Arifureta Shokugyou de Sekai Saikyou (NL)

Short Stories

Capítulo 1: Recopilación De Desviación

Parte 10: Un Propietario De Una Tienda Como Esta…Realmente Podría Existir

La tienda de video TSUTAYA, una bulliciosa cadena que se jactaba de una gran selección de películas, libros, alguna otra mercancía y los siempre presentes juegos de atrapar OVNIs. Cada fin de semana la gente inundaba la tienda buscando nuevos lanzamientos o viejos clásicos. Una tienda en particular tenía una cantidad anormalmente grande de visitantes. Tantos como se esperaría ver en un parque temático durante un desfile. TSUTAYA puede haber sido una tienda de conveniencia, pero esto era claramente irregular. Además, casi todos los clientes eran hombres, y no se limitaban a estar de pie alrededor de los libros, leyendo como de costumbre. En realidad, estaban escudriñando la mercancía.

Por su comportamiento, uno estaría justificado al pensar que podrían ser ladrones. De hecho, no habría sido sorprendente que uno de los empleados de la tienda se acercara a ellos y les diera una severa advertencia. Sin embargo, los trabajadores de esta tienda en particular estaban acostumbrados a este comportamiento y continuaron como de costumbre.

“Haaa, ya sabes…” Uno de los trabajadores de medio tiempo, Hajime Nagumo, miró su reloj de pulsera con un suspiro. No estaba contando los minutos hasta que se le acabara el tiempo, sino esperando a que ocurriera un evento específico.

En ese momento, la puerta de la sala de personal empezó a abrirse con un crujido. Todos en la tienda comenzaron a hablar ruidosamente. Su atención se centró completamente en esa puerta. Algunos de los chicos incluso respiraban fuertemente con expresiones pervertidas en sus rostros. Cuando la puerta finalmente se abrió por completo, los clientes…

“¡El gerente está aquí!”

“E-Ella es tan excitante…”

“Aparentemente tiene más de veinte años. ¿Puedes creerlo? Es como una especie de milagro.”

La multitud enloquecía, como si acabaran de ver en persona a su Idol favorita. La persona que había salido de la sala de personal con el uniforme y el delantal de TSUTAYA no era otra que Yue, la gerente de esta tienda. Parecía una muñeca perfectamente hecha que cobraba vida. Con su pequeña estructura, sus pasos tambaleantes y su brillante pelo dorado, la palabra “linda” no era suficiente. A pesar de su falta de expresión y de pechos, había una innegable sensualidad en ella. Era la intimidante y distante reina de TSUTAYA.

“Hajime, Shea, ¿han terminado de llenar los estantes?”

“Ah, sí. Terminamos esta mañana, Gerente.”

“¡Si, si, señora! ¡Estamos listos para la batalla!”

Hoy era el día en que el nuevo libro de un famoso autor salía a la venta. Hajime y su compañera de medio tiempo Shea, habían pasado toda la mañana abasteciendo el rincón exclusivo con dicho libro. Yue asintió satisfecha con un “Bien” y se giró para mirar a los miembros de su club de fans que se habían reunido. Como soldados entrenados, se posicionarion en una sola fila frente a la esquina exclusiva. Probablemente habían entrenado para este momento. Permanecieron atentos, esperando las palabras de la Reina Yue.

“…Mmm, salgan y compren.”

“¡Sí, señora!” Hicieron lo que su reina les ordenó. Era un poco cuestionable si alguien en la industria de servicios debería haber estado ordenando a sus clientes de esa manera, pero en este punto nadie dijo nada al respecto. El nuevo empleado a tiempo parcial, Hajime, murmuró algo al respecto en voz baja, pero eso fue todo. Los fieles sirvientes de la reina tomaron copias del nuevo libro y se apresuraron a la caja registradora. Cuando llegó el primer cliente, su reina habló una vez más.

“¿Hm? ¿Sólo una copia?” Yue inclinó su cabeza. ‘¿Sólo estás comprando una cosa?’, dijo ella claramente con su mirada. Qué movimiento tan astuto. Nada estaba fuera de los límites para ella, siempre y cuando mejorara las ventas.

“Por supuesto que no. Déjame comprar una, no dos copias más. Uno para regalar, otro para guardar en mi colección, ¡y otro para leer!”

“Yo también aconsejo este libro.”

“Lo compraré. ¡Tres copias de este también!”

Ella era realmente despiadada cuando se trataba de negocios. Yue sonrió débilmente cuando el primer cliente terminó comprando seis libros. Todos los demás que esperaban en la cola tragaron y ella inclinó su cabeza hacia ellos también. “¿No comprarán ese número también?”, parecía implorar con su mirada. Los resultados fueron instantáneos.

“¡Gerente! ¡Compraré 5! Por favor, deme su teléfono…”

“Bastardo, ¿crees que es suficiente? ¡Gerente, véndame la cosa más cara que tenga!”

“Hah, tontos. No se trata del precio. ¡Todos ustedes están comprando lo más nuevo, pero es obvio que la Gerente los apreciará aún más por conseguir cosas que no se venden bien! Gerente, ¿todavía tiene esa caja de Chupacabra? Por cierto, ¿te gustaría salir a cenar…?”

“Gerente, ¿puedo tomarle una foto?”

En un esfuerzo desesperado por ganar su sonrisa, los clientes compraron más y más artículos. Hajime se puso delante de Yue, protegiéndola de la multitud de clientes que la empujaban.

“¡Por favor, no empujen! ¡Alinéense de forma ordenada, por favor!”

“¡Mis disculpas, pero por favor absténgase de pedirle a la gerente su información personal!”

“Tanto la caja como la edición revisada del Chupacabra están desafortunadamente agotadas.”

“No hay fotos, ¡por favor! ¡Esta tienda tiene una política de no tomar fotos!”

“Por favor, deje de intentar tocar a la gerente, querido cliente. ¡Si lo haces de nuevo, te daré una paliza!”

“Dénle un respiro, bastardos! ¡Dejen de intentar acercarse a la gerente!”

Hajime se hizo menos educado a medida que las peticiones continuaban. Al final era un demonio sonriente, que se deshacía de los clientes escandalosos. Shea, que era casi tan popular como Yue, manejaba los que no podía con su martillo de juguete. Muchos de los clientes  golpeados  por  ella  salían  sonriendo.  Los  empleados  restantes  trabajaban furiosamente para manejar las oleadas de clientes. Finalmente, el evento diario que comenzó con la aparición de Yue llegó a su fin. Mezclada entre el menguante mar de clientes masculinos había una belleza de cabello negro, que murmuraba algunas palabras.

“Me pregunto si Hajime-kun también trabajará aquí hoy.” Como Hajime seguía ocupado con los clientes, ni siquiera se fijó en ella. Sin embargo, Yue se abalanzó con una máscara de Char y la intimidó.

“Nuestra tienda está ahora cerrada. Esperamos no volver a tener su patrocinio nunca más. Por favor, salga.” Y así, Kaori fue expulsada de TSUTAYA.

“Haaah, por fin ha terminado. Siento que digo esto todo el tiempo, pero la habilidad de la gerente para atraer a la gente es ridícula. Nuestras ventas están en un nivel completamente diferente a los de TSUTAYA. Sin embargo, probablemente por las razones equivocadas.”

Hajime estaba tomando un descanso en la sala de personal después de que pasara la tormenta. Todo el mundo se tomó un descanso por turnos, así que él era el único libre en ese momento. Sin embargo, unos minutos más tarde, Yue entró con algunas bebidas. Parecía que eran para él. Le pasó una lata y Hajime le dio las gracias. Eran las pequeñas cosas como ésta las que la hacían querida y respetada no sólo entre los clientes, sino también por el personal, por lo que Hajime no se quejaba ni siquiera cuando miraba hacia abajo y veía la etiqueta de la lata que decía “Ambrosía”.

“Gracias por el trago, Gerente.”

“Mhm… Gracias por protegerme allá atrás. Estuviste genial”.

“Ah, eso no fue nada… De todas formas, es peligroso seguir saliendo así, así que preferiría que te detuvieras.”

“Es para aumentar las ventas. No me detendré hasta que seamos el TSUTAYA con más ventas del país”. Yue se hinchó el pecho con orgullo. Hajime sonrió irónicamente. Por eso nunca pudo renunciar, a pesar de las locas horas pico y todo el trabajo extra que tuvo que hacer. La gerente era demasiado adorable.

Mientras Hajime sorbía su Ambrosía, Yue sacó una novela ligera y se la ofreció. Parecía

que se la había sacado del sujetador, pero Hajime era un caballero, así que no hizo ningún comentario. El calor de su cuerpo aún persistía en la portada, pero él también fingió no darse cuenta.

“Um, Gerente, ¿qué es esto?”

“Nuestro próximo gran éxito. Deberías leerlo”.

“¿Quieres que lo lea? ¿Voy a escribir una reseña o algo así?” Miró con curiosidad la portada y luego notó algo extraño.

“Hey, Gerente… La chica de la portada, la que parece ser la heroína principal… se parece mucho a ti, ¿no?”

“Mhm… Por cierto, el protagonista se parece a ti, Hajime.”

“¿Por qué te estás lamiendo los labios de esa manera?”

Los escalofríos corrían por la columna vertebral de Hajime. Se encontró incapaz de ver la mirada de Yue y en su lugar miró fijamente el libro. De acuerdo con el resumen, se trataba de cómo un chico amable y normal fue convocado a otro mundo. Gracias a las duras experiencias que enfrentó allí, se convirtió en una persona completamente diferente y se fue de aventuras con una princesa vampiro que conoció en el camino. Al hojear las páginas, notó que la heroína principal se desnudaba mucho. Estaba desnuda cuando el protagonista la conoció, otra vez después de su primera gran batalla juntos y otra vez cuando lo visitó en la bañera y lo empujó contra el suelo.

¿Qué clase de situación surrealista es esta? Hajime estaba mirando fotos de una chica desnuda que se parecía a Yue, mientras la verdadera Yue le miraba a través de las páginas.

“Léelo. De hecho, que sea tu biblia. Tiene la mejor heroína que jamás hayas visto.”

“S-Sí, señora”. Hajime empezó a tartamudear mientras Yue se acercaba. El título de la novela ligera que ella le había dado era…

Arifureta: De lo ordinario a lo más fuerte del mundo.