Overlord

Volumen 14: La Bruja del Reino Caído

Capítulo 4: Una Trampa que lo Atrapa Todo

Parte 3

Albedo alzó el vuelo mientras se aferraba fuertemente a su alabarda.

Sus negras alas se agitaron una vez y era más que suficiente para cerrar la brecha entre ellos.

No estaba segura de si era porque la brecha entre ellos se había cerrado tan rápido, pero el Power Suit se daba la vuelta con un movimiento rígido.

Albedo casi hundió su alabarda en su espalda desprotegida antes de que el Power Suit se fuera volando. No volaba hacia la capital, sino que se dirigía hacia el norte.

Albedo recordaba la geografía de su entorno.

No podía recordar nada especial sobre la dirección hacia la que él se dirigía, no había características que pudieran facilitar una emboscada.

Debajo de su casco, Albedo estaba furiosa.

“En serio. ¿Crees que somos ciegos? ¿Realmente pensaste que no podíamos ver a través de lo que intentas hacer? O tal vez… Si está tan seguro sabiendo que sus planes han sido revelados… Tengo que estar alerta para esto…”

Albedo volvía la cabeza y desviaba la mirada por encima del hombro hacia el campamento del Reino Hechicero, donde acababa de estar. Podía ver una silueta solitaria, era Ainz y estaba solo. Incluso si estaba siguiendo sus órdenes, debía haber sido ella quien lo protegiera, especialmente dado que él era su último maestro restante. Sin embargo, había dejado atrás a su protegido, eso la inquietaba profundamente.

Lo que era más desagradable era el hecho de que no se le permitía hacer que su enemigo pagara con su vida por su insolencia.

“Tsk.”

Albedo chasqueaba la lengua y miraba el Power Suit que se retiraba.

Había un objeto que se parecía a una mochila en la parte posterior del traje motorizado. Tenía seis boquillas, cada una de las cuales expulsaba luz blanca que se convertía en un rastro, como una estrella fugaz.

Aquellos que no estaban familiarizados con los Power Suit probablemente asumirían que, si esas boquillas eran destruidas, su oponente perdería su capacidad de volar y caería al suelo.

Sin embargo, el maestro de Albedo ya le había dicho que eso era solo un efecto cosmético.

Eso se debía a que las capacidades de vuelo de un Power Suit funcionaban de manera similar al hechizo [Volar]. Según su maestro, aunque era correcto decir que no perdería su capacidad de volar una vez que sus boquillas hubieran sido destruidas, eso no era un hecho. Su maestro había agregado, “Al menos ese era el caso en ese entonces,” lo que implicaba que él no había probado esta teoría.

“Aun así. ¿Por cuánto tiempo estará volando? Ya estamos tan lejos de… ¿El campamento? ¿Entonces era yo su verdadero objetivo?”

Poco a poco, la brecha entre ellos se iba extendiendo.

Si esto continuaba, su oponente escaparía con éxito.

Albedo no tenía ninguna habilidad que pudiera aumentar su propia velocidad de vuelo. Normalmente, cuando estaba involucrada en una persecución, estaría montando su Bicornio de Guerra, pero ya no era una opción. Por eso estaba volando con sus propias alas, que solo eran capaces de estas velocidades.

Aun así, Albedo se había preparado para esto. Había tomado prestados artículos de su maestro que podían aumentar su velocidad de vuelo. Mientras los equipara, podía cerrar fácilmente la brecha entre ellos. Entonces ¿Por qué aún no lo había hecho? La respuesta era porque estaba esperando a ver cuál sería el próximo movimiento de su oponente.

Si solo intentaba escapar, Albedo podía lidiar con eso fácilmente.

Justo cuando estaba analizando con calma su silueta, su oponente se daba la vuelta.

Comenzó a armar un arma que era similar al Rifle Arcano de Shizu.

“Hmph.”

Albedo se preparó para un ataque mientras se burlaba de su oponente.

En comparación con el rifle arcano de tipo rifle de asalto de Shizu, el rifle arcano de este enemigo era más del tipo de ametralladora pesada según Cocytus. Sus capacidades destructivas eran un nivel por encima del arma de Shizu.

Un sonido retumbante acompañaba la gran cantidad de balas disparadas desde el arma.

Esas balas eran más grandes que una bellota y fueron disparadas a velocidades deslumbrantes, era difícil para ella esquivarlas a todas.

Sin embargo, Albedo podía, como mínimo, redirigir algunas de las balas hacia él. Esto no solo dañaría el arma del oponente, sino que también se agregaría el daño de la alabarda de Albedo. Combinado con el daño que podía enfrentar con sus habilidades, esto debía causar una cantidad considerable de daño al enemigo.

Sin embargo, Albedo no activó ninguna habilidad especial. Ella apretó más su alabarda y cerraba la distancia entre ella y el enemigo, nada más.

Tenía la intención de tomar la peor parte del ataque con su propio cuerpo.

Las balas disparadas por el enemigo estaban a punto de conectarse con la armadura de Albedo.

“Uy… Eso fue un gran error de cálculo…”

Pensó que su armadura mitigaría la mayor parte del daño, pero ni siquiera eso era necesario.

Ninguna de las balas la golpeaba, todas se desviaron.

Parecía probable que ninguna de las balas estuviera encantada.

Al nivel de los Guardianes de Piso, uno tendría inmunidad completa a proyectiles no encantados. Si su arma no hubiera estado encantada, no debería haberla equipado en absoluto.

“Quería probar las capacidades destructivas de su arma… Pero terminé exponiendo una de mis habilidades. Así que seguramente usaría un ataque encantado después…”

Por su lenguaje corporal, la aguda visión de Albedo podía decir que estaba bastante conmocionado. Aun así, las cosas progresaban de la manera que ella esperaba. Su oponente soltó su Rifle Arcano y extendió algo hacia adelante.

Su próximo ataque parecía estar basado en magia.

“Bien. ¿Y ahora qué?”

Mientras reflexionaba. Albedo no usó ninguna habilidad especial de ella ya que acortó la distancia entre ellos. Si lo hubiera hecho, incluso dada la distancia actual entre ellos, él todavía estaría en su rango de ataque. Sin embargo, Albedo no deseaba exponer su mano todavía.

De la mano derecha del enemigo, una luz verde brillante salía disparada, volaba hacia Albedo y la golpeaba.

De repente, el cuerpo y la armadura de Albedo comenzaron a brillar con la misma luz. Sin embargo, la luz no tenía ningún efecto y pronto desaparecía.

Ella no estaba herida. De hecho, ella no había sentido nada en absoluto.

Esto no era porque ella estaba defendiéndose activamente contra ese hechizo, sino porque ese hechizo ni siquiera podía atravesar la resistencia mágica pasiva de Albedo.

Era probable que esta fuera una de las especialidades de su amo, la nigromancia, específicamente un hechizo de muerte instantánea.

Esos tipos de hechizos no solo se veían afectados por los puntajes de habilidad, habilidades pasivas, habilidades especiales y habilidades de equipo, sino que también se veían afectados por las resistencias obtenidas a través de niveles, penalizaciones, etc. Si se lanzaban sobre un oponente de nivel similar, sería difícil para esos hechizos tener algún efecto si no se mejoraban de alguna manera.

Albedo no solo fue creada como un NPC de nivel 100, sino que también había sido equipada con varios elementos que la fortalecían. Los hechizos del nivel de ese Power Suit no podían afectarla en absoluto.

Quizás estaba tratando de medir la diferencia de fuerza entre ellos y por eso había usado un hechizo de muerte instantánea. Pero el hecho de que su oponente incluso hubiera pensado que este humilde hechizo podía servir para medir la diferencia de poder entre ellos molestó a Albedo.

Tenía que mostrarle de qué estaba hecha.

Mientras se acercaba rápidamente a su enemigo, Albedo levantaba el puño para darle un puñetazo.

Tenía la intención de burlarse de su oponente al no usar la alabarda en su mano. Otra razón para el golpe era que no podía medir con precisión la cantidad de daño que él recibiría si usaba la alabarda.

Su oponente intentaba bloquearlo con el Rifle Arcano, pero el ataque de Albedo era mucho más rápido.

Aunque se contuvo un poco, un golpe del nivel 100 de Albedo era devastador.

“¡Gooong!”

Un ruido metálico sonó cuando su oponente fue enviado a volar.

El traje de más de 3 metros, fue enviado volando por el golpe de Albedo a pesar de que ella era un metro más baja que él. No solo fue enviado volando, sino que también comenzaba a temblar incontrolablemente. Fue un espectáculo hilarante para la vista.

“Parece que le hice más daño del esperado. Es más delicado que el tofu…”

Ciertamente, inesperadamente…

“Débiles…”

Albedo se sentía frustrada mientras se reía.

“Ahahaha. Ahora entenderás lo tonto que fuiste al atacar a Ainz-sama. Desmembraré tus cuatro extremidades, te romperé todos los dientes en la boca para que ni siquiera puedas terminar mordiéndote la lengua … Pero tal vez te permita recibir otro golpe. En cualquier caso, te llevaré a Ainz-sama para que puedas disculparte por tus crímenes.”

“Tsk.”

Albedo escuchaba un chasqueo de la boca de ese hombre.

“¿Acabas de chasquearme la lengua…? Qué grosero. No importa, eres un bastardo tan cobarde que elegiste atacarnos sin declarar tu propio nombre. Esperaba que no fueras tan insolente.”

“¿De qué estás hablando? No hay cobardía en vencer pedazos de mierda tan malvadas como tú.”

“Tsk.”

“Pensé que eras un bárbaro analfabeto para habernos atacado sin decir nada. No esperaba que… No, espera, los ciudadanos del Reino no son diferentes de los bárbaros de todos modos.”

“Eso es pretencioso viniendo de ti, primea ministra del Reino Hechicero, Albedo.”

Albedo calculaba los pros y los contras de continuar esta conversación y concluía que se trataba de una situación explotable.

“Si Ainz-sama o Demiurge estuvieran aquí, probablemente podrían involucrarlo en una mejor conversación…”

Albedo confiaba en tratar con asuntos internos, pero no confiaba demasiado en sus habilidades para planear o tratar asuntos externos. Aun así, estaba sola sin ninguna ayuda, por lo que tenía que confiar en su propia cabeza.

“Tonterías.”

“¿Qué hay de Red Drop?”

“Lo siento, no recuerdo los nombres de simples aventureros.”

“Hmph. ¿Cómo es que alguien como tú pueda ser la primera ministra de un estado?”

¿Era realmente alguien de Red Drop? ¿O estaba tratando de confundir a Albedo?

En cualquier caso, Albedo tenía que continuar la conversación. Desde su ataque allí, ya había comprendido todo el alcance de las capacidades de su oponente. Incluso si su lucha se reanudara, ella no tendría problemas para tratar con él en absoluto.

Albedo se preparaba mentalmente para atraparlo en esta conversación.

“Qué manera más tediosa de ganar más tiempo…”

Después de todo, para no despertar la sospecha de su oponente, Albedo tenía que emular perfectamente el carácter de una mujer fuerte y arrogante.