Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Short Stories

Capítulo 1: Recopilación De Desviación

Parte 4: El Descenso De La Santa Diosa Al Paraiso

La abundancia de mercancías que cubría cada estante y librería hacía que el interior de la tienda se sintiera bastante apretado, a pesar de la gran cantidad de espacio del suelo. En el fondo, sonaba una popular canción de anime, lo suficientemente fuerte como para ser escuchada pero no lo suficiente como para ser molesta. Esta tienda era famosa en todo el país por su selección de anime, manga y otros productos similares.

Naturalmente, el interior de la tienda estaba lleno de peregrinos que hacían el viaje a esta tierra santa. La mayoría de ellos podían ser clasificados como “guerreros” o “caballeros”. Algunos de ellos habían traído a sus amigos también y la tienda estaba llena de discusiones acaloradas sobre quién era la mejor chica o cuál era el anime de la temporada.

Dentro de ese eterno campo de batalla existía un único santuario de paz y tranquilidad. En la parte trasera de la tienda había una sección especial atada detrás de un par de cortinas. Un gran letrero de “No se permiten menores” estaba impreso en cada cortina. Como uno puede haber adivinado, era la sección de adultos de la tienda.

No importaba lo duro que fuera un veterano, sus voces naturalmente se callaban al entrar, e instantáneamente comenzaban a preocuparse por las miradas de los demás a su alrededor. Incluso la canción del anime que sonaba de fondo parecía ahogada en un terreno tan sagrado.

Sin embargo, hoy en día, esa tranquila atmósfera fue abruptamente destrozada.

“E-Espera, Kaori. ¡No puedes entrar ahí!”

“P-pero Shizuku-chan…”

Las voces de dos chicas interrumpieron el silencio. Su tono claro y agudo sonaba como el sonido de una campana. Los guerreros que había dentro dejaron de hacer lo que estaban haciendo y se asomaron tímidamente por detrás de sus estantes. Había un solo dedo delgado y femenino asomando desde detrás de las cortinas.

Los hombres presentes pensaron simultáneamente, “Espera, no me digas que ella va a entrar aquí. ¡Maldición, eso significa que no hay salida!”

“No hay peros. La versión para todas las edades está agotada, así que déjalo ya.”

“Pero… La compañía del padre de Nagumo-kun hizo este juego. ¿Y si Nagumo-kun también jugó a la versión del juego de más de 18 años?”

“M-Mira aquí. Querías conseguir este juego para tener algo de lo que hablar con Nagumo-kun, ¿verdad? ¿Piensas hablar de las escenas de sexo con él en clase o algo así? Creo que es más probable que corra en la dirección opuesta si lo intentas. Aunque tal vez no por las razones que crees.”

Con el fin de tener algo de que hablar con la persona que le gustaba, Hajime Nagumo, Kaori vino hoy aquí para comprar el juego que el padre de Hajime había producido. Sin embargo, debido a su abrumadora popularidad, la versión para todas las edades ya se había agotado en todas partes y sólo quedaban unas pocas copias de la versión para mayores de 18 años. E incluso eso fue sólo porque algunas de las tiendas habían pedido accidentalmente más stock del que tenían previsto.

Considerando su edad, Kaori no podría comprar la versión 18+ de todas formas, pero por muy directa e intrépida que fuera, seguía decidida a intentarlo.

“Lo sé. Pero aún así… ¡no intentes detenerme Shizuku-chan! ¡A veces una chica tiene que hacer lo que una chica tiene que hacer!”

“Sí, pero este no es el momento. ¡Oye, no, espera, detente!”

Hubo una toma de aliento colectiva cuando los guerreros vieron a una chica atravesar las cortinas. Por un momento, todos se quedaron sin palabras, pero luego comenzaron los murmullos.

“Mierda, está buena…” y cosas por el estilo.

Lo primero que vio Kaori al entrar en la sección de mayores de 18 años fue un póster en escala real de una chica con poca ropa. Se sonrojó hasta las puntas de sus oídos y luego miró rápidamente hacia abajo cuando vio la mirada atónita de todos los hombres del lugar centrada en ella. Shizuku, que estaba de pie detrás de ella, la agarró del brazo e intentó sacarla. Sin embargo, Kaori no se dejó disuadir y con su equivocada resolución dijo, “¡No voy a perder aquí!” antes de dar otro paso hacia el santuario prohibido.

Shizuku siguió intentando desesperadamente hacer retroceder a Kaori, pero estaba demasiado avergonzada para poder utilizar mucha de su fuerza. Y así, fue arrastrada sin querer detrás de Kaori, como una niña perdida en otro mundo.

“¡Ah! ¡S-Shizuku-chan, lo he encontrado!”

“¿Q-Qué? ¿Puedes por favor dejar de arrastrarme más adentro?”

Sin prestar atención a sus súplicas, Kaori continuó arrastrando a Shizuku que tenía lágrimas en los ojos, más profundamente en la tierra sagrada hasta que llegó al juego que buscaba. Cuando lo tomó y miró la cubierta, Shizuku de repente soltó un chillido avergonzado. La razón, por supuesto, es que había muchas chicas en sugerentes poses pegadas en el frente.

Shizuku rápidamente desvió su mirada, pero Kaori volteó tranquilamente la caja para ver lo que había en la parte trasera. Mientras examinaba las ilustraciones, dijo algo terriblemente vulgar sin pensarlo mucho.

“¿H-Huh? Shizuku-chan, ¿no crees que esta chica se parece mucho a ti?”

“¿Qué? ¡No seas ridícula! ¡Nunca me pondría a cuatro patas con el trasero sobresaliendo así!”

Shizuku, diligente como siempre, se aseguró de mirar realmente antes de contestar, aunque la hizo sonrojarse de rojo brillante. Sin embargo, su voz había sido un poco más fuerte de lo previsto y de repente hubo una ráfaga de rojo cuando alguien se derrumbó detrás de un estante. A esto le siguió un grito agudo de “¡No te mueras, hombre! ¡Maldición, la hemorragia no se detiene!” Parecía que alguien tenía una imaginación un poco exagerada.

“Además, ¿no crees que esta chica se parece mucho a ti, Kaori?”

“¡No puede ser! ¡Nunca haría algo tan vergonzoso como ponerme encima de un hombre con ese aspecto!”

Otra fuente roja saltó cuando un segundo hombre se derrumbó detrás de otro estante.

Un segundo después alguien gritó: “¡Médico! ¡Necesito un médico!”

Fue entonces cuando un salvador descendió entre el grupo de guerreros endurecidos. “Disculpe, señorita. Lo siento, pero necesita tener al menos 18 años para comprar estos artículos. ¿Puedo pedirle amablemente que se vaya?”

Fue la llegada del gerente. El gerente de treinta y tantos años había decidido que sería malo para el negocio si una parte de su tienda se convertía en una montaña de cadáveres y había elegido sabiamente interferir. Los guerreros que quedaban estaban seguros de que su autoridad sería suficiente para disuadir a las dos intrusas.

Sin embargo, su oponente era más fuerte de lo que cualquiera de ellos se había dado cuenta. Shizuku inclinaba furiosamente la cabeza en señal de disculpa, sus palabras se ahogaban en lágrimas, mientras intentaba arrastrar a Kaori fuera de la sección. Sin embargo, Kaori no fue rechazada tan fácilmente. Incluso con lágrimas en la cara, le tiró la caja del juego al gerente y le hizo una petición.

“Me gustaría comprar esto, antes que nada”.

La expresión del gerente vaciló e intentó insistir en que había que tener dieciocho años para comprar este producto, pero Kaori respondió con un inesperado contraataque.

“¡Es para mi padre!”

¿Qué clase de padre haría que su hija comprara su porno? Todos los presentes pensaron lo mismo. La propia Kaori debió darse cuenta de lo endeble que era la excusa, mientras continuaba diciendo cosas como “¡Es su regalo de cumpleaños!” y “¡Ibamos a jugar juntos!” Sus excusas sólo empeoraron las cosas, sin embargo. En ese momento Shizuku estaba tan avergonzada que enterró su cara en sus manos, deseando estar muerta. Finalmente, Kaori terminó las cosas con un “Por favor, ¿no me dejará comprarlo?” Con sus ojos de cachorrito y sus súplicas, el gerente llegó a sus límites.

“Discúlpeme un momento”. Eso fue todo lo que dijo el gerente antes de correr detrás de un estante y soltar una hemorragia nasal terrible. Era tan otaku como cualquier otro allí y por lo tanto muy susceptible a los encantos de Kaori. Se podían oír los lamentos de “¡Jefeeeee!” de los pocos guerreros que aún quedaban en pie.

Ese día, en su búsqueda por comprar solo un solo juego, Kaori apiló una montaña de cadáveres tanto de clientes como de empleados de la tienda.