Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Short Stories

Capítulo 2: Recopilación De La Academia De Magia De Arifureta

Parte 1: Lecciones Especiales Después De La Escuela

Una puesta de sol ardiente hizo brillar sus rayos anaranjados en un pasillo. La luz moribunda del sol proyectaba largas sombras en todos los lugares que tocaba. En este oscuro crepúsculo que traía sentimientos de pena, seguridad y sólo una pizca de misterio, el interior de la escuela estaba tranquilo, desprovisto de gente. Sólo se podían oír los débiles sonidos de los integrantes del club deportivo que practicaban en el exterior.

Todas las puertas de las aulas que daban al pasillo estaban cerradas. Esta pacífica escuela era en realidad una academia de magia, ubicada en un cierto país de un cierto mundo paralelo. A diferencia de la mayoría, no estaba restringida sólo a los nobles y abría sus puertas a los plebeyos e incluso a los hombres bestia. Mientras se pudiera aprobar el examen de ingreso, serían aceptados. Así, esta escuela se había convertido en la mayor academia de magia del mundo.

Dentro de lo que debería haber sido un aula vacía en esta enorme escuela había dos figuras. Una era un joven con cabello blanco y un parche en el ojo. Agarraba su bolígrafo con fuerza mientras miraba su escritorio, con gotas de sudor rodando por su frente. Parecía terriblemente nervioso, como si estuviera enfrentando a una bestia feroz y tratando de encontrar una abertura para escapar.

“H-Hey, Sensei. He terminado la tarea que me dio, así que ¿puedo irme a casa ahora?” El estudiante de cabello blanco, Hajime Nagumo, explicó a la fuente de su estrés que había terminado sus lecciones suplementarias.

“Hmm, no. No has terminado todavía.” Aunque hablaba poco, la voz de la maestra tenía una sorprendente cantidad de fuerza detrás de ella. Y aunque era su instructora, parecía lo suficientemente joven para ser una estudiante. Todo en ella, desde su apariencia hasta sus acciones, tenía una sutil capa de seducción.

En realidad, ella era una vampiresa de trescientos años que era mayor que la mayoría de los adultos. Su blusa tenía un corte muy bajo y sus ojos parecían invitarte detrás de las gafas finas que llevaba puestas. Para empeorar las cosas, la forma en que cruzaba y descruzaba sus piernas con medias era demasiado atractiva. El efecto se multiplicaba aún más por su perfecta figura, su cabello rubio dorado y sus ojos rojo rubí.

“Espera, ¿por qué no? Terminé mi tarea, aunque no tenía sentido, así que apúrate y déjame ir a casa.” Hajime puso su trabajo terminado delante de Yue. Todas las preguntas fueron completadas. Sin embargo, eran las preguntas en sí mismas eran bastante cuestionables. Por ejemplo:

1.) ¿Qué clase de chica te gusta?

2.) ¿Qué piensas de las mujeres mayores?

3.) ¿Crees que el amor prohibido puede funcionar bien?

Las preguntas continuaron en esa línea. Ninguna de ellas parecía de ninguna manera relacionada con un currículum mágico. Era obvio que esta profesora sólo estaba interesada en seducir al pobre estudiante masculino sentado ante ella.

“No. Necesito comprobar sus respuestas primero.”

“¿No soy el único que podría decir si tienen razón o no? Quiero decir, no es que haya mentido sobre mis respuestas”.

“Sólo voy a asegurarme… examinando tu cuerpo.”

“Whoa, whoa, whoa, espera un minuto. Contrólate, profesora hambrienta de sexo”.

Yue se sentó a horcajadas sobre Hajime y empezó a lamerlo por todas partes. Su lujuria era verdaderamente insaciable. Levantó su falda un poco, para que Hajime pudiera ver lo que había debajo. Eso, combinado con la suave sensación de su cuerpo descansando sobre sus rodillas, sus delgados brazos acariciandole la nuca y su dulce aroma… todo empezó a abrumar su racionalidad.

Segundos antes de que Hajime se resignara a entrar en una relación ilícita con su profesora, fueron interrumpidos.

“¡El héroe acaba de llegar! ¡Detente ahí, Yue-sensei! ¡No permitiré que rompas la ley antimonopolio de Hajime Nagumo!” Con un estruendo explosivo, Shea Haulia, otra estudiante, abrió la puerta de la clase con fuerza suficiente para romperla. Hajime estaba a punto de protestar contra esta ley de la que nunca había oído hablar, pero Yue empujó su cabeza contra sus pechos y respondió a las palabras de Shea en su lugar.

“Las leyes fueron hechas para ser rotas”. Y así, la protesta de Hajime murió en su garganta. En su lugar, sólo disfrutó de la sensación de ser asfixiado entre los pechos de Yue.

“Nnngh, testaruda como siempre, ¡ya veo! ¡Entonces supongo que tendré que hacer las cosas de la manera difícil! ¡Fortalecer el cuerpo, a toda potencia! ¡Recuperaré a Hajime por la fuerza si es necesario!”

“Hmph. Las niñas malas necesitan ser castigadas. Prepárate para ser desterrada al reino de los espíritus”.

“¡Como si fueras una para hablar! ¡Haré que te despidan por atreverte a ponerle la mano encima a uno de tus alumnos!”

Un momento de tenso silencio pasó entre ellos. La estudiante becada de la escuela y más fuerte fortalecedora corporal del campus estaba a punto de enfrentarse a la profesora de magia más renombrada de toda la academia. La presión ejercida para ambas fue suficiente para hacer que el pacífico salón se sintiera como un infierno.

Dándose cuenta de que tenía que hacer algo pronto o habría un baño de sangre, Hajime se desenredó de las tetas de Yue. Sin embargo, a pesar de su esfuerzo, Yue simplemente apretó sus muslos a su alrededor y le empujó el pecho a la cara. Hajime sintió que su mente se quedaba en blanco. Era inútil en este estado. Yue extendió una mano, mientras que Shea se acomodaba en una postura de artes marciales. Parecía que un choque entre ambas era inevitable. Y aún así, justo antes de que empezaran a luchar…

Whoosh. Incontables cruces de luz los atacaron a las dos. Yue y Shea cambiaron instantáneamente su enfoque, listos para vencer este ataque sorpresa con magia y puños, pero en el momento en que cambiaron su atención, cadenas de luz se abrieron paso hasta las piernas de Hajime y Yue. Las cadenas separaron a los dos por la fuerza. Yue fue arrojada descuidadamente a un lado, mientras que Hajime fue cuidadosamente llevado a la puerta del aula.

“Hajime-kun, ¿estás bien?” Liberado del tentador abrazo de Yue, Hajime se encontró una vez más envuelto en algo suave en el momento en que fue liberado de las cadenas.

Un tipo diferente de dulce aroma entró en sus fosas nasales, y cuando levantó la vista encontró a una estudiante familiar que le sonreía amablemente. Kaori Shirasaki. Hajime abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpido una vez más.

“Aahn. H-Hajime-kun, eso hace cosquillas.” Kaori se ruborizó e intentó retorcerse en una posición más cómoda.

Entonces déjame ir, pensó Hajime, pero entonces las cadenas de luz los envolvieron a ambos y se dio cuenta de que Kaori no tenía intención de dejarlo ir nunca. Ella no había venido aquí para salvarlo, sólo para alejarlo de las otras personas.

“Ya veo. Tienes agallas, Kaori. Te enviaré al reino espiritual también, así que mejor que estés lista para hacerte amiga de Shea.”

“¿No crees que una profesora que agrede a sus propios estudiantes necesita más asesoramiento que nosotras?”

“Dejemos la charla inútil. Las derrotaré a las dos y luego reclamaré mi premio”.

Grandes cantidades de maná comenzaron a arremolinarse alrededor de las tres chicas más hermosas de la escuela mientras se miraban fijamente. Pilares de luz dorada, zafiro y blanca se elevaron tan alto que atravesaron el techo de la escuela y ascendieron a los cielos.

Luego, con un ruido atronador, una sección del edificio de la escuela fue destruido. Los sonidos de la batalla resonaron por todo el terreno. Los pocos estudiantes que quedaban en la escuela dejaron de hacer lo que estaban haciendo por un instante, pero cuando vieron de qué colores eran los pilares de luz, dijeron “Otra vez en lo mismo, ¿eh?” y reanudaron las actividades del club que estaban realizando.

Unos minutos y muchas explosiones más tarde, el joven se las arregló para evitar que el trío peleara. Hubo una chispa carmesí brillante, y el edificio de la escuela fue restaurado a como había estado antes. Los que asistían a esta academia ya estaban acostumbrados a que esto ocurriera. Entre las muchas academias de magia que existían en este mundo, éste era sólo otro día normal para una de ellas.