Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 10

Capítulo 5: Un Duelo Y Un Resultado

Parte 1

 

 

La noche del duelo con Satsuki, Rio les informó a ella y a Miharu que saldría por un momento. Luego, se dirigió solo a las habitaciones de huéspedes donde Takahisa se estaba quedando con Aki, Masato y Lilianna.

No trajo a Satsuki y Miharu porque sentía que era apropiado hablar solo con Takahisa y Aki.





Por lo tanto, llegó antes de las habitaciones donde las caballeras de Lilianna estaban de guardia. Sin embargo, las dos caballeras parecían más jóvenes que adultos. Una era la pequeña Alice, que parecía estar entre los primeros y mediados de la adolescencia. La otra era Kiara, que parecía similar a la edad de Río, en su adolescencia.

“Oh, es el tipo realmente fuerte. Wow, se ve aún más fresco de cerca. Ah, mi nombre es Alice. La segunda hija de un duque en el Reino de Centostella.” La pequeña niña, Alice, se presentó de una manera demasiado familiar. Tenía una personalidad bastante salvaje para un caballero al servicio de un miembro de la familia real.

“¡Hey, Alice!” Kiara la regañó de inmediato.

“¡Perdóname, señorita Kiara!” Alice se disculpó con voz vacía.

“No soy con quien deberías disculparte. Perdone la grosería, señor Amakawa.” Kiara suspiró cansada, inclinando la cabeza hacia Rio.

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“No, no me molesta. De hecho, debería pedir disculpas por venir sin previo aviso, ya que me gustaría reunirme con Sir Takahisa. ¿Podrías pasarle el mensaje?”

“…Entendido. Por favor, espere un momento. Tú también vienes, Alice.” Kiara pensó por un momento antes de entrar a las habitaciones con Alice, dejando a Rio solo afuera.

“Bienvenido. Por favor pasa.” La asistente de Lilianna, Frill, salió a invitar a Río a entrar menos de un minuto después. Rio siguió a Frill a la habitación.

“Perdóneme.” Él inclinó la cabeza profundamente tan pronto como entró, su mano sobre su pecho. Sentados en el sofá de clase alta dentro de la habitación estaban Takahisa, Aki, Masato y Lilianna.

“Bienvenido, señor Haruto”, saludó Lilianna en nombre de los demás.

“Muchas gracias por aceptar reunirse conmigo, a pesar de la hora tardía”. Rio se volvió hacia Lilianna e inclinó la cabeza una vez más.

“Escuché que tienes negocios con Sir Takahisa”.

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“Sí, Aki y Masato también, para ser precisos. La princesa Lilianna también puede sentarse, si así lo desea —dijo Rio respetuosamente.

“… ¿De qué se trata esto?” Takahisa le preguntó a Rio con cautela.

“La continuación de la conversación que tuvimos los seis hoy. Después de nuestro encuentro, Satsuki me dijo algunas cosas. He venido aquí para informarle sobre mis pensamientos y opiniones sobre el futuro.”

La respuesta de Rio hizo que Lilianna cerrara los ojos y pensara por un momento, antes de hablar. “… En ese caso, usa la habitación de allí”. Probablemente escucharía los detalles de Takahisa más tarde. Dejando a un lado la vida pasada de Río, Lilianna habría sido informada sobre sus planes para el futuro y quién se quedaría con quién.

“Estoy muy agradecido por su consideración”. Rio se inclinó profundamente para expresar su gratitud.

“¿Que estas esperando? Vámonos.” Masato se levantó primero, lo que provocó que Takahisa y Aki se movieran también.

“…Si. Vamos, Takahisa”.  Por lo  tanto,  los cuatro se  mudaron a una habitación adyacente. Esta era la habitación donde se alojaban los tres miembros de la familia Sendo. El mobiliario de la habitación consistía en tres camas, un escritorio y cuatro sillones.

“Vamos a sentarnos. Me sentaré al lado de Haruto”. Masato se sentó en un sillón con un golpe.

“Bueno. Entonces, si no te importa”. Rio resopló con una sonrisa y se sentó junto a Masato. Takahisa y Aki se sentaron frente a ellos. Una vez que Rio confirmó que todos estaban sentados, inmediatamente comenzó a hablar.

“Primero, debes saber que mis pensamientos son generalmente los mismos que te dije durante el encuentro de hoy. Sin embargo, ya no tengo la renuencia que tenía anteriormente. Mientras todos hayan pensado en su respuesta, he decidido respetarla”.

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“… ¿Qué estás tratando de decir?” Takahisa preguntó con una mirada dudosa.

“Si Miharu y Masato dicen que quieren permanecer bajo mi cuidado como lo han hecho hasta ahora, entonces ya no intentaré detenerlos. Mientras hayan tomado esa decisión después de escuchar mis pensamientos, pueden hacer lo que quieran”, dijo Rio con una expresión extrañamente perspicaz.

“… ¡P-Pero deberías! ¡Deberías rechazarlos! ¿No dijiste que no los querías contigo? Todavía piensas de esa manera, ¿no? Entonces, ¿por qué has cambiado de opinión tan de repente? ¡Rechazarlos más firmemente! ¡Deja de robarme a mi familia!” Takahisa gritó en estado de shock. Debido a que Rio había indicado abiertamente su intención de dar la bienvenida a Miharu y Masato, los sentimientos negativos que había reprimido hasta ahora explotaron.

“Takahisa…” La cara de Aki cayó mientras veía el cambio repentino en su hermano.

“No puedo”, dijo Rio sin rodeos.

“… ¿Por qué no?” Takahisa preguntó con resentimiento.

“¿Mi negativa cambiaría de opinión? Y si así fuera, ¿los dos estarían felices de aceptar eso? Al final, eso no sería respetar sus opiniones. Por eso”, respondió Rio suavemente. Masato sonrió, algo feliz por eso.

“… Cobarde”, dijo Takahisa.

“Eres un cobarde. A pesar de que dices que no quieres a Miharu contigo, tampoco quieres rechazarla, ¡eso es cobardía! ¿Cómo hacer algo así equivale a respeto?”

“Usted tiene un punto. Pensé lo mismo. Sin embargo, si no cuenta como respeto si los rechazo o no, entonces al menos quiero mostrar mi aceptación. Sería mejor que huir por completo al negarse a aceptarlos, eso es lo que me dijo Satsuki. Así que decidí enfrentarlos adecuadamente”. Rio explicó sus pensamientos con voz tranquila.

“¡Pero eso es-!” Eso es conveniente para ti, fue con lo que Takahisa estaba a punto de responder.

“… Entonces, ¿estás huyendo de mí, Haruto? Si me dejas ir al Reino de Centostella así, ¿no sería lo mismo que evitar el problema conmigo?” Aki agregó a la conversación en un tono agresivo.

“No tengo intención de hacer eso. Por eso vine aquí solo. Quería enfrentarte sin Miharu y Satsuki presentes. Si lo permite, me gustaría hablar con usted adecuadamente, uno a uno”. Rio no titubeó cuando respondió a Aki.

“…” Aki se quedó sin palabras por un momento.

“¡Aki!” Takahisa reflexivamente llamó el nombre de su hermanastra, mirándola suplicante. ¿Estaba este hombre a punto de robarle a Aki también? No podía permitir eso.

“… Debido a que Miharu y yo conocíamos a Amakawa Haruto, inconscientemente te vemos como Amakawa Haruto y superponemos sus existencias. Eso es lo que dijiste, ¿verdad?”

“Sí, dije eso”.

“¿No te gusta estar solapado con él?”

“Eso no es del todo bien. Lo que no quiero es traslaparme con una persona diferente y compararla con él”. Y en consecuencia, decepcionando sus expectativas. Haciéndoles arrepentirse de quedarse con él. Por eso quería revelarse y mantenerse alejado antes de que tal cosa pudiera suceder. Incluso ahora, todavía tenía el deseo de mantenerse alejado de ellos.

“Solo puedo ver ese razonamiento de ‘persona diferente’ como nada más que una excusa conveniente para escapar”. Aki miró a Rio con una mirada de desprecio.

“Es cierto que somos personas diferentes. Hago cosas que Amakawa Haruto nunca haría. Los hechos que Amakawa Haruto se sentirían muy opuestos a cometer, lo haría sin pestañear.”

“… ¿Que por ejemplo?” Aki preguntó dubitativo.

“Matando gente.” Rio dijo indiferentemente lo que una persona japonesa sentiría más disgusto por cometer.

“…” Aki estaba sin palabras. Takahisa también se había quedado sin palabras, por sorpresa. Solo Masato estaba menos sorprendido que los dos, aunque sus ojos se abrieron ligeramente.

“Cuando se trata de una batalla, mataré. Si solo puedo protegerme matando, si una batalla solo puede terminar matando, entonces no tengo más remedio que hacerlo. He llegado a aceptar eso. Incluso en este mismo momento, hay alguien por ahí que debo matar”. Conocer la moral de los japoneses fue precisamente por qué Rio se consideraba incompatible con Miharu y los demás. En general, pensaba que la moral japonesa era algo precioso que mantener, y aunque estaba muy influenciado por los valores de Amakawa Haruto durante los tiempos de paz, consideraba que esos valores eran una mentira en el fondo, donde era cruel y repulsivo.

“¿Alguna vez has matado a alguien antes?” Takahisa preguntó con una mirada de completo desprecio.

“Si lo hice”, dijo Rio sin ninguna vergüenza. Sintió que era mejor responder directamente.

“Así que eres un asesino…” Takahisa murmuró con rencor. “De hecho lo soy.”

“… Matar solo porque es necesario no lo hace bien. Es inaceptable a nivel humano. No puedo dejar a Miharu o Masato al cuidado de una persona como tú”, dijo Takahisa con una calma fría, habiendo encontrado una excusa para justificarse.

“¡Hey hermano!” Masato trató de intervenir.

“¡Cállate! ¡Como si pudiera dejar a mi precioso hermano en manos de un asesino!” Takahisa gritó sobre él.

“… Vas demasiado lejos”, murmuró Masato, con los hombros temblando de rabia.

“Miharu no estará  feliz de estar contigo.  Sería mejor para  ella estar conmigo, el héroe. Sería capaz de proteger a Miharu”, afirmó Takahisa, como si se convenciera de que él era el mejor entre ellos.

“¿Huh? Como si pudieras vencer a Haruto, hermano “, se burló Masato.

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“H-Haruto, también sentiste lo mismo cuando le dijiste a Miharu que estaba mejor lejos de ti, ¿no?”

“…En efecto.” Rio asintió una vez.

“Entonces… ¡Eres un cobarde! ¡Si sabes eso, eres un cobarde por negarse a rechazar a Miharu! Miharu solo quiere seguirte porque no sabe que eres un asesino. Probablemente porque ella te ve como una persona diferente, como dijiste. Definitivamente se sentiría asqueada si lo supiera”, dijo Takahisa con ferocidad.

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“… Ella es consciente”.

“¿Qué?” La silenciosa declaración de Rio hizo que Takahisa perdiera todo su fervor.

“Miharu sabe que he matado gente. Le he contado todo a Miharu y Satsuki”.

“¿Qué…?” ¿Y ella quería estar con él a pesar de eso? ¿Miharu elegiría a alguien tan egoísta? Sin mencionar a Satsuki, que era un estudiante de primer año que siempre había respetado…

“¿Es una tonta? Miharu… ”Aki murmuró amargamente con incredulidad. Sin embargo, esto significaba que no había más medios de detener a Miharu como habían querido.

“¿De verdad, realmente quieres aceptar a Miharu así? Aunque sabes que Miharu puede arrepentirse de todo. ¡No, definitivamente se arrepentirá de todo!” Takahisa parecía tener el mismo pensamiento que Aki, ya que se opuso en estado de pánico.

“Si ella quiere venir a pesar de eso, entonces ya no la rechazaré. Sin embargo, no sé si podré responderle como Amakawa Haruto…” Mientras Rio parecía un poco culpable por eso, expresó su opinión claramente.

“… No toleraré esto”, murmuró Takahisa, luego levantó la voz. “Absolutamente no toleraré esto. ¡Como si pudiera dejar a Miharu en tus manos!” Su corazón ya estaba arrinconado, haciéndolo actuar por pura desesperación, pero no podía darse el lujo de retroceder aquí.

“… Entonces, ¿qué te gustaría hacer?” Rio sabía que las cosas llegarían a esto. Había venido aquí preparado para ello.

“Ten un duelo conmigo. Si gano, debes rechazar los deseos de Miharu. Voy a ganar y demostrar tu deshonestidad. ¡Mírame!” De todas las cosas, Takahisa desafió a Río a una pelea. No importa cuál sea el pretexto, era una solicitud para luchar contra él.

“… Tus acciones parecen ser un intento de doblegar la voluntad de Miharu para satisfacer tus propios deseos, a mis ojos”, señaló Rio.

“¡¿E-Estás tratando de justificarte?!” Takahisa le gritó, la culpa cargada en su voz.

“No, nada de eso. Si deseas tener un duelo para tratar a Miharu como algún tipo de objeto, definitivamente no perderé. Por lo menos, no intentaré doblegar a Miharu a mi voluntad. Eso es todo.” Rio dio su postura con indiferencia.

“… Lo siento, pero apoyaré a Haruto”, dijo Masato de repente. “¡¿Qué?!” Takahisa miró a Masato con el ceño fruncido.

“También estoy dispuesto a apostar por eso. Si Haruto pierde, haré lo que me digas que haga. ¿Qué tal?” Masato lo fulminó con la mirada en un desafío.

“D-Detente, ustedes dos…” Aki vio que la relación entre sus dos hermanos se desmoronaba sin poder hacer nada.

Masato frunció el ceño mientras miraba a Aki, antes de levantarse bruscamente. “… Vamos, Haruto. Ya es tarde, así que debes resolver el encuentro mañana a primera hora. Lo siento, pero ¿podrías dejarme quedarme en tu habitación? Ya no puedo soportar dormir aquí”. Quería salir de la habitación ahora.

“…” Takahisa parecía aceptar el desafío de Masato, ya que no se molestó en detenerlo. Frunció el ceño mientras se sentaba en silencio. No había nada más que decir aquí.

“…Muy bien. Vámonos.” Rio suspiró y se levantó. Procedió a guiar a Masato fuera de la habitación con una mano en la espalda.

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“…” Aki parecía que quería decir algo a la figura que se marchaba de Río, pero su boca no se movió. Por lo tanto, Rio y Masato salieron de la habitación y se encontraron cara a cara con Lilianna en la sala de estar, sentados en el sofá con una expresión frustrada.

“Por favor, acepte mis más sinceras disculpas por causar un revuelo tan tarde en la noche”. Rio se inclinó profundamente ante Lilianna. Incluso si no hubiera escuchado cada palabra de la conversación, debe haber podido escuchar los gritos desde la habitación.

“Para nada…” Lilianna sacudió la cabeza lentamente.

“Además, sé que esto es extremadamente egoísta de mi parte, pero Sir Takahisa y yo hemos decidido tener un encuentro mañana por la mañana, al igual que con Lady Satsuki. Por supuesto, renunciaré si la Princesa Lilianna tiene alguna objeción, pero ¿puedo obtener su aprobación?” Rio pidió cortésmente, bajando la cabeza.

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“Mientras sea la voluntad de Sir Takahisa, no detendré a nadie. Si es posible, también me gustaría confiar a Masato al cuidado de Sir Amakawa esta noche, aunque puede ser un inconveniente para usted. Con respecto al encuentro, arreglaré todo con Su Majestad para su aprobación.” Lilianna bajó la mirada ligeramente, su hermoso rostro se nubló fugazmente.

“… Estoy muy agradecido por eso. Entonces, si me disculpas.” Rio colocó su mano derecha sobre su pecho e inclinó su cabeza una vez más, antes de regresar a las habitaciones de Satsuki con Masato.

A la mañana siguiente, en la arena adyacente al castillo y lejos del patio de armas, Rio se enfrentó a Takahisa. No fue solo el lugar el que difirió de su encuentro con Satsuki ayer: para evitar que este partido se convirtiera en un espectáculo, los asientos de la audiencia se llenaron con solo unas pocas personas selectas que estuvieron involucradas.

Entre ellos estaban, por supuesto, Miharu, Satsuki, Masato y Aki, así como Lilianna y Charlotte.

Sin embargo, Aki no estaba sentado junto con Miharu, Satsuki y Masato; en cambio, estaba sentada junto a Lilianna a poca distancia. Sus ojos estaban fijos en Takahisa.

Mientras tanto, Miharu y Satsuki habían sido llevadas a la arena después de ser informados de que la discusión resultó en un duelo.

“Hey, Masato. ¿Cómo terminaron las cosas así?” Miharu le preguntó— Masato estaba sentado a su lado.

“Porque mi hermano es un idiota. Bueno, solo piensa en ello como una pelea entre hombres. Puedes preguntarle a Haruto tú misma después de que termine el encuentro.” La noche anterior, Masato había regresado a sus habitaciones con Rio e inmediatamente se había ido a dormir enfadado. Actuaba así cada vez que Miharu le preguntaba por los detalles. Sabía que Rio iba a discutir con la familia Sendo y podía decir que había resultado algún tipo de discusión, pero Rio evitó torpemente darle detalles, dejando a Miharu perdida.

“Haruto probablemente esté tratando de comunicarse con nosotros a su manera, ¿no crees? Hay cosas que no sabremos sin chocar, y estoy segura de que algún día te hará lo mismo, Miharu. Así que solo creamos en él y velemos por el encuentro por ahora”. Satsuki tampoco conocía los detalles del argumento de Rio y Takahisa, pero su boca se curvó en una sonrisa amable. Había mantenido en secreto lo que había discutido con Rio después del partido de ayer, pero Miharu tenía la sensación de que su conversación jugó un papel importante en esto.

“…Bueno.” Miharu asintió con un suspiro.

“Bueno, al menos no hay que preocuparse por el resultado del encuentro. No puedo imaginar que Haruto alguna vez pierda, después de todo. Si todavía crees que puedes ganar después de ver la batalla de Satsuki ayer,

¡entonces eres demasiado ingenuo, hermano!” Dijo Masato, resoplando por la nariz.

“Parece que están a punto de comenzar”. Satsuki parecía estar de acuerdo con la declaración de Masato mientras sus labios se torcían en una sonrisa, antes de que volviera su atención al campo. El árbitro acababa de comenzar a explicar las reglas del partido.

“Las únicas armas permitidas son las espadas de entrenamiento. La victoria se decidirá exclusivamente por la técnica de la espada. Al héroe, Sir Takahisa, se le permite usar divine arms para mejorar su cuerpo, y a Sir Amakawa se le permite hacer lo mismo con su espada encantada. El encuentro se decidirá deteniéndose al borde de un golpe decisivo o aterrizando un golpe revelador en un área que no sea la cara. Restrinja sus ataques a un grado no letal. Ser desarmado solo no contará como una derrota. ¿Son agradables estas reglas?” Un joven caballero llamado Kyle estaba actuando como árbitro. Miró a Rio y Takahisa en confirmación de las reglas.

“¡Si!” Takahisa asintió ansiosamente mientras Rio inclinaba la cabeza de manera relajada.

“Entendido.”

“Ambos lados, distanciaos y preparen sus armas”, dijo el árbitro, levantando su mano en el aire. Luego, una vez que los dos tuvieron suficiente distancia entre ellos, confirmó que tenían sus armas listas.

“¡Empezar!” gritó, bajando la mano para señalar el comienzo del partido.

“¡Hah!” Takahisa gritó enojado mientras se acercaba a Río. La mejora física de su divine arm fue poderosa y su velocidad superó fácilmente los límites humanos. Aunque no por mucho, sus movimientos mostraron signos de que había estado entrenando con una espada. Sin embargo, desde el punto de vista de Río, estaba lleno de aperturas.

Podría terminar el combate en un instante, pero… Para reducir un poco la hostilidad del obstinado Takahisa, derrotarlo fácilmente no sería suficiente. Tenía que obligarlo a rendirse después de presionar a Takahisa para que le diera todo lo que tenía. Con eso decidido, Rio se enfrentó al feroz ataque de su oponente.

“¡Raaaagh!” Takahisa lanzó una innumerable cantidad de ataques con espada en Río. Rio se movió después de cada uno, balanceando su espada para desviar el curso de cada ataque que se abría paso. Aproximadamente diez segundos pasaron de esta manera.

“Kuh…” Takahisa sintió que sus  ataques no tenían ningún efecto en absoluto, ya ni siquiera sentía que estaba balanceando su espada hacia Río. Hizo contacto visual con la mirada que todo lo ve de Río y se retiró involuntariamente para poner distancia entre ellos. Sin embargo, Río se quedó quieto. Se quedó allí, esperando que Takahisa hiciera el siguiente movimiento; en parte para contenerse y no derrotarlo inadvertidamente.

“¡¿Planeas quedarte allí todo el tiempo?!” ¡Qué arrogancia! Takahisa hizo pleno uso de sus habilidades físicas enormemente mejoradas para desequilibrar a Río. Incluso entonces, Rio no se movió para atacarlo. Takahisa corrió en círculos alrededor de Río antes de lanzar un ataque desde atrás, al ver que Río era el más abierto allí. “¡¿Gwah?!” Era como si Rio tuviera ojos en la parte posterior de su cabeza. Sin siquiera mirarlo, se dio la vuelta y balanceó su espada, inmediatamente alejando la espada que Takahisa estaba balanceando. El retroceso hizo que Takahisa tropezara hacia atrás. Cuando hizo contacto visual con la fría mirada de Rio, hizo una mueca de humillación.

¿Qué era esa mirada en sus ojos? ¿Me está menospreciando cuando él mismo es un asesino? Todo mientras predica sobre cómo está tratando de respetar la opinión de Miharu, ¡este hipócrita! No… ¡No dejaré que un asesino me menosprecie! ¿Cómo podría dejar a Miharu al lado de un asesino? ¡No mi… mi Miharu…! No quería que le robaran a Miharu. Con ese pensamiento en mente, Takahisa se sintió abrumado por una sensación de paranoia casi abrumadora mientras se movía.

Él quería ganar. Para luchar y ganar. Contra este hombre… ¡Este hipócrita! Tenía que ganar para demostrarle a Miharu que era más fuerte que Río. Sin embargo, esa fue una hazaña imposible, en un grado que él desconocía. Para él, mientras ganara, mientras saliera victorioso, Miharu lo entendería. Takahisa lo creía sin lugar a dudas. No, esa creencia era lo único que lo mantenía en marcha. Sin embargo-

“¡Maldita sea, a este ritmo…!”

No pudo ganar. Takahisa tenía el débil presentimiento de que ese era el caso.

Pero no quería perder. No pudo perder. Esa fue la cantidad de resolución que tuvo al entrar en esta batalla, poniendo su orgullo y su vida en juego.

“¡Haaaah!” Takahisa aumentó la capacidad de mejora de sus divine arms y cargó directamente en Río. Se movió a la velocidad de una flecha voladora, disparando directamente hacia Río.

Sin embargo, la pasión de Takahisa lo había llevado a cometer un error. Tanto él como Rio habían aumentado la fuerza de sus cuerpos físicos para que un golpe de una espada de entrenamiento lastimara, pero no pusiera en peligro la vida. Pero la velocidad actual de Takahisa estaba creando suficiente energía cinética para ignorar el aumento de la fuerza del cuerpo, lo que proporciona un golpe suficiente para tratar una herida mortal.

¡Con esta velocidad, puedo hacerlo! Takahisa estaba seguro de su victoria y se regocijó. Sin dudarlo en absoluto, vertió cada onza de fuerza que tenía en la espada que sostenía entre sus dos manos y la lanzó hacia Río.

“¡¿Qué…?!” Su espada oscilante cortó el aire, dejando a Takahisa sin palabras. No había habido resistencia en absoluto. Ni siquiera quedaba un rastro de Río ante él. ¡¿Por qué?! Takahisa sintió una sensación de duda que se acercaba a la ira cuando…

“¡Guh!” Takahisa sintió un ligero impacto en su espalda, y en el siguiente momento, perdió el equilibrio. Rio lo había empujado, pero el ataque claramente había sido retenido. No fue suficiente para ser considerado un éxito revelador. El árbitro tampoco había hablado.

“¡¿Qué?!” Takahisa se apresuró frenéticamente a darse la vuelta con su espada preparada, gritando en la dirección del contacto. Sin embargo, Río no se veía por ninguna parte.

“Tu campo de visión es demasiado estrecho”, la voz tranquila de Río resonó en la espalda de Takahisa.

“¡Wah!” Takahisa balanceó su espada en pánico.

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“En una batalla en la que ya te has vuelto loco, acelerar tu velocidad más allá del punto de control solo te hará perder de vista a tu objetivo. Es por eso que su campo de visión se está reduciendo. Lo mismo se puede decir de ti y Miharu…” Rio saltó hacia atrás de una manera relajada, evitando el ataque de Takahisa mientras hablaba.

“… ¿Eso es sarcasmo? ¡No tienes derecho a decir eso!” Takahisa escupió con odio.

“Quizás,” acordó Rio fácilmente. Para Takahisa, sentía que Rio mostraba exasperantemente la diferencia en sus capacidades a través de su actitud relajada. Cargó contra Río vigorosamente.

“¡No eres digno de Miharu!”

“Lo sé.”

¡Eres un hipócrita asesino!

“Yo también lo sé.”

“¡No lo permitiré!”

“¿Necesito tu permiso?” Esa fue la verdadera arrogancia.

“¡Por eso voy a ganar este encuentro!” Declaró Takahisa, balanceando su espada hacia Rio. La espada desenvainada dibujó un arco afilado hacia abajo hacia su oponente.

“¡¿Qué?!” De todas las cosas que hacer, Rio lanzó su espada. Apuñaló la punta en el suelo, dejándola en posición vertical. Sin embargo, ya no había forma de detener la espada de Takahisa.

Fue en este punto que Takahisa finalmente temió que pudiera terminar matando a Rio. De repente, Rio se adelantó por su propia voluntad.

Pero tampoco era como si Rio tuviera la intención de morir. Apuntando al momento en que el fervor de Takahisa se debilitó ligeramente, atrapó el filo de la espada entre sus manos.

Seirei Gensouki Volumen 10 Capítulo 5 Parte 1 Novela Ligera

 

Era el movimiento divino con el que cualquier persona japonesa estaría familiarizada. Una hazaña acrobática imposible que nadie cuerdo intentaría en una batalla real.

“¡¿Shirahadori?!” Satsuki gritó desde los asientos para espectadores. El grupo que había venido de la Tierra, así como Liselotte, que había renacido en este mundo como Río, obviamente estaban horrorizados, pero incluso Charlotte y los demás, que no conocían el nombre de la técnica, reaccionaron de manera similar.

“¡Urgh!” Cuando el movimiento de la espada se detuvo y Takahisa se puso rígida, Rio tomó el cambio para torcer sus muñecas y brazos para robarle la espada a Takahisa. Luego lo tiró al suelo junto a ellos.

Sin embargo, las  reglas decían  que desarmar a tu oponente no era suficiente para contar como una victoria. A pesar de eso, uno normalmente perdería su voluntad de luchar en esta situación. Río había estado apuntando a ese resultado.

“¿Seguirás todavía?” Rio preguntó. Si quería recoger su espada, era bienvenido, eso era lo que implicaba.

“¡No… me menosprecies!” Takahisa rugió y levantó frenéticamente su espada. No prestó atención a cómo se había derrumbado su postura al hacerlo, sino que se volvió hacia Rio. Obstinadamente se negó a rendirse.

Así que aún no se retirará. Entonces… Rio agarró su espada y saltó alto, retirándose por el momento.

“¡¿Estás huyendo?!” Takahisa corrió a toda velocidad en su búsqueda. Procedió a sujetar su arma por encima y a bajarla, pero eso era exactamente lo que Rio esperaba.

Rio se quedó quieto, agudizando sus sentidos para ver a través de la espada entrante de Takahisa. Luego, una vez que había predicho su camino, mantuvo baja su propia espada. Con una sincronización precisa, pateó el suelo con gran fuerza, balanceando su espada a una velocidad extrema. El resultado fue el feroz sonido de metal haciendo eco en todo el lugar. En ese momento, Rio y Takahisa terminaron de balancear sus espadas y tenían la espalda frente a frente. Luego, un latido después, el sonido de algo apuñalado en el suelo llegó a los oídos de Rio y Takahisa. Era la espada que había estado en la mano de Takahisa.

“Uh. Ah…” Takahisa abrió la boca, mirando entre la hoja clavada en el suelo y el mango en la mano. La espada de Takahisa había sido hecha pedazos, destrozando con ella el corazón de quien la sostenía.

“Si todavía quieres continuar, podemos ir con las manos desnudas a continuación”, declaró Rio rotundamente.

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“Ah… ¡M-Maldita sea!” Takahisa preparó su espada rota torpemente, pero pronto la arrojó  contra el suelo. Rio de repente comenzó a caminar lentamente hacia él.

“No aceptaré mi derrota”, dijo Takahisa a Rio, todo su cuerpo temblando de frustración. Rio sin vacilar continuó reduciendo la distancia entre ellos.

“¡No me rendiré!” A pesar de esas palabras, Takahisa parecía haber aceptado la derrota, ya que no intentó atacar con solo sus propias manos. Rio apuntó su espada a Takahisa con indiferencia.

“… ¡Encuentro, juego! ¡El vencedor es sir Amakawa!” El árbitro anunció la victoria en voz alta.

“No lo aceptaré, no lo aceptaré… no lo haré. No puedes estar con Miharu. Ella está siendo engañada. Tengo que… tengo que hacer algo…” Takahisa bajó la cabeza mientras murmuraba amargamente, como si estuviera recitando algún tipo de maldición.

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