Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Short Stories

Capítulo 1: Recopilación De Desviación

Parte 7: La…¿Coneja No Tan Inútil?

“Muy bien, Hajime-san, Yue-san, la comida está lista.” El apetitoso aroma de la comida cocinada llegó a sus fosas nasales cuando Shea sacó la olla de comida de la fogata y llamó a Hajime y Yue. Habían acampado hace poco y Shea acababa de terminar de cocinar.

“Así que parece que hoy vamos a tener pot-au-feu.”

“Sí. Se ve delicioso”.

Hajime y Yue se arrastraron fuera de su tienda. El guisado estaba lleno de deliciosas verduras y había una barra de pan recién horneada para acompañarlo. Aunque era un plato sencillo, el sabor y la textura eran sobresalientes. Cierto, carecía del brillo que podría tener la comida de un restaurante de cinco estrellas, pero tenía la calidez de una comida casera. Verdadera cocina casera, se podría decir.

La comida de ayer fue un bistec de hamburguesa, el día anterior verduras fritas y el día anterior, bollos de carne. Todos cocinados casi a la perfección. Cuando Yue y Hajime se dedicaron de pleno a comer, Shea tarareó suavemente mientras limpiaba los platos. Luego, usó el agua sobrante para lavar la ropa. Lavó sus ropas con un cepillo hecho de una corteza suave que se encontraba en el mar de árboles. Incluso hizo un detergente con plantas en polvo. Una vez que terminaba, escurría la ropa y la colgaba junto al fuego para que se secara. La ropa demasiado rota para volver a usarla la cosía en trapos de tela, que luego usaba para limpiar el interior de la tienda. Después de eso, reparaba la ropa que sólo había sido ligeramente desgarrada o deshilachada.

“Shea es muy buena haciendo las tareas domésticas.” Hajime murmuró en voz baja mientras comprobaba sus armas. Yue saltó de golpe. Quería decir que ella también podía hacerlo, pero se mordió la lengua. De hecho, ya había intentado ayudar con las tareas antes, usando su magia del agua para limpiar la ropa o su magia del viento para barrer la tienda, pero todo lo que se había ganado era una reprimenda de Shea, de entre toda la gente. Naturalmente, su cocina también era deficiente. Yue podía coser, pero no tan bien como Shea. Un repentino escalofrío recorrió su columna vertebral.

“Espera… ¿no significa eso que Shea es mejor que yo en las tareas domésticas?”

“¿Eh? Yue-san, ¿hay algún problema?” Desconociendo la situación de Yue, Shea simplemente inclinó su cabeza con confusión. Sus manos continuaron cosiendo todo el tiempo, arreglando las cicatrices de batalla que la ropa del grupo había sufrido. No había manera de que Yue pudiera competir contra eso. Unas horas después, Yue se encontró en un rincón de la tienda, abrazando sus rodillas y sollozando suavemente en silencio…