Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Shot Stories

Capítulo 4: El Encuentro Milagroso Y La Aventura Fantasmagórica

Parte 4

Mientras Myu levantaba la vista confundida, la misma voz femenina de antes le habló nuevamente.

“Wow, tienes algunos amigos interesantes, jovencita”.

Su voz era gentil, mucho más suave de lo que uno esperaría de alguien que se encontraba en una feroz batalla con monstruos. Myu miró hacia arriba y vio…

“¿Mami?”

Una mujer Dagon estaba sentada elegantemente sobre un arco de agua. Su gentil comportamiento y su débil sonrisa le recordaban a Remia, por lo que dijo reflexivamente: “Mami”. Pero esta mujer llevaba ropa completamente diferente a la de Remia.

“¿M-Mami? No esperaba que nadie me llamara así. Ah, espera un momento.”

La señorita mayor se sacó el sable de la cintura y cortó al lobo que la atacaba por la mitad. El lobo gigante atacó al mismo tiempo por detrás, pero el sable de la dama se rompió en pedazos y ella lo golpeó como un látigo al lobo alfa, usando una pequeña corriente de agua para mantener los trozos de sable mayormente unidos. Dondequiera que su látigo de agua golpeara, la carne del lobo era cortada. Los fragmentos de sable dentro del látigo vibraban a alta frecuencia, convirtiéndolo en una especie de motosierra. El lobo alfa herido trató de saltar y reagruparse, pero la dama no cedió.

“Los perros que no pueden seguir las órdenes deben ser castigados. Ven, gruñe como un cerdo para mí.”

La dama comenzó a marcar al lobo con una serie consecutivos latigazos. Con cada golpe, más de su carne fue arrancada y comenzó a gimotear lastimosamente. Curiosamente, sus lamentos sonaban como el gruñido de un cerdo. Esta dama de los dagones podría haber tenido la misma mirada gentil que Remia, pero era mucho más sádica de lo que Remia jamás podría ser.

“Siento la interrupción. En cualquier caso, no soy tu mami.”

“Ah, sí. No lo eres”.

El lobo alfa había sido reducido a un montón de carne y huesos. Los pocos subordinados que le quedaban estaban a punto de ser los siguientes. La dama Dagon blandió su látigo, dejando claro que no tenía intención de dejar escapar a ninguno. Todo el tiempo que estuvo corneando a los lobos, mantuvo esa gentil sonrisa que recordaba tanto a Remia. Sinceramente, daba un poco de miedo. Myu se sintió mal por haber pensado que esta mujer podría haber sido su madre.

“Umm… gracias por salvarme. ¿Quién es usted? ¡Soy Myu!”

“Wow, qué joven tan educada eres. Decir gracias y presentarse es una parte importante de los buenos modales.”

La dama mayor sonrió. Al mismo tiempo, envió torrentes de agua que salieron en todas direcciones para limpiar la sangre, tripas y cadáveres esparcidos por la plaza. Una vez hecho esto, movió su arco hacia la barrera que protegía a Myu.

“Es un placer conocerte, compañera Dagon. Yo soy…”

La barrera de agua se rompió en un millón de pequeñas gotas que brillaban como un caleidoscopio. La mujer hizo una pausa para un efecto dramático, y luego terminó con una sonrisa deslumbrante, “Meiru. Capitana de la tripulación pirata de Melusine”.

Esta fue una reunión que no debería haber sido físicamente posible. Pero de alguna manera, la ballena de luz había viajado a través del tiempo para unir a Myu con la “otra niña fuerte del mar”, Meiru Melusine. Una poseedora de magia antigua y la gobernante de los mares occidentales. Para rescatar a Myu, había guiado a las dos dagones entre sí.

Myu quería preguntar si esto era realmente todo lo que la ballena estaba haciendo, pero la ballena estaba sentada sin responder sobre su cabeza. Parecía exhausta. Por cierto, Myu había estado molestando constantemente a Hajime para que le contara sus aventuras, así que ya había oído el nombre de Meiru antes.

“¿Mrr? ¿Meiru? ¿Meiru Melusine? ¿Mrrr?”

Myu ladeó la cabeza, tratando de recordar por qué ese nombre le sonaba tan familiar. Antes de que pudiera terminar de buscar entre sus recuerdos, Meiru se puso en cuclillas delante de ella y preguntó, “Entonces, Myu-chan. ¿Dónde exactamente es este lugar? La verdad es que estoy un poco perdida.”

Meiru frunció las cejas. Explicó que había estado patrullando las aguas alrededor de Andika, que era una ciudad construida sobre barcos, con algunos amigos suyos cuando de repente una espesa niebla comenzó a arremolinarse a su alrededor. Después de eso se encontró aquí, separada de todos sus amigos. En otras palabras, la misma situación que Myu y las demás se habían encontrado.

Una vez que Meiru terminó su explicación, Myu levantó la vista y dijo brillantemente,

“Meiru-oneechan, ¡yo también estoy perdida!”

“¿No vives aquí?”

“No creo que sea posible que nadie viva aquí, Meiru-oneechan.”

“Supongo que es verdad… ¿Hm? Ahora que lo pienso, te pareces bastante a Diene… Oh, Diene es mi hermana pequeña. Ser sermoneado sobre el sentido común por alguien que se parece a mi hermana duele un poco, en realidad.”

Los hombros de Meiru se desplomaron y Myu pensó para sí misma, “Onee-chan es increíble, pero también es un poco inútil”.

“Umm, entonces, ¿por qué estás aquí, Myu-chan?”

Meiru se aclaró la garganta y rápidamente cambió el tema. Justo cuando Myu abrió la boca para responder, los sonidos del combate que se escucharon antes regresaron. Esta vez estaban mucho más cerca y Myu pudo ver rayos que se precipitaron en el cielo a unas pocas manzanas de distancia. Un segundo después, el aire alrededor de los edificios a corta distancia brilló y luego todos se hicieron añicos.

“Myu-chan, no te alejes de mi lado.”

“¡Está bien!”

Myu se acurrucó a la sombra de Meiru. Por alguna razón, encontró la presencia de Meiru extremadamente tranquilizadora. A pesar de que se acababan de conocer y Meiru podía usar la magia a pesar de ser un dagón, y se llamaba a sí misma capitán de una tripulación pirata, Myu no le tenía ningún miedo. Su intuición le decía que Meiru era una buena persona. Sentía lo mismo por Meiru que por la ballena que descansaba sobre su cabeza.

En cuanto a lo que Meiru pensaba de Myu, bueno…

¡Es tan linda! ¡Es amigable, honesta y tiene una cosa tipo mascota en su cabeza! De hecho, ¡puede que sea tan guapa como Diene! ¡Esta niña es un ángel! Sus pensamientos eran bastante impuros. Pero entonces Meiru era la misma mujer que planeaba tomar una ciudad entera por el bien de su hermana. No era de extrañar que se alegrara cuando la niña dagón que acababa de salvar empezó a aferrarse a ella.

Irónicamente, Myu había estado más cerca de noquear a Meiru con felicidad que cualquiera de sus enemigos con violencia. Afortunadamente, no parecía que Meiru tuviera que luchar ahora mismo.

Unos cuantos edificios más fueron destruidos, y una horda de criaturas gigantes del tamaño de carros de caballos voló hacia la plaza. Había catorce en total y parecían ranas gigantes. Su piel estaba moteada de negro y verde, y se veían absolutamente repugnantes. Peor aún, sus lenguas estaban bífidas, con los extremos bífidos que se parecían extrañamente a las manos humanas y los patrones moteados en su piel parecían caras humanas  gritando.  Con  sólo  mirarlos  se  le  puso  la  piel  de  gallina  a  Myu,  así  de espeluznantes eran. Se aferró reflexivamente al muslo de Meiru para su comodidad. Era una maravilla que se las arreglara para no gritar.

Meiru abrió la boca para decir algo tranquilizador, pero antes de que pudiera, una persona salió de las ruinas de los edificios destruidos.

“¿Cómo te atreves a lanzar tu asqueroso escupitajo a la hermosa y asombrosa cara de Miledi-chan? ¡Hay tanto de eso, también! ¡Te voy a aplastar!”

Y aplastar las ranas es lo que hizo. Esferas negras aparecieron sobre sus cabezas, aplanándolas en el suelo. La belleza de pelo rubio y ojos azules que había aparecido en la plaza se limpió las mejillas con la manga. Aunque había ganado, había lágrimas en sus ojos. Se dio la vuelta y gimió, “¡O-kun! ¡He sido mancillada!” Saltó hacia el joven con gafas que de repente se había subido a la pila de escombros.

“¡Uwaaah! ¡Detente Miledi, me vas a llenar de baba!”

El joven se apartó del camino, dejando a Miledi plantado en una pared de escombros.

“Hey, Oscar… Se supone que tienes que hacer lo correcto y abrazarme”.

Miledi sacó la cabeza de los escombros y miró al joven… Oscar.

“Oscar, esa fue definitivamente tu culpa”, dijo un hombre alto y taciturno que se acercó por detrás de Oscar.

“¡Sabía que podía contar contigo, Nacchan! ¡Dile a ese bastardo de cuatro ojos que se vaya!”

Miledi dio la vuelta detrás del hombre alto, Naiz e intentó empujarlo hacia Oscar. Sin embargo, sus manos sólo golpearon el aire vacío mientras Naiz hábilmente se apartaba del camino.

“Oye, Naiz… ¿Por qué me estás evitando?”

“Porque estás cubierta de baba”.

“¡Maldito seas!” Miledi gritó con rabia.

Myu observó desde la distancia cómo Miledi perseguía a Oscar y Naiz, decidida a compartir el dolor de ser baboseada con ellos.

“Los piratas son gente extraña”, comentó.

“Yo… supongo que eso es técnicamente cierto… pero por favor no asumas que esos tres son como todos los piratas”.

En primer lugar, Miledi y compañía ni siquiera eran piratas. Pero en lugar de explicar eso, Meiru sólo generó un chorro de agua para lavar a Miledi. Sólo después de que su torrente se tragara a Miledi entera, Oscar y los demás se dieron cuenta de que Meiru estaba aquí.

Contentos de estar finalmente reunidos, los tres corrieron hacia su camarada dagón.

“¡Meru-nee! Estoy muy contenta de que… ¡Espera un momentooooooooooooooooooooo!

¿¡Llevamos aquí cinco minutos y ya estás secuestrando niñas!?”

“Estallido torrencial”.

Miledi fue una vez más tragada entera por una marea de agua y giró una y otra vez. Cuando Meiru finalmente la escupió, no se molestó en secarla esta vez, dejándola en el suelo.

“U-Umm … ¿estás bien?”

Myu asomó la cabeza por detrás de Meiru y le dio a la pobre Miledi una mirada compasiva.

“Eres tan amable… ¡Qué ángel!”

“Puedes ignorar a Miledi… De todos modos, me alegro de que estés bien, Meiru. Además, ¿quién es esa chica?”

“Parece que hay una especie de criatura extraña… Es una criatura, ¿verdad? La cosa que se apoya en su cabeza, quiero decir.”

“Su nombre es Myu-chan. Al parecer, está perdida como nosotros. Además, ahora es mi hermana pequeña.”

Miledi y Myu gritaron, “¿Qué?” al mismo tiempo. Myu no esperaba que Meiru la adoptara de repente como su hermana pequeña. Los ojos de Myu se encontraron con los de Miledi, que también era algo así como una hermana pequeña para Meiru. Las dos se saludaron con la cabeza en señal de simpatía. Oscar suspiró exasperado y se arrodilló delante de Myu.

“Encantado de conocerte, Myu-chan. Soy Oscar Orcus. ¿Podemos preguntarte algunas cosas?”

Myu dudó antes de responder. Algo en el nombre de Oscar le hizo recordar algo.

“Oscar-oniisan… ¿Orcus? ¿Mrr? ¿No es ese…?”

“Y yo soy Naiz”.

“Naiz…oniisan”.

La última clave que Myu necesitaba para unir sus recuerdos fue la autointroducción de Miledi. La líder de los Libertadores se puso de pie, levantó una pierna, puso su mano izquierda en su cadera, e hizo una señal de paz con la derecha.

“¡Y yo soy la súper guapa maga genio, Miledi Reisen!”

Terminó su introducción con un guiño. De repente, los ojos de Myu se abrieron de par en par en reconocimiento.

Las acciones exageradas de Miledi la ayudaron a recordar todas las historias sobre los laberintos que Hajime le había contado. Señaló a Miledi y dijo triunfante, “¡La persona más molesta del mundo!”

“¿¡Bwagh!?”

Que le dijeran eso con una sonrisa tan inocente hizo que la maga genio Miledi se arrodillara. Mientras tanto, Oscar y los demás estallaron en risas. Se apartaron de Miledi, riendo a carcajadas.

Miledi miró a sus camaradas, pero no se detuvieron. Con los ojos temblorosos, se giró hacia Myu y le dijo: “Qué cosa más extraña. ¿Nos hemos visto antes, Myu-chan?”

“¡Nop! ¡Escuché historias sobre ti!”

“Ya veo. ¿Y de quién los escuchaste? Necesito saber quién ha estado diciendo mentiras sobre mí a las niñas pequeñas”.

“¡Papá!”

“¿Tu padre?”

“¡Sí!” Papá dijo: “¡Nadie en la vida es tan molesta como Miledi Reisen! ¡Si hubiera un concurso para la persona más molesta del mundo, ella lo ganaría todas las veces!'”

“¡Bwahaha!”

“¡Oye, deja de reírte O-kun, Nacchan, Meru-nee!”

“A-Además…”

“¿Hay más”? ¿Tu papá realmente me odia o que…?”

“Dijo: ‘Nunca perdonaré a esa perra por tirarnos por el inodoro’.”

“¿No sólo me odia, sino que también me guarda rencor? ¿¡Y qué quieres decir con echarlos por el inodoro!?”

De repente, la risa se detuvo. Oscar y los demás miraron fijamente a Miledi. No puedo creer que seas el tipo de persona que tira a los papás de las niñas por el inodoro, Miledi… sus expresiones parecían decir.

“¡No es verdad! ¡Esto tiene que ser un malentendido! ¡Nunca he tirado a nadie por el inodoro en mi vida! ¿¡Cómo lo harías!?”

¿Quién diablos es el padre de esta niña? ¿Realmente nunca nos hemos visto antes?

Miledi pensó para sí misma. Mientras tanto, Myu estaba felizmente contando todas las historias que le venían a la cabeza. Sus ojos brillaban de emoción mientras hablaba.

¡Estaba conociendo a la gente de la que había oído hablar en los cuentos de Hajime!

“Oh, y tú debes ser ‘Oscar el amante de las sirvientas’, ¿verdad, Onii-san?”

“¿Qué…?”

¿Cómo lo sabes? Oscar pensó y sus gafas se le resbalaron de la cara.

Antes de que pudiera recuperarse, Myu se giró hacia Meiru y le dijo: “¡Oh, y tú debes ser esa Meiru Melusine que papá dijo que era una súper sádica y muy descuidada con las tareas domésticas! ¡Me dijo que nunca me convirtiera en una Dagona como tú!”

“¿Eh? Creo que necesito tener una agradable y larga charla con tu padre, Myu-chan.”

Las venas de Meiru se abultaron con una rabia apenas reprimida. ¡Te mostraré quién es una sádica!

 “Y tú, Onii-san …”

“¿Hrm? ¿Qué hay de mí?” Naiz preguntó con dudas.

Se había escondido del mundo durante décadas, así que estaba seguro de que el padre de Myu no podía saber nada de él, pero seguía preocupado.

“¡Tú debes ser Naiz Gruen! ¡Papá dijo que eras mucho mejor que las otras tres y que probablemente te costaba mucho tratar con todos ellos!”

“¿Sabes lo del nombre Gruen?” Naiz se sorprendió, pero por razones completamente diferentes a las otras tres. Gruen era el nombre del pueblo en el que nació Naiz. El pueblo que había destruido con sus propias manos. Las únicas personas vivas que debían conocer ese nombre eran sus tres camaradas.

Ahora Miledi y los demás empezaban a darse cuenta de que había algo extraño en Myu. Al mismo tiempo, Myu comenzaba a darse cuenta de que esta situación tampoco tenía sentido. Los Libertadores que sólo existían en las historias no deberían estar parados justo frente a ella. Pero aquí estaban, en carne y hueso.

¿Son falsos? ¿Otras personas fingiendo ser ellos? Pero se ven y suenan exactamente como papá dijo que lo hacían… y dijo que nadie más sabe de los Libertadores…

 Confundida, Myu dio un involuntario paso atrás.

Miledi dio un paso adelante, su expresión era seria. Pero antes de que pudiera decir algo, Myu preguntó: “¿Por qué estás viva?”

“¿¡Bwagh!?”

Miledi se derrumbó en el suelo otra vez. Pensó que Myu estaba insinuando algo como, “¿No te avergüenzas de seguir viva después de todas las cosas horribles que has hecho?”

“Lamento vivir”, murmuró Miledi abatida, de rodillas a cuatro patas.

“Wow, ¿son todos los dagones súper sádicos o algo así?”

“Así que esta niña de aspecto puro va a terminar como Meiru…”

“¿Qué se supone que significa eso exactamente, Naiz-kun? Y Oscar-kun, dilo de nuevo y te romperé las gafas.”

Viendo este intercambio, Myu se dio cuenta de que lo que dijo había herido a Miledi de alguna manera. Ella trató rápidamente de resolver el malentendido, pero Oscar dijo: “No, déjala en paz. Lo más importante es que necesitamos saber lo que tú sabes”.

Naiz y Meiru asintieron con la cabeza, mientras Miledi gemía: “¡Sean más amables con su líder!”

En ese momento, un terremoto masivo se extendió por toda la ciudad en ruinas. Era como si algo masivo estuviera tratando de salir del suelo. El aire tembló. Myu gritó cuando la onda expansiva le hizo perder el equilibrio y Meiru se acercó para atraparla. Pero antes de que pudiera, Myu fue envuelta en una luz cálida. Esa luz la llevó lentamente por el aire.

“¡Wawawah! Ah, ¿Señor Ballena?”

La ballena ligera que había estado descansando tranquilamente en la cabeza de Myu se agrandó repentinamente hasta su tamaño de dos metros y colocó a Myu a sus espaldas.

“Busca a los que pueden ayudar. Apresúrate.”

La ballena repitió su petición anterior. Su voz era tensa y temblorosa, como si dijera que había que luchar mucho por ella.

“¿Qu-Qué pasa ahora?” Miledi gritó confundida.

Mirando en dirección al castillo, vio que nubes oscuras empezaban a acumularse sobre él y que la torre arrojaba un desconocido miasma negro. La niebla negra que cubría la ciudad también se estaba haciendo más espesa. Se sentía como si el fin del mundo se acercara. Un segundo después, múltiples rayas de luz roja se dispararon a través de las nubes oscuras. En el momento en que las vio, el rostro de Myu se iluminó.

“¡Papá!”

Parecía que Myu y los Liberadores habían sido enviados a un lado del muro, mientras que Hajime y los otros habían sido arrojados al otro. Por lo que parece, estaban luchando contra algo mientras se dirigían al castillo.

“Niña del mar. No hay… no hay mucho tiempo.”

“¡Está bien! Traeré a papá ahora mismo, ¡no te preocupes!”

“¿M-Myu-chan? ¿Con quién estás hablando?” Oscar preguntó.

Parecía que sólo Myu podía oír la voz de la ballena. Aunque ahora no era el momento de explicárselo a todo el mundo. Era obvio que la ballena tenía prisa.

“¡La ballena resplandeciente! ¡Es la que los trajo aquí, Oscar-oniisan!”

“¿Ese tipo?”

Oscar le echó a la brillante ballena una mirada sospechosa, pero antes de que pudiera hacerle algo, Miledi le tendió una mano para detenerlo. No se parecía en nada al lamentable desastre que había sido hace unos segundos.

“Myu-chan. ¿Qué tenemos que hacer?”

Sólo preguntó lo que era necesario y Myu respondió brevemente: “¡Ve al castillo!”

Un segundo después, la plaza se llenó de criaturas malévolas. Como si reaccionara al deseo de Myu e intentaran detenerlos, incontables lobos, ranas y parcas rezumaron por las grietas de las paredes y el suelo. Llenaron la plaza y las calles, un verdadero muro de monstruos. Si no podían ganar en fuerza, trataban de ganar con números. Para Myu, parecía que avanzar a través de ese abrumador muro de monstruos sería imposible. Sin embargo-

“¡Adelante!” Miledi sonrió sin miedo y golpeó un puño con la palma de su mano.

¿Adversidad? ¿Situaciones desesperadas? ¿Una abrumadora diferencia en los números?

¡Eso no era nada!

“¡Muy bien, O-kun, Nacchan, Meru-nee! ¡Nuestra pequeña princesa necesita ayuda! ¡Mostrémosle lo que la magia antigua puede hacer!”

Miledi sacó su mano y aplanó la primera oleada de lobos de carne con su magia de gravedad.

“Puede ser, ya que parece que ayudarla es la mejor manera de encontrar pistas para regresar”.

Oscar se encogió de hombros y luego convocó a una gigantesca andanada de espadas encantadas que lanzó contra la masa de ranas grotescas.

“¿Qué clase de Libertador rechazaría la súplica de una niña?” Naiz sonrió débilmente y destrozó el espacio delante de ellos.

“Myu-chan es mi preciosa hermana pequeña. No hay forma de que la abandone.”

Meiru resucitó el chorro de agua que había usado antes y lo usó para barrer un manojo de parcas. En segundos, los monstruos habían sido masacrados, dejando el camino libre. Los ojos de Myu estaban tan anchos como platillos. Mientras tanto, Miledi y los demás dieron un paso al frente con confianza. Eran como caballeros que escoltaban a su joven princesa.

“Muy bien, vamos, Myu-chan”, dijo la líder de los Libertadores, mirando a Myu por encima del hombro. Myu se sintió conmovida por la amabilidad de Miledi.

“Tenemos algunas cosas que queremos hablar con tu padre. ¿Cómo se atreve a llamarme la persona más molesta del mundo? ¿¡No te refieres a la persona más hermosa del mundo!?”

Y un segundo después, estaba completamente desilusionada. Los Libertadores estaban claramente motivados por rencores personales. Incluso Meiru sonreía sádicamente ante la idea de conocer a Hajime.

“G-gracias”.

Aunque ella les agradeció, Myu pensaba en secreto, Tal vez estos tipos son inútiles después de todo… Además, lamento arrastrar a estas personas hacia ti, papá.