Isekai Wa Smartphone to Tomoni (NL)

Volumen 3

Capítulo 1: La Nación Divina, Eashen

Parte 1

Antes de que comenzara nuestra aventura en Eashen, usamos [Portal] para volver a casa en Belfast y prepararnos adecuadamente para el viaje que nos espera. Nuestro grupo estaba formado por Yaé, Elze, Linze, Yumina, Kohaku, Leen, Paula y yo.

Después de hacer todo lo que teníamos que hacer en Belfast, fuimos de nuevo a Eashen e hicimos que Yaé nos guiara a través del denso bosque. Poco después empecé a notar que las hojas dejaban pasar más y más luz solar, y la vista que teníamos ante nosotros se despejó de follaje.

“Whoa…” No pude contener mi voz. Estábamos parados en una pequeña colina, mirando hacia abajo a una gran ciudad con campos de arroz alrededor. Incluso había un castillo. Sin embargo, no era un castillo de estilo occidental como en Belfast. Parecían los castillos japoneses de Himeji u Osaka. Aun así, parecía algo pequeño.

“Ese es mi lugar de nacimiento, Oedo, lo es.”

Hombre, Oedo… suena muy cerca de Edo, el viejo nombre de Tokio. De un solo vistazo, me di cuenta de que la ciudad no era realmente como las que se ven en los dramas históricos.

En primer lugar, era claramente una ciudad fortaleza. Había un largo foso y un alto muro de piedra para protegerse de cualquier invasor. Podía ver centinelas de pie en las murallas, y las torres de las torres construidas sobre ellas tenían arqueros dentro. Algunas casas estaban dispersas cerca de los arrozales que rodeaban la ciudad, pero la mayoría de los edificios estaban densamente poblados dentro de las murallas.

Eashen no era en absoluto un país grande. Escuché que había un individuo que podía ser llamado rey, pero no se involucraba demasiado en la política, lo que permitía a los señores feudales locales hacer lo que quisieran.

Los nueve señores gobernaban sus propias áreas, teniendo disputas de vez en cuando, y con el rey en la cima, tenían un país algo funcional.

Si recuerdo bien, Yaé dijo que los nombres de los señores eran Shimazu, Mori, Chosokabe, Hashiba, Oda, Takeda, Tokugawa, Uesugi y Date… De acuerdo, espera un segundo.

Los nombres ridículamente familiares casi me hacen pensar que es una broma.

¿Está Eashen realmente pasando por el período Sengoku? ¿Están en guerra todos los pequeños estados? Intenté preguntarle a Yaé, y aparentemente, el país no había tenido ningún conflicto importante en las últimas décadas.

Probablemente una coincidencia, supongo… ¿O es que…? La casa de Yaé, Oedo, estaba situada al este de Eashen. El dominio de Tokugawa, para ser precisos. Por lo que me dijeron, era un señor razonablemente rico que era amable con sus súbditos.

“Entonces, Leen, ¿dónde están estas antiguas ruinas que quieres visitar?” Aunque pequeño en comparación con muchos países, Eashen seguía siendo una gran masa de tierra. No encontraríamos nada buscando sin rumbo.

“No estoy segura. Pero he oído que el lugar es conocido como las “Ruinas de Nirya” por los lugareños.”

“Yaé, ¿te suena?”

“¿Nirya…? Me siento como si hubiera escuchado ese nombre antes, podría… pero no estoy segura… Mi padre debería saber más”. Por el momento, seguimos a Yaé hasta el pueblo. Cruzando el puente de madera sobre el foso, entramos en una zona rodeada de murallas.

Una vez dentro de la ciudad, no pude evitar notar cómo todo se veía en japonés. La mayoría de los edificios eran de madera, de una sola planta, y tenían techos de tejas. Las entradas eran puertas correderas shoji, mientras que las tiendas tenían carteles familiares de estilo cortina colgando delante. El lenguaje en ellos no era japonés, sin embargo, naturalmente. La gente que pasaba por allí estaba vestida con ropa de samurai o kimonos. Algunos parecían gente normal de la ciudad, mientras que otros parecían ronin vestidos de forma casual. Lamentablemente, ninguno de ellos se había afeitado la frente o tenía nudos. El peinado más popular era claramente la cola de caballo.

“Guau, ¿qué es eso? ¿Qué llevan?” Elze observaba cómo dos personas cruzaban la calle mientras transportaban un kago, una de esas sillas de transporte.

“Son cargadores de sillas de sedán. Pagas dinero, esos tipos te levantan en esa silla y te llevan donde tienes que estar. Es una alternativa a los carruajes tirados por caballos”. Los ojos de Elze se abrieron de par en par ante mi respuesta, y miró fijamente al kago mientras pasaba de largo. No era una escena que se vería en Belfast, así que probablemente era un choque cultural para ella.

“¿Por qué la gente tiene que ser la que lleve la carga? Los carruajes son mucho más simples y rápidos…” Linze no podía tener más razón. Honestamente, me preguntaba lo mismo. La única respuesta que me vino a la mente era “diferencias culturales”.

“Las carreteras de Eashen no están tan bien desarrolladas como las de Belfast. Es muy problemático viajar con carruajes. Los caballos también son más escasos aquí, lo son.”

Bueno, eso tiene sentido. Supongo que hay lugares en el mundo donde los servicios como este son la solución más fácil.

“Touya, esa persona lleva zapatos de madera.”

“¿Zapatos de madera? Oh, esos se llaman Geta.”

“¿Por qué está esa campana colgada de esa torre?” preguntó Linze.

“Esa es la campana de incendios del vigilante de incendios…”

“Qué hermoso sonido… ¿Qué están vendiendo allí?” Preguntó Yumina.

“Campanas de viento. El viento sopla y disfrutas el sonido…”

“…Touya-dono, a pesar de no haber nacido aquí, tienes un extraño conocimiento de Eashen.”

Bueno, supongo que sé un poco más de historia japonesa de lo que debería… Mi abuelo solía ver dramas históricos conmigo todo el tiempo.

Algo no me gustó de la ciudad. La gente del pueblo no parecía muy feliz. Era como si tuvieran miedo o ansiedad por algo…

Yaé nos condujo a través de un arco torii de un santuario y un camino de bambú que nos llevó a un espacio abierto, donde encontramos una gran residencia rodeada por una valla.

Pasamos a través de una magnífica puerta con un letrero que decía “Kokonoe Shinmei lucha de estilo con la espada Dojo, Kuyoukan”. Una vez que entramos en el vestíbulo de la casa, Yaé levantó la voz.

“¿Hay alguien en casa?” Unos instantes más tarde, siguiendo algunos pasos audibles, una sirvienta con el pelo bien atado detrás de la cabeza vino a saludarnos. Parecía de unos veinte años.

“Sí, hola. Saludos… ¡Oh Dios mío, Yae-sama!”

“¡Ayane! ¡Ha pasado tanto tiempo!” Sorprendida, la sirvienta llamada “Ayane” corrió hacia Yaé y le tomó la mano.

“¡Bienvenida de regreso, Yae-sama! Nanae-sama, su hija ha regresado!” Después de decir eso, otro conjunto de pasos resonó por los pasillos. Momentos más tarde, nos acompañó una mujer adulta y de aspecto amable. Ella llevaba un kimono púrpura y parecía de treinta y tantos años. Pude ver algún parecido con Yaé en sus rasgos.

“¡Madre! ¡He vuelto!”

“Yaé… Estoy tan contenta de que estés bien… Bienvenida de nuevo.” Así que era su madre, tal como yo pensaba. Nanae abrazó fuertemente a su hija. Habría pasado mucho tiempo desde que se habían visto. Pude ver algunas lágrimas brillando en sus ojos.

“Yaé, ¿quiénes son estas personas?”

“Ah, sí. Estos son mis amigos. Me ayudaron mucho, lo hicieron”.

“Oh, Dios mío… Tienes mi más sincera gratitud por cuidar de mi hija”. La madre de Yaé se sentó en el suelo e inclinó la cabeza. Me apresuré a decirle que estaba exagerando. Realmente brilló una luz sobre lo cariñosa que era su madre. No todo el mundo podía expresar su agradecimiento con esa posición, incluso si estaba relacionada con sus hijos.

“No hay necesidad de eso. Hicimos tanto por ella como ella por nosotros, así que por favor, levante la cabeza”.

“Madre, ¿dónde está papá? ¿Salió al castillo?” Nanae y Ayane se miraron, sombrías expresiones nublando sus rostros. Momentos después, Nanae se puso de pie y comenzó a explicar lentamente la situación.

“Tu padre no está aquí. Él… se marchó para luchar junto al Señor Ieyahsu-sama.

“¿¡A luchar!?” Yae levantó la voz, sorprendida, y miró a su madre.

Una batalla, ¿eh? Eso es bastante sombrío. Tenía la impresión de que el rey de por aquí tenía las cosas unidas.

“¿Contra quién luchan?”

“El Señor Takeda. Hace unos días, lanzó un ataque sorpresa sobre la ciudad noroccidental de Katsunuma y ahora avanza hacia Kawagoe. Para detenerlos, el amo de la casa y Jutaro-sama se dirigieron a la fortaleza de Kawagoe.” En lugar de Nanae, la que ahora debía responder era Ayane.

Así que el señor del territorio vecino de repente empezó a atacar a éste, ¿eh?

“¿Mi hermano también salió con él …? Simplemente no lo entiendo… ¿Por qué el Señor Takeda de repente nos invadiría así…? ¡No puedo imaginar que el Señor Takeda Schingen permita algo tan tonto…!”

“He oído que el Señor Takeda recientemente contrató a un extraño estratega para unirse a su séquito. Creo que el hombre se llamaba Yamamoto. La gente dice que es un hombre moreno con un solo ojo, que usa magia misteriosa… Podría haber influido de alguna manera en el Señor Takeda.”

La explicación de Nanae no tiene sentido… El estratega de Takeda. Yamamoto. Eso sólo puede significar un sujeto. Yamamoto Kansuke. Uno de los “veinticuatro generales de Takeda Shingen”. Pero Nanae lo está haciendo sonar como un mago raro…. Tal vez no es tan inteligente mezclar a este Kansuke con el que he oído hablar…. Incluso si comparten algunas similitudes, podrían ser bastante diferentes.

“¿Cómo va la batalla?” Después de escuchar en silencio durante un rato, Leen repentinamente habló. Paula, que estaba de pie a sus pies, también inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado. Kohaku, que estaba sentado justo al lado de Paula, vio eso e hizo exactamente lo mismo.

Heh, lindo. Espera, ahora no es el momento para eso.

“Debido a la naturaleza sorprendente del ataque, hay rumores de que nuestro lado no pudo reunir suficientes soldados. Dicen que es sólo cuestión de tiempo hasta que la fortaleza de Kawagoe sea conquistada”.

“¡Pero padre y hermano están allí…!” Las palabras de Ayane llenaron la cara de terror de Yaé. Pero tan rápido como ese temor había aparecido, desapareció y se reemplazó con una mirada de ardiente determinación. Sabíamos muy bien que Yaé no era de las que se quedaban sentadas si su familia estaba en peligro.

“¡Touya-dono! ¡He estado en una cresta no muy lejos de la fortaleza de Kawagoe en el pasado! ¡Por favor…!”

“Muy bien. Vamos.”

“¡Gracias, Touya-dono!” Tomé la mano de Yaé y le dije lo que iba a hacer. Elze, Linze y Yumina asintieron de acuerdo.

“No esperaba ir a la guerra. Sin embargo, puedo entender cómo se siente, así que yo también iré”. Leen se encogió de hombros y adoptó una leve sonrisa. La pequeña Paula también estaba dispuesta a hacerlo, expresando sus intenciones con un poco de boxeo en la sombra. No esperaba que eso estuviera en su programación.

“Yaé, imagina esa cresta en tu mente.”

“Muy bien, lo haré.” Tomé sus dos manos, cerré los ojos y empujé ligeramente mi frente contra la de ella. No me avergonzaba en absoluto, lo que se daba por sentado teniendo en cuenta la terrible situación.

“[Rememorar].” Podía ver cierto paisaje. Había un cedro grande y solitario y un castillo lejano…

No, era una fortaleza. Era Kawagoe, de eso no hay duda.

Solté las manos de Yaé y abrí [Portal] justo ahí en el vestíbulo. Yaé era la primera en salir corriendo. El resto de las chicas le siguieron y desaparecieron momentos después.

La vista dejó a Nanae y a Ayane mirando incrédulas, así que me encargué de decir algo.

“Haremos todo lo que podamos para traer de regreso a su padre y a su hermano. Me aseguraré de que todos regresemos sanos y salvos, así que no te preocupes”.

“¿Qué estás…?” No se me ocurrió una buena respuesta a la pregunta de Nanae, así que me reí y atravesé el [Portal].

KJun: Revisado y corregido.