclamó Han Shuo y miró a los guardias atrapados: – ¿Ellos pueden hablar? Quizá deberíamos interrogarlos. –

– Mi conjuro los tiene completamente inmovilizados. Son Espadachines, así que tuve que emplear una magia más fuerte para asegurarme. –

– ¿No pueden resistir ni usando sus poderes? –

– Ahora no. – Explicó Emily: – El Aura de Batalla es un poder que vive dentro de sus propios cuerpos y no solo los fortalece físicamente. Muchos hechizos que funcionarían en la gente común son completamente inútiles contra un Espadachín, más aún cuando hablamos de Veteranos. Pero para que esa protección funcione, deben activar su Aura de Batalla primero.

Bueno, estos dos son tan poderosos que seguramente pueden mantener su poder ligeramente activo y de forma constante durante buena parte del día. Pero imagino que, con el escándalo de anoche, no han dormido bien. Y como no esperaban ser atacados en la propiedad más importante de los Ascher, decidieron no emplear su Aura para ahorrar fuerzas. ¿No es verdad? –


Emily hizo esta pregunta con una sonrisa leve hacia sus víctimas capturadas, que únicamente eran capaces de mover las pupilas de sus ojos abiertos en ese momento. Pero de algún modo su mirada conseguía trasmitir todo el terror que sentían y también la frustración de que su imprudencia los hubiera llevado a esta situación.

– Ahora mismo mi poder no solamente los inmoviliza, sino que se introduce en su piel para llegar hasta sus músculos, alterando su posición ligeramente. Mientras mantenga mi interferencia, no podrán utilizar su Aura de Batalla. Lamentablemente tengo que paralizar sus nervios para conseguir esto. Por eso tampoco pueden decirnos nada.

Matar a un Espadachín es muy fácil para mí, pero capturarlo en completo silencio es otra cosa. Normalmente tendría que pasar por la molestia de preparar una barrera de aislamiento de sonido, una serie de ilusiones para que no se dieran cuenta y finalmente empelar mi hechizo. ¡Y solamente hablo de capturar a uno! Realmente me ahorraste muchas molestias con esa niebla. –

Han Shuo asintió mientras meditaba. Realmente quería entender cómo funcionaba la dichosa Aura de Batalla que tantos habitantes de este mundo podían emplear. Al principio creyó que se trataba de una energía interna extremadamente poderosa parecida al Chi, pero en realidad tenía que ser algo nacido dentro de ellos, en sus propios músculos y nervios. Quizá genético. Eso podría explicar el que hubiera más personas con este talento en las familias aristócratas que en la gente común.





Algún día tendré que capturar alguno y diseccionarlo para ver que encuentro.” Pensó maliciosamente. Luego sonrió a Emily: – Ya que no pueden defenderse, te ahorraré la molestia. –

Y tras decir eso hizo un gesto con la mano. Cuatro Flechas de Hueso volaron limpiamente a una velocidad pasmosa para incrustarse con mucha fuerza en los ojos de los Espadachines Veteranos inmovilizados. En menos de un segundo las púas afiladas se abrieron paso hasta los cerebros de los desafortunados guardias, matándolos de inmediato.

– Gracias. – Dijo Emily mientras liberaba los cadáveres: – Aplaudo que quieras ser galante ¿pero no crees que hacerlo en esta situación causa el efecto contrario? –

– Eres mi mujer. – Respondió Han Shuo con una sonrisa cómica: – Siempre que pueda, haré lo posible para hacerte feliz. Aunque me cueste la vida. O a alguien más, en este caso. –

Emily sonrió divertida: – ¡No seas payaso! Bueno, estos tres eran nuestro principal problema. Los guardias que quedan deberían ser simples Espadachines o quizá Sargentos Caballeros. ¿Qué deberíamos hacer? –

– Matemos a todos. – Contestó Han Shuo con una expresión tranquila, como si le estuvieran preguntando la hora del día: – Buscar evidencias nos tomará tiempo y podrían interrumpirnos. Además, no conviene dejar ningún testigo potencial. –

– Buen juicio. – Asintió Emily: – ¿Qué tal si nos dividimos para cubrir terreno? Luego podemos encontrarnos frente al edificio principal, más allá del sector donde vendieron a tu amiga. –

– Perfecto. – Respondió Han Shuo: – Así ahorraremos tiempo. –

Después de eso partieron. Han Shuo comenzó a acechar a todos los habitantes de los distintos puestos. Gracias a la Ley Marcial no había ningún personal civil y sabía que todos los que se encontraban en el Mercado de Esclavos en ese momento tenían que ser hombres de confianza del Duque Ascher. Así que comenzó a hacer la limpieza.

Con sus sentidos ampliamente desarrollados y su hechizo necromántico que detectaba la vida, no tendría ningún problema en encontrarlos. Así que desenvainó una espada corta, un cuchillo envenenado y se puso a trabajar.

De repente los guardias comenzaron a desaparecer. Uno caminaba haciendo su ronda cuando de repente sintió calor en el cuello. Al bajar la mirada vio enorme chorro de sangre que salía de él y murió sin entender que lo habían degollado por la espalda. Un par de Legionarios montaban guardia junto a un pozo de agua, cuando de repente una Flecha de Hueso le impactó a uno en la garganta, silenciándolo para siempre. Su compañero trató de gritar, pero alguien lo apuñaló por el costado, evitando las placas de su brigantina con mucha habilidad. Cuatro Guardias que dormían sin sus armaduras en los barracones fueron apuñalados silenciosamente en el corazón, mientras una mano de hierro cubría sus bocas para que no emitieran sonido. Un guardia se estaba lavando la cara en un abrevadero, cuando alguien lo golpeó con precisión en la nuca, dejándolo inconsciente de inmediato, luego le hundieron toda la cabeza en el agua hasta que murió ahogado. Dos más murieron cuando comían, cuando unas Flechas de Hueso los impactaron en la espalda. Hubo uno que estaba saliendo de una habitación, cuando alguien lo pateó sorpresivamente y con tanta fuerza que le sacó el aire de los pulmones. Mientras luchaba por respirar, una espada lo decapitó.

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Así fue como Han Shuo acabó con la vida de más de quince guardias en perfecto silencio y luego procedió hacia el interior, al sector lujoso del Mercado de Esclavos. El problema era que sus vigilantes eran personas más poderosas y le costó un poco mantenerse oculto, pero mató a una buena cantidad antes que finalmente alguien se diera cuenta. Cuatro Caballeros Sargento lo enfrentaron. Como tenían mucha experiencia en combates reales, resultaron ser enemigos un poco problemáticos. Pero Han Shuo los mató en poco tiempo usando nuevamente el hechizo de Niebla Negra.

Y pensar que antes Claude estuvo a punto de matarme. Ahora puedo manejar a cuatro oponentes mucho más hábiles que él sin ponerme en riesgo.” Pensó mientras sonreía por su progreso.

Cuando finalmente terminó se dirigió hacia el Edificio Principal. Emily ya estaba ahí, hermosa como siempre, examinando el edificio con los brazos cruzados. Era obvio que no tuvo ningún problema para exterminar su cuota de guardias, sino que otro asunto la estaba preocupando.

– ¿Pasa algo? –

– Está cerrado a cal y canto. – Respondió Emily. – No puedo abrir la puerta sin activar la barrera y las paredes están alisadas para que sea muy difícil escalarlas. Pero veo que hay una ventana que quizá podamos forzar. –

Luego de eso activó su hechizo de levitación y comenzó a elevarse lentamente hacia la ventana, que se encontraba en el quinto piso. Con un conjuro muy hábil consiguió la cerradura. Luego ingresó y tras asegurarse de que no había ningún peligro, sacó la cabeza para decirle a Han Shuo: – Voy a amarrar una cuerda para que puedas subir. ¡Espérame un momento! –

– Te ahorraré la molestia otra vez. – Respondió Han Shuo sonriendo y se elevó hacia arriba con una velocidad muy superior a la que había demostrado Emily. Antes de que la asombrada Archimaga pudiera entender lo que ocurría, descubrió que su amante ya estaba de pie a su lado.

Emily se quedó con la boca abierta por unos segundos, como si estuviera viendo una especie de monstruo legendario. Cuando se recuperó de la conmoción se aceró rápidamente para acurrucarse adorablemente en sus brazos. Luego pareció cambiar de opinión y se puso a darle una lluvia de golpecitos en el pecho.

¡Mujeres!” Pensó Han Shuo con ironía y susurró: – ¿Ahora qué hice mal? –

– ¡Me mentiste! – Respondió Emily, enfadada y feliz al mismo tiempo: – Eres un malvado. Dijiste que eras un aprendiz, pero eres un Archimago. ¿Disfrutas burlándote de mí? ¿Acaso te divertías haciéndome preguntas sobre magia como si no supieras? ¡Tonto! ¡Tonto! –

Han Shuo la besó de inmediato. Por un lado, Emily se veía extremadamente adorable y por otro existía el riesgo de que alguien escuchara sus quejas. Cuando nuevamente sintió que ella se dejaba caer en sus brazos la miró tiernamente y explicó: – No te he mentido. Este hechizo no es la levitación de un Archimago. De hecho, no emplea nada de Fuerza Mental. Y puedes confirmarlo fácilmente. ¿Acaso sentiste magia alrededor de mi cuerpo cuando aterricé a tu lado? –

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Emily lo miró un instante confundida. Sus largas cejas se agitaron cuando cayó en cuenta de que Han Shuo decía la verdad y que no había sentido en ningún momento que estuviese reuniendo magia.

– ¿Qué tipo de poderes estás desarrollando? Hasta donde llega mi conocimiento el más poderoso Caballero solamente puede saltar a grandes distancias empleando su Aura de Batalla. Lo tuyo es algo muy diferente, pero tampoco es nuestra magia. ¿De qué se trata? –

– Es demasiado complicado de explicar. Incluso hay aspectos que yo mismo no entiendo del todo. Tal vez algún día pueda contártelo, pero todavía no. Además, creo que estamos en medio de algo importante. ¿Verdad? – Respondió Han Shuo evadiendo la pregunta.

– Tienes razón. – Respondió Emily y le dio un beso antes de separarse: – De todos modos, ya imaginaba que no me contarías gran cosa. ¡Te gusta demasiado el misterio! En cualquier caso, vamos si podemos encontrar alguna evidencia incriminatoria sobre Odón Ascher por aquí. –

De inmediato comenzaron a recorrer el edificio. Emily lideraba la marcha levitando muy elegantemente. Anteriormente ya había investigado el Mercado de Esclavos en más de una ocasión, así que estaba muy familiarizada. Han Shuo la seguía de cerca sin problemas, pues estaba bastante acostumbrado a este tipo de operaciones. Pero de pronto tuvo un extraño presentimiento y se detuvo de golpe: – ¡Emily, espera! –

– ¿Qué ocurre? – Preguntó la Archimaga mirándolo extrañada: – Ya estamos cerca de los gabinetes principales. Hay que movernos rápido antes de que alguien venga. –

– Nadie viene, ese es el problema. – Respondió Han Shuo y desenvainó su espada corta mientras observaba el entorno con cautela.

– ¿Qué dices? –

– Este es el edificio principal, donde se guarda el dinero antes de enviárselo al Duque. ¿Verdad? –

– Si. –

– Incluso si el Mercado de Esclavos está cerrado el día de hoy, aún debería haber algún sirviente en el edificio principal. Pero no escucho nada. ¿Cómo es posible que no haya nadie? – Explicó Han Shuo nervioso al mismo tiempo que reunía su Fuerza Mental y susurraba: – Revelar Vida.

Su magia se extendió rápidamente y confirmó lo que ya sospechaba. No había una sola persona viva en ninguna de las habitaciones a su alrededor ni en el piso inferior.

– Encontraste a alguien. – Preguntó Emily con recelo.

– Ni un alma. –

– Tienes razón, es bastante sospechoso. –

– ¿Crees que debemos irnos? – Preguntó Han Shuo: – No me gusta tentar al destino. –

– No todavía. – Respondió Emily: – Tampoco me gusta esto, pero tenemos que encontrar alguna evidencia antes de irnos. –

Han Shuo asintió y ambos continuaron bajando. En su camino revisaron las principales habitaciones, pero solo encontraron listas de inventarios que no eran lo bastante claras como para considerarlas pruebas. Los esclavos estaban registrados como productos comestibles y no había contratos de compra o venta. Siguieron así hasta que llegaron al primer piso.

– ¿Qué es ese sitio? – Respondió Han Shuo deteniéndose frente a unas enormes puertas reforzadas con listones de hierro.

– Es la entrada a las mazmorras. Detrás hay un pasillo que llega a una serie de habitaciones subterráneas donde guardan a los Esclavos. Como todo el sitio está reforzado, es casi imposible que alguno se escape. – Explicó Emily y luego agregó: – Si hay algo importante seguramente lo guardarán aquí. – Después activó su magia para reunir todas las sombras a su alrededor y las trasformó en múltiples extremidades oscuras que se aferraron con fuerza a las bisagras de la puerta. Poco después hubo un leve crujido, cuyo estruendo debió haber sido amortiguado por la magia de Emily. Las enormes puertas cayeron al suelo con suavidad.

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– Impresionante. – Comentó Han Shuo: – Pero quizá deberías haber usado esa magia para abrir la entrada a este edificio. –

– El conjuro que colocaron aquí está diseñado para mantener a los prisioneros dentro, no para evitar que otros entren. – Respondió Emily contenta por el elogio: – Además ya había examinado discretamente la protección de este lugar. –

Tras las puertas había un tétrico pasillo de piedra que descendía hacia unas oscuras profundidades. Poco después llegaron a un lugar espacioso iluminado por antorchas. Ahí encontraron fila tras fila de grandes celdas con puertas de grueso metal, montones de cadenas y varios otros espantosos instrumentos propios del negocio de la esclavitud. Solo había una cosa que faltaba… No había ningún esclavo en ellas.

Esta vez no hubo necesidad de que Han Shuo dijese nada, porque la propia Emily estaba claramente en estado de alerta máxima. Sus poderes se activaron y las sombras comenzaron a reunirse a su alrededor para convertirse en sus armas.

Continuaron revisando y descubrieron varios pasillos que llevaban a otras estancias con más jaulas, pero tampoco encontraron rastros de ninguna persona viva o muerta. En una de ellas si hallaron varios documentos importantes junto con sacos donde se guardaban las ganancias. De inmediato lo tomaron todo. Pero, aunque finalmente habían conseguido aquello por lo que habían venido, eso no los hacía sentir mejor debido a la sensación de peligro inminente que parecía envolverlos. Siguieron explorando y entonces descubrieron algo.

– Mis grandes habilidades deductivas me dicen que probablemente alguien se metió por acá. – Comentó Han Shuo con ironía, tratando de aligerar el ambiente.


– No me digas. ¿Cuál fue tu primera pista? – Preguntó Emily sonriendo, pero sin relajar sus defensas.

Frente a ellos había lo que alguna vez debió ser un muro, pero que se había derruido para revelar un gran agujero, tras el cual había un túnel. Había varias piedras alrededor, lo que implicaba que se había construido desde el exterior, hasta que finalmente chocó con la pared. Parecía que un grupo de obreros había excavado un camino subterráneo muy rudimentario desde algún lugar para llegar directamente la mazmorra del Mercado de Esclavos.

– ¿Cuándo crees que hicieron esto? – Preguntó Emily intrigada.

– Esto tendrá tres días, como máximo. – Respondió Han Shuo.

– Imposible. – Dijo Emily negando con la cabeza: – Ni siquiera puedo ver la salida y por el ángulo de inclinación es evidente que este pasaje tendrá unos trescientos pasos de largo. Se necesitarían a unos quinientos hombres para excavar todo esto tan rápido. Un grupo tan grande no podría haber hecho esto sin que mis informantes se enterasen. –

– Pero el olor de la tierra aún se siente reciente. – Respondió Han Shuo: – Cuando dudes sobre algo, es mejor hacerle caso a la nariz. Además, mira esto. El color de los bordes. Aún están húmedos.

– Supongo que es cierto. – Dijo Emily: – Y no veo las vigas o soportes de madera. ¿Cómo diablos trabajaron en esto? ¿Acaso no temían morir en el primer derrumbe? –

– Quizá no importaba la vida de los excavadores. – Sugirió Han Shuo intrigado y a la vez asqueado ante la posibilidad de cientos de personas obligadas a morir ahogadas mientras cavaban en las profundidades. Aunque también le intrigaba cómo era posible lograr esta hazaña

Más adelante encontraron otras estancias sin ningún contenido relevante, sólo más cadenas, comida vieja y jaulas. Finalmente se toparon con unas escaleras que descendían a un nivel más profundo, donde el aire se sentía viciado. De su interior emanaba una extraña sensación, bastante espeluznante.

– Este lugar… – Comenzó a explicar Emily, pero no tuvo que continuar.

– Aquí torturaban a los esclavos para destruir su voluntad. ¿Verdad? – Dijo Han Shuo.

– ¿Cómo lo sabes? –

– Soy un Necromante. – Respondió Han Shuo encogiéndose de hombros: – Sé reconocer la atmósfera de muerte y desesperación. Además, también puedo detectar algo más ahí abajo. Un aroma medio metálico… Sí, creo que es sangre. Mejor déjame revisar primero. –

Tras decir esto invocó una Aparición y la envió escaleras abajo. Poco después abrió los ojos y dijo sorprendido: – No puedo creerlo. –

– ¿Qué hay ahí abajo! –

– Criaturas Oscuras. Guerreros Zombis para ser exactos. – Respondió Han Shuo: – Supongo que ahora sabemos quiénes fueron los que escavaron el túnel. Además, se ven más poderosos de lo normal. Así que apostaría oros contra cobres a que ese Archimago Necromante se encuentra ahí abajo. No se me ocurre ningún otro individuo que sea capaz de hacer esto. –

– Tienes razón, no habría nadie más. Han pasado muchos años desde la última vez que alguien vio a un Necromante Archimago, de modo que las defensas mágicas muy rara vez se diseñan para detener a las Criaturas Oscuras. – Dedujo Emily: – Pero realmente quisiera saber quién es ese tipo. Tiene el coraje de desafiar abiertamente a la Legión Grifón invadiendo la ciudad de Valen. Intenta asesinar a Clark. Y ahora se infiltra dentro del Mercado de Esclavos. ¿Qué crees que estará tramando? –

– Seguro que nada bueno, a juzgar por el olor a sangre. – Comentó Han Shuo: – En cualquier caso ¿deberíamos bajar a ver qué hace? Aún somos dos contra uno y seguramente nos queda tiempo. –

Emily lo pensó un momento y respondió: – Muy bien. ¿Puedes deshacerte en silencio de sus Guerreros Zombis? –

– Claro, dame un momento. –

Concentrando su Fuerza Mental, rápidamente envió varios conjuros necrománticos para interferir con el control del Necromante sobre sus criaturas. Luego invocó su Filo Asesino de Demonios y lo imbuyó con el poder de su Hechizo de Fuego Glacial-Místico. Su arma mágica voló al interior a gran velocidad, destruyendo rápidamente a los Guerreros Zombis, que se volvieron cenizas casi instantáneamente.

– Está hecho. – Respondió Han Shuo: – Veamos que está haciendo ese tipo. –

Y con estas palabras descendieron hacia la oscuridad.

 

 

 

Great Demon King Libro 4 Capítulo 154 Novela Web

Hola amigos, soy Acabcor de Perú, hogar del hermoso Gallito de las Rocas, nuestra ave nacional.

Pronto habrá elecciones en EE.UU y el debate presidencial entre Trump y Biden quedó en un extraño empate. La presa oficial y las encuestas dicen que Biden ganó, los youtubers e independientes piensan que Trump ganó. Yo lo vi muy rápido, porque tengo otras cosas que hacer, pero escuché a muchos diciendo que Biden estuvo tranquilo y que Trump demasiado agresivo, sin explicar del todo sus políticas.

En mi opinión un debate depende de las reglas. En épocas anteriores podían llegar a durar 3 días seguidos. Los votantes a veces acampaban frente al lugar para pasar un día emocionante lleno de actividades mientras se daba la contienda. Hoy en día los debates simplemente duran horas. ¿Creen ustedes que está pensado para que uno pueda explicar algo serio? No. Si yo les pidiera a ustedes que expongan un proyecto que optimice la recolección de… no sé, la basura en su vecindario ¿podrían explicarlo bien en 1 minuto con 30 segundos? Imposible.

Es por eso que a los políticos les toca atacar en los debates. Tienen que ser groseros e impertinentes. Porque saben bien que no van tener tiempo de explicar nada. Así que la estrategia básica para ganar es provocar al rival. Me pareció que Trump hizo eso exactamente, así que lo apruebo.

Biden en cambio demostró que podía mantenerse calmado en esa situación, cosa que también apruebo. El escogió dar una imagen de autocontrol frente a todos los ataques, enojándose sólo ante la mención de su hijo muerto. Muy conmovedor. Sin embargo, aquí pueden notar su habilidad política: fue él quien lo mencionó primero para utilizar su muerte como un elemento para provocar simpatía. Y Trump inmediatamente tuvo que elegir entre atacar la reputación del difunto, arriesgándose a quedar mal, o retroceder para conceder la ventaja a Biden y quedar mal. El presidente actual eligió atacar. ¿Fue lo correcto? ¿Debió haber retrocedido? Quien sabe, eso depende de los estadounidenses.

En cuestión de política. Bueno, yo soy católico. Un católico mediocre, pero, aun así. Para mí todo este mundo no es más que un interludio hasta llegar al paraíso. Tal vez por eso las ideologías nunca me interesaron demasiado. Pero usualmente ocurre que mis principios suelen colindar con los de una Centro – Derecha, aunque a veces me repugna que vean todo en la vida como un maldito balance de activos y pasivos. Somos personas, no números. Con la izquierda nunca me he llevado bien, porque me parece que viven desesperados por lograr ahora ciertos objetivos que sólo pueden conseguirse tras pasar siglos de lento esfuerzo. Por ejemplo, acabar con el racismo: no es algo que logarás en esta vida, necesitas cambiar lentamente a la sociedad a lo largo de generaciones. Lamentablemente muchos izquierdistas creen que es cuestión de bombardear a las personas con los medios de comunicación o imponer a otros sus ideales usando las leyes. Yo creo que eso sólo puede terminar mal, porque uno no puede combatir la intolerancia volviéndose intolerante con los intolerantes. Bueno, ese soy yo. Mi especialidad es el Arte y la Historia, las ciencias políticas me son un completo misterio a no ser que sean las de la Antigüedad Clásica. Así que no pretendo iluminar a nadie al respecto o decirles cuál es la visión correcta. Solo comparto mi parecer en cuanto a los últimos acontecimientos. Ya ven que al final siempre es: “El hombre propone y Dios dispone”.

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Bueno, en este capítulo introduje muchas cosas. Originalmente la pareja llega al Mercado de Esclavos y lo encuentra vacío porque todos los guardias están patrullando la ciudad. Pero si el mercado está en la ciudad, como el autor dejó claro, ¿por qué ningún guardia notaría que ellos se introducen? No quedaba muy claro. Por eso modifiqué muchas cosas.

También tuve que luchar con un nuevo tipo de redundancia, porque se volvían a explicar eventos que ocurrieron en anteriores capítulos. También hubo casos en que se explicaron cosas que hubiera sido mejor conocer anteriormente. Finalmente tenemos el problema más terrible de todos: La obviedad.

Hay ocasiones en que la novela original te dice las cosas de un modo que pareciera estar explicando cosas a un retrasado mental. Ejemplo: Han Shuo llegó a las puertas y las encontró cerradas, así que pensó que quizá alguien no quería que entrase y decidió irse. O aún mejor: Han Shuo se encontró un cadáver en el suelo y pensó que alguien había sido asesinado. Hablo en serio, hay muchas partes donde lees cosas como: Emily se encontró con Lawrence por primera vez, así que nunca conversaron. Es una constante remarcación de lo evidente. Me di el trabajo de quitar todo eso y reemplazarlo por una versión mucho más emocionante, con diferentes puntos de vista.

Parafraseé una obra de Brent Weeks cuando me inventé la parte del mago Giovanni, que en el original no aparece. Tampoco la parte en la que Han Shuo asesina a todos los guardias exteriores. Espero que eso haya quedado claro, un mercado tiene varios puestos, almacenes y sectores. Por eso habrá guardias en el exterior. Pero hay un edificio principal donde se guardan los esclavos durante la noche para que no escapen y también están las dependencias de quienes dirigen el lugar. Es este edificio donde Emily y Han Shuo quieren entrar al final.

En la versión original apenas el edificio solo tiene tres pisos. ¿Pero tiene sentido que Han Shuo no pueda escalarlo? Por eso especifiqué que era un edificio bien cerrado, protegido por barreras mágicas y aumenté el número de pisos para justificar mejor que Emily quisiera arrojarle una cuerda.

Finalmente agregué el detalle de la entrada a las mazmorras. Esto me plantea un problema. ¿Cómo es posible que un Archimago se infiltre en el edificio principal y mate a todos en el interior sin que los guardias del exterior se den cuenta? Tenía dos opciones: El Archimago mató a todos los habitantes del Mercado de Esclavos o Había un sector donde podía atrincherarse sin que nadie notase su presencia, las mazmorras cerradas.

El primero me presentaba la dificultad de explicar que el Archimago pueda llegar al edificio, tomarse el tiempo de matar a todos los guardias junto con los esclavos y todo eso sin ser descubierto por la legión Grifón que está registrando la ciudad. También está el problema del tiempo, porque recuerden que la Venta de Lisa ocurre el mismo día que la muerte Clark, y la actuación del Necromante Archimago ocurrió después. Simplemente no parecía posible. Debe ser un error del autor.

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La otra opción en cambio era que el Archimago ya hubiese comenzado sus preparativos antes de que todo ocurriera. Pero entonces ¿Por qué la venta de Esclavos prosiguió sin problemas cuando Han Shuo visitó el lugar ese mismo día? ¿Entienden el desafío?

Por eso elegí la segunda opción: El Necromante tenía Criaturas Oscuras que no se cansan ni respiran excavando su túnel en algún lugar. Quizá le tomo un solo día o dos, máximo tres. Cuando encontró las mazmorras se detuvo. Luego fue a tratar de matar a Clark y finalmente regresó para terminar su túnel. Mató a todos en el interior con su Necromancia sin que los guardias del exterior se dieran cuenta para no despertar sospechas y cerró las puertas de la mazmorra dejando a unos Guerreros Zombi protegiendo el acceso a la sala de torturas donde se quedó haciendo lo que sea que haga.

Lo sé, todavía arece bastante ajustado. Pero al menos me parece más creíble. Finalmente agregué el comentario de Emily sobre que las puertas de la mazmorra están diseñadas para evitar que la gente salga en lugar de entrar para justificar que no hubiese abierto las puertas exteriores con su magia. De otro modo Han Shuo hubiese tenido que abrirlas él mismo con su súper fuerza. ¿Pero cómo lo haría sin hacer ruido? ¿Cómo pensaba entrar Emily si él no hubiese estado cerca?

Bueno, esos son los cambios más importantes. Hay más, pero tendrían que leer la novela original si quieres descubrirlos. Pero por favor déjame saber tu opinión en los comentarios, como diría Luis Dewitt.  ¿Cuál fue tu parte preferida? ¿Qué te parecieron las modificaciones? ¿Crees que todo debió haber ocurrido de un modo distinto? ¿Cómo lo habrías planteado tú? ¿Te gustó Han Shuo masacrando guardias como lo haría un ninja? Y finalmente, por favor no se olviden de valorar la novela para que volvamos a estar en los primeros puestos.

Nos vemos en el siguiente capítulo.

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