Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Short Stories

Capítulo 1: Recopilación De Desviación

Parte 29: Calor Inolvidable

Una solitaria y pequeña figura estaba de pie en uno de los muelles de Erisen al atardecer, disfrutando de la brisa marina. Como Erisen estaba rodeada por el océano, había muelles en cada extremo de la ciudad. Sin embargo, el muelle al que siempre llegaba esta figura era el que daba al continente. Y siempre se quedaba allí durante horas, buscando desesperadamente en el mar. Como si pensara en alguien. Como si esperara a alguien. En silencio, completamente sola, la figura miraba. Esa figura era, por supuesto, nada menos que la pequeña Myu. Y era sorprendentemente famosa dentro de Erisen. La gente ya la había conocido antes, ya que era la hija de la bella Remia, pero después de cierto incidente reciente, su fama había crecido.

Hoy, para sorpresa de los espectadores, Myu se sentó al borde del muelle. Normalmente se quedaba allí de pie, así que naturalmente, los otros residentes estaban un poco preocupados.

“¿Crees que Myu-chan está bien?”

“Ha estado así todos los días desde que esos tipos se fueron”.

“Maldito sea ese mocoso de cabello blanco. ¡Cómo se atreve a poner triste a Myu-chan!”

“¡Tu lo haz dicho! Estoy tan celoso de que Myu lo llame… quiero decir, no puedo creer que la haya dejado, aunque ella lo llame papá.”

“Sí, ese tipo es una vergüenza para los padres de todas partes. Si yo fuera el padre de Myu, nunca la dejaría sola así. De hecho, tal vez debería convertirme…”

“Sí, claro, no hay manera de que Remia se case con un tipo como tú. ¡Apenas ganas dinero, vago! ¡Conoces tu maldito lugar!”

“Sé que es verdad, pero ¿no puedes ser más amable al respecto, amigo? ¡Me estás haciendo daño!”

El joven Dagon que deseaba ser el nuevo padre de Myu suspiró con desesperación y desapareció en el mar. Quería ir a algún lugar a llorar en paz. Los otros dagones lo ignoraron y recordaron a Hajime. El hombre que había aparecido de repente en Erisen y el hombre que Myu llamaba papá. Peor aún, Remia no parecía estar muy en contra de casarse con él. Los hombres que habían estado peleando entre ellos para ganar el derecho a proponerle matrimonio a Remia se sorprendieron al saber que estaba considerando volver a casarse con un extraño. Dios, odiaban a ese mocoso de cabello blanco que llevaba un parche en el ojo.

No sólo había destruido uno de sus muelles con un solo golpe de su pie, sino que había traído un harem entero con él. Una de los cuales era un legendario dragón negro. Además, usó su abrumador poder para intimidar a cualquiera que lo molestara, aunque fuera un poco y no dudaba en disparar a la gente con balas de goma.

“Cielos, ese tipo daba miedo…”

“Sí, hablar con él me quitó unos cuantos de vida”.

“Sí, si te quejabas, aunque sea un poco cerca de él, se enojaba. Qué imbécil.”

“Ni que lo dias. Todo lo que hicimos fue tratar de hacer trampas para que se cayera, o hacer agujeros en su traje de baño. Eran sólo bromas inofensivas, pero se enojó demasiado con nosotros.”

“Traté de alimentarlo con pescado podrido y me lanzó una descarga eléctrica tan fuerte que me hizo cruzar la ciudad volando. ¡No puedo creer que tenga tan poco temperamento!”

Hajime les había enseñado lo aterrador que podía ser, pero los chicos intentaban superar su miedo a él insultándolo. Ninguno de ellos se dio cuenta de que las mujeres de Erisen los miraban con asco. Ni tampoco se dieron cuenta de que cierta chica joven los había estado escuchado.

“¿Están hablando de papá?”

“¿Whoaaa?”

“¿Myu-chan? ¿¡Cuánto tiempo has estado escuchando!?”

Los chicos se sorprendieron mucho. Myu miró a los hombres con una sonrisa inocente, la misma sonrisa que había encantado a todo Erisen. Pero a pesar de lo linda que se veía, había algo aterrador en su expresión.

“¿Qué decías sobre papá?” Myu preguntó de nuevo y los hombres dudaron. Por supuesto, ninguno de ellos se atrevería a insultar a Hajime delante de Myu. Pero tampoco querían alabar al hombre que había robado a su amada Remia.

Trataron de encontrar una manera de cambiar el tema, pero antes de que pudieran, Myu dijo, “¡Oh, lo sé! ¡Estabas hablando de aquella vez que intentaste luchar con papá, pero te mandó a volar sin siquiera mirarte! ¡Eso fue súper divertido!”

“¡Gah!”

El hombre que había sido enviado a volar se agarró el pecho, con su orgullo hecho trizas.

“¿Eh? ¿No hablabas de eso? Oh, ¡entonces lo sé! Hablabas de la vez que intentaste hacerle una broma a papá y te enviaron a volar, ¿verdad? ¡Eso también fue gracioso! ¡Incluso mamá se rió de ustedes! ¡Ella dijo que eran ‘lamentables’!”

“¿¡Bwagh!?”

“¡Eeeeeeek!”

Los tipos que intentaron hacerle una broma a Hajime también se agarraron el pecho. Aún sonriendo, Myu continuó matando a tiros a los jóvenes Dagon. Los hombres cuyo orgullo no había sido destrozado, retrocedieron lentamente, con sudor frío cayendo por su espalda. Pero Myu no tenía intención de dejar escapar a su presa. Dio unos pasos hacia delante y los hombres empezaron a temblar. Su querido padre le había enseñado a no mostrar piedad a sus enemigos.

“Hmmm, ¿pero qué significa ‘lamentable’?”

Myu ladeó la cabeza con curiosidad y luego miró a los hombres que había bajado o perseguido hasta una esquina del muelle. Después de verlos a todos temblar de miedo, asintió con una sonrisa.

“¡Ya lo tengo! ¡Significa que eres patético, como lo era tu tío!”

La palabra “patético” resonaba en la mente de los hombres una y otra vez. Cualquiera que quedara en pie se desplomaba en el suelo, derrotado. Todos los hombres parecían aplastados. Una niña de cuatro años los acababa de llamar patéticos. No es de extrañar que sus espíritus se hubieran destrozado.

Myu se acercó a los hombres derrumbados y los pinchó con su dedo. Hajime le había enseñado a no bajar la guardia hasta estar segura de que sus enemigos habían sido destruidos.

“No reaccionan. ¡Como un cadáver!”

Aún sonriendo, Myu se giró sobre su talón y salió trotando. Todo lo que quedaba en el muelle era un montón de cadáveres y la agradable brisa marina. Aunque las mujeres que miraban no simpatizaban con los hombres en lo más mínimo, no podían evitar temblar un poco. Antes de ser secuestrada, Myu había sido una chica bastante mimada, que lloraba fácilmente y se sentía sola a menudo. Pero ahora había destruido emocionalmente a un grupo de hombres adultos. Estaban seguras de que había crecido.

Mientras Myu corría de regreso a casa, la gente en la calle la llamaba.

“¡Yo, Myu-chan! ¡Estás muy enérgica hoy!”

“Oye Myu-chan, ¿quieres un caramelo?”

“¡Ah, Myu! ¡No corras, es peligroso!”

Todos ellos fueron amables con ella a su manera. Aunque Myu no disminuyó la velocidad, se aseguró de responder a todos los que la saludaron. Los modales eran importantes, después de todo.

Como con todos los demás hombres bestia, la comunidad Dagon estaba muy unida. Todos amaban a todos los hijos de Erisen como si fueran suyos. Sin embargo, Myu fue bañada con más afecto que los otros niños. Parte de la razón era que había sufrido una experiencia traumática después de ser secuestrada, pero la razón principal era que Myu era sólo una niña amigable. Siempre sonreía a los demás y a pesar de su tendencia a llorar con facilidad, era sorprendentemente fuerte. Tenía un don natural para atraer a la gente. El sol casi se había puesto cuando Myu regresó a casa y podía oler la cena.

“¡He vuelto!”

“Mi, bienvenida a casa, Myu. ¿Fuiste al muelle otra vez hoy?” Remia le preguntó a Myu con una sonrisa.

Myu asintió, luego se tambaleó hacia el mostrador y levantó la cabeza para ver qué había en los platos. Parecía que la cena de hoy era ensalada, sopa y brochetas de carne. Sus ojos brillaron mientras disfrutaba del festín que le esperaba.

“Todavía tengo que asar la carne, pero ¿quieres comer ahora?”

“No podemos hacer eso mami. Necesito tomar un baño primero”.

“Wow, ¿es así?”

Myu asintió con la cara seria y Remia sonrió.

“Te gustan mucho los baños, ¿verdad, Myu?”

“¡Los baños son el mayor invento de la humanidad!”

“Ufufufu. Ya veo.”

Considerando las grandes palabras que Myu acababa de usar, Remia no tenía dudas de que era uno de los dichos de “papá”. Por cierto, los dagones rara vez se bañaban. Estaban más acostumbrados a las duchas. Como sus cuerpos estaban adaptados a nadar en el océano, no les importaban las temperaturas frías. Mientras que el agua más caliente podría sentirse un poco mejor, los beneficios marginales no valían el tiempo y el esfuerzo. Sin embargo, la casa de Remia contenía una bañera. El genio sinergético Hajime había construido uno para su amada hija. La bañera era de alta tecnología y se llenaba de agua caliente en menos de un minuto.

Madre e hija se quitaron la ropa y se metieron en la bañera. El agua caliente curó a la pareja, lavando el cansancio del día. Remia suspiró contenta mientras dejaba que su cuerpo se empapara. Si alguno de los admiradores de Remia la hubiera visto entonces, sin duda le habría sangrado la nariz. Por otro lado, Myu saltó con entusiasmo a la bañera y salpicó.

“¡Uf, eso da en el clavo!”

“Oh cielos…”

Remia no dudó que ese estilo de frase bastante anticuado era algo que Myu también había aprendido de Hajime. La forma en que Myu se sentaba en la bañera recordaba cómo los viejos se relajaban también, y aunque Remia intentó enseñar a su hija mejores modales en el baño, no tuvo mucho éxito. Una vez que el dúo terminó su baño, Myu corrió al frigorífico que Hajime había transmutado para ellas y tomó una botella de leche. Naturalmente, extendió sus piernas y bebió la botella de una sola vez, como era costumbre. Cuando terminó, tenía un pequeño bigote de leche en la cara.

“¡Pwah! ¡Esto es para lo que vivo!”

“Oh Dios, esto podría ser un gran problema.”

Parecía que Myu había adquirido una tonelada de malos hábitos de Hajime. La sonrisa de Remia se hizo más severa, pero decidió dejar de dar sermones a su hija para después de la cena. Terminó de asar la carne mientras su hija esperaba impaciente la cena. Como la cena de hoy eran brochetas de carne, la carne tenía que ser puesta en la brocheta antes de que Myu estuviera dispuesta a comerla. Una vez que Remia había ensartado la carne a satisfacción de Myu, la niña comenzó a comer como un lobo hambriento.

“¡Los pinchos después de un baño son una de las mayores alegrías de la vida!”

La sonrisa de Remia volvió a ser severa. Necesitaba hablar con Hajime cuando él regresara. Aunque aprobaba a Hajime, no aprobaba los hábitos que le enseñaba a su hija.

***

Pero para Myu, este ritual nocturno era su forma de recordar. Recordando el día en que Hajime la había salvado de esos crueles esclavistas y el día en que había experimentado este calor por primera vez. Nunca lo olvidaría por el resto de su vida. Tampoco olvidaría la fuerza y la bondad de su querido papá y sus queridas “onee-chan”.