Date A Live (NL)

Volumen 22

Capítulo 9: Izayoi Miku

Parte 2

Tal vez los Espíritus también reconocieron el final de la batalla, se acercaron desde el cielo y suelo a la localización de Shido. Una sensación nostálgica al ver a los Espíritus riéndose y alabando los logros de todos llegó a él.

Entre ellas, Miku era la más entusiasta.

—¡Kyaa! ¡Todas estuvieron maravillosas! ¡Muuuuuy geniales! ¡Ha pasado mucho tiempo desde que porté este Vestido Astral! ¡Apresúrense y tomen una foto! ¿¡Alguien tiene un smartphone o una cámara!?

Con ojos resplandeciendo, expandió sus manos como si consumiera a todas. Todas sonrieron amargamente a esta situación común.

—Aun así… Yamai, si está bien. Para ser sincera, nos salvaste. Habría sido mucho peor si no hubieras llegado.

Kotori volteó su mirada hacia Yamai mientras hablaba. Luego, Yamai se encogió de hombros, abriendo su boca para sonreír ampliamente.

—Negación. Solo llegué a terminarlo. Todas ustedes fueron quienes pusieron en su lugar todas las piezas. Enorgullézcanse, chicas, esta es su victoria.

Al decir eso, hizo un guiño. Aunque normalmente esto se vería como algo molesto, extrañamente no había sarcasmo en sus palabras.

—Uhh, Yamai-san, ¿tú eres… de cuando Kaguya-san y Yuzuru-san eran humanas?

—Hey. ¿En verdad eres Yamai?

Yoshino y Yoshinon, ambas que seguían con Zadkiel, inclinaron sus cabezas mientras preguntaban eso. Yamai sacudió ligeramente su cabeza.

—Explicación. Ciertamente soy Kazamachi Yamai, pero, estrictamente hablando, no soy igual que la Kazamachi Yamai humana. Este cuerpo es solo una fusión de Yamai Kaguya y Yamai Yuzuru, quienes pasaron por un crecimiento significante. Al menos, no era así de alta durante mi vida, ni llegué a tener una figura tan espléndida como esta.

De manera bromista, Yamai presumió sus pesados pechos. Era un tamaño que incluso sobrepasaba el de Yuzuru. Miku soltó una voz como de manga “¡Muho!

—¡Ya-Ya-Yamai-san! ¿¡E-Está bien tener un pequeño abrazo!?

—Especial. Por aquí, gatita. Ven.

—¡¡Nhiiiii!! ¡Oneee-samaaaaaaaaa!

Con varios líquidos cayendo por su boca, Miku saltó hacia el pecho de Yamai.

Peor, en el momento siguiente, el cuerpo de Yamai soltó un débil brillo y su silueta fue dividida en dos.

—¿¡Owa!? ¡Fue sorprendente!

—Sorpresa. Esto es…

Yamai… o más bien, Kaguya y Yuzuru tras separarse otra vez, redondearon sus ojos impresionadas. Inevitablemente, Miku, quien estaba saltando hacia el pecho de Yamai, cayó en el espacio entre las dos y cayó de cara sobre el suelo.

—¿¡Mukya!? ¿¡Este toque inesperado!? ¿¡Eres Onee-sama!?

—Ah, lo siento. Parece que hay un límite de tiempo…

—Disculpa. Originalmente esta fue una fusión forzada. Fue un milagro haberla mantenido hasta este tiempo.

—E-Eso… ahora que resultó así, ¡Kaguya-san, Yuzuru-san! ¡Solo un pequeño brazo de ambos lados!

Miku se levantó, corriendo con sus manos abiertas.

—¡E-Espera! ¡Cálmate!

—Temblor. Ella no es la clase de persona que se desanima.

Kaguya y Yuzuru apartaron a Miku. Viendo a Miku actuar como siempre, Shido no pudo evitar sonreír.

—… Estoy feliz con esto.

Tal espectáculo desarrollándose era debido a que todas estaban a salvo.

Shido apretó su pecho para suprimir la sensación de arrepentimiento.

Ciertamente, Nia tenía un punto. Era malo no haber podido capturar a Beast, pero debería de estar alegre de que todas sobrevivieron a esta crisis.

—…

Sin embargo, había algo de lo que estaba preocupado. Era la apariencia de Beast después de haber recibido el ataque de Yamai.

El tono de su voz, la luz brillando en sus ojos, obviamente la atmósfera rodeándola era diferente. Si, era como si…

Pensando en todo hasta ahora, Shido llegó a cierta conclusión. Presionó ligeramente el comunicador para hablar con Maria.

—Hey Maia. ¿A dónde fue Beast? El Mundo Vecino… ¿no debió de haber desaparecido ya?

Escuchando lo que dijo Shido, los Espíritus que estaban siendo ruidosos alzaron sus cejas.

El Mundo Vecino. Era el lugar donde se decía que existían los Espíritus. Un mundo separado de este por una delgada capa. Originalmente, un terremoto espacial era la consecuencia de que un Espíritu llegara desde el Mundo Vecino.

Sin embargo, el Mundo Vecino debió de haber desaparecido con la muerte del Espíritu de Origen, Mio. Así que, ¿a dónde fue Beast?

—… Al menos, la respuesta es diferente de cuando abrió el “agujero” en el espacio a través de Michael o el fenómeno general de desaparecer y perderse.

—… ¿Eso significa…?

Maria se quedó en silencio por unos segundos antes de continuar con un tono un poco ligeramente arrepentida.

—… Desconocido con la información actual.

—…

Shido contuvo su respiración mientras apretaba su puño.

La respuesta no era impredecible. Beast era un Espíritu irregular después de todo. Sin embargo, al oír esas palabras, un agudo dolor golpeó su pecho como si su corazón fuese fuertemente apretado.

Tal vez Beast se retiró para sanar sus heridas. Si es así, tal vez siga siendo posible salvarla.

Pero la expresión que mostró justo antes de desaparecer. Al recordarlo… Shido estaba preocupado de que nunca fuese a aparecer otra vez.

—… Shido.

Tal vez sintiendo su decepción, Kotori colocó gentilmente su mano sobre sus hombros.

—No te culpes tanto. Lo hiciste bien.

—Pero, yo…

No la pudo salvar.

Ese Espíritu misterioso.

Esa chica con una cara llena de angustia.

La chica que sostenía esa espada…

—¿¡…!?

Y.

En ese momento, algo llegó que despejó la resignación de la mente de Shido.

… Una estrella fugaz cayó desde el cielo y cayó frente a los pies de Shido.

—Qué…

Los ojos de Shido se sintieron desorientados por la luz resplandeciente viniendo de ahí.

Para cuando se dio cuenta, había… una espada clavada ahí.

—Esto…

—¿Huh?

—¿La espada… de Beast?

Todos se quedaron confundidos mientras que voces de intriga resonaban.

Si. Una espada de un solo filo que perseguía la meta de desgarrar todo.

Era sin duda, la última espada que Beast estaba portando… Su décima espada.

—P-Por qué, esta espada…

Shido susurró de manera aturdida, pero luego recordó la escena que se acababa de desarrollar.

Ciertamente, gracias a las acciones de Natsumi, todas las diez espadas de Beast fueron arrebatadas y todas recuperaron sus poderes de Espíritu.

Sin embargo, al contar a Yamai como una sola persona, había un total de nueve Espíritus aquí. Nueve espadas habían aparecido frente a ellas.

Durante la batalla, no podía permitirse pensar en ello… pero la última espada debió de haber desaparecido.

Y Shido asumió vagamente que la décima espada era Sandalphon tras cambiar de forma. Después de todo, de la primera a la novena espada correspondían cada una a sus Ángeles respectivos. Era natural pensar en eso.

Sin embargo, esa asunción fue rota cuando las “garras” que Beast portaba se transformaron en Sandalphon.

En su lugar, preguntas empezaron a aparecer.

… ¿Qué es esta espada?

¿Y por qué estaba frente a Shido ahora mismo?

No había ninguna base. Pero esto no se sentía como algo sin sentido.

—…

Shido fue conducido por la necesidad de tomar la empuñadura de la espada.

—¡! Shido, ten cuidado.

Asintiendo ante la advertencia de Shido, tomó la decisión… de tomar firmemente la empuñadura.

Luego, como si estuviera esperándolo, la espada pulsó y cambió su apariencia.

… Una espada negra que emitía un brillo misterioso.

Mirando esa apariencia, Shido contuvo su aliento involuntariamente.

Pero no era sorprendente. Después de todo, era…

—¿¡Nahemah…!?

La espada de la otra Tohka Tenka.

Al lado de Sandalphon, era el Rey Demonio, Nahemah.

—¡…!

En el momento que la tocó, Shido sintió una extraña sensación.

Desde Nahemah, se sentía como si algo inusual lo estuviera envolviendo lentamente. La sensación de que “algo” le estaba hablando. Era como si la espada tuviera voluntad propia.

—… Puedo. Con Nahemah… ¿Perseguir a esa chica?

Shido soltó esas palabras medio consciente de su boca.

—¿Shido-san?

—¿Qué acabas de decir?

Los Espíritus hicieron sus preguntas mientras abrían sus ojos alarmadas.

Shido continuó mientras apretaba su agarre sobre Nahemah.

—Sandalphon es originalmente una espada que puede cortar cosas invisibles… cada regla, concepto e incluso el muro separando al mundo. Su opuesto, Nahemah también puede… Sin embargo, la gentil Tohka selló inconscientemente este peligroso poder. Por cierto, tu carecías de experiencia y no lo pudiste masterizar, humano… Espera, ¿¡Qué acabas de decir!?

Shido habló en su interior mientras esa voz resonaba en el fondo de su cabeza.

Sin embargo, desde su lado, los Espíritus solo podían ver a Shido comportarse de manera extraña. Sus hombros temblaron por su grito y lo observaron con miradas preocupadas.

—¿S-Shido?

—… ¿Estás bien?

—A-Aah…

Shido sacudió ligeramente su cabeza para recuperar su compostura, colocando todas sus fuerzas en sus manos otra vez…

Sacó a Nahemah del suelo.

—…

… En ese momento, una aterradora sensación de intimidación atacó su cuerpo. Rey Demonio. Un misterio incapaz de ser tocado por manos humanas. Pensando en ello ahora, aunque había tomado prestados muchos Ángeles hasta ahora, esta era su primera vez usando un Rey Demonio.

Negación de la vida. La sensación de la muerte. Las olas de abrumador poder vinieron para empujar y aplastar a Shido.

Probablemente, Shido habría caído sobre sus rodillas por esta gran presión… si no tuviera la ayuda de la misteriosa voz viniendo de su cabeza.

—… Muy bien. Con esto… puedo ir. Solo… en lugar de…

Shido murmuró firmemente mientras se adaptaba a la espada en sus manos.

Escuchando esta voz, los Espíritus estaban de pie sin aliento, sorprendidas.

—Espera un momento, Shido. ¿Qué planeas hacer?

—Podrá ser, ¿perseguirás a Beast?

Escuchando a los Espíritus exclamar, Shido pausó por un momento.

—… Aah.

Brevemente, dio su respuesta.

Ante esa respuesta, Kotori tensó sus cejas.

—… De ninguna manera. No lo permitiré. No tenemos idea de a dónde fue… e incluso si la alanzas, ¡no hay garantía de que puedas regresar!

—…

Los demás Espíritus también tenían la misma mirada tensa que Kotori. Sus expresiones se veían tensas debido a los pensamientos complicados.

Aunque no lo preguntó, lo sabía. Además, no era como si nadie quisiera salvar a Beast. Incluso si ya no era una amenaza para el mundo, no podían dejarla sola. Ni siquiera estaban pensando en ello como un motivo. En su lugar, si podían tenderle una mano, lo harían solo por eso.

Pero podrían perder a Shido para siempre. Esa posibilidad invocó una oscura sombra en la mente de todas.

—… Todas…

Shido no se estaba infravalorando a sí mismo. Estaba consciente de que todas lo valoraban tanto como ella las valoraba a él.

Así que Shido no quería correr despiadadamente por su cuenta. Ya que eso significaría pisotear los pensamientos de todos… Eso, también, era algo que Shido aprendió al conocer a todas.

Pero…

—¡…!

—Eh…

Y, entonces.

Shido y los Espíritus ampliaron simultáneamente sus ojos mientras que sus hombros se sacudieron sorprendidos.

La razón era simple.

En este campo lleno de escombros y tensión…

—…

De repente, una hermosa voz cantando vino de la nada.

—¿Miku…?

Una voz familiar. No, incluso antes de eso, solo había una persona que podría cantar así de hermoso. Mirando la fuente de este canto, Shido dijo el nombre de la propietaria de esta voz.

Y así, la diva sin igual sonrió gentilmente, como si abrazara la ansiedad de todos.