Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Short Stories

Extra 3: Cuentos De Hadas Comunes: La Sirenita

En las profundidades del mar yacía un pueblo de sirenas, oculto a los ojos humanos. Dentro de esa aldea vivía una princesa sirena. Aunque se la llamaba princesa, en realidad no era de la realeza. Sólo era linda. Por cierto, su madre era una mujer soltera extremadamente hermosa. En cualquier caso, esta princesa sirena era una fuente de gran alegría para la gente del pueblo. Especialmente los hombres del pueblo que querían invitarla a comer y que ella los llamara papi. Un día, cuando la princesa jugaba con estos hombres de motivaciones bastante sospechosas, terminó nadando bastante lejos del pueblo.

“Eso estuvo cerca… Hoy se están esforzando mucho…”

La princesa sirena nunca llamaría a ninguno de ellos papi. Estaba decidida a proteger a su mamá a cualquier precio. De repente, escuchó un enorme impacto desde la superficie del océano.

“¿Qu-Qué pasó?”

Mirando hacia arriba, vio que había una lucha feroz cerca de la superficie del agua. La antigua criatura de las profundidades, el Hell Eater, estaba envuelto en un combate mortal contra un humano. Normalmente, el Hell Eater no habría tenido ningún problema contra solo un humano. Pero éste era diferente. Llenó al Hell Eater de alquitrán negro y luego hizo explotar a la medusa gigante. Cuando la medusa se convirtió en un feo despliegue de fuegos artificiales, el humano que había estado luchando contra ella cayó al mar.

“¡Oh no!”

La princesa sirena nadó rápidamente hacia donde el humano estaba cayendo. Luego, lo agarró y se dirigió hacia la superficie. Finalmente, sacó la cabeza del agua y vio que el barco en el que el hombre había estado luchando había sido gravemente dañado durante la explosión. Así que colocó al hombre sobre los restos del barco y gritó: “¿Estás bien? Aguanta, yo…”

La princesa sirena se alejó de repente cuando vio bien al humano que había rescatado. Tenía el cabello blanco y llevaba un parche en el ojo. Pero lo más importante, ella pudo decir de inmediato que tenía la fuerza de un gran tiburón blanco y la bondad de una ballena. Era un verdadero príncipe. Fue amor a primera vista. Myu sabía que este era el hombre al que llamaría papi. Se había cansado de los hombres lascivos que la perseguían día tras día, pero al mismo tiempo, anhelaba una figura paterna. Aún así, no dejaría que cualquier tipo al azar fuera el marido de su madre. Pero este hombre… Bueno, él era claramente su padre predestinado.

Pero primero, ella necesitaba salvarlo. Sujetó al hombre una vez más y comenzó a nadar hasta la orilla. Una vez que estuvo a salvo en tierra, ella le dio unas cuantas palmadas en las mejillas, pero él no respondió. Pensando que podría haber tragado agua de mar, le dio un codazo en el estómago con la esperanza de que la vomitara. Mientras intentaba otras maniobras de salvamento, sintió que había alguien cerca. ¡No podía dejar que los humanos la vieran o mamá la regañaría! La princesa sirena se zambulló rápidamente en el agua y asomó un poco la cabeza para ver qué pasaba. Si alguien intentaba robarle su príncipe, ella lucharía con uñas y dientes, sin importarle las reglas.

“¿Estás bien? No te preocupes, te lanzaré magia de curación… ¡Oh Dios, eres muy guapo!”

Una mujer vestida con una túnica de sacerdotisa había llegado. Aunque parecía santa, la princesa sirena podía decir que era el tipo de mujer que perseguiría al hombre que deseaba hasta los confines de la tierra. La mujer lanzó magia curativa sobre el príncipe de la sirena y él abrió lentamente los ojos.

“¿Eh? ¿Dónde estoy? ¿Me rescataste?”

“¡Eso es! ¡Te hundíste aquí y te curé! ¡Así que ahora, tienes que casarte conmigo!”

“Ni hablar. De todos modos, ven al castillo, te daré tu recompensa allí.”

“¡No necesito dinero, todo lo que quiero es tu mano en matrimonio!”

“Oh, genial. Me imagino que me habrá salvado una de las locas…”

Al final, el príncipe terminó regresando al castillo con la sacerdotisa sin saber que fue la princesa sirena quien lo salvó.

“¡No te dejaré tener a papá!” se juró la princesa mientras hacía una retirada táctica y temporal. Iba a visitar a la bruja que estaba en cuclillas en la aldea de las sirenas.

“¡Señorita bruja, señorita bruja! ¡Por favor, conviértanme en la hija del príncipe!” “¿Mmm? ¿El príncipe, dices? Hmm, esta podría ser mi oportunidad…”

Después de unos segundos, la bruja le sonrió a la princesa sirena.

“Muy bien, usaré la magia de la metamorfosis para hacerte aparecer como su hija. Sin embargo…”

“¡Ya sé, quieres algo! ¿Qué es?”

La princesa sirena era sabia. Sabía que no había tal cosa como un almuerzo gratis.

Mientras miraba fijamente a la sirena, la bruja se puso nerviosa.

“Una vez que te conviertas en la hija del príncipe, ¿puedes llamarme mami?”

“¡No es posible!”

La bruja se sorprendió por la negativa de la princesa sirena.

“P-Por favor, ¿no puedes al menos considerarlo?”

“¡Lo siento, pero ya tengo una mami!”

Pero a pesar de la clara negativa de la princesa sirena, la bruja no se inmutó. Después de todo, estaba enamorada del príncipe. Sin embargo, el mundo creía que era malvada, por lo que se escondía en el fondo del mar. Lo que significa que era su única oportunidad de hacer suyo al príncipe.

“Estoy bien con ser tu segundo Ma-”

“¡No sucederá!”

Todo el tiempo que estuvo derribando a la bruja, la princesa sirena sonreía alegremente.

“Ah, está bien… Siento haber pedido lo imposible…”

La bruja se arrodilló, derrotada al fin. Se veía tan desolada que no habría sido sorprendente que dejara que la corriente la arrastrara.

“U-Umm, ¡Señorita Bruja! ¡No puedo llamarte mami, pero puedo intentar enviarte con el príncipe! ¿Funcionará eso?”

“Ciertamente funcionará”.

La bruja se recuperó casi instantáneamente, su disfraz de sirena se derritió. Mientras tanto, la princesa sirena regresó a casa para dejarle una carta a su amada mami. Decía: ‘He encontrado al papá perfecto. Necesito convencerlo de que te deje vivir con él, así que me iré por un tiempo’.

Y con eso, la bruja y la sirena estaban listas para salir.

Como esta princesa sirena era perfectamente capaz de hablar una vez que encontró al príncipe, todo lo que tuvo que hacer fue decirle que ella era la que lo había llevado a la orilla y él la acogió felizmente como su hija. Después de eso, ella pasó sus días en el castillo, viviendo con su recién encontrado papi. Por supuesto, no se olvidó de molestarle con mamá.

“Papi, papi, ¿también puede mami vivir en el castillo?”

“¿Hm? Por supuesto que puede. Si ha crecido, tendrá que trabajar, pero hay mucho trabajo que hacer aquí. Estoy seguro de que puedo encontrarle un trabajo en el castillo.”

“¡Gracias, papá! ¡Sabía que podía contar con tus duros, pero realistas métodos!”

“¡Oh, para, me estás haciendo sonrojar!”

“Por cierto, ¿qué te parece casarte con mamá?”

“Bueno, uh, tendré que pensar en eso…”

La princesa sirena no tenía prisa. Ya había conseguido que papá prometiera traer a mamá aquí. Una vez que empiecen a vivir juntos, el encanto natural de mami lo cautivará en poco tiempo. La princesa sirena estaba segura de que nadie era tan hermosa como su

mami. Pero había un último asunto que aún tenía que resolver.

“También, ¿puede la bruja que me ayudó a vivir aquí, también?”

“¿Una bruja, dices? ¿Estás segura de que se puede confiar en ella?”

“¡Le debo la vida! ¡Además, ella es muy agradable y linda!”

Como prometió, la princesa sirena hizo todo lo posible para enviar a la bruja con el príncipe. Nunca se retractaría de su palabra porque era una chica muy buena. Y así, la bruja y la madre de la princesa sirena fueron llevadas al castillo.

“Oh Dios, realmente es un castillo… Esa chica sí que es increíble.”

A pesar de su intento de sonreír suavemente como de costumbre, la madre de la princesa sirena no pudo ocultar su sorpresa. Honestamente, la asertividad de su hija era bastante preocupante. Por otro lado, la bruja estaba extremadamente nerviosa. Por fin, se encontraría con el príncipe de sus sueños. Unos minutos más tarde, el príncipe bajó a saludar a los dos.

“H-Hola… Soy la bruja.”

“Saludos, bruja. Soy el príncipe. Me doy cuenta de que es algo repentino, pero me he enamorado de ti a primera vista. Por favor, cásate conmigo”.

Aunque la repentina propuesta del príncipe fue una sorpresa, la princesa sirena estaba muy contenta con el repentino desarrollo. Significaba que ya había cumplido su parte del trato. Todo lo que quedaba era dejar que su madre demostrara sus encantos y la vida de la princesa sirena sería perfecta. Desafortunadamente, la vida nunca fue tan fácil como la gente quería.

“¡Nunca entregaré al príncipe a una bruja!”

La sacerdotisa de la que todos se habían olvidado irrumpió de repente en escena. Las cosas se estaban calentando.

“¡Elige! ¡O te rindes con el príncipe… o te apuñalo con este cuchillo y te arrojo al fondo del mar!”

La sacerdotisa extendió su mano y un cuchillo, no, una espada, apareció de repente dentro de ella. De hecho, había otra espada en su otra mano también. Parecía que esta sacerdotisa también era una maestra en el manejo de dos armas.

“¡Tú serás la que nade con los peces!”

“¡Adelante! ¡Sólo siéntate y mira, Príncipe! ¡Me encargaré de esta sucia bruja!”

Hubo una serie de explosiones estrepitosas cuando la sacerdotisa y la bruja comenzaron a pelear por el príncipe. El príncipe vio como su castillo era destruido por las dos mujeres.

“Mi mami es una persona mucho más amable”, dijo tímidamente la princesa sirena.

“Ya veo… Eso es tranquilizador”.

El príncipe miró amablemente a la madre de la princesa sirena. Se sonrojó ligeramente, aparentemente complacida por la atención.

Al final, la madre de la princesa sirena, la bruja y la sacerdotisa vivieron felices para siempre con el príncipe. En algún momento, una conejita abrumadora y una dragona pervertida se unieron a su harem también. Aún así, aunque su vida era bastante loca, la princesa sirena estaba feliz de estar rodeada de tanta gente.