Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Short Stories

Capítulo 1: Recopilación De Desviación

Parte 17: No Me Llames Diosa!

“¡Whoa, mira eso! ¡Es la Diosa de la Fertilidad!”

“Pensar que ella visitaría nuestro humilde pueblo…”

“Su amabilidad no tiene límites. He oído que se enfrentó a un ejército de 60.000 monstruos sólo para salvar la ciudad de Ur.”

“No sólo está mejorando nuestras vidas, sino que está arriesgando la suya para protegernos. Aunque es un poco diferente de lo que esperaba. Pensé que sería más… adulta y hermosa”.

“Eso es lo que la hace una diosa tan asombrosa. Aunque es bajita, sigue trabajando muy duro por nuestro bien. Esto puede ser grosero, pero honestamente creo que es bastante linda”.

“Sé lo que quieres decir. Puede que sea una diosa, pero honestamente, me recuerda a una ardilla bebé. Sólo quiero abrazarla”.

“Oh, ¿tú también? Sé que es grosero pensar esto de una diosa, por lo que no lo dije antes… pero es muy linda. Quiero llevarla a casa y cuidarla”.

“Personalmente, quiero darle un gran abrazo. La sentaría en mi regazo y la admiraría todo el día.”

“Sólo quiero cuidarla”.

Los aldeanos hablaban tan fuerte que era difícil de creer que incluso trataban de evitar que Aiko los escuchara. Aiko se sonrojó y trató de no decir nada. Había pasado algún tiempo después del incidente de Ur, y Aiko había oído las mismas cosas de cada pueblo que habían pasado en su camino de regreso a la capital. Gracias al pequeño plan de Hajime, todos pensaron que era Aiko la diosa de la fertilidad la que había salvado el pueblo de Ur.

Las historias se habían extendido como el fuego y su nombre ya era conocido en todo el reino. Había acelerado su fama asegurándose de mejorar las condiciones agrícolas de cada uno de los pueblos en los que se detenía en el camino de regreso. Aunque eran sus propias acciones las que la hacían parecer tan entrañable y hacía que los aldeanos pensaran que era adorable.

A pesar de su pequeña apariencia, Aiko tenía 25 años. Era independiente, trabajaba y contribuía a la sociedad. No le gustaba que la trataran como a una diosa, ni que la trataran como a una niña. Miraba con rabia a los aldeanos, pero tenía el efecto opuesto a lo que pretendía.

“¡Ah, la diosa nos miró! ¡Todos saluden a la diosa de la fertilidad! ¡Vamos todos, saluden conmigo!”

“¡Todos saluden a nuestra diosa! ¡Todos saluden a la Diosa de la Fertilidad!”

Ahora la animaban en las calles. Lágrimas de vergüenza brotaron en los ojos de Aiko.

“¡Todos ustedes, mi nombre es Aiko! ¡Aiko Hatayama! ¡Por favor, dejen de llamarme diosa!” Aiko había tratado de evitar que la gente la llamara diosa dondequiera que fuera, pero no tuvo éxito.

“Qué humilde… Pensar que nos permitiría a los pobres aldeanos llamarla por su nombre…”

“Su bondad no tiene límites… Nunca me he sentido tan conmovido en mi vida.”

“¡Todos saluden a nuestra Diosa de la Fertilidad!”

“¡Todos saluden a nuestra amable y misericordiosa diosa de la fertilidad!”

Temblando de emoción, los aldeanos continuaron animando a Aiko. Sus palabras sólo sirvieron para profundizar su fe en ella.

“Grrrrrr, ¿qué tengo que hacer para que usen mi nombre real? ¿Están tratando de matarme con vergüenza? ¿Son todos los aldeanos sicarios que quieren acabar con mi vida?” Aiko estaba tan avergonzada que ni siquiera podía pensar con claridad, por lo que estaba considerando seriamente la posibilidad de que todos los aldeanos fueran sicarios.

David y el resto de los guardias de Aiko trataron de animarla, pero no podían ocultar su propia felicidad por lo popular que se había vuelto su diosa. Sus intentos obviamente poco sinceros de hacerla sentir mejor sólo hicieron que Aiko se sintiera más deprimida.

“Umm, Ai-chansensei. Somos los camaradas del héroe, y los guerreros de Ehit, así que siempre destacaremos sin importar a dónde vayamos. No deberías preocuparte tanto por la atención.”

“Sonobe-san… No me importa la atención. Bueno, a en verdad sí, pero no hay nada que podamos hacer al respecto. ¡Es difícil actuar como un adulto cuando todos a tu alrededor te llaman diosa!”

Inmediatamente, David y los otros caballeros comenzaron a decirle a Aiko que no era tan vieja y que era demasiado linda para parecer adulta. Aiko los ignoró.

“Vamos, Vamos, Ai-chansensei. Su fama como la Diosa de la Fertilidad se estaba extendiendo incluso antes de Ur. Todo lo que hizo fue acelerarlo un poco.” Atsushi y los demás asintieron con la cabeza.

“Supongo que tienes razón, pero aún así…” Aiko no quería aceptarlo. Todos los estudiantes la miraban con una mezcla de lástima y diversión. Ella decidió huir a su posada, tratando de escapar de las miradas de los aldeanos, pero antes de entrar, los oyó hablar de otra persona.

“Por cierto, ¿qué clase de persona es la Espada de la Diosa? He oído que tiene el cabello blanco y lleva un parche en el ojo…”

“Bueno, los únicos que son fuertes aparte de los caballeros son los guerreros de Ehit, pero he oído que él no era uno de ellos.”

“¿Estamos seguros de que tiene el cabello blanco y usa un parche en el ojo?”

Parecía que no sólo la fama de Aiko había empezado a extenderse, sino también la de Hajime. La Espada de la Diosa era tan conocido como la misma Diosa de la Fertilidad ahora. Los oídos de Aiko se animaron cuando oyó mencionar el título de Hajime. Miró por la calle mientras escuchaba subrepticiamente su conversación. Yuka y los otros estudiantes también forzaron sus oídos. Ahora que el tema había sido mencionado, los aldeanos estaban ansiosos por compartir todos los rumores que habían oído sobre Hajime.

“Eso es cierto. Después de todo, no hay muchos chicos de cabello blanco y con parches en los ojos que anden por ahí.”

“Escuché que derribó a todos los monstruos voladores con una lanza de luz y destruyó el resto con una lluvia de meteoritos”.

“Suena increíble. Pero si es la Espada de la Diosa, ¿cómo es que no la está protegiendo ahora mismo? Ese grupo de guerreros de Ehit lo está haciendo”.

Él ciertamente se veía asombroso aquella vez, Aiko y los estudiantes pensaron para sí mismos. Incluso David y los otros caballeros tuvieron que admitir a regañadientes que Hajime había luchado espléndidamente. Aunque eso no significaba que les gustara todo lo que había hecho.

Los aldeanos se preguntaban por qué Hajime no protegía a Aiko como lo haría la espada de una diosa. Uno de ellos habló, ofreciendo una posible explicación.

“Ahora que lo pienso, escuché algo de un comerciante que se alojaba en la misma posada que la Diosa. Aparentemente su espada tenía muchas mujeres en su grupo y trataban de luchar con la Diosa por su amor. ¿Tal vez sintió que sería incómodo si se quedaba?”

Aiko tosió sorprendida, desviando rápidamente su mirada.

“Espera, ¿qué? ¿¡La Diosa y su espada son amantes!?” En poco tiempo, la historia se había descontrolado por completo. Según los aldeanos, Aiko y Hajime ahora eran amantes, y él había tenido que dejarla porque otra mujer se había interpuesto entre ellos.

“P-Perdónenme, todos. ¡Por favor no difundan rumores sin fundamento! ¡Soy una profesora y él es mi estudiante! ¡No tenemos esa clase de relación ilícita!”

Los caballeros de Aiko se acercaron a los aldeanos con una mirada oscura en sus ojos, pero antes de que pudieran hacer algo, ella habló. Desafortunadamente, la desesperación en su voz hizo que pareciera que sólo estaba tratando de ocultar la verdad y lo que acababa de ser un rumor se consolidó como un hecho en la mente de los aldeanos.

“Oh sí, no quería decir esto porque podría ser grosero, pero escuché de mucha gente que después de la pelea, la diosa y su espada, bueno, ya sabes”.

“S-sí, yo también lo he escuchado. Que compartieron un apasionado beso en la plaza del pueblo delante de todos, quiero decir.”

Aiko se sonrojó tan profundamente que su cara parecía un tomate gigante. Su boca se abrió y cerró, pero no salió ningún sonido. Los aldeanos comenzaron a discutir el beso, y Aiko comenzó a entrar en pánico. Se giró para mirar a Yuka e intentó explicarse.

“¡S-S-S-Sonobe-san, no es lo que piensas! Sólo me estaba dando RCP. ¡No había nada de romántico en ello! ¡Lo juro, soy una profesora recta y honesta!”

“¿H-Huh? ¿Por qué intentas explicármelo? ¡Además, cualquier cosa que hayas hecho no tiene nada que ver conmigo!”

Yuka no podía entender por qué Aiko se había girado de repente hacia ella. Pero aunque trató de protestar, Aiko estaba más allá de la razón. Yuka no pudo evitar que repitiera, “Lo juro, es todo un malentendido.”

“¿Qué es esta extraña sensación que está brotando…?”

“No tienes que decirlo, Atsushi… Sé exactamente cómo te sientes.”

Las chicas cerca de ellas se estaban poniendo nerviosas por un tipo que ni siquiera estaba aquí. Atsushi y los otros chicos miraban con ojos muertos, mientras Taeko y Nana se reían. Incluso cuando él no estaba presente, Hajime estaba destinado a causar un escándalo.