Date A Live (NL)

Volumen 22

Capítulo 8: Kazamachi Yamai

Parte 5

—¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahh!

Con un rugido de furia, un número de cortes fue liberado.

La “garra” que cubría los cinco dedos de Beast fue blandida indiscriminadamente y destrozó el aire y el suelo para atacar a los Espíritus.

—¡Ku…! ¡Qué tan poderosa es esta chica…!

De una manera u otra, estaba usando a Camael para repeler esos ataques infundidos con un tremendo poder. Kotori frunció involuntariamente el ceño ante el fuerte impacto siendo transmitido a su brazo.

Beast, cuyas espadas fueron tomadas por el Yggdraramus, estaba luchando de manera más o menos equitativa contra Kotori y las demás.

Comparado a cuando estaba blandiendo las espadas, ya no estaba abriendo ningún “agujero” en el espacio o liberando hielo y fuego.

Sin embargo, Beast todavía tenía la “garra” que podía cortar lo que sea que tocase junto con una fuerza y tiempo de reacción anormal… el punto es, que seguía abrumando a los Espíritus en términos de “poder” puro.

Los rayos de luz de Origami, el aire frío de Yoshino, los ataques desde puntos ciegos de Mukuro, las transformaciones de Natsumi, las ondas de sonido de Miku, todo eso fue repelido con un solo golpe. Aulló como para mostrar que cualquier resistencia era inútil.

Así era una bestia liberada de sus cadenas. Las chicas tragaron saliva involuntariamente ante la presencia divina que irradiaba.

Por supuesto, la meta de Kotori no era sucumbir ante Beast ni matarla. Pero a este paso, sería una fantasía que empezase una conversación con Shido.

Mas bien, se sentía aún más violenta que antes tras ser despojada de sus espadas. Tal vez empezó a tomárselos en serio tras perder sus armas. O… tal vez esas “espadas” en verdad eran una prisión que la retenía.

Cuando Kotori se rio ante los pensamientos robando su atención mientras sudaba, la voz de Maria vino desde el comunicador.

—No hay tiempo para una escaramuza. El Yggdraramus solo puede robar temporalmente los Ángeles de Beast. Esperen por mucho y los Ángeles se convertirán otra vez en “espadas” que serán atraídas a ella. Si ocurre, no habrá ninguna opción restante.

—¡No estaba planeando en perder tiempo particularmente…!

Kotori gruñó y frunció el ceño ante la respuesta.

Pero Maria tal vez no estaba necesariamente intentando inspirar a Kotori y las demás. Sus palabras eran simplemente hechos. Kotori tronó su lengua y alzó la voz.

—¡Origami! ¡Esto claramente no está funcionando! ¡Necesitamos soltar uno grande!

—¡Entendido!

En respuesta a las instrucciones de Kotori, Origami alzó su voz. Kotori asintió rápidamente, concentrándose mientras alzaba a Camael.

Luego, obedeciendo la voluntad de Kotori, la forma de el hacha de batalla cambió… formando un gran cañón conectado a los delgados brazos de Kotori. Megiddo. La forma del Ángel de Fuego, Camael que presumía del mayor poder.

—Metatron…

Al mismo tiempo, Origami reunió las incontables “plumas” flotando a su alrededor y también creó una forma de cañón.

—…

Tal vez debido a sus movimientos, Beast torció sus cejas. Entrecerró sus ojos para vigilarlas y bajó su postura, preparándose para saltar.

¿Instinto, inteligencia o experiencia? No era exactamente claro qué le dio esta convicción, pero obviamente identificó a Kotori y a Origami como amenazas. Y, desafortunadamente, la velocidad de Beast sobrepasaba por mucho la de Kotori y las demás.

La mente de Kotori estaba conflictuada por la posibilidad de que el disparo de Camael sea esquivado. Sin importar qué tan poderoso sea, sería inútil si no impacta.

No, al contrario, Kotori y Origami también tuvieron una pausa momentánea antes de disparar. Frente a ella, esa apertura podría ser fatal.

Así es. No podía disparar así.

… Si esto continúa.

—¡Yoshino! ¡Miku!

—¡Si!

—¡He estado esperando!

Cuando Kotori gritó, Yoshino, quien estaba encima del enorme conejo y Miku quien tenía un brillante teclado rodeando su cuerpo, respondieron. Aunque no se le dieron instrucciones detalladas a nadie, se habían preparado en un lugar localizado en un punto ciego de Beast.

—¡Zadkiel!

—¡Gabriel… Rondo!

En el momento siguiente, la temperatura circundante se desplomó instantáneamente, cadenas de hielo aparecieron y ataron los pies de Beast al suelo. Al mismo tiempo, una barrera de sonido invisible apareció para restringir su cuerpo.

—¿¡Uuuh, guh, aaa, aaaaaa!?

Como se esperaba, no había anticipado esto. Beast gritó e intentó mover su cuerpo.

Pero ni Kotori ni Origami desperdiciarían esta oportunidad. Ambas apuntaron sus torretas a Beast y gritaron.

—¡¡Camael… Megiddo!!

—¡¡Metatron… Artelif!! Fuego y luz.

Denso Reiryoku se concentró en el interior de ambas torretas, trazando dos líneas sobre el cielo vacío. El cielo, el cual seguía oscuro, brilló de gran manera como si se encendiera.

En términos de poder puro, Camel y Metatron eran los más fuertes entre los Ángeles.

Cada golpe lleno de poder estaba moviéndose sin la más mínima pizca de desviación, dirigiéndose a Beast, quien estaba crucificada en el suelo.

Pero…

—… ¡A, aa, aaaaaaaaaa…!

Justo antes de ser golpeada directamente por esos dos bombardeos, Beast soltó un rugido. Con todas sus fuerzas, se liberó de las ataduras de Miku y Yoshino.

—¿¡Eh!?

—¡Kyaa! ¡Qué violenta!

Mientras Yoshino y Miku eran dejadas rebosando de incredulidad, Beast pateó el suelo y saltó hacia el cielo. El ataque de Kotori y Origami pasó por el espacio donde Beast estaba ubicada hace solo unos momentos.

… Sin embargo.

—Mun. El golpe de Imōtogo y Origami no se desperdiciará.

—… Oh, es cierto, si eres tú, ¡pensé que lo esquivarías…!

En ese momento. Sin ser notadas por nadie, Mukuro y Natsumi rodearon el lugar para posicionarse diagonalmente a Kotori y Origami. Ambas alzaron sus Ángeles al mismo tiempo.

El Ángel de la llave, Michael.

Y el Ángel del espejo Haniel que imitó esa forma.

—¡Abre la puerta! ¡Michael!

—¡No te dejaré… escapar!

Ambas extendieron la punta de del khakkkhara hacia adelante, abriendo un enorme “agujero” ahí.

El “agujero” inhaló el letal golpe de Kotori y Origami… liberando el bombardeo desde otro “agujero” abierto justo detrás de Beast.

—¡Gaa… aaaaaaaaaaaaaaaaaaa…!

Luz que calcinó los cielos y fuego de las profundidades del infierno.

Un torrente de Reiryoku teñido de blanco y carmesí engulló a Beast y perforó el cielo.

En ese lugar… no, tal vez presumiendo del mayor poder sobre la faz de la Tierra ahora mismo. Un solo golpe que combinaba el poder de los Espíritus. La fuerza monstruosa sin par de esa luz de la ruina no dejaría ni siquiera polvo en contra de una criatura ordinaria.

Sin importar qué tan poderosa sea Beast, no estaría a salvo de ello… De hecho, incluso ahora, Kotori pensó que tal vez se pasaron un poco.

Con eso dicho, era urgente hacerla dócil. Esto tal vez signifique que guarde rencor contra Kotori y Origami, pero era el rol de Shido el de abrir su corazón. Si significaba poder capturarla, aceptaría todos los roles despreciables como sea posible…

—… ¡Kotori! Luego.

Kotori finalmente se dio cuenta por el repentino grito de Shido. Todavía había trazos del torrente de Reiryoku en el cielo.

Y desde ese pilar resplandeciente, una negra sombra saltó.

—¡Huye, Kotori!

Shido gritó mientras veía hacia arriba desde el cielo.

—¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…!!

Si. El orgullo de Kotori y Origami, el cañón de muerte certera.

Beast voló en contra de Kotori tras recibir ese golpe entero con todo su cuerpo.

Por supuesto, no salió totalmente ilesa. Su roto y desgarrado Vestido Astral estaba aún más destruido y ya no tenía su forma original. Las puntas de sus pelos las cuales habían perdido su color estaban ahora chamuscadas. No sería extraño que colapsara sobre el suelo después de ese desastroso espectáculo.

Sin embargo, en medio de todo eso, estaban las cinco “garras” resplandeciendo.

—¡Imoto-chan!

—Kotori…

—¡Kotori-san!

Un latido después, todos gritaron. Pero no llegarían a tiempo. Una pausa momentánea de relajación después de ese ataque lleno de poder. Incluso la conciencia de Kotori no fue capaz de reaccionar.

… Con un rugido que podría sacudir el mundo entero, las cinco “garras” cayeron hacia Kotori.

El cuerpo de Kotori solo podía aceptar indefensamente este golpe…

—… ¿Eh?

En el momento siguiente, Shido sintió una torpe voz salir de su garganta. Pero eso no era sorprendente en lo absoluto.

Después de todo, Beast, quien estaba a punto de cortar a Kotori, de repente se estrelló contra el suelo.

—Qué diablos…

—¡Gaa…! ¡Aa!

Beast miró al cielo tras ser azotada.

Alzando su rostro y siguiendo esa mirada… Shido finalmente se dio cuenta. El cielo azul iluminado por el sol de la mañana.

Estaba la apariencia de una chica ahí.

—Eso…

Era… un Espíritu. Su figura alta estaba cubierta por una camisa de fuerza similar a una armadura. Al igual que Kotori y las demás, estaba rebosando de Reiryoku.

Una enorme lanza sostenida por su mano derecha. Una brillante cadena atada a su mano izquierda. Y en su espalda, alas levantadas hacia el cielo.

Pero no fue eso lo que atrapó la atención de Shido. Su largo cabello era como una bufanda revoloteando contra el viento.

Apasionada y compuesta. Alegre y tranquila.

Ese par de ojos contenían ambos elementos contradictorios.

Shido tuvo una extraña sensación mientras veía esa cara audaz y encantadora.