Date A Live (NL)

Volumen 22

Capítulo 7: Kiyouno Natsumi

Parte 3

—Fu…

Origami exhaló ligeramente, concentrando su conciencia con Beast en medio de su campo de visión.

Con la lanza láser Einherjar en su mano derecha y el arma experimental Yggdraramus en su mano izquierda. Y, además, tenía la armadura plateada Brünhilde cubriendo su cuerpo entero.

Si, Origami, como un ex-miembro de la AST y una Maga, era la única chica entre las demás portando una Unidad-CR.

Por supuesto, su habilidad actual de pelea era por mucho la mejor entre sus compañeras. El Yggdraramus estaba en las manos de todas. Pero Origami tenía cierto orgullo de que solo ella podrá clavar su espada en el cuerpo de Beast.

Era de hecho, un hecho reconocido en común por las chicas. Aunque no hubo ninguna preparación hecha de antemano, todas se habían desplegado a la izquierda y derecha de Origami, realizando así una formación rodeando a Beast.

—Kaka, ¡vamos, Espíritu! ¡Siente la velocidad de las Yamai!

—Cooperación. No hay manera de esquivar un ataque simultaneo desde derecha e izquierda.

Kaguya y Yuzuru exclamaron mientras lanzaron su ataque hacia Beast.

Normalmente, atacar mientras se grita sería considerado un acto inútil, pero las cosas eran diferentes ahora.

Las hermanas Yamai estaban atrayendo la atención de Beast al demostrar sus presencias.

Diez llaves fueron preparadas, y solo una de ellas tenía que llegar a ella.

—¡Aa… aaaaaaa…!

Beast rugió, tomando la novena espada y clavándola en el suelo. El aire de ahí tembló y se formó un muro invisible de “sonido”

—¡Nowa!

—Shock. Esto es.

Las hermanas Yamai no pudieron mover sus pies y su ataque fue detenido. Luego, la octava espada portada por Beast formó una ráfaga de viento que voló el Yggdraramus de sus manos.

Pero la ofensa de las chicas no se detuvo ahí. Partiendo de donde se quedaron las hermanas Yamai, todas tomaron la oportunidad para lanzar su ataque a Beast.

—¡Haaaa!

—¡Ríndete ahoraaaaaaa!

—¡Mun…!

—¡Aaaaa…!

Beast sacó sus espadas una tras otra para lidiar con los ataques de las chicas, repeliendo y derribándolas.

Las llaves en las manos de todas para recuperarse de esta desesperada situación estaban siendo destruidas una tras otra.

—…

Pero… estaba bien.

Origami observó calmadamente los movimientos de Beast y voló silenciosamente hacia el cielo.

El Territorio Voluntario formado por el Yggdrafolium y los efectos por las blandidas violentas de Beast. Voló hacia la tempestad de Maryoku y Reiryoku generado por todo eso como si nadara sin hacer ruido.

El momento decisivo de esta pelea mientras Beast era empujada por los ataques de las otras chicas. Origami usó el Territorio Voluntario para colocar el Yggdraramus en la punta de su lanza láser.

—… Ahora.

En el momento que Mukuro atacó con su Yggdraramus, la atención de Beast la cual había sido centrada en sus alrededores, cambió momentáneamente. De acuerdo a lo dicho por María, el Yggdraramus estaba modelado en base al Ángel de Mukuro, Michael. Tal vez debido a esto, ella era la más acostumbrada a controlar esto de todas.

No hubiera sido común para Origami ignorar esta oportunidad. Origami manipuló su Territorio Voluntario, impulsando el Yggdraramus en el momento que Beast se estaba acercando a Mukuro.

Pero…

—Qué…

Origami escuchó una pequeña voz salir de su propia garganta. En el momento que la punta del Yggdraramus estaba por hacer contacto con Beast, su puntería estaba ligeramente mal.

Esto no era como si hubiera sido repelida por un muro invisible o como si hubiera sido apartada por el viento. Mas bien, era como si su brazo se hubiese movido en contra de su voluntad.

—¡…!

Luego, Origami se dio cuenta. Uno de los diez Ángeles portados por Beast, la segunda espada, estaba escribiendo brillantes letras en el cielo.

—Descripción del futuro…

Origami maldijo su negligencia. A pesar de oír que Beast tenía todos sus Ángeles, había descartado esta posibilidad debido a la manera bestial en la que se comportó en el campo de batalla.

No… incluso si no lo hubiera hecho, el resultado no habría cambiado. Descripción del futuro. Las palabras escritas por el Ángel omnisciente,

Rasiel, se volvieron realidad. Si. Incluso las acciones de sus enemigos en contra de ella.

—… Ah, así es… Viniendo, estabas… Me pregunto por qué… si, pensé… Beast murmuró apresuradamente con ojos vacíos.

Tomó apresuradamente la sexta espada y la clavó en el cuerpo de Origami, girándola como si fuera una llave.

—Ah…

La Unidad-Cr que Origami estaba portando voló en pedazos.

Como viendo la escena de una tormenta de pétalos de sakura, Origami cayó al suelo.