Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 9

Capítulo 4: Reunión Secreta

Parte 3

Mientras tanto, en la habitación de Miharu, Satsuki estaba felizmente pasando tiempo junto con Miharu, Aki y Masato. Miharu y Satsuki estaban sentados juntos en la cama, mientras que Aki y Masato se sentaron en sillas.

“Cuando Miharu fue puesta en un carruaje diferente, honestamente pensé que estábamos condenados. Aki incluso comenzó a llorar”, dijo Masato, relatando los eventos que ocurrieron justo después de que se metieron en este mundo.

“¡¿Q-Qué?! ¡E-Eso no es cierto!” Gritó Aki, avergonzada, nerviosa.

“Mentirosa. Estabas hecho un desastre, haciendo un berrinche y llorando como un bebé.”

“¡Dije que no! De todos modos, ¡estabas tan asustado que ni siquiera podías hacer nada!”

“Ah, bueno… estaba desarmado en ese entonces”.

Masato y Aki estaban discutiendo sobre nada, como siempre. Normalmente, esto habría llevado a una pelea entre hermanos, pero…

“Je… jeje… ¡jaja!” Satsuki comenzó a reír, lo que hizo que Aki y Masato dejaran de discutir.

“Umm, ¿Satsuki?” Miharu ladeó la cabeza.

“Ah, es muy divertido. Perdón por reírme tan de repente.”

“Quiero decir, está bien. ¿Pero qué fue tan divertido?” Masato preguntó confundido.

“Simplemente me recordó la forma en que ustedes dos discuten cuando todavía estábamos en Japón. Ha pasado tanto tiempo desde que lo vi, que perdí la calma por un segundo. Fue muy curativo. Aki, Masato… estoy muy contenta de que ustedes dos estén bien”, dijo Satsuki.

“Ah, ya veo.” Masato sonrió tímidamente.

“Ahaha, normalmente Takahisa o Miharu nos habrían detenido antes de que se calentara demasiado”, dijo Aki con una mirada triste, recordando a su hermano.

“… Todavía tampoco sé dónde está Takahisa”. Sintiendo el cambio en Aki, Satsuki también habló con una mirada sombría. Ella había predicho la posibilidad de que él fuera el héroe de Centostella, pero no estaba segura.

“Cierto…” Aki se mordió el labio y asintió. Aunque ya lo sabía desde que Aishia vino a informarles sobre la visita, escucharla nuevamente hizo que su corazón se sintiera pesado.

“Les notificaré a los dos tan pronto como recibamos información confirmada sobre Takahisa. Sin embargo, solo hay una cosa que quiero preguntar. ¿Qué harás si lo descubren?” Preguntó Satsuki. Los ojos de Miharu se abrieron por la sorpresa.

“¡Quiero verlo, obviamente!” Aki respondió con fiereza. “¿Lo mismo pasa contigo, Masato?” Satsuki comprobó.

“Bueno sí. Si los dos estamos vivos, me gustaría verlo”, respondió Masato con timidez.

“¿Sentirías lo mismo incluso si perteneciera a otro reino como héroe?” Satsuki presionó.

“…Si.”

“Sí, tengo muchas cosas que quiero decirle de todos modos”. Aki y Masato asintieron con la cabeza.

“¿Qué planeas hacer después de ver a Takahisa, entonces? Haruto te está cuidando en este momento, pero ¿dejarías que el reino de Takahisa se encargue de ti? Por supuesto, sí parece que el Reino Galarc también te tratará bien, podrías quedarte aquí… O pedirle a Haruto que te cuide es otra opción…” preguntó Satsuki, profundizando en su línea de preguntas.

“Hablamos mucho sobre eso antes de venir aquí, pero…” Aki comenzó algo vacilante.

“¿Aún no has tomado una decisión?” “…Si.”

“Creo que ya lo entiendes, ¿verdad? Que la decisión de todos no sea la misma”, adivinó Satsuki. La expresión de Aki se puso rígida como si hubiera dado en el clavo.

“Bueno, teníamos una vaga idea de que podría suceder, así que estábamos conscientes de no profundizar demasiado en el tema”, dijo Masato, rascándose la cabeza incómodo.

Aunque Rio los había estado cuidando hasta ahora, existía la posibilidad de que cada uno viviera por separado de ahora en adelante, dependiendo de las decisiones que tomaran.

“Está bien para mí siempre que lo entiendas. Realmente, probablemente estoy interfiriendo demasiado. Sabrás la respuesta cuando llegue el momento, así que hablemos de eso cuando estemos todos juntos”, sonrió Satsuki, encogiéndose de hombros excesivamente mientras miraba a Miharu.

“…Okay.” Miharu miró a Satsuki y asintió disculpándose. Mientras tanto, Aki estaba mirando a Miharu algo ansiosa.

“Hmm… El tema se puso muy serio, así que estoy un poco cansado ahora. Finalmente pudimos reunirnos con este tiempo limitado, por lo que deberíamos usarlo para hablar sobre temas más divertidos. ¡Oh, es cierto! Cuéntame más sobre esta casa. Parecía bastante grande, así que me encantaría hacer un recorrido”. Satsuki sonrió brillantemente y cambió el tema.

“Hmm… Hay muchas habitaciones similares a esta, pero valdría la pena echar un vistazo a la cama gigantesca en la habitación de Haruto. Nunca antes había visto una cama tan grande en Japón”, dijo Masato.

“Wow, ¿entonces duerme en una cama tan grande solo?” Los ojos de Satsuki se abrieron.

“Bueno en realidad no. Latifa y Aishia duermen con él a veces, lo que ocasionalmente causa un poco de conmoción…” Aki rompió en una sonrisa divertida, recordando aquellos tiempos.

“¡Espera, ¿duerme junto con su hermana pequeña y Aishia?!” Satsuki exclamó sorprendida.

“Las dos se escabullen en su cama mientras él duerme. Cecilia y Sara a menudo las encuentran y las regañan por eso”, explicó Aki con una sonrisa irónica.

“Oh, ya veo… Bueno, puedes mostrarme esa cama más tarde. ¿Hay otros lugares interesantes de los que me puedas contar?” Satsuki sonrió felizmente, después de haber encontrado una información interesante.

“Hmm… El único otro lugar en el que puedo pensar es en la bañera”, dijo Masato, ladeando la cabeza.

“¡Qué lindo, una bañera! Me encantaría estirar los brazos y las piernas y darme un baño largo y cálido. El castillo también tiene una bañera espléndida, pero los jabones no son nada del otro mundo, y no hay bañeras como las que verías en Japón…” La cara de Satsuki se iluminó mientras hablaba con anhelo de japonés- bañeras de estilo.

“¿Entonces quieres preguntarle a Haruto si puedes bañarte aquí? Tenemos una bañera de piedra y una bañera de madera también”, ofreció Aki.

“Oh, eso suena bien. La combinación perfecta,” respondió Satsuki con entusiasmo, su sonrisa pura.

“También tenemos una buena colección de jabones, así que estoy seguro de que les gustará”, agregó Miharu.

“¡Espero ver eso! Espere. ¡Espera ¿qué?! Bajé la guardia y seguí la conversación, pero… ¿qué? ¿Tienes uno en esta casa? ¿De verdad? ¿Un baño de estilo japonés?” Satsuki había estado sonriendo ampliamente antes de notar algo extraño con la conversación. Ella jadeó a Miharu.

“Sí, aunque es más como una fuente termal que un baño de estilo japonés”. Miharu se rio divertida.

Ante eso, un fuego se encendió en los ojos de Satsuki. “Oh, Dios mío, ¿una fuente termal?” ella tragó saliva.