Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 3

Capítulo 1: Una Decisión Arbitraria, Conexiones Perdidas, Corazones Desgarrados

Parte 6

 

 

Había sido envenenado.

Había dos razones por las que el Sucesor de Black Steel no se dio cuenta de la minúscula cantidad de droga que se había añadido a la bebida.


Primero, ya estaba inquieto por las preocupaciones de su superior. Cuando descubrió un sabor extraño, el veneno no fue lo primero que se le cruzó por la cabeza.

Y la segunda es que no creía que Alice intentara algo tan despreciable. Confiaba en ella.

Sin embargo, Iska juzgó mal toda la situación.

Porque no fue Alice quien planeó contaminar el jugo, sino la asistente de Alice, Rin.

—–


—¿Iska? Iska, ¡¿qué te pasa?!

El joven se había desplomado de costado en el banco, inmóvil.

Sus ojos estaban cerrados, y no se movía ni siquiera un poco. Incluso desde la perspectiva de Alice, su comportamiento era evidentemente extraño.

…¿Qué?

…¡¿Qué demonios pasó?!

No respondió ni siquiera cuando ella lo sacudió.

Como estaba respirando superficialmente, no podía estar muerto. ¿Pero cómo puede ser normal que el más grande espadachín del Imperio se derrumbe de repente?

—Lady Alice, le pido disculpas… —Rin habló como si estuviera aturdida, con los ojos llenos de miedo.

—¿Qué?

—…Lo envenené. Mezclé un sedante en su bebida.

— ¿Qué has hecho qué?

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Esto no era algo que Alice hubiera pedido. ¿Por qué Rin haría eso de manera voluntaria? Si estuvieran en cualquier otro lugar, Alice la habría reprendido por actuar por encima de los límites, pero se contuvo de hacerlo en público.

—No  es  lo  que  usted  piensa,  ¡Lady  Alice…!  —Rin  agitó  su  cabeza vigorosamente.

Ok, entonces ella mezcló veneno en el jugo, lo cual acaba de confesar. ¿Por qué sigue estando tan nerviosa?

—Explícate.

—Pensé  que  nunca  bebería  algo  tan  obviamente  envenenado.  Quiero decir, usé algo que era un poco agrio, y él lo notó.

—¿Esto es zumo de manzana? Huele diferente.

Ahora que Rin lo mencionó, Alice recordó que Iska hizo un comentario en ese sentido, a pesar de que lo pasó totalmente por alto en ese momento.

—En primer lugar, no pensé que bebería de buena gana algo que yo le ofrecí.

—…Entonces, ¿por qué envenenarlo?

—Para convencerlo de que la Soberanía trató de envenenarlo, pensé que sería razón suficiente —Rin bajó la mirada al chico que estaba tirado ahí—. No voy a ocultar nada más de usted. Supuse que este espadachín se daría cuenta de que usted era una fuerza a tener en cuenta si pensaba que intentábamos envenenarlo.  Y eso lo detendría de charlar  con usted o reunirse con usted de nuevo en la ciudad neutral.

—¿Qué? Rin, ¡tú…!

—Todo lo que quería era terminar esta extraña relación. Lady Alice, podría convertirse en la reina de nuestro país algún día.

—……

—No puede perder el tiempo con un simple soldado Imperial. Mientras viaja fuera del país, los que vigilan el cónclave ya están acumulando sus fuerzas.

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Alice no tenía nada que decir a eso.

Su ayudante había dicho la verdad irrefutable para el que competía por el trono. La lucha interna dentro de la Soberanía era así de amarga.

Incluso dentro de la Casa Lou, que compartía el linaje de la actual reina, Alice tenía que luchar con su hermana mayor, Elletear; su hermana menor, Sisbell; además de las otras dos líneas de sangre…

“El planeta está lleno de rabia”.

“Quiere que usemos el poder astral para destruir el Imperio. La actual reina es demasiado blanda en su política”.

Estaba Lord Mask de la Casa Zoa.

Y también la Casa Hydra, aunque no actuaban de manera perceptible.

Para ser reina, tenía que convertirse en la representante de las tres hermanas Lou y luego ganar en el cónclave contra las casas Zoa e Hydra.

—Nunca pensé que él realmente caería en esto… —A pesar de que ella había sido la que puso la trampa, Rin miró hacia abajo en shock al chico dormido—. Además, me está empezando a irritar que esté durmiendo como un bebé.

—Sí. Está profundamente dormido. Es casi palpable la confianza que tiene en que estará bien…

El chico se acostó de lado en el banco.

¿Fue porque el sedante era fuerte? ¿O era un signo de su arrogancia?

La vista de su tranquilo sueño fue suficiente para disminuir el agravio de Alice y Rin. Casi les hizo preguntarse si sólo estaba fingiendo estar dormido.

—…Esto fue un error de cálculo de mi parte. Si hubiera sabido que este sería el caso, habría usado algo letal.

—Rin —Alice advirtió a su asistente por decir lo impensable.

…¡Ugh, en serio!

…Desde la perspectiva de Iska, parecerá que fui yo quien lo envenenó.

Afortunadamente, sólo fue un sedante. Pero, ¿cómo iba a disculparse con él cuando se despertara? ¿Él la perdonaría siquiera?

—Lady Alice, no tiene por qué preocuparse por esto.

—No, Rin, esa no es la cuestión. Yo…

Ella lo sabía, incluso sin que Rin lo dijera en voz alta.

—Desde que nos encontramos en la ciudad neutral, algo raro se ha estado acumulando en mi pecho… sé que este sentimiento me hace ser  un fracaso como princesa. Vine aquí con la intención de terminar con todo eso.

Alice tenía sentimientos especiales por él. Estaba dispuesta a reconocerlo, no podía poner freno a sus emociones, lo que la impulsó desde su primer encuentro en la ciudad neutral.

Todo el tiempo que estuvo en el palacio real, incluso cuando comía o se preparaba para ir a la cama por la noche, la voz y la silueta de Iska nunca abandonaron su mente. Alice sabía que mientras tuviera la intención de seguir siendo una princesa, esta neblina no le hacía ningún favor. Necesitaba arreglar las cosas con él para aclararlo todo.

Y sin embargo…

—Ugh, ¿en serio? ¿Cómo pudiste hacerme esto, Rin? ¿Cómo puedo dejar que las cosas terminen así?!

—Sólo queda una cosa por hacer.

—¿Qué?

—Lo llevaremos con nosotras —Rin levantó su cuerpo. Por supuesto, cargar con un hombre más alto era muy fácil para ella. Pero había otro asunto en cuestión.

—¿Qué…  qué  crees  que  estás  haciendo?  Espera,  Rin.  ¿Lo  vamos  a llevar?… ¿Pero a dónde?!

—A la Soberanía. Un antiguo Discípulo Santo será un valioso prisionero.

Alice finalmente entendió lo que significaba cuando la gente decía que dudaba de sus oídos.

Si bien era cierto que envenenaron a Iska en una ciudad neutral… …intentar secuestrarlo parecía algo totalmente distinto.

—Nadie  nos  prestará  atención.  Sólo  estamos  cuidando  a  un  amigo después de que se divirtiera y se agotara. Nadie lo pensará dos veces.

Mientras no las atraparan, no habría problemas. Si no hay testigos en la ciudad neutral, parecería que la soberanía no tiene nada que ver con esto. Alice sin duda entendía el proceso de pensamiento de Rin.


Sin embargo, no podía pasar por alto eso como una princesa de la Soberanía.

—¿Hablas en serio? ¡No puedes! La ciudad neutral no nos perdonará por hacer esto!

—Pero ya está hecho —Rin comenzó a caminar con Iska a cuestas.

—Eso no es cierto. Si lo llevamos a la Soberanía…

Habría tortura y luego cadena perpetua.

No  sería  extraño pensar  que  un  antiguo  Discípulo Santo sería  considerado demasiado peligroso para mantenerlo en cautiverio y fuera ejecutado.

…No. No puedo permitir eso.

…¡No aceptaré que así sea como termine nuestra conexión!

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—Rin, no podemos hacer esto. ¡Es una orden! No podemos llevarlo a la Soberanía, ¡especialmente al estado central! Sólo piénsalo. Si Iska se escapa, será una catástrofe. El palacio real estaría justo ahí.

La mente de Alice daba vueltas mientras pensaba desesperadamente en las razones para no colaborar.

—Si Iska se pone violento allí, será un desastre. ¿Verdad?

—…Entendido —Rin se detuvo en seco con el chico todavía en sus brazos—. Entonces iremos al decimotercer estado, Alcatroz, la Mancomunidad de la Soberanía más cercana a este lugar.

—¿Alcatroz?

—Sí. Es el mejor lugar para vigilarlo.

¿Qué quiere decir Rin exactamente con eso?

Como una princesa, Alice inmediatamente entendió lo que su asistente tenía en mente.

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¿Pero eso está bien? La incertidumbre persistía en ella. ¿Era realmente la mejor idea alejar a Iska de este lugar?

…todavía tengo tiempo. Necesito aguantar.

…Mientras no haya testigos que vean a la Soberanía capturando a un soldado imperial a través de una trampa, aún puedo arreglar las cosas.

Esperaría hasta que Iska se despertara y se disculparía para borrar totalmente lo que pasó.

Pero los cálculos de Alice se derrumbaron momentos después…

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—¿…Iska?

Reconoció esa adorable voz y escuchó el ruido sordo de una bolsa de compras golpeando el suelo.

—¡¿—?! —Alice se movió para encontrar a una soldado imperial que estaba en medio del camino desde la fuente hacia su banco cubierto de sombra.

Era la Capitana Mismis. Hay un testigo.

En un instante, Alice se preparó para cruzar un puente sin retorno. Después de ver a Iska en los brazos de Rin, Mismis debe haber organizado la situación inmediatamente.

Un soldado imperial, engañado por una princesa de la Soberanía. ¿Fue… envenenado?

Aunque lo dejaran, se correría la voz de que la Soberanía había cometido un crimen en una ciudad neutral, cualquier otra cosa era impensable ahora que había un testigo.

—¿Qué…? Iska-

—¡No hagas una escena! —ladró con fuerza pero en voz baja para que su voz no se oyera en la plaza.

Por la intensidad de la orden, el pie de Mismis se congeló donde estaba, impidiendo que avanzara más….Esto no es lo que parece. No tenía la intención de que esto sucediera.

…pero como estás aquí, ya no puedo volver atrás.

Por supuesto, Alice no dejó que ninguna de estas emociones llegaran a su cara. Con Mismis delante de ella, no podía permitirse el lujo de mostrar ninguna debilidad como princesa.

—Este espadachín es un enemigo de la Soberanía —Alice se las arregló para sofocar a la aturdida capitana, mordiéndose el interior de la mejilla todo el tiempo—. Nos lo llevaremos.

—………

—Nos dirigimos al decimotercer estado de la soberanía, Alcatroz, con él como nuestro prisionero. Las condiciones de su liberación serán discutidas más adelante. Deben estar preparados para futuras comunicaciones.

—…Yo…… —La expresión de Mismis se tensó.

Su subordinado estaba siendo tomado como rehén ante sus propios ojos… y en una ciudad neutral, nada menos. ¿Perdonarlos? Imposible. Alice sabía eso, casi a un grado doloroso.

—Te prometo esto. Su vida es-

—¡Cobardes! La presa reventó.

Con una voz suprimida, su rostro juvenil rojo e hinchado, la pequeña capitana gritó.

—¡¿Qué le hiciste a Iska?! Ya conoces las reglas de este lugar y sin embargo te atreves a actuar tan descaradamente. ¡¿Es esa la forma en que las brujas hacen las cosas?!

—…No tengo obligación de hablar contigo.

¿Qué podía ofrecer Alice como explicación,  aparte de sus  verdaderas intenciones?

La cuestión que quedaba era cómo seguir adelante. Necesitaba pensar en cómo lidiar con Iska ahora que lo había tomado oficialmente como rehén. La piel de Alice y Rin se puso de gallina por lo que estaba sucediendo.

—¡Reeeegresaaaa a Iskaaaaaa!

Era un brillo de poder astral.

Un brillo verde fluorescente fluyó del brazo izquierdo de la capitana mientras gritaba entre lágrimas. La luz era tan brillante que la tela de su chaqueta no podía ocultarla; Alice y Rin habían visto exactamente esta luz unos días antes… cuando estuvieron en el vórtice.

Alice sabía que Iska y la capitana cayeron en su abertura.

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…El vórtice se secó.

…Lord Mask asumió que el poder astral regresó al núcleo del planeta. Pero se equivocó.

La luz que brillaba en el brazo de la Capitana decía claramente lo contrario.

—No puede ser…

La luz se intensificó, una señal de un inminente ataque astral.

Esto es malo. No hay duda de que a esta capitana se le ha concedido este poder. No es que se le pueda llamar maga todavía. No hay manera de que sepa cómo controlarlo apropiadamente.

Pero sus emociones aún podían causar que su poder astral latente se desbordara.

—¡Quieta!

—-Gh.

Alice se las arregló para poner hielo en el tobillo de la capitana, causando que cayera al suelo, inmovilizada. El hielo se derretiría pronto, y mientras su tobillo congelado permaneciera metido entre las briznas de hierba, ni un alma en la plaza se daría cuenta de lo que había pasado.

—…Lo hice por la bondad de mi corazón, un regalo de mí para ti, recién acuñada maga astral.

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Eso no fue una medida defensiva. Alice utilizó su poder astral debido a su preocupación por Mismis.

—No sé qué tipo de poder astral tienes, pero si accidentalmente lanzas un ataque, habrías roto las reglas de la ciudad neutral.

—…

—Rin, vamos.

Alice giró sobre su talón, alejándose bruscamente de la capitana derrumbada, y comenzó a caminar, masticando su labio a medida que avanzaba.

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