Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 4

Extra: Las Preocupaciones De Los Que Mantuvieron El Fuerte

Parte 1: Las Frustraciones De Mary Hunt

Finalmente, cuando terminé de organizar montones de papeleo, dejé un montón sobre mi mesa con un gesto y suspiré profundamente. Este fue un trabajo que podría haber terminado fácilmente en un abrir y cerrar de ojos en circunstancias normales. Sin embargo, no pude concentrarme en eso, por lo que me llevó bastante tiempo.

Con esto, mi trabajo finalmente terminó, y volví a mis habitaciones en los dormitorios de la academia. Trabajo, vida, todo era lo mismo. Simplemente no podía concentrarme.

Había sido así durante los últimos días. Sabía muy bien el motivo, por supuesto. Era simple, realmente… Katarina y su grupo se habían ido en busca de Keith… y no me permitieron unirme a ellos en su viaje.

Katarina Claes es una persona muy especial para mí. Ella fue muy importante en mi vida. Cuando me cerré del mundo exterior cuando era niña en respuesta al cruel acoso de mis hermanastras, fue ella quien me salvó.

No tenía ni una pizca de confianza en mí mismo entonces… fue Katarina quien me inspiró y me permitió vivir con la cabeza en alto. Cada vez que vacilaba, era ella quien extendía su mano hacia mí. No amar a alguien así era casi imposible.

Antes de darme cuenta, Katarina se había convertido en la persona más importante para mí, en el fondo de mi corazón. Por eso quería estar a su lado. Para estar con ella, siempre, trabajé duro de varias maneras.

Sin embargo, Katarina simplemente estaba llena de encanto. Había muchos otros en su vida. La punta de la lanza, si pudiera describirla como tal, era el prometido actual de Katarina, el príncipe heredero Jeord Stuart. El príncipe es un genio… es capaz de cualquier cosa, y eventualmente se había encariñado con Katarina. Empleó todos los medios necesarios para asegurarse de que ella cayera en sus manos.

Aunque Jeord se parecía a cualquier otro joven apuesto, sabía que era todo un villano por dentro. Utilizando su posición como el prometido de Katarina, Jeord había planeado tomar su mano inmediatamente en matrimonio después de su graduación de la Academia de Magia.

Por mucho que odiara la idea, podía predecir que eso era lo que haría el príncipe. Después de todo, teníamos formas de pensar similares.

Sin embargo… Katarina es, ¿cómo pongo esto…? Extremadamente densa. Ella, por supuesto, no notó ninguno de los avances del Príncipe Jeord. En todo caso, mis esfuerzos a lo largo de los años habían valido la pena. Le dije a Katarina en cada oportunidad que “convertirse en un miembro de la realeza era muy agotador”. Como resultado, apenas estaba ansiosa por todo el asunto del matrimonio.

Con la ayuda de mis aliados, que también eran bastante aficionados a Katarina, planeamos que de alguna manera cancelara su compromiso con el príncipe. Con este fin, estábamos deliberando una posible solución cuando…

Después de un incidente complicado que causó mucho ruido hace poco tiempo, hubo un desarrollo inesperado: Katarina, quien posiblemente era la persona más densa en todo el Reino Sorcié, de repente se dio cuenta de los sentimientos del Príncipe Jeord hacia ella.

Con ese éxito, Jeord comenzó a escalar agresivamente sus avances a un ritmo que nunca había visto antes. Mientras que el resto del consejo intentó proteger a Katarina de sus intentos, Jeord se apresuró a acumular trabajo extra en nosotros. Entonces, a pesar de nuestros mejores esfuerzos para interrumpir sus planes, Jeord logró darnos el resbalón una y otra vez.

¡Y en medio de todo esto, de todas las cosas, Katarina y Jeord se fueron juntos de viaje! La razón fue que el hermano adoptivo de Katarina, Keith Claes, aparentemente se había escapado de casa. Había regresado a la Mansión Claes durante un período de vacaciones cuando desapareció repentinamente. Poco después llegó una carta dirigida a la familia Claes, en la que se afirmaba que Keith había salido de su hogar por su propia voluntad.

Esto no era natural en numerosos aspectos. ¿Por qué Keith, que amaba tanto a Katarina, de repente elegiría dejar su lado…? Muchos otros pensaron exactamente lo mismo, estoy segura, pero no había nada que alguien como yo pudiera hacer.

Sin embargo, no era como Katarina pensar de esa manera. Antes de que me diera cuenta, ella había declarado que haría un viaje para encontrar a su hermano. ¡Y de la manera más directa! “Seguramente Keith se escapó de casa porque le causé demasiados problemas”, había dicho.

¡En ese caso, yo también la acompañaría…! O eso pensé. Desafortunadamente, hubo circunstancias más complejas en juego, y no pude unirme a Katarina en su viaje. Esto fue una tragedia en sí mismo, pero había un problema aún mayor: ¡Jeord la acompañaría!

Dado que sus enfoques hacia Katarina se habían intensificado rápidamente en los últimos días, y él estaría junto a ella todo el tiempo, quién sabe qué pasaría. Estaba increíblemente preocupada, por decirlo ligeramente.

Sin embargo, Katarina se había quedado paralizada por el tema de la desaparición de Keith, y aparentemente se había olvidado de los avances de Jeord, al menos por ahora. Por más que lo intentó, Katarina ya no era receptiva a los esfuerzos de Jeord. Eso es algo bueno, pero…

Por si acaso, ingresé una solicitud formal a través del Ministerio para que otro miembro de su grupo de viaje vigilara a Jeord, a fin de asegurar que no se acercara indebidamente a Katarina. Aun así, es del príncipe de quien estamos hablando. Nunca pude leer su mano.

Ahh… ¡si yo también pudiera seguirla en este viaje! Estaba preocupada. Terriblemente preocupada, y también muy disgustada de que me hubieran dejado atrás.

Desde que Katarina se había ido, estos sentimientos dentro de mí habían estado girando sin control. De hecho, se estaban interponiendo en mi trabajo en el consejo, ¡e incluso me impedían vivir bien!

¡Uf…! ¿Cuánto tiempo pasará hasta que regrese Katarina? ¿Ella está a salvo? Me pregunté, caminando sin sentido en mi habitación. Mi imagen habitual de la noble dama infalible de la alta sociedad se había desmoronado. Así no podía pensar bien.

Mientras continuaba paseando por mi habitación en círculos sin sentido, escuché un golpe en la puerta… un invitado había llegado por mí, según mi criado.

El que había aparecido era mi prometido actual, el príncipe heredero Alan Stuart. Puede ser el gemelo de Jeord, pero los dos no se parecían en términos de personalidad. La diferencia más notable es que Alan es… honesto. Una palabra menos halagadora para usar podría ser “simple”, o tal vez a veces incluso un poco infantil. También estaba entre los muchos que apreciaban a Katarina.

Alan solo había notado sus sentimientos por ella solo un año antes. También era denso, aunque nada cerca del nivel de Katarina. Aunque todos a su alrededor sabían que sentía algo por ella desde que era un niño, parecería que durante todo ese tiempo él mismo no se había dado cuenta.

Supongo que fui yo la responsable de eso. Había hecho todo lo que estaba en mi poder para asegurarme de que Alan no se diera cuenta de lo que sentía por ella. ¿Por qué haría tal cosa? Bueno, era para reducir el número de rivales que compiten conmigo por la mano  de Katarina, por supuesto. No era nada tan cursi como: “Oh, porque Alan es mi prometido.”

No me malinterpreten, soy un poco aficionado a Alan. Pero Katarina siempre vendrá primero.

Cuando finalmente notó sus sentimientos por Katarina, Alan se volvió hacia mí, tan confiado, y dijo: “Hay alguien más que me gusta. Quizás mis sentimientos nunca la alcanzarán, pero no puedo mentirte. Eso es deshonesto. Deberíamos cancelar nuestro compromiso.”

En verdad, me sorprendió lo honesto que podía ser Alan. De hecho, no pude evitar estar preocupado por su futuro, dado que la sociedad noble siempre está arremolinándose como serpientes. Alan afirmó que no podía decirme quién era esta persona misteriosa. Todo lo que pude hacer fue pensar, ¡pero todos ya lo saben!

Sin embargo, mi respuesta en ese momento fue un firme “no”. Después de todo, si mi compromiso con Alan se cancelaba, casi con certeza estaría comprometida de inmediato con alguien más. Y si eso sucediera, era probable que pudiera casarme en el acto. Tal vez pareciera que me estoy dando aires de grandeza, pero como resultado de mis innumerables años de arduo trabajo, tuve una buena reputación como una dama refinada en la sociedad noble. De hecho, fui más que popular.

Hablando con honestidad, detestaría mucho casarme con un hombre que no conocía. No pensé que podría soportar estar separada de ella. Un compromiso que podía hacer era estar al lado de Katarina, incluso si solo fuera por un tiempo.

El objetivo de mi vida era pasar el resto de mi vida con Katarina. ¡No era momento para que yo, Mary Hunt, me casara con hombres que ni siquiera conocía! Por eso también le dije a Alan que había alguien más a quien amaba, y que esa persona tampoco podría responder a mis sentimientos.

“Pero… ¡no me rendiré! La posibilidad es baja, sí, pero al menos me gustaría intentarlo. Entonces… preferiría de sobremanera que te quedaras, Príncipe Alan. Después de todo, estás en una situación similar… eres mucho más preferible a un nuevo novio que no conozco. Así que por favor, por ahora mantengamos el compromiso intacto.” Dije con lágrimas en los ojos.

Alan, siendo el príncipe denso que era… y uno de mis rivales, nada menos… se apresuró a aceptar, sin siquiera un indicio de sospecha.

“Lo entiendo. Hasta que tú y esa persona terminen juntos… Seguiré siendo tu prometido.”

Me sentí mal por él, ¡pero al menos ahora compartimos un objetivo común! Metí a Alan en nuestra pequeña alianza y planeé anular todos los enfoques agresivos de Jeord. Pero esta vez, sin duda, tenía la ventaja. Ahora que Katarina estaba fuera de mi alcance… ¿Jeord le haría algo? No podía sacar ese pensamiento de mi mente.

A pesar de mi evidente frustración y de mi comportamiento marcadamente diferente en los últimos tiempos, Alan logró entregarme una carta… aunque parecía estar algo intimidado por mi furia.

“Llegó una carta dirigida al consejo. Pensé en traértela.” Dijo, ofreciéndome la carta.

“¿Una carta? ¿De quién?” Pero al echarle un vistazo, allí noté una palabra que me encantaba.

“Sí. De Katarina, sobre su viaje… ¡Hey!”

Antes de que Alan pudiera terminar su oración, le quité la carta de las manos e inmediatamente me puse a leer su contenido. Lo escrito en la carta no era motivo de alarma. Era simplemente Katarina felizmente describiendo los aspectos más destacados de su viaje de una manera relajada.

La carta me tranquilizó. Una vez más suspiré profundamente, a pesar de mí misma… esta vez con alivio.

“H-Hey. Mary… yo también puedo leerla, ¿verdad?”

Por alguna razón, Alan parecía aterrorizado.

“¡Pero por supuesto!” Respondí, entregándole la carta al príncipe con una sonrisa femenina.