Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 5

Capítulo 7: Katarina Y Compañía

Parte 2: Trabajando Como La Sirvienta Principal De La Familia Claes

Nací como la primera hija de una familia de comerciantes relativamente acomodada, y comencé a trabajar como empleada doméstica para la familia Claes cuando tenía dieciséis años.

Mis hermanas eran talentosas y encantadoras, y recibieron muchas propuestas de matrimonio. Tan pronto como tuvieron la edad suficiente, ambas se casaron; la mayor llevó a su esposo a nuestra familia y la menor se fue con la familia de su esposo.

Pero no tenía el talento ni la habilidad social de mis dos hermanas. Mi cara me hizo parecer severa, y mi voz me hizo sonar enojada… Tenía problemas para encontrar amigos, y no podía conseguir un amante. Incluso después de terminar mis solitarios años en la escuela, seguía sin recibir una propuesta de matrimonio como mis hermanas.

Pensé que probablemente estaría sola toda mi vida si me quedaba en casa, y que sería una molestia para mis padres. Decidí ir a trabajar para la familia Claes, que siempre había estado cerca de la mía.

No me llevó mucho tiempo darme cuenta de que no podría disfrutar de un matrimonio y una familia como otras chicas, así que concentré mi energía en el trabajo. A diferencia de los demás a mí alrededor, mi trabajo era todo lo que tenía. Después de unos diez años, mi trabajo fue recompensado cuando inesperadamente me dieron el puesto de jefa de limpieza cuando la anterior se retiró.

Tenía miedo de que la gente me tratara a la ligera debido a mi corta edad, así que puse aún más energía en mis deberes. Con esta cara, esta voz y esta actitud implacable, había hecho que las sirvientas y otros sirvientes me evitaran por completo. Pero no dejé de dar lo mejor de mí, trabajando para aprovechar al máximo mi vida solitaria.

A pesar de mi apariencia, me gustaban los vestidos con volantes, lindas muñecas, cuentos de hadas con hermosas princesas y adorables dulces. Desde que era una niña la gente se reía de mí por esto, y finalmente comencé a disfrutar de ello sólo en secreto.

Mi aura de austeridad era tan fuerte que mis colegas simplemente asumieron que no me gustaban las cosas dulces y por ello no me las ofrecerían. Entonces, cuando tenía algo de tiempo libre, horneaba dulces por mi cuenta, con cuidado de no ser vista, y me las comía sola…

Hace unos años, antes de ser la sirvienta principal, había traído mis delicias horneadas en secreto al jardín donde podía sentarme y comerlas sola.

Recientemente una de las otras criadas se había casado y había abandonado la mansión. Mientras miraba la hierba frente a mí, pensaba en cómo ahora iba a ver a una colega tras otra dejarme atrás.

No soy particularmente talentosa ni simpática, así que es obvio que no podré casarme, pero… Sus sonrisas felices… Les tengo tanta envidia… Si tan sólo un hada saliera de la nada, conviérteme en una princesa y llévame ante un apuesto príncipe como en los cuentos de hadas que leía de niña…

Estaba ocupada soñando despierta cuando vi a alguien salir de la hierba alta. No era un hada, sino una niña cubierta de hojas. Esta niña, la hija de un duque, miró los dulces que sostenía en silencio, excepto por el gruñido de su estómago.

“… ¿Quieres un poco?” Me estaba mirando tanto que no pude evitar ofrecerle algo.

“¡¿Puedo tener un poco?! ¡¿De verdad?!” Dijo ella, tan emocionada que podría haber estado saltando de un lado a otro.

Se comió algunos de mis dulces y, a pesar del hecho de que eran obra de una aficionada, les gustaron mucho… tanto que a veces me buscaba para preguntar por ellos.

A diferencia de mis colegas, ella nunca parecía asustada o fría a mí alrededor, y yo también me sentía a gusto con ella.

Una vez que cumpliera quince años, tenía que ir a la Academia de Magia, y su criada personal, Anne, la seguiría allí.

También quería ir a la academia con ella… pero como sirvienta principal, no podía salir de la mansión. Esto me hizo sentir increíblemente sola.

Habían pasado unos días desde que la joven señorita salió de la casa.

“Disculpe.” Dijo una voz detrás de mí mientras me sentaba en el jardín, comiendo dulces sola.

Nadie más que Katarina solía venir aquí, y en este momento ella estaba en la academia… entonces, ¿quién podría ser? Me di la vuelta y vi a uno de los muchachos que había trabajado como jardinero para la familia Claes durante los últimos años.

Era alto para su edad y tenía una personalidad seria y leal, haciéndolo popular entre las criadas. A menudo las había visto hablar con él, pero nunca había hablado con él.

“… ¿Sí?” Pregunté confundida.

“Bueno… a mí… realmente me gustan los dulces, y en realidad, he comido algunos de los que hiciste. La joven señorita los compartió conmigo. Realmente los amaba, y… ¿Podría tal vez… tomar un poco?”

“… Oh, por supuesto.” Le dije al chico sonrojado frente a mí, también sonrojándome. Le ofrecí algunos de los dulces, y él los tomó con la más brillante de las sonrisas.

Finalmente, el sueño de casarme y tener mi propia familia, a la que había renunciado, se hizo realidad. Pero eso fue unos años después.

Los cuentos que había leído de niña eran ciertos. Ese día, la chica que salió de la hierba para encontrarse conmigo en el jardín era realmente un hada, usando su magia para traerme felicidad.