Kimi to Boku no Saigo no Senjo, Aruiha Sekai ga Hajimaru Seisen

Volumen 3

Capítulo 1: Una Decisión Arbitraria, Conexiones Perdidas, Corazones Desgarrados

Parte 2

Los miembros de la Unidad 907 fueron los únicos que permanecieron en la sala de conferencias.

—¿Capitana?… ¿Está bien? —Iska se inclinó hasta la pequeña capitana que se había desplomado en el suelo.

Es la líder de la unidad, Mismis Klass.

Aunque todavía estaba aturdida, sus rasgos infantiles eran adorables, y su pelo azul se rizó lejos de su cara, adaptándose bien a su pequeña silueta. Parecía estar en la adolescencia y podría ser confundida fácilmente como la más joven de la unidad. En realidad, era una adulta hecha y derecha a la edad de 22 años. Y era la superior de todos ellos.

—Risya acaba de irse.

—…

No hay respuesta.

Aunque Risya dijo que Mismis se había desmayado, estaba consciente y sus ojos abiertos. Estaba tan aturdida que se había desplomado y aún así no podía levantarse.

…no me sorprende que se haya caído.

…quiero decir, ella simplemente tuvo que escuchar toda esa conversación después de todo lo que pasó.

Se había caído después de recibir una doble ración de noticias impactantes. Era completamente comprensible.

—Capitana, ¿Capitana? —Mientras la cabeza de la Capitana Mismis estaba en su regazo, Nene golpeó suavemente sus mejillas.

Nene Alkastone es una chica con un voluminoso cabello rojo que lleva en una cola de caballo. Es la ingeniera de comunicaciones de la unidad y una famosa ingeniera de alto rango.

—Comandanteeeeeeeee. Despierte, despierte. Tenemos que trazar un plan, o estaremos en dificultades. ¿No estará en el mayor de los problemas, capitana?

—Es inútil, Nene. No podrá moverse durante al menos medio día —Jhin se apoyó contra la pared y se rindió. Revisando cuidadosamente el exterior de la habitación, el joven de cabello plateado bajó su voz hasta un susurro—. Esta es la segunda mala noticia que recibe. No ha pasado mucho tiempo desde que su mundo se puso patas arriba después de convertirse en bruja, y ahora tiene impuesta a ella la imposible tarea de infiltrarse en la Soberanía. Decirle que se mantenga calmada no es razonable dada la situación.

—Hmm. Pero realmente me gustaría que se encontrara mejor —Nene le dio una palmadita en la cabeza a la Capitana Mismis—. Vamos. No se sienta deprimida, Capitana. Incluso saldré a comer barbacoa con usted hoy. ¿Qué tal si ponemos algo de comida deliciosa en nuestras barrigas y nos animamos?

—…Oh… ¡b-barbacoa…!

—¿En serio, eso es lo que la despertó, jefa? Hey, Iska, Nene, no hay necesidad de preocuparse por ella. Mientras siga siendo una glotona, la jefa es tan buena como si fuera lluvia —Medio exasperado, Jhin vio a la pequeña capitana volver a la vida.

—¡¿Eh?! Espera, ¿qué estaba haciendo…?

—Estaba completamente ausente, capitana. Así es como ha estado desde que Risya empezó a explicar la misión especial —Iska llenó un vaso del dispensador de agua. Le entregó a la Capitana la taza, que contenía agua fría hasta el borde—. Tome, beba esto.

—G-gracias, Iska…

Después de que bebiera adorablemente el contenido, respiró profundamente y finalmente recuperó la compostura. Lo primero que hizo fue comprobar el estado de su ropa.

Su chaqueta no estaba puesta, dejándola con nada más que una camisa blanca. Miró los botones desabrochados de su manga y temerosamente levantó la tela, como si recordara algo. El movimiento dejó la parte superior de su brazo desnudo.

—… Lo sabía… no fue un sueño… —Su sonrisa fue agridulce, frágil.

Mismis miró el patrón esmeralda que se había formado en la parte superior de su brazo.

Es la cresta astral de una bruja.

El misterioso patrón en su hombro podría ser confundido con un tatuaje… si no fuera por el revelador y débil resplandor. Eso fue lo que lo convirtió en la señal de alguien que había sido infectado por el inexplicable poder astral de la energía planetaria.

—¿Soy una bruja ahora…?

—Bingo. Después de todo, tiene esa cresta astral. Dicho esto, quizás el único resquicio de esperanza en esta situación fuera que se desmayó — Jhin sacudió su barbilla hacia la puerta—. Ponerse nerviosa mientras intentaba esconderlo habría resultado increíblemente anormal. Si hubiera estado despierta y tratando de fingir que no tenía una cresta astral, esa Discípula Santa definitivamente lo habría notado.

A la Discípula Santa Risya, seguramente le pareció que Mismis se había desmayado del shock de que le ordenaran llevar a cabo la imposible tarea de infiltrarse en la Soberanía. Y misericordiosamente, era una gran razón por la que Risya no había notado la cresta astral.

—¿Y si ella hubiera…?

—Ya lo sabe. En el peor de los casos, sería ejecutada por ser una maga que se infiltró en el Imperio. Pero si se entregara por infectarse después de caer en el vórtice, estoy seguro de que su sentencia sería más leve. Aún entonces, lo mejor que podría esperar es una cadena perpetua como Iska.

—… Cierto —La Capitana Imperial, convertida en bruja, dejó escapar un pesado suspiro.

Iska reflexionó sobre los recientes eventos.

“¿Tal vez deberías estar más preocupado por tu capitana?”

“Y ahora me despido. Espero que nos encontremos de nuevo, guerrero imperial de nombre desconocido”.

 Cuando Iska luchó contra ellos, Kissing la pura sangre y el hombre de  la máscara decidieron dejar caer a Mismis, su prisionera de guerra, en el vórtice para cubrir su retirada.

…Ese hombre enmascarado pudo patear a la capitana en el vórtice, pero no hay forma de que asumiera que esto le pasaría a ella.

Una caída en el vórtice podría compararse con la caída en un cráter volcánico activo. Pero a diferencia de la lava, la energía astral era inocua para el humano ordinario. Iska había caído en el vórtice y salió ileso. Sólo la capitana Mismis se sacó la lotería, lo que significa que es lo bastante compatible con la energía latente del vórtice como para convertirse en una maga astral.

—Capitana, creo que ya sé la respuesta, pero ¿estaba escuchando la explicación de Risya sobre nuestra misión?

—…No.

—¿Se siente segura de recordar si se lo explico ahora mismo?

—…No.

—Es inútil. Pensé que este era el caso, pero no hay forma de que podamos infiltrarnos en la Soberanía en estas condiciones —Jhin cruzó sus brazos.

Normalmente, él haría uno o dos comentarios mordaces en este punto, pero decidió que no era el momento. El solo hecho de ver la situación de Mismis era demasiado doloroso.

—Uh… Um… Lo siento… Trataré de controlarme.

—No se preocupe por eso, sólo descanse —ordenó Jhin, aunque su tono era amable—. Oye, Nene, lleva a la capitana a una barbacoa esta noche. Y para el desayuno y el almuerzo de mañana, también.

— ¡¿Por las tres comidas?!

—Necesita recuperarse. Se puede decir que relajarse y mantenerse tranquila está fuera de discusión en este momento. Si esto sigue así, no hay forma de que podamos ir a la misión especial.

Terminarían siendo aniquilados. Pero Jhin no dijo eso en voz alta, por consideración a la capitana que estaba delante de él.

—Estoy de acuerdo. Tenemos dos días más antes de que tengamos que irnos, así que, Capitana, dejemos de lado el entrenamiento de hoy. Jhin y yo haremos algunas investigaciones sobre las crestas astrales.

Lo que Iska necesitaba encontrar era una manera de ocultar a Mismis.

¿Cubrirla con una venda de color piel funcionaría?

Podría, pero había una posibilidad de que la atrapara el equipo de detección que estaba diseminado por todo el territorio imperial. Así como la Soberanía Nebulis desconfiaba de la infiltración de los militares Imperiales, el Imperio era igualmente paranoico.

—Jhin y yo trataremos de encontrar algo durante el resto del día. Nene, tú acompañarás a la capitana. Asegúrate de que nadie vea la cresta astral. También, por favor, trate de abstenerse de tomar un baño hoy, Capitana. Alguien podría verla en el baño público. Sólo… sea precavida.

—¡De acuerdo!

—Nene, lamento pedirte que te ocupes de la Capitana. Si puedes, también quédate a su lado cuando duerma.

—Déjamelo a mí. Dormiré en su habitación —Nene abrazó íntimamente a su superior—. Ustedes dos también tengan cuidado. Si algo pasa, les daré una línea de comunicación, pero si usamos nuestros dispositivos, todo lo que digamos será grabado por el cuartel general.

—Hablaremos de cualquier cosa importante en el cuartel. Bueno, creo que eso es todo —Con esa declaración de despedida, Iska dejó a Nene y a la Capitana Mismis.

Corriendo para alcanzar a Jhin, que había empezado a caminar adelante, Iska salió de la sala de conferencias.