Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 9

Capítulo 2: A La Capital, Galtuuk

Parte 5

Después de eso, Rio se separó de Miharu y entró en una de las habitaciones, donde se quitó la espada y la armadura. No se le prohibió estar armado como invitado en la finca, pero usar una espada para cenar realmente no mostraba buenos modales.

Ya llevaba la ropa adecuada y le habían dicho que no había necesidad de cambiarse a nada, por lo que  sus preparativos para la cena fueron completos, aparte de lavarse las manos y enjuagarse la boca. Rio terminó en el baño y regresó a la sala para sentarse. Poco después, Miharu apareció en la sala de estar, habiendo terminado sus propios preparativos.

“Perdón por la espera, Haruto”.

Según Ricardo, alguien estaría allí para recogerlos pronto, por lo que lo más probable es que no haya tiempo para servir un poco de té y relajarse. En realidad, apenas confirmaron sus planes con Aishia a través de la telepatía, una criada llegó para recogerlos.

“Sir Haruto, Lady Miharu, he venido a acompañarlos a cenar. ¿Estás listo para salir?”

“Sí, gracias por venir por nosotros”, dijo Rio con una sonrisa. La criada con el traje de sirvienta llevó a Rio y Miharu al comedor. El espacio era de un diseño verdaderamente extravagante. El interior estaba amueblado con muebles antiguos y la gran vidriera coloreaba la habitación.

Además, Liselotte y sus padres ya estaban sentados y esperando adentro. Cuando aparecieron Rio y Miharu, los tres se pusieron de pie a la vez. Al mismo tiempo, Ricardo y los otros sirvientes de la casa esperaban en silencio junto a la pared. La asistente de Liselotte, Aria, fue incluida entre ellos.

“Gracias por venir hoy, Haruto, Miharu. Bienvenido a la residencia familiar del Duque Cretia en la capital. Me gustaría darle la más cordial bienvenida. Soy el padre de Liselotte, Cedric Cretia”. Cedric dio la bienvenida a Rio y Miharu con un tono amigable y sociable. Tenía alrededor de cuarenta y tantos años, pero tenía un atractivo juvenil que le parecía apropiado como el padre de Liselotte.

“Es un placer conocerte. Me llamo Haruto Muchas gracias por invitarnos en esta ocasión”. Rio dijo respetuosamente, luego colocó su mano derecha sobre su pecho.

“Soy Miharu Ayase. Muchas gracias por todo hoy”. Miharu copió a Rio y también lo saludó nerviosamente.

“He escuchado mucho sobre ustedes dos de Liselotte. En primer lugar, Haruto: gracias por salvar a Liselotte en Amande. Si no hubieras estado allí, el daño habría sido irrecuperable. En nombre de la finca del Duque Cretia, me gustaría agradecerles desde el fondo de mi corazón”, dijo Cedric, inclinando la cabeza profundamente.

“No, fue una acción que tomé para mi propio beneficio también”. Rio sacudió la cabeza con leve molestia. Era una verdad innegable que había actuado fuera del plan calculador para hacer que Liselotte le adeudara por el futuro de Miharu, y su pelea con Lucius había sido un rencor personal.

“Hahah. Aun así, el hecho es que salvaste a mi amada Liselotte. Mientras su intención no fuera hacer mal a mi hija, los motivos de sus acciones no son un problema”. Cedric se rio de buena gana. Como se esperaba de un duque, era una persona amigable y de corazón abierto.

“Gracias”, Rio inclinó la cabeza profundamente.

“Ahora, ustedes dos son los invitados principales esta noche. Por favor tome asiento. Hemos preparado esta modesta cena con gratitud”, dijo Cedric.

Ricardo y Aria caminaron en silencio hacia ellos. “Por favor, tomen asiento”, dijeron los dos, sacando las sillas para ellos.

“Muchas gracias”, asintió Rio, sentándose en la silla. Miharu también se sentó nerviosamente en la silla que Aria sacó para ella. La familia Cretia también se sentó en las sillas retiradas por sus otros sirvientes.

“Querido, me gustaría saludarlos a los dos también. Preséntame”, dijo la mujer sentada junto a Cedric. Ella era la esposa de Cedric y la madre de Liselotte, Julianne. Julianne había estado mirando su intercambio con una sonrisa, feliz por algo mientras miraba a Rio y Miharu.

“Oh, es cierto. Lo siento, Julianne. Haruto, Miharu, permíteme presentarte a mi esposa y a la madre de Liselotte, Julianne”. Cedric sonrió cálidamente.

“Hehe, buenas noches. Soy Julianne Cretia. Espero que ustedes dos encuentren agradable su estadía aquí.” Julianne se rio entre dientes mientras hablaba con Rio y Miharu. Como madre de Liselotte, tenía el mismo cabello azul celeste que su hija, con profundos ojos azules y una cara de aspecto extremadamente gentil. No había indicios claros de su edad, pero era lo suficientemente joven como para confundirla con la hermana de Liselotte con un extraño.

“Es un placer conocerte. Me llamo Haruto Me da vergüenza admitir que casi te confundí con la hermana mayor de Lady Liselotte “, dijo Rio con una sonrisa.

“Oh, me halagas”. Julianne sonrió tímidamente, un leve sonrojo en sus mejillas.

“Hahaha, ¿no es así? Julianne es una belleza”, coincidió Cedric con una sonrisa alegre.

“Oh, detente, cariño…” Julianne puso una mano contra su mejilla y se apartó de Cedric avergonzada. El gesto era bastante elegante y le quedaba bien.

La pareja era tan inocente como los recién casados. Rio y Miharu los observaron agradablemente.

“Mis disculpas, Sir Haruto, Lady Miharu. Los dos siempre son así. Vergonzoso para presenciar y tan cercanos, prácticamente no hay espacio para mí entre ellos”, dijo Liselotte a Rio y Miharu con una sonrisa forzada.

“Creo que es maravilloso para una pareja tener una relación armoniosa”. Rio dijo con una sonrisa.

“Sí, tengo envidia de su relación”, Miharu estuvo de acuerdo con una sonrisa amable.

“¿Oh? ¿Tú también lo crees? Parece que nos llevaremos bien, entonces. Pronto se traerán aperitivos, pero primero tomemos un trago. Un brindis por este maravilloso encuentro. Por qué, esto es solo una cena entre amigos cercanos, así que no hay necesidad de ese lenguaje rígido”, se alegró Cedric felizmente.

“¿Bebes alcohol, Lady Miharu?” Liselotte preguntó.

Debido a las leyes en Japón, a los menores como Miharu no se les permitía beber alcohol, pero no había tales leyes en este mundo. O más bien, las personas fueron tratadas como adultos a partir de los quince años, por lo que no hubo ningún problema para que Miharu bebiera aquí.

Dicho esto, como alguien nacido y criado en Japón, si Miharu bebería alcohol o no era otro asunto, entonces Liselotte había sido considerado al preguntar.

“Apenas bebo, pero si es solo por el primer brindis…”, respondió Miharu. Aunque era un mundo donde el consumo de alcohol no estaba prohibido, todavía se sentía un poco cautelosa con respecto a la bebida. Al mismo tiempo, no quería arruinar la atmósfera de su cena.

En realidad, ella ya había bebido varias veces en situaciones similares en el pueblo de espíritus. Ella no tenía una alta tolerancia, pero emborracharse no sería un problema si no bebía vaso tras vaso.

“Hay opciones de bebidas sin alcohol, así que tendré eso preparado para ti después. Así es, también estoy muy interesado en el alcohol que Sir Haruto nos regaló…” señaló Liselotte.

“Puede beberlo como acompañamiento de la comida, pero también hay un alcohol que sería adecuado para un aperitivo”, dijo Rio. Cedric escuchaba con gran interés.

“Entonces, ¿podríamos hacer que seleccione esa para nosotros?” “Seguro.”

“Aria, trae el alcohol de antes”, Liselotte llamó a Aria que estaba esperando junto a la pared.

“Entendido”, Aria asintió, llevando la bolsa de botellas de la mesa de servicio a la mesa del comedor. Las botellas dentro de cada una tenían su propio color; había uno azul, rojo y blanco.

“La botella azul se adaptaría mejor a un aperitivo. La acidez ayuda a estimular el apetito”, dijo Rio.

“Entonces tomare esa,” decidió Liselotte. “Que interesante. Yo también quiero probarlo. “Entonces, yo también”.

Había otros aperitivos disponibles, pero Cedric y Julianne decidieron inmediatamente el mismo alcohol. Como ese era el caso, Rio y Miharu también decidieron lo mismo.

“Permíteme verterlo”. Aria agarró la botella azul con movimientos familiares, vertiéndola en un vaso de metal. Una vez que el alcohol se derramó para todos, Liselotte y sus padres miraron dentro de la copa con gran interés.

“Se parece a la cerveza en apariencia, pero este aroma es… ¿manzana?” Liselotte analizó el alcohol en función de su apariencia y olor. El vaso se llenó con un líquido transparente de color similar a la cerveza sin espuma, el aroma fuerte similar a la acidez de una manzana en lugar de dulzura.

“Sí, es como has adivinado”, asintió Rio.

“Espero con ansias el sabor. ¿Tendremos el brindis ahora? ¿Todos tienen sus vasos listos?” Instó Cedric, ansioso por beber el alcohol. Todos en la mesa tomaron sus vasos en sus manos y esperaron las siguientes palabras de Cedric.

“Para conmemorar esta nueva reunión maravillosa — ¡salud!” Cedric anunció.

“¡Salud!” Todos levantaron sus vasos antes de llevárselos a la boca. Rio sentía curiosidad por la reacción a su creación y rápidamente dirigió su mirada hacia Liselotte y sus padres.

“… ¡Delicioso!” Los ojos de Liselotte se abrieron de sorpresa. La apariencia era similar a la cerveza sin espuma, pero su sabor estaba más cerca de un vino blanco caro.

Era menos dulce y alcohólico que el vino, lo que lo hacía un sabor más fácil en la boca. También estaba la acidez de la manzana que realmente estimulaba el apetito.

“Ciertamente tiene una acidez, pero es muy fácil de beber. La dulzura de la manzana se ha ido, pero eso es precisamente lo que la hace perfecta como aperitivo. Deja un sabor maravilloso en la boca”, elogió abiertamente Cedric.

“De hecho, podría beber muchos vasos de esto. También se adaptaría a la comida, lo que me deja en apuros. No soy muy tolerante con el alcohol… “, dijo Julianne, que también disfrutó mucho el sabor y el aroma de la bebida.

“Me alegra saber que fue de su agrado”. Los labios de Rio se alzaron de alivio.

“Raramente he encontrado alcohol tan bueno antes. ¿De dónde sacaste esto?” Cedric preguntó con curiosidad.

“Padre, este alcohol fue hecho por el mismo Sir Haruto”, dijo Liselotte.

“¿Qué? ¿Esta es tu creación? La calidad es más que suficiente para ser vendida como un producto de clase alta…” Los ojos de Cedric se abrieron con sorpresa.

Rio sacudió la cabeza lentamente. “Los ingredientes no costaron tanto, y tampoco es tan difícil de hacer. Hay otras dos botellas para probar, así que siéntase libre de comparar el sabor”.

“Hahaha, parece que tengo una cosa más para disfrutar durante esta cena”. Cedric se rio de buena gana.

¿Es esto algo que hizo con su conocimiento de su vida anterior también? Si es así, tal vez la casa familiar de Sir Haruto era una especie de cervecería… En cualquier caso, tendré que negociar con él para obtener el método de producción de este alcohol junto con los pasteles de Lady Miharu. Un fuego se encendió en silencio dentro del alma mercante de Liselotte.

“¿Oh? Ahora que nos ha presentado un alcohol tan maravilloso, parece que Liselotte está pensando en venderlo como un producto en el Gremio Ricca”. Como su padre, Cedric vio a través de lo que Liselotte estaba pensando de inmediato, y cambió el tema alegremente.

“… Oh, padre”. Las mejillas de Liselotte se enrojecieron de vergüenza.

“Si lo desea, estaría abierto a negociaciones como los pasteles de Miharu”, dijo Rio con una sonrisa.

“¿De verdad? ¡Me encantaría discutirlo más a fondo!” Liselotte asintió alegremente. Trajeron los aperitivos de la cocina y los colocaron sobre la mesa, y la cena estaba lista para comenzar.

Cuando comenzó la cena, Cedric dirigió la conversación hábilmente, ayudando a crear un ambiente cálido y constante lleno de risas. Julianne se rió de buena gana, atrayendo a Miharu y Liselotte a reír también, a lo que Rio observó con una sonrisa pacífica en su rostro. Miharu también encontró que el alcohol era delicioso, y continuó bebiendo muchos vasos con Julianne y Liselotte a pesar de decir que solo tomaría uno. Por otro lado, Rio acompañó a Cedric a beber varios vasos.

“Liselotte es una niña amable y considerada como Julianne, pero al mismo tiempo, ha crecido para ser una mujer de carácter fuerte, a diferencia de Julianne”. El alcohol finalmente circuló en el sistema de Cedric, haciéndolo sentir animado cuando comenzó a hablar de Liselotte.

“¿P-Padre?” Desconcertada, Liselotte miró a su padre aturdido. Sin embargo, Cedric estaba sonriendo mientras continuaba hablando con Rio y Miharu sentado frente a él.

“Para vivir como un noble, no puedes ignorar esta cosa llamada conexiones personales. Entiendes esto, ¿verdad?”

“Sí, lo sé”. Rio asintió sin dudarlo.

«Conexiones de casa en casa. En otras palabras, el matrimonio es el mejor método para formar esas conexiones personales. El matrimonio es un fenómeno social difícil de evitar para los nobles, en aras de continuar su línea familiar y en aras de crear conexiones personales. Por eso los nobles tienen matrimonios políticos. También han organizado entrevistas de matrimonio para ellos… Incluso si las personas involucradas no quieren”, dijo Cedric, con una sonrisa algo preocupada en su rostro.

“Liselotte tampoco fue una excepción a eso. Como familia duque, muchas propuestas de matrimonio provenían de otras familias. Desde muy joven también. En realidad, la mayoría de ellos fueron solo introducciones, pero con la importancia de las relaciones armoniosas en una sociedad noble, habría sido un mal movimiento rechazarlos a todos “, explicó Cedric a Rio y Miharu que escuchaban en silencio.

“Como pueden ver, Liselotte es una chica hermosa. Con su buena apariencia, muchas familias presentaron propuestas para entrevistas de matrimonio. Por supuesto, fue difícil aceptarlos a todos, por lo que solo elegimos los que eran difíciles de rechazar e hicimos que Liselotte los conociera”, concluyó Cedric con una sonrisa nostálgica en su rostro.

“Caray…” Liselotte parecía querer objetar a Cedric, pero al mismo tiempo, estaba extremadamente consciente de Rio y Miharu y se sonrojó de vergüenza. Julianne miraba a su hija con una sonrisa de satisfacción.

“Creo que fue cuando tenía siete años. Después de su primera entrevista de matrimonio, y luego varias más después de eso, Liselotte entró en mi oficina para hablar conmigo. “Si me gradúo temprano de la división secundaria de la academia real, quiero que escuches mis peticiones”, dijo.

“P-Padre, tal vez podrías detenerte allí…” Liselotte había averiguado de qué estaba tratando de hablar su padre e intentó cambiar el tema con una sonrisa temblorosa. Sin embargo, con los invitados justo en frente de ella, ella no podría ser demasiado agresiva con él.

Julianne detuvo a Liselotte con una sonrisa encantadora, después de lo cual Liselotte retrocedió con un pequeño suspiro. “No hay necesidad de eso, querido. Es la oportunidad perfecta para que Haruto y Miharu sepan lo maravilloso que eres”.

Cedric resopló de risa mientras miraba a su amada hija. “Liselotte tenía solo siete años en ese momento, pero sentí algo espeluznante de ella. Me preguntaba cuál era la razón de tal comportamiento, así que le pedí que me explicara. ¿Sabes lo que dijo en respuesta?” les preguntó a Rio y Miharu con verdadero deleite.

Rio intercambió una mirada con Miharu a su lado antes de apuñalarlo. “Basado en la historia hasta ahora, ¿tuvo algo que ver con los matrimonios arreglados?”

“Exactamente. Liselotte dijo esto, brusca y tersamente: ‘Padre, no deseo entrar en un matrimonio concertado con una pareja que no deseo. Deseo elegir con quién casarme. Es por eso que deseo obtener el poder suficiente para decidir con quién me quiero casar’. Y así, para hacerlo, solicitó ayuda para establecer el Gremio Ricca, así como confiarle la administración de parte de mi territorio. ¿He mencionado que tenía siete años durante esto?” Cedric asintió con firmeza, conteniendo su risa mientras charlaba con entusiasmo.

“Así que ella era excepcionalmente inteligente a esa edad”. Rio se rió entre dientes, mirando a Liselotte.

“¿Puedes entender cómo me sentí al ver a mi propia hija tan fuerte y valiente en espíritu? En ese momento, asentí sin pensarlo dos veces. Luego, escribió su tesis innovadora a la edad de diez años y se graduó de la Real Academia del Reino de Galarc en cuestión de pocos años. Incluso me sorprendió su nivel de inteligencia”. Cedric miró a Liselotte con una expresión seriamente orgullosa.

Ugh, esa es mi oscura historia. ¡Pero no se pudo evitar! Tenía solo siete años y los viejos de treinta y cuarenta años me pedían mi mano en matrimonio. En ese momento, ya estaba tan ocupada tratando de aprender los conocimientos básicos de este mundo, y todo lo que sentí fue un miedo frío y amargo. Liselotte recordó el pasado y se sonrojó con un rojo intenso.

“Por eso le confié a Amande y le pedí que obtuviera su independencia como presidenta del Gremio Ricca, pero vivir separados todos los días me deja preocupado. Justo el otro día, Amande fue atacada por enjambres de monstruos, ¿no? He escuchado cosas sobre un hombre llamado Lucius liderando un grupo de mercenarios detrás de todo, y la aparición de criaturas como dragones”, se lamentó Cedric, su tono triste mientras hablaba. Luego se enderezó y se volvió hacia Río.

“Escuché que eres un extraordinario espadachín. Liselotte ha dicho que también eres excepcionalmente confiable. Después de conocerte así, la impresión que recibí es exactamente como dijo Liselotte.”

“No soy digno de esas palabras”. Rio se inclinó humildemente.

“Miharu también es una joven humilde y educada, encantadora y maravillosa. No quiero hacerte sentir cauteloso, pero tengo una pequeña solicitud para ustedes dos”.

“¿Qué quieres decir?” Rio inclinó la cabeza y le indicó que continuara.

“Debido a su edad y trabajo, mi hija tiene muy pocos amigos de la misma edad con quienes pueda ser honesta. Hay muchos que la idolatran por su sabiduría desbordante, pero hay muchos que no se sienten cómodos por eso. Por eso, si a ustedes dos no les importa, ¿podrían seguir siendo sus amigos en el futuro?” Dijo Cedric, inclinando su cabeza profundamente hacia Rio y Miharu.

“… Por supuesto, si Lady Liselotte también desea eso”. “Yo también estaría encantado”.

Rio y Miharu asintieron con una sonrisa.

“Gracias. Me alegra escucharlo. Ahora, hoy es una buena oportunidad para que conozcas mejor a Liselotte. Ella dijo algo tan extravagante a los siete años de edad, después de todo… Todavía hay muchas historias heroicas más que contar sobre ella, así que préstenme sus oídos”. Una sonrisa apareció en la cara de Cedric mientras miraba a Liselotte con picardía.

Incluso Liselotte ya no podía sentarse de brazos cruzados y objetar. “¡Por favor, deja de molestarme más, padre!”

“Haha, la he enojado. Dicho esto, en comparación con mi yo de siete años que no tenía visiones del futuro, Liselotte parece tan capaz. Es deber de los padres alardear de sus hijos. Julianne piensa de la misma manera, estoy seguro”. Cedric se rió alegremente, halagando a su amada esposa.

“No, no, incluso cuando tenía siete años, todo lo que me importaba era cultivar flores. Nunca se me pasó por la cabeza tallar mi propio camino en la vida. Estoy segura de que su inteligencia viene de ti— dijo Julianne alegremente, riéndose para sí misma.

“Lo siento, señor Haruto, Lady Miharu. Estos dos se jactarán ante cualquier oportunidad que tengan”. Liselotte suspiró.

“No, creo que es maravilloso que sean tan cercanos”, dijo Miharu alegremente, sacudiendo la cabeza.

“Gracias. Hablando de eso, ¿qué clase de niño eras como a los siete años, Miharu?” Julianne preguntó de repente.

“¿Yo? Cuando tenía siete años…” Los ojos de Miharu se abrieron cuando recordó cuando tenía siete años. Tenía siete años justo después de separarse de Haruto. El recuerdo más claro en su mente, incluso ahora, era su despedida de Haruto.

“Quería casarme con mi amigo de la infancia, que estaba separado de mí. Prometimos casarnos cuando nos separamos, así que aprendí a cocinar muchos tipos de comida…” Miharu lanzó una mirada de reojo a Rio para juzgar su expresión mientras hablaba. Por un momento, la cara de Rio se puso rígida, tan levemente que incluso Miharu no pudo verla. Sin embargo, inmediatamente levantó una fachada amigable para cubrir sus emociones.

“Dios mío, eso es encantador. ¿Cómo te sientes con ese chico ahora, me pregunto?” Los ojos de Julianne brillaban mientras interrogaba a Miharu.

“¿Huh? U-Umm, no nos hemos reunido desde entonces, pero siempre lo he recordado, y el recuerdo aún es precioso para mí incluso ahora…” La repentina pregunta tomó a Miharu por sorpresa, haciendo que se sonrojara mientras respondía nerviosamente.

“¿Un recuerdo precioso…?” Julianne instó con entusiasmo a Miharu a continuar. Cedric miraba a Miharu cálidamente, mientras que Liselotte también escuchaba con interés.

Miharu puso una mano sobre su pecho y respiró hondo. “… Incluso cuando a veces lo recordaba de la nada, no estaba seguro de si esos sentimientos todavía estaban fuera del amor. Pero recientemente, finalmente me di cuenta… que todavía lo considero precioso para mí y lo amo incluso ahora”.

“¡Oh vaya!” Julianne estaba extasiada al escuchar la respuesta que esperaba, cubriéndose la boca mientras se regocijaba.

“A-Ahaha, parece que estoy un poco borracha”. Miharu lanzó otra mirada a la cara de Rio a su lado antes de que no pudiera soportar los sentimientos de vergüenza. Ella bajó la cabeza, sonrojándose de un rojo brillante.

Rio tenía una sonrisa algo incómoda en su rostro.

“Hehe, ya veo. Tu cara esta roja, después de todo. Pero es una historia maravillosa. Si tan solo Liselotte también pudiera experimentar un amor tan maravilloso como eso”, dijo Julianne a Miharu con una voz alegre, cambiando el tema a su amada hija.

“¿T-Tienes que ponerme en medio en una situación como esta?” La cara de Liselotte se crispó ante el cambio inesperado en la conversación.

“Siento que aún es demasiado pronto para que Liselotte se enamore…” Cedric expresó su desaprobación con una mirada severa, mostrando su lado sobreprotector.

“¿Oh? ¿Quién fue el que buscó apasionadamente mi mano en el matrimonio cuando tenía quince años otra vez, me pregunto?” Julianne miró a Cedric con linda indignación.

“Hahah. ¿Me pregunto quién?” Cedric se rió descaradamente, fingiendo ignorancia.