Date A Live (NL)

Volumen 22

Capítulo 9: Izayoi Miku

Parte 3

—¡Kiyaaaaaaaaaaaa! ¡Por favor, ayúdame, Darliiiiiiiiing!

Unos cuantos meses antes del ataque de Beast, mientras las hojas de color rojo empezaban a volar por el viento.

Mientras Shido estaba barriendo las hojas caídas sobre el jardín, una voz de repente vino desde la calle.

—¿Qué día…?

Con una hermosa voz como una campana y siendo llamado por el distintivo nombre de “Darling”, la identidad de la propietaria de la voz fue inmediatamente conocida… Izayoi Miku. Una de las chicas que solían ser Espíritus y una idol legítima.

—¿¡Qué pasa Miku!? ¿¡Qué sucede!?

Gritó mientras abría la valla para recibir a Miku. Luego, Miku gritó mientras apuntaba hacia atrás.

—Esa persona… ¡esa persona me está persiguiendo persistentemente!

—¿Esa persona?

Shido tensó sus cejas curiosamente mientras miraba detrás de Miku. Ahí, podía ver la figura de una mujer vestida de traje. Mientras llevaba una falda apretada y zapatillas no apropiadas para hacer ejercicio, estaba persiguiendo a Miku con una mirada desesperada.

Notando esa figura, Shido empezó a sentirse nervioso. ¿Quién era esta persona persiguiendo a Miku a plena luz del día? ¿Un fan entusiasta o un acosador? ¿Remanentes de DEM? ¿O un paparazzi buscando escándalo? Las diversas posibilidades desaparecieron tan rápido como llegaron a su mente.

—Eh, las dejaré para después. Como sea…

Shido tomó la mano de Miku cuando llegó a la residencia Itsuka, parándose frente a la mujer de traje para protegerla. Y con esa decidida actitud, confrontó a la mujer corriendo hacia ellos.

—¿Qué está haciendo esa chica ahora? Dependiendo de la situación…

Sin embargo, la tensa expresión de Shido cambió a una expresión de confusión repentinamente.

La razón era simple. La cara de la mujer, quien estaba sin aliento y cubierta de sudor, se veía familiar.

—¿Huh? Si recuerdo bien, eres…

—… Haaah… haaah… Kurebayashi… Subaru… la manager… de Miku…

Mientras intentaba agarrar aire, esa mujer… Subaru, dio su nombre.

—… ¿Miku?

Cuando Shido volteó a ver sospechosamente a Miku, soltó un “Kyaha” ☆ junto a un guiño adorable.

—¿Irse al extranjero?

Unos minutos después, cuando Shido invitó a las dos a la sala de estar de la residencia Itsuka, redondeó sus ojos sorprendido.

—Si… de hecho, el otro día, vino esta propuesta de una compañía de música americana.

Subaru, sentada en el sofá opuesto a ellos, estaba limpiándose el sudor de su frente con un pañuelo.

Incidentalmente, para los visitantes ordinarios, era común ordenar a los invitados en el sofá opuesto a Shido. Pero ahora mismo, Miku estaba sentándose naturalmente al lado de Shido, envolviéndolo con sus brazos mientras se recargaba sobre su hombro.

Aunque era una imagen muy escandalosa para una idol tratando de florecer, Subaru ya estaba consciente de sus circunstancias (o más bien, ya se había rendido) y no alzó ninguna protesta. Y así, continuó sin ninguna consternación en particular.

—Como sea, un productor allá escuchó la canción de Miku en un sitio de internet. En un instante, fueron encantados y ofrecieron apoyo total. Ciertamente, esa voz debería de esparcirse por todo el mundo…

—Oh…

Shido asintió para mostrar su entendimiento.

Ciertamente es una historia repentina, sería una mentira decir que no está sorprendido. Pero de ninguna forma pensó que algo así sería imposible.

Así es, Miku era un ex-Espíritu con el poder de canalizar su Reiryoku con su voz. Una voz cantante marcada por un endiablado néctar. Fue así como podía manipular a las personas con una sola palabra.

Sin embargo, la popularidad de Miku como idol, decir que era algo ficticio fabricado con el poder de los Espíritus… Eso nunca fue el caso.

La calidad natural de su voz, tanto su habilidad para cantar como para las presentaciones estaban respaldadas por sólidos esfuerzos.

Una abrumadora presencia que capturaba y no soltaba los ojos y oídos de un, este era sin duda el poder de algo no brindado por el Espíritu de Origen. Ni siquiera tenía que entender del todo para saber que los oídos de los productores fueron encantados.

—Pero, ¿cómo lleva esta historia a la persecución de hace unos momentos? Hasta donde he oído, esto parece ser buenas noticias…

—Eso…

Subaru tenía una mirada complicada mientras miraba a Miku.

Pero luego, Miku apartó su mirada con un gesto fácil de entender.

—No importa cuánto lo digas, ¡me sigo negando! ¡No iré a los Estados Unidos!

—… Y, esto el por qué.

—Y-Ya veo…

Shido asintió con sudor cayendo por sus mejillas. Luego, volteó a ver a Miku quien se estaba aferrando a su brazo.

—Uhm, ¿puedo preguntar por qué? ¿Por qué odias tanto esa idea? No es como si te disgustaran los Estados Unidos… ¿verdad?

Cuando Shido preguntó, Miku golpeó la mesa mientras gritaba.

—¡Eso significa lanzar una nueva carrera en América! ¡Y eso significaría que el tiempo con Darling y las demás sería reducido!

—Ah… cierto. Gracias por la respuesta esperada.

Shido dijo eso con una sonrisa amarga. Miku sonrió de manera relajada y respondió con un “¡No lo menciones!” sin una pizca de sarcasmo, parecía que esas palabras fueron dichas con total apreciación por el agradecimiento de Shido.

Subaru se rascó el rostro con una mirada apagada.

—Hey, por favor, considera esto, Miku. ¿No es una oportunidad única?

—¡Dije que no! ¿¡Cuantas veces me he negado ya!?

—Pero, Miku, este productor está arrasando con la industria musical americana tan solo a los 30, este producida.

—¡Humph! ¡Incluso si dices eso, mi opinión no cambiará!

—… ¡Es una mujer alta y una belleza rubia!

—¿¡Ugu…!?

Cuando oyó lo que dijo Subaru, los hombros de Miku temblaron. Pero apretó sus dientes, sacudiendo su cabeza mientras se pellizcaba el reverso de su mano.

—A-Algo así… ¡¡no hará que acepte…!!

Esta apariencia le hizo recordar a Kotori intentando resistir sus impulsos destructivos. Bueno, sin importar qué tan penoso se haya visto, Shido nunca pudo poner sus pensamientos en palabras siendo un hermano mayor tomando en consideración los sentimientos de su hermana menor.

—Ku… entonces, no tengo opción…

Subaru bajó sus hombros… Al estar consideran un último recurso, solo podía imaginar qué trato se le daba a Miku en la oficina.

—… Hey, Shido-kun. ¿Puedo pedir que hables también? Esta en verdad es una decisión que podría determinar el futuro de Miku. Así es, entiendo los sentimientos de Miku. Pero cinco o diez años después, no quiero que Miku tenga arrepentimientos.

—Eh, ¿y-yo?

Con la conversación de repente dirigiéndose hacia él, Shido amplió repentinamente sus ojos.

—U-Uuh…

La mirada de Subaru y la ligeramente ansiosa de Miku estaban atravesándolo desde ambas direcciones. Shido se retorció incómodamente mientras este pensamiento pasó por su cabeza.

Podía entender los sentimientos de Subaru bastante bien. Era la manager de Miku. La fan número uno de Miku que había visto el éxito de Miku más de cerca que nadie. Nunca querría que la oportunidad de que las canciones de Miku resuenen por todo el mundo se perdiera… si se trataba de Miku, debe de haber creído que tiene potencial para convertirse en una diva mundial. De hecho, Shido también compartía la misma idea de Miku con Subaru.

Sin embargo, también podía entender los sentimientos de Miku. Nunca había tenido una vida libre de problemas hasta ahora. No era sorprendente que valorara esta pacífica vida tanto… Y, de alguna manera, pasar más de una semana sin poder abrazar a Natsumi (no tenía que ser ella, pero por alguna razón, la cara de Natsumi fue lo primero que se le vino a la mente) podría evitar que Miku se mantenga animada.

—…

Shido soltó un pequeño gruñido mientras alzaba su rostro.

—Yo…

—Me gustaría que Miku haga lo que quiera.

Tras pensarlo, Shido llegó a esa conclusión.

Escuchando eso, Miku soltó un energético “¡Kyaaa!”. Por otro lado, Subaru soltó un “¡Ugh…!” desanimado, como si hubiese recibido una flecha a la rodilla.

—¡Como esperaba de Darling! ¡Te amo!

Miku saltó sobre el sofá. Shido continuó sus palabras mientras sonreía por las acciones de Miku.

—Por supuesto, quiero que Miku participe activamente… pero más que eso, quiero que Miku sea feliz. Si Miku cree que su vida actual es más importante… entonces respetaré su decisión.

—¡Darling…!

Miku derramó gentiles lágrimas al escuchar lo que dijo Shido. Sin ninguna pausa, lo abrazó. Shido sintió cómo sus lágrimas se enrojecían por la vergüenza.

Tras satisfacerse por la temperatura y el olor de este abrazo, Miku tomó un profundo respiro y volteó a ver a Subaru.

—¡Ahí lo tienes Subaru-san! ¡Ríndete pacíficamente!

—L-La última esperanza…

Cuando Miku dijo eso, Subaru se levantó sin fuerzas y empezó a caminar al pasillo.

Sin embargo, justo cuando estaba por salir de la sala de estar, sus ojos se afilaron y apuntó su dedo a Miku.

—Recuerda Miku… incluso si me derrotas, ¡un segundo y tercer asesino llegarán para persuadirte…!

—¡Fufufu! ¡No tengo miedo!

—… Ah, hola. No hubo nada que hacer. Si, por favor, envíen a la chica linda de la producción de allá. Una onee-san consentida y una del tipo mansa. Y, además, asegúrate de que sus habilidades de japonés sean débiles.

—¿¡Qué? ¡El enemigo es mucho más fuerte de lo que pensé!

Subaru se fue con una risa malévola mientras que Miku gritaba presionando sus mejillas con sus manos.

Unos segundos después, el sonido de una puerta cerrándose se escuchó. Después de confirmar eso, Miku exhaló repentinamente.

—Gracias, Darling. Estaba en problemas.

—Haha… bueno, qué se va hacer. Es una discusión increíble, así que Kurebayashi-san no tuvo otra opción más que ser así.

—Puede que sea cierto…

Miku bajó las esquinas de sus labios como si estuviera molesta, pero luego iluminó rápidamente su expresión.

—Pero estoy feliz. Darling me dijo. Después de todo, ¡Darling quiere estar conmigo también!

—Un… bueno, sí.

Viendo a Miku así, Shido mostró una mirada un tanto conflictuada… pero luego asintió inmediatamente e intentó borrarla con una sonrisa.

—En lugar de ser famosa, creo que es mejor que Miku encuentre una manera de cómo estar satisfecha.

—¡Así es! ¡Como esperaba de Darling, lo entiendes!

Cuando Miku respondió con una sonrisa, Shido intervino con un “pero” y continuó.

—Si Miku quiere tomar este desafío, te apoyaré con todas mis fuerzas. Lo que quiero que recuerdes, es que, sin importar lo que escojas, siempre seré el aliado de Miku.

—¡…! Darling…

Miku se atoró una vez más con su aliento y abrazó a Shido con lágrimas en los ojos.

Shido estaba complicado por la complicada mirada que fue expresada por un momento… al final, se desvaneció gradualmente por esta cálida sensación llenando su cuerpo.