Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Short Stories

Capítulo 4: El Encuentro Milagroso Y La Aventura Fantasmagórica

Parte 1

Una suave brisa marina se extendía por la orilla mientras las olas se agitaban en la playa. En medio de esta pintoresca y tranquila escena, un chico solitario suspiró frustrado. Ese chico era, por supuesto, Hajime. Habían pasado cuatro días desde que él y sus amigos habían conquistado las Ruinas Hundidas de Melusine. Hajime estaba sentado con las piernas cruzadas en el porche de madera de la casa de Remia, aparentemente muy pensativo.

A juzgar por el mineral y los materiales esparcidos a su alrededor, parecía que estaba intentando crear nuevos artefactos. Y de hecho, estaba tratando de terminar dos nuevos artefactos, una aeronave y un láser de largo alcance que usaba luz solar enfocada. Sin embargo, carecía del control de maná afinado que necesitaba para crear lo que necesitaba. Además, su actual magia de creación y su habilidad de transmutación no eran suficientes para la tarea. Su falta de habilidad era la fuente de su actual frustración. O bien, era en parte la fuente de su frustración. El resto vino de…

“¡Papá, es hora de comer!”

La chica dagón que acababa de saltar del océano como un pez volador. Myu, la chica que se había encariñado mucho con Hajime en el poco tiempo que llevaban juntos. Saltó hacia Hajime, todavía goteando agua de mar. Si Hajime la atrapaba, su ropa acabaría empapada. Así que, naturalmente, él…

“Hey, ¡deja de hacer eso! ¡Estás mojando todo, Myu!”

“¡Lo siento!”

La atrapó de todos modos. Y aunque la regañaba, no parecía ni un poco enfadado.

Hajime tenía una gran debilidad por Myu.

“¿Dónde están Yue y las otras?”

“Ya están comiendo. ¡Me dieron la misión de ir a buscarte!”

Myu hinchó su pecho con orgullo. Hajime, que casi perpetuamente tenía el ceño fruncido, sonrió.

“Ya veo. Gracias, Myu. Lo hiciste muy bien.”

Delante de su hija adoptiva, su personalidad dura se desvanecía. Si los compañeros de clase de Hajime hubieran podido verlo ahora, se habrían sorprendido. Aunque les hubiera dado la espalda, aquí estaba, sonriendo cálidamente. Por su parte, Myu también era todo sonrisas. Nada le gustaba más que ser alabada por su querido padre. Por cierto, su risa le recordaba a la de Remia y se podía ver claramente que estaban relacionadas. Myu habría pasado con gusto la siguiente hora acurrucada con su padre, pero tenía una misión que cumplir. Rápidamente recuperó sus sentidos y se puso de pie. Entonces tomó la mano de Hajime y lo levantó.

“¡Date prisa, papá! ¡O la comida de mamá se enfriará!”

“Está bien, está bien, ya voy. ¿Quieres que te lleve?”

“N-No, ¡estoy en una misión!”

Myu resistió valientemente la tentación de saltar a los brazos de Hajime. ¡Qué chica tan fuerte! Hajime pensó con una sonrisa. Pero al mismo tiempo, todavía estaba luchando con cómo iba a decirle a Myu que tenía que dejarla atrás cuando reanudara su viaje. Esa era la otra razón de sus suspiros. Mientras dejaba que Myu lo arrastrara, frunció las cejas y pensó un poco más en el asunto.

El almuerzo era un asunto muy animado. Remia había hecho brochetas de carne y Myu terminó con la cara cubierta de salsa mientras las devoraba. Se sentó entre Hajime y Remia, y los dos se turnaron para limpiarle la boca mientras la reprendían por su falta de modales en la mesa. Parecían una familia perfecta. Sin embargo… “Aww, estoy tan celosa”.

“Mrrr. El lugar de Remia era mi lugar cuando viajábamos…”

Kaori y Shea miraban con celos desenfrenados, mientras que Tio se reía de ellas. Yue, por otro lado, “Quiero un hijo, quiero un hijo, quiero el hijo de Hajime”, murmuraba para sí misma como un disco rayado. Al oír las divagaciones de Yue, una ligera sonrisa se dibujó en su cara. Kaori le dio a Hajime una mirada que podía matar a seres menores y un repentino escalofrío recorrió su columna vertebral. Yue, por otro lado, sonrió triunfalmente. Kaori volvió su mirada asesina hacia Yue y las dos se acomodaron en sus habituales poses de lucha. Desde que llegaron a Erisen, las dos se habían peleado al menos cinco veces al día. En ese momento, todos estaban tan cansados de separarlas que esta vez ni siquiera lo intentaron.

“Oh Dios, qué animado… Oh sí, eso me recuerda. ¿Cómo les fue la aventura de hoy?” Pero Remia era diferente. Tenía experiencia en la crianza de niños. Ante la ira latente de

Yue y Kaori, sonrió suavemente como siempre y cambió el tema.

“Mrrr, no encontramos nada.”

Las orejas de Myu se cayeron, aunque continuó atacando su brocheta de pescado con gusto. Los últimos días, había estado guiando a Yue y a las demás a aventuras cerca de las afueras de la ciudad, pero aún no había encontrado nada interesante.

“Mmm… No pudimos encontrar el tesoro que se suponía que estaba escondido aquí cuando Erisen fue construido.”

“Aunque descubrimos bastantes cuevas”.

“Sí. Los submarinos también se veían muy bien”.

“Supongo que esto significa que seis de las siete leyendas sobre Erisen son falsas.”

Las llamadas siete leyendas de Erisen eran en su mayoría sólo cuentos populares y mitos urbanos conocidos en la ciudad. Además del tesoro escondido de la ciudad, también había historias de un fantasma que vagaba por el mar, un misterioso barco fantasma que aparecía en tiempos de niebla espesa, una ciudad escondida en el fondo del océano donde yacía el tesoro del rey pirata, y un pez con cabeza humana que se suponía que traía buena suerte. Pero por supuesto, eran solo historias. Habían sido examinadas por otros aventureros mucho antes de que el grupo de Hajime llegara aquí, así que por supuesto no encontraron nada.

“¡Lo que es real es real!” Myu respondió infelizmente. Remia le dio a su hija una sonrisa de preocupación. Myu había estado usando un montón de frases extrañas que Remia no había entendido recientemente. Después de unos segundos, Remia se giró hacia el hombre responsable de la corrupción de su hija. Hajime desvió torpemente su mirada.

“Uhh, de todas formas. No dejes que esto te deprima, Myu. Aún queda una leyenda por comprobar, ¿verdad?”

“Mhmm. El brillante océano”.

Nadie sabía de dónde venía esta historia o cuándo comenzó, pero este era el rumor más antiguo y vago de los mares occidentales. Según la leyenda, había un océano brillante que aparecía en momentos aleatorios y en lugares al azar. Era lo suficientemente grande como para abarcar de horizonte a horizonte, y supuestamente era el hogar de una criatura o persona o “cosa” de algún tipo que concedería un deseo a quien lo encontrara.

“Es una leyenda tan romántica… Si lo encontrara, podría desear que Yue se quedara varada en algún lugar.”

“Muere, Kaori…”

Yue le dio un puñetazo a Kaori. Kaori gritó de dolor y se desquitó golpeando a Yue en el estómago. Yue gritó sorprendida y rápidamente se puso en su habitual postura de combate. El segundo asalto estaba a punto de comenzar. Hajime ignoró completamente la pelea de gatas que se estaba produciendo entre las dos y se dirigió a Myu.

“No podría ir con ustedes por la mañana, pero ahora estoy libre. También he reparado el submarino, así que, ¿qué tal si hacemos que nuestra última aventura sea grandiosa? Podemos buscar todo el día y pasar la noche en el océano.”

“¿Mmm? ¿¡Una aventura de pijamas!? ¡Quiero ir!”

Por un momento Myu pareció tratar de contenerse de decir algo, pero luego sonrió y asintió vigorosamente. Remia le dio una palmadita en la cabeza y se giró hacia Hajime con una mirada expectante.

“¿Tú también quieres venir, Remia?”

“Me encantaría. Ufufu, serán unas vacaciones familiares, cariño”.

Ese comentario de Remia inició el tercer round. Yue y Kaori se arremolinaron hacia Remia, cuya sonrisa ni siquiera vaciló. ¿Por qué siempre tienes que avivar las llamas de esta manera? Hajime pensó desesperadamente para sí mismo. Pero a pesar de su desesperación, Hajime se dio cuenta de que lo estaba disfrutando. Había una ligera sonrisa en su cara mientras comía su almuerzo.

***

Esa noche, oscuras nubes raras cubrieron el cielo nocturno como un largo rastro de algodón de azúcar. El submarino de Hajime no parecía nada más que una pequeña sombra desde esa altura. Aunque lo había hecho mucho más grande cuando lo reparó después del viaje a las ruinas. También lo había encantado con magia gravitacional para convertirlo en un pseudo-autobús cuando estaba sobre el agua. Como resultado, no se vio afectado por las olas en absoluto, y Hajime y los demás pudieron disfrutar de una agradable barbacoa mientras cruzaban el mar.

“No parece que vaya a llover, pero es una pena que no podamos ver las estrellas…” Hajime murmuró mientras miraba hacia arriba, con un par de pinzas en una mano.

“Mmm… ¿Debería volar las nubes?”

“Eso suena un poco peligroso.”

Sólo Yue sugeriría alterar el clima simplemente porque lo encontraba desagradable. Los otros la miraron con perplejidad. Mientras tanto, Hajime rechazó la idea ya que sabía que le quitaría demasiado maná a Yue.

“Si hubiera podido terminar la aeronave, podríamos haber hecho un viaje entre las nubes también.”

“Papá, ¿qué es una aeronave?”

“Es una nave que vuela en el cielo”.

“¿Quieres decir que puede volar como la gente de la ciudad?” Para que conste, los habitantes de Erisen no sabían cómo volar.

“Oh, supongo que esos hombres sí que volaban, en cierto sentido. Viajaron a lo largo de un arco bastante bonito, también.”

Tio sonrió mientras recordaba el evento de hace unas horas. Cuando la gente del pueblo se enteró de que Myu y Remia iban a ir de viaje con Hajime, un grupo de ellos empezó a hablar con la pareja madre-hija. Amigos de Myu, amigos de Remia y un grupo de hombres celosos de que Hajime fuera a una cita con la mujer que les gustaba. Estos últimos habían intentado detener a Hajime a toda costa, y naturalmente, todos habían sido enviados a volar. Específicamente, Hajime los había acorralado con cables y los había arrojado al océano. Los pocos persistentes (como el alcalde de la ciudad, un noble humano designado para gobernar la ciudad por el rey de Heiligh y su personal administrativo) Hajime los había atado a misiles y los había lanzado al cielo.

“Remia-san y Myu-chan seguro que son… amadas por la gente del pueblo, ¿eh…?” Kaori murmuró en voz baja.

“Todos están celosos de Hajime-san. Pero me sorprende que haya humanos que se interesen por ti, aunque seas una mujer-bestia como yo, Remia-san.”

“Mmm… Eso es porque Remia es un demonio.”

“U-Umm, ¿Yue-san? ¿No es un poco grosero? Resulta que conozco a mucha gente gracias a mi trabajo…”

Sorprendentemente, el resplandor de Yue fue lo suficientemente poderoso como para silenciar incluso a Remia. Por cierto, el trabajo de Remia era mediar entre los humanos enviados por el reino y los dagones que vivían en la ciudad. Era una de las muchas mediadoras en la nómina de la ciudad, y en realidad era más una trabajadora a tiempo parcial que otra cosa. Sin embargo, su sonrisa característica y su comportamiento amable eran lo suficientemente poderosos para calmar cualquier situación, sin importar cuán tensa fuera. Ante su benevolencia, los prejuicios y el racismo de los humanos se desvanecieron como la niebla, al igual que el resentimiento de los dagones sobre los que gobernaban. Los residentes de Erisen confiaban en Remia no sólo para manejar las disputas oficiales, sino también para resolver conflictos entre parejas casadas y hermanos y similares.

“Recuerdo que la gente del pueblo decía que todos deseaban poder tener a una de ustedes en su casa.”

De hecho, todos en Erisen querían una Remia propia para mantener su casa en paz y orden.

“P-Por favor, no saques el tema, Hajime-san. Es bastante embarazoso…” Ruborizada, Remia llevó sus manos hasta sus mejillas.

“¡Papá! ¡Papá! ¡Todos dicen que mamá es imbatible!”

“También dicen eso de ti, ya sabes. Supongo que juntos forman la insuperable pareja madre-hija”.

La gente no llamaba a Remia imbatible porque fuera una maestra de la lucha o algo así. No, la llamaban imbatible porque no importaba lo mucho que trataran de ganarse su afecto, ella los derribaba a todos sin pensarlo dos veces. En cuanto a Myu, cada vez que alguien intentaba acercarse a ella como una forma de acercarse a Remia y decir cosas como, “¡Hey Myu-chan, llámame papi!” ella sólo respondía con “¡De ninguna manera!” y salía corriendo con una sonrisa. Como resultado, todos estaban celosos de que Remia llamara a Hajime querido y de que Myu lo llamara papá.

“Remia-san. No estás realmente interesada en Hajime-kun, ¿verdad?” Preguntó tímidamente Kaori. Yue y las demás se giraron repentinamente hacia Remia con un nuevo interés. La joven mujer dagón miró a su hija.

“Ufufu”, fue la única respuesta que dio.

“¿Qué se supone que significa esa risa, eh?”

“Tienes agallas, Remia… Es una pena que tenga que enterrarte en el fondo del océano.”

Remia desvió las amenazas de Yue y Kaori con su habitual sonrisa amable. Y así, la aventura de la barbacoa se desarrolló sin problemas. Unas pocas horas y varios combates más tarde, el grupo había pasado más allá de las Ruinas Hundidas de Melusine, que habían estado usando como punto de referencia y estaban ahora a cientos de kilómetros al oeste de cualquier masa de tierra conocida. Se acercaba la medianoche y no había nada a la vista. Aunque todos mantenían los ojos bien abiertos desde la comodidad de la cubierta del submarino, no encontraron nada fuera de lo común. Al poco tiempo, los ojos de Myu empezaron a caer. Había comido una buena cena, y el suave chapoteo de las olas combinado con la relajante brisa marina era la combinación perfecta para adormecer a alguien.

“Myu, ¿no deberías ir a…?”

“No quiero”.

A pesar de su somnolencia, Myu estaba decidida a desenterrar la verdad detrás de la última leyenda. Desafortunadamente, su cuerpo ya estaba al límite. Hajime se giró hacia Remia, sin saber qué hacer. Remia le dio a Hajime una sonrisa de preocupación y le dio una palmadita en la cabeza a su hija.

“¿Myu?”

“No”.

Aún así, Myu se negó a dormir. Se mantendría despierta por pura fuerza de voluntad si fuera necesario.

“Mmm… Myu. Yo también tengo sueño. Dormamos juntos.”

Gracias por salvarme, ¡Yue! Hajime pensó. La expresión de descanso de Yue la hacía parecer somnolienta, así que era una profesional en actuar como cansada. Sin embargo…

“¡Puedes dormir si estás cansada! ¡Yo me ocuparé del resto!” Myu respondió con una sonrisa.

“Hajime…”

“Lo siento”.

Fue realmente impresionante que Myu pudiera recordar las líneas que Hajime le había enseñado incluso cuando estaba demasiado cansada para mantenerse derecha. Desafortunadamente, Hajime no podía elogiarla exactamente mientras Yue lo miraba fijamente.

“Myu. Me quedaré despierta, así que vete a la cama. No te preocupes, si encontramos algo te prometo que te despertaremos enseguida.”

“Eso no es suficiente”.

Myu rechazó el intento de compromiso de Hajime. Estaba siendo muy terca con esta última leyenda y Hajime no podía entender por qué.

“¿Por qué no?”

“Porque si duermo, la mañana llegará.”

“……”

“Nuestra última aventura terminará”.

Myu se sentó y abrazó sus rodillas, mirando el océano iluminado por la luna. No estaba entusiasmada con la aventura en sí, sólo estaba desesperada por pasar más tiempo con todos. Cuando dijo “nuestra última aventura”, no se refería a la última leyenda de Erisen, sino a la última aventura real que disfrutaría con Hajime y los demás. Hajime no era tan denso como para no entenderlo. Además, había pasado los últimos días agonizando sobre cómo abordar este tema. Todo este tiempo el grupo había estado en la cubierta, Myu no se había ido del lado de Hajime. Incluso cuando había bajado a la cubierta para tomar alguna herramienta, ella lo seguía fielmente, como un polluelo siguiendo a su madre. Era obvio lo que estaba pensando.

“Myu…”

Hajime acarició suavemente el cabello verde esmeralda de Myu. No estaba seguro de qué hacer, si debía decirle que la dejarían ahora o dejar la discusión para más tarde. Había retrasado su partida unos días porque no estaba dispuesto a separarse de Myu, pero pensándolo bien, se preguntaba si eso no había hecho lo inevitable más difícil para ella. Al menos, no quería que su último recuerdo juntos fuera deprimente. Hajime echó un vistazo a Remia, y ella le dio una sonrisa tranquila, como para decir que confiaba en cualquier decisión que él tomara. Yue y las demás también parecían inseguras de qué decir. Como Hajime, habían pasado los últimos días intentando pensar en cómo sacar a relucir el hecho de que la dejaban atrás.

“Myu”, dijo Hajime en voz baja.

Ella se estremeció, sintiendo por el tono de Hajime que estaba a punto de decir algo serio. Lo miró tímidamente, con los ojos llenos de lágrimas. Myu era una chica inteligente; sabía lo que se avecinaba. Hajime la sentó en su regazo y la abrazó, y luego miró al océano.

“Es muy bonito, ¿verdad?”

“¿Mrr?”

“Me refiero a las nubes y al mar. Se ven muy bonitas a la luz de la luna”.

“Sí…”

La luna había alcanzado su cenit y su luz se refractó a través de las nubes raras, causando que brillaran con una luz mística. Los pocos rayos de luna que atravesaban iluminaron el océano, haciéndolo brillar.

“Nunca había visto un océano tan bonito antes”.

“¿En serio?”

Myu miró a Hajime con sorpresa. Desde que nació y se crió aquí, esto era algo familiar para Myu. Pero en la tierra, sólo la gente que trabajaba en el océano veía cosas así regularmente. Un estudiante de secundaria como Hajime no había tenido muchas oportunidades de llevar barcos a mar abierto.

“Y es gracias a ti que puedo verlo.”

“¿Lo es?”

“Sí. Estamos todos aquí porque nos invitaste a una aventura”.

“Ehehe…”

Myu se sonrojó felizmente. Pero las siguientes palabras de Hajime borraron la sonrisa de su cara.

“Juro que nunca olvidaré esta aventura por el resto de mi vida.”

“……”

La expresión de Myu se oscureció de nuevo. Debería haber estado feliz de oír a Hajime decir eso, pero fue lo suficientemente lista para saber lo que eso implicaba. Hajime esperó tranquilamente a que ella dijera algo. Estaba listo para que ella le dijera que no se fuera, o que la llevara con él. También sabía lo que le diría a ella. Pero Myu no dijo nada. Sólo se mordió el labio, evitando desesperadamente que las lágrimas de sus ojos se derramaran por sus mejillas. El doloroso silencio se extendió durante unos minutos. Finalmente, Hajime suspiró largamente y puso sus pensamientos en orden. Abrió la boca para decir lo que había que decir, pero justo antes de que pudiera hablar…

“¿Ah? ¿¡Qué es eso!?”

Una presencia masiva de repente se dio a conocer al grupo y los escalofríos corrieron por su columna vertebral.

“¡Hajime-san, mira hacia arriba!”

Hajime miró reflexivamente hacia arriba en respuesta a la voz de Shea y vio que el cielo se cerraba repentinamente. O más bien, aparecieron tantas nubes que parecía que alguien estaba cerrando una tapa sobre el cielo. En cuestión de segundos, la luna había sido tragada por la masa negra rugiente.

“Myu, Remia. No se elejen de mi lado.”

Los dos asintieron con la cabeza, con aspecto de estar preocupadas.

“Hajime-kun, hay niebla que viene de todas partes… Esto no es normal, ¿verdad?” Kaori murmuró.

“Bueno, este es un mundo de fantasía, así que por lo que sabemos, esto es normal.”

“¿Qué piensas, Hajime?” Yue preguntó.

“Alguien está detrás de esto”.

La niebla se acercó sobre el submarino, engulléndolo. Era lo suficientemente espesa como para que la gente que estaba de pie en lados opuestos de la cubierta no pudiera verse. Le recordaba a Hajime la niebla del Bosque de Haltina. Todos formaron rápidamente un círculo protector alrededor de Myu y Remia.

“¿Entonces la leyenda es real?” Shea preguntó.

“Eso estaría bien, pero no veo ningún océano brillante en ninguna parte”, respondió Hajime.

“Maestro, mira. Algo se acerca.”

La voz de Tío estaba tensa. Miró fijamente a la niebla, tratando de discernir la verdad con sus ojos de dragón, sus doradas pupilas chispeantes. Todos se giraron hacia la dirección en la que ella miraba y un segundo después, lo vieron.

“¿Qué demonios es eso?”

Una enorme sombra se abrió paso horizontalmente a través de la niebla. A juzgar por su silueta, fácilmente superaba los treinta metros de largo. Pero no hizo ningún sonido al pasar. Tampoco creó ningún viento. De hecho, ni siquiera perturbó la niebla. Casi como si no fuera real. La noche estaba tan tranquila que Hajime y las demás podían oír su propia respiración.

“¿Es una… ballena?” Kaori murmuró, su voz temblorosa. Porque por muy silenciosa que fuera la criatura,  su presencia  era inmensa. Y  eso era  lo que aterrorizaba  a todos. Incluyendo a Hajime. Mientras la criatura daba vueltas alrededor del submarino, podía ver lo que parecían aletas que sobresalían del cuerpo de la sombra, lo que apoyaba la suposición de Kaori.

“Mi Ojo de Demonio no me está mostrando nada… Hey, Tio.”

“Mis disculpas, Maestro. Pero tampoco sé nada de esta criatura”.

Tío, que siempre fue tan confiable y observadora, sacudió la cabeza, con sudor frío que le caía por la frente. De repente, su submarino se estremeció.

“¿Hajime-san? ¿¡Nos has puesto en el agua!? ¡Nos están arrastrando!”

“¿Cómo? ¡Todavía está en modo aerodeslizador!”

Un fuerte estruendo rompió el silencio que los rodeaba. Al mismo tiempo, el mar se volvió agitado y turbulento. Una poderosa corriente apareció repentinamente debajo del submarino y comenzó a arrastrarlo hacia adelante. Además, la niebla comenzó a arremolinarse alrededor del grupo como un tornado mientras la criatura desconocida giraba a su alrededor.

“¡Tch!”

“¡P-Papá. ¡No!”

Hajime alcanzó a Donner, pero Myu se aferró a él y le rogó que se detuviera.

“¿Myu?”

“Lo siento. Pero umm… ¡No creo que sea una mala persona!”

“¿Estás diciendo que…?”

Por supuesto, Myu tampoco tenía ni idea de lo que era la criatura. Pero parecía que estaba percibiendo algo de ella. Algo dentro de ella le decía a Myu que no podían hacerle daño y Hajime podía decir por la mirada sincera de sus ojos que ella creía sinceramente eso. No podía expresarlo con palabras. Mientras Hajime dudaba, su entorno continuaba transformándose. El torbellino de niebla se aceleró hasta que fueron rodeados por un muro de niebla, haciendo que pareciera que estaban en el ojo de una tormenta. Pero el cielo sobre ellos no estaba despejado, como lo estaría en una tormenta normal. También estaba cubierto por una densa niebla arremolinada. Pero en lugar de absorber el agua circundante, el huracán de niebla la alejaba, creando un cráter en el océano.

“¿Significa esto arrastrarnos al fondo del océano?”

“Es extraño… Puedo sentir el maná de todo lo que nos rodea, tanto la niebla como el agua.”

“Hajime-san, creo que estaremos bien. ¡Al menos no veo ningún futuro en el que vayamos a morir!”

Hajime le disparó a Yue una mirada. Aunque no dijo nada, fue una tarea trivial para ella leer sus pensamientos y rápidamente creó un portal de teletransportación para que todos escaparan. Pero antes de que pudiera enviar a alguien a través de él…

“¡Papá! ¡Nos está llamando! ¡Quiere que lo salvemos!”

“¿Q-Qué?”

Desafortunadamente, no hubo suficiente tiempo para procesar eso o preguntarle a Myu lo que quería decir. ¡Owooooooooooooooooooooooooooooo! La criatura soltó un aullido. Aunque no  fue  un  sonido  amenazador.  De  hecho,  casi  sonó  melódico.  Un  segundo después, Hajime y los otros estaban rodeados de luz y su conciencia comenzó a desvanecerse.

“Shi-” Yue gritó, entrando en pánico. El portal que ella había creado se dispersó a los cuatro vientos.

“¡Sujétense, todos!”

Era demasiado tarde para escapar ahora. A las órdenes de Hajime, todos se abrazaron, con Remia y Myu en el centro del círculo. El submarino cayó al fondo del océano y Hajime y las demás se desmayaron.