Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 5

Capítulo 7: Katarina Y Compañía

Parte 6: Habiéndote Encontrado

Keith Claes

“¡Desearía que nunca hubieras nacido!”

“¿Por qué ese mocoso debe quedarse en mi casa?”

“¡Vete, monstruo!”

¿Por qué? ¿Por qué todos me odian?

¿Por qué nadie se queda a mi lado? No quiero estar solo.

Estoy tan solo.

 Por favor… Alguien… Cualquiera. Quédese conmigo.

 Me desperté y miré el techo que, en los últimos meses, me había acostumbrado a ver. Así es, pensé, esta es la mansión Claes. Ahora esta es mi familia. Suspire de alivio.

Desde que nací, siempre me habían odiado y tratado como una molestia. Sin embargo, este ya no era el caso desde que había venido a la mansión Claes. Mi amable familia estaba feliz de compartir sus comidas conmigo y se preocupaba por mí y mi salud. Tenía todo lo que siempre había deseado.

Y, sin embargo, a veces todavía tenía esos sueños del pasado. Sueños de ser insultado y rechazado. Todo debería haber estado detrás de mí, pero… todavía me dolía el pecho.

Hoy, se suponía que debía asistir a una fiesta de té junto con mi hermana. Con el pecho todavía dolorido, comencé a prepararme.

“Gracias por venir conmigo, Keith.” Dijo Katarina, sonriéndome en el carruaje que nos llevaría a la fiesta del té. Su sonrisa me hizo sentir mejor.

“Soy malo recordando caras, así que ir sola da un poco de miedo. ¡Estoy tan feliz de que estés aquí conmigo!” Sus ojos azules miraban directamente a los míos.

“Gracias por venir a nuestra familia, Keith. Estoy muy contenta de poder convertirme en tu hermana.”

Escuchar estas palabras casi me hizo llorar. La felicidad calentó mi pecho, que había estado lleno de dolor por mi sueño, desde adentro.

Katarina Claes es una chica tan misteriosa. Ella siempre dice lo correcto en el momento correcto.

“… Estoy tan contento de ser parte de la familia Claes y de tenerte como hermana.” Le dije, y ella me dio otra de esas sonrisas amables.

Estoy tan agradecido de haber conocido a Katarina, pensé desde el fondo de mi corazón.

***

Mary Hunt

Después de conocer a Katarina, pasé los siguientes meses tratando de convertirme en una dama lo suficientemente respetable como para ser digna de su compañía.

Tuve que entrenar en una amplia variedad de campos: académicos, danza, etiqueta y más. Sin ningún talento en particular, en realidad aprendí más lentamente que los que me rodeaban, por lo que nada de esta capacitación fue fácil. Tuve que poner más esfuerzo que nadie.

Estudiaba toda la noche, preguntando a mi instructor cada vez que él estaba allí. Practiqué la etiqueta día tras día hasta que finalmente logré comportarme correctamente en cualquier situación. Trabajé bailando durante tanto tiempo que me quedé sin zapatos y mis pies comenzaron a sangrar.

Mis hermanastras de otra madre se reían de mis esfuerzos. “¡Mira a esta tonta sin talento tratando tan duro!”

“Una dama noble que entrena de manera tan obsesiva es poco menos que embarazosa.” “¡Ella es tan mala como se esperaba de alguien nacida de una madre de bajo rango!” Estas palabras se sentían como flechas perforando mi pecho, envenenándolo con dolor. Pero cada vez que estaba con Katarina, el dolor se aliviaba. Y entonces, un día…

“Ay…”

“¿Mary? ¿Qué pasa? ¿Estás bien?”

Tan pronto como dejé de caminar y me agaché, Katarina me llamó con preocupación. Había venido a visitarla a su casa, y ahora estábamos atravesando el jardín y su campo. De repente, me empezó a doler el pie y, al mirarlo bien, vi que me sangraba un poco.

“¡Mary! ¡Estás herida! ¡¿Te golpeaste el pie en alguna parte?!” Dijo Katarina.

Influenciada por su pánico, también respondí con un toque de pánico. “… Está bien. Ayer practiqué bailar durante demasiado tiempo, y mis pies están un poco desgastados… eso es todo.”

“¿Bailando?”

“Sí. Soy un mal bailarín, así que tengo que practicar más duro que la mayoría de la gente…”

Inmediatamente me arrepentí de decir esto. ¿Pensará que ni siquiera puedo bailar sin practicar hasta que me sangren los pies? ¿Ella se reirá de mí?

Preocupada, miré a Katarina. Pero sus ojos no tenían nada del desprecio que mis hermanas tenían. Ella me estaba mirando con asombro.

“Trabajando tan duro para mejorar en algo en lo que eres mala… Mary, eres increíble. ¡Realmente debería aprender de ti!”

Di lo mejor de mí día tras día, solo para que me hicieran el ridículo.

“¿Por qué te esfuerzas tanto?” Dijeron, riéndose de mí.

Pero ya no me importaba… porque ella estaba aquí. Y ella me dijo que era increíble por trabajar tan duro.

“Volvamos a la mansión y atendamos tus heridas.” Dijo Katarina, arrastrándome de la mano. Pero solo pude pensar en una cosa:

Estoy muy agradecida de haber conocido a Katarina Claes.