Amagi Brilliant Park

Volumen 8

Capítulo 2: Exodo

Parte 1

“No me preguntes nada”. “No se lo digas a nadie”. Isuzu fue tan leal que cuando Seiya le dijo que se callara, no tuvo más remedio que obedecer. Aun así, no pudo evitar pasar la noche dando vueltas y revolviéndose el cerebro.

Pasó un tiempo sin dormir sola en el dormitorio de la niña, sus pensamientos ansiosos recorrían tres líneas generales:

Número uno… Kanie Seiya estaba lidiando con problemas familiares, y finalmente estaba haciendo planes para mudarse del departamento que compartía con su tía, Kyubu Aisu. La compañía de bienes raíces había llamado para informarle sobre una propiedad apropiada.

También era posible que quisiera conseguir un lugar para vivir con Isuzu. Aunque eso sería bastante repentino, era la única razón por la que podía pensar por qué él posiblemente querría traerla. “Mira, tiene un bonito baño grande. Podemos tomar baños juntos. Podemos comenzar nuestra vida juntos aquí, ¿verdad, Sento?” ¿Qué haría ella si la tomara en sus brazos y le susurrara eso? Pero si… si… si él le hiciera esa oferta, ¿qué sería de su juramento a la princesa?

No, eso no podría ser. Pero aun así… pero aun así…

Número dos… ¿Podría ser que a Kanie Seiya le gustaran las mujeres mayores? Esa mujer en el teléfono sonaba más de 40 años, e incluso podría tener hasta 60 años. ¿Su intercambio de teléfonos ocultaba un erotismo cargado pero sutil que una niña como ella no podía comprender? No sería extraño que una pareja adulta, tratando de ocultar su relación, actuara de esa manera. No sería extraño en absoluto.

Pero en ese caso, ¿por qué llevaría a Isuzu a ver su nido de amor con una mujer mayor? Era una forma indirecta de decir ‘Ten una pista. Estoy viviendo con esta mujer mayor; renunciar a mí’, o ¿algo así? Pero no era como si tuvieran ese tipo de relación para empezar. Sería extraño decirle a alguien que todavía era simplemente tu secretaria. Pero aun así… pero aun así…

Número tres… ¿Y si Seiya estaba saliendo con una mujer en el parque y estaba buscando un lugar para vivir con ella? ¿Y si fuera Muse? Sin ofender a Muse, por supuesto. Era solo hipotético. Puramente hipotético. Y luego, y luego… ¿qué pasaría si no quisieran soportar la carga del alquiler por sí mismos y quisieran idear algún… esquema, para pagarlo utilizando las finanzas del parque? Eso podría explicar por qué quería a su secretaria…

Pero espera. Para asuntos de financiamiento, tendría más sentido traer al jefe del departamento financiero, Ashe. Ella era la persona que sostenía las cuerdas del bolso en el parque, y definitivamente no permitiría que los fondos se usaran de esa manera. A menos que… ¿Ashe? ¿Era Ashe la otra mujer? Si planeaba vivir con Ashe, ¿no explicaría eso todo lo que dijo? Por supuesto. Ashe, ¿verdad?

Además de Isuzu, la mujer con la que Kanie Seiya pasó la mayor parte del tiempo no era Latifah, sino Ashe. Ella era un ex ministro de élite de Schubert, un tipo elfo oscuro con cabello rubio y piel cobriza. Ella siempre era muy profesional, y vestía trajes ajustados que mostraban sus bonitas curvas. Ashe era una mujer increíblemente atractiva, e Isuzu sabía que no podía competir. Pero aun así… pero aun así…

***

Isuzu terminó pasando una noche de insomnio gracias a estos pensamientos. A la mañana siguiente se abrió paso tambaleándose, llegó a la estación Inabazutsumi de la ciudad de Amagi a las 11:00 y encontró a Seiya allí de pie con su ropa habitual: jeans de UNIQLO, una parka de The Gap y zapatillas baratas.

Mientras tanto, Isuzu había hecho todo lo posible, vistiendo un top de punto jersey con un escote caído (enfatizando su pecho), un cárdigan con volantes (enfatizando su feminidad) y una falda plisada con un patrón de flores (enfatizando sus piernas). “¿Así qué? ¿A dónde vamos?” Preguntó Isuzu, luchando contra su somnolencia y reponiéndose. Si fuera alguna de sus tres posibilidades, no podría estar demasiado lejos de la ciudad de Amagi.

“Te ves bien vestido”, observó Seiya. “¿Dónde creías que íbamos?”

“…?”

“No nos dirigimos a la ciudad”, aclaró. “Son los suburbios… bueno, en realidad, más como el país”.

“¿Qué quieres decir?” Preguntó Isuzu.

“Vamos al lago Sanami”, le dijo. “¿No mencioné eso?”

No lo hizo. No había dicho nada. El lago Sanami estaba en las montañas, lejos del oeste de Tokio, al otro lado del monte. Takao. Estaba justo en la frontera, en la prefectura de Kanagawa. Era el tipo de lugar que estaba lleno de turistas los fines de semana, pero casi vacío entre semana. ¿Cuál sería el punto de alquilar un apartamento en los barrios? (Disculpas, pero “los palos” era la única forma de decirlo).

“Eso está a dos horas de aquí”, dijo con incredulidad.

“Más bien como una hora y cambiando”, dijo. “Subamos al tren”.

“¿Podrías explicarme primero?”

“Te lo explicaré en el camino”.

“……” Sin otra opción, Isuzu siguió a Seiya.

***

Se subieron a la línea JR Nanbu desde la estación Inabazutsumi, en dirección a Tachikawa. La línea Nanbu era temblorosa y ruidosa. Era conocido localmente como el ‘tren del juego’. Había muchas pistas de caballos y pistas de ciclismo a lo largo de la línea, por lo que los pasajeros del domingo naturalmente tendían a esa disposición. Estaban rodeados de hombres de mediana edad que observaban la muerte en los periódicos de carreras de caballos, lo que hacía que hablar fuera incómodo.

“Veamos, por dónde empezar…” Seiya finalmente dijo después de que cambiaron a la Línea Chuo en Tachikawa. “¿Sabes algo sobre Kagawa Real Estate?”

“Un poco. He escuchado el nombre, al menos “, dijo Isuzu, pero la verdad era que los había buscado anoche. No había mucho uso en su página de inicio, pero se las había arreglado para darse cuenta de que realmente no hacían residencias y, en general, manejaban la venta de terrenos para corporaciones. Aparentemente, manejaban las cuentas de varios ager, estos eran parques de atracciones, administrados por reinos mágicos, dentro de Japón.

“Las he tenido en secreto buscando propiedades en las últimas semanas”, le dijo Seiya. “Esto no es algo de lo que pueda hablar casualmente a la gente”.

“No tenía idea,” dijo Isuzu, sintiéndose desconcertado.

“Necesidades de la situación. No quería que nadie lo supiera”.

“No sé qué está pasando, pero parece muy lejos”, señaló.

“¿Qué?”

“Si está alquilando un apartamento, el lago Sanami parece estar demasiado lejos”, dijo Isuzu, tratando de parecer despreocupado.

Seiya frunció el ceño. “¿Apartamento? ¿De qué estás hablando?”

“¿No es un departamento? ¿Una casa, entonces?” ¿Estaba tratando de obtener una gran propiedad con mucho terreno en el país donde el alquiler era barato? En la edad en que vivían, había escuchado que se podía obtener una bonita casa de verano por solo unos pocos millones de yenes: tres habitaciones, con un patio y una fuente termal.

¡Una fuente termal! ¡Por supuesto! ¿Quiere disfrutar de una fuente termal con alguien? No sé quién, pero él debe saber cuánto me gustan los baños calientes. Y si me está contando todo esto… ¿me está poniendo a prueba? Sanami Lake es famoso por sus aguas termales aisladas. ¿Quizás está tratando de ver si la mención de una villa allí me haría feliz? ¿Tal vez? Sí. Sería una mentira decir que no tengo ningún interés en las aguas termales del lago Sanami. Él debe ser-

“Ah, solo para advertirte, no iremos a las aguas termales del lago Sanami”, dijo Seiya sin rodeos.

Isuzu se enderezó en estado de shock, sintiendo como si le hubiera leído la mente. “¿Aguas termales? ¿Qué quieres decir?”

“No estoy muy seguro, pero te conozco”, le dijo. “Supuse que estabas pensando que quería alquilar una casa con un baño termal, o algo así”.

“Ridículo. No estaba pensando en las aguas termales en absoluto “, mintió Isuzu descaradamente.

“¿De verdad? Está bien,” dijo Seiya con genuina indiferencia. “De todos modos, estaba buscando propiedades. No un apartamento o una casa, tierra.”

“¿Tierra?”

“Tierra”, dijo con firmeza. “Estoy buscando una gran parcela de tierra”.

“Una gran parcela… ¿qué tan grande?” Isuzu quería saber.

“Veamos… alrededor de 500,000 metros cuadrados, si puedo conseguirlo”.

“Pero eso es…” Una palabra apareció de repente en el fondo de la mente de Isuzu. ÉXODO. Esa fue la palabra que había visto escrita en la pantalla de la computadora de Seiya después de que él se desmayó por el agotamiento. Éxodo: un gran movimiento fuera de Egipto. Migración. Y los 500,000 metros cuadrados que Seiya mencionó eran la misma área que Amagi.

¿Qué significaba? Eso era obvio; él iba a mover el parque. Seiya iba a trasladar todo el parque fuera de la ciudad de Amagi a otro lugar.

“Veo que has entendido mi significado”, dijo Seiya, con gran indiferencia a pesar de la gravedad de la situación. “Por eso estaba buscando en secreto. ¿Te imaginas qué pasaría si se corriera la voz?”

“¿Hablas en serio?”, Preguntó ella.

“Todavía no me he decidido”, admitió. “Pero lo estoy explorando muy en serio”.

“Porque en la tierra-”

“¿Por qué piensas? No hay forma de que consigamos tres millones de personas para fin de año”. Era septiembre ahora. Su mejor período para atraer clientes, las vacaciones de verano, ya había terminado. Solo iba a hacer más frío de aquí en adelante. Les quedaban muchos meses, pero el tráfico en enero y febrero seguramente sería bajo; La asistencia durante este tiempo era típicamente tan mala que la mayoría de los parques de diversiones podían cerrar por completo de lunes a viernes.

Su asistencia actual fue de 1.2 millones. Habían superado su asistencia total del año pasado en un grado que casi podría llamarse un milagro. Pero su asistencia final todavía probablemente caería en algún lugar alrededor de los dos millones. No importa cuán optimistas sean sus cálculos, el déficit era inevitable; no hubo un movimiento valiente, ningún esfuerzo del elenco que fuera lo suficientemente significativo como para cambiarlo.

Los números habían quedado claros el mes pasado; Por eso había intentado la guerra de ofertas entre Digimaland y Cosmic Studios. Pero luego lo tiró por la ventana, y de la manera más grosera posible. Isuzu se sintió aliviada al ver que esas negociaciones se desmoronaron, pero aún no habían resuelto el problema de los tres millones de asistencia, y ninguno de esos dos conglomerados ofrecería ayuda a AmaBri nunca más. Aun así, se referían a Seiya, ella sabía que debía tener un truco bajo la manga. Así que esto fue todo. “¿Estás huyendo?”, Preguntó ella.

“Así es”, dijo Seiya con una sonrisa autocrítica. “La única razón por la que tenemos que lidiar con ese absurdo requisito de tres millones es porque nos aferramos a la ciudad de Amagi. Es como un arrendador que hace demandas irrazonables a sus inquilinos. En algún momento, solo tienes que mudarte”.

“Aun así… esto no es exactamente como cambiar de apartamento”, señaló Isuzu.

“He pasado mucho tiempo desde entonces leyendo sobre varios contratos”, dijo Seiya. “Creo que es posible”.

“Pero, ¿qué pasa con el dinero?”

“No estamos rodando en él, pero creo que estaremos bien. Ya tenemos casi dos millones de asistentes, así que deberíamos tener suficiente para pagar tanto a Amagi Development como a la ciudad “, explicó Seiya. “El dinero que gastamos en las renovaciones este año se puede pagar durante dos años con el dinero que ganamos con la venta de terrenos e instalaciones. Además, el interés es muy bajo en este momento. Hice una estimación aproximada; echar un vistazo. ¿Ves?” Seiya arrancó una página de su cuaderno y se la tendió a Isuzu.

Isuzu pasó cerca de un minuto leyéndolo a fondo. Eran solo cálculos aproximados, pero bajo este plan, probablemente podrían extraer suficiente dinero para su llamado “éxodo”.

“El costo de la tierra alrededor del lago Sanami es aproximadamente un tercio de la ciudad de Amagi”, dijo Seiya. “Todavía es mucha superficie, por lo que no será barata, seguro… pero parece una opción realista, ¿verdad?”

“¿Realista? Difícilmente.” Respondió Isuzu, y frunció el ceño. “¿Y el elenco? La mayoría de ellos viven en o cerca de la ciudad de Amagi, ¿no?
¿Crees que todos se mudarán felices al medio de la nada?”

“No es el medio de la nada. Y es solo alrededor de una hora en tren”.

“¿Pero todavía esperas que todos sigan con esto? El elenco veterano se rebelará, y los jóvenes renunciaran en lugar de viajar.”

“Entonces haremos que funcione con quien quede”, dijo Seiya sin rodeos. “Además, es mejor que perder el parque por completo”.

“Bueno… supongo que es cierto, pero…” Isuzu no tenía un plan alternativo. Por supuesto que no lo hizo. Seiya había pasado seis meses sacándose el cerebro, y esto era lo mejor que se le ocurría.

“Hay muchos problemas con los que lidiar, por supuesto”, continuó. “Reacción de los empleados, como dijiste; qué hacer con las atracciones; las inevitables negociaciones con Maple Land cuando nos mudemos; etcétera etcétera…”

“Lo más importante, ¿cómo vamos a traer invitados?”, Preguntó. “Nuestros clientes habituales no nos seguirán tan lejos”.

“Eso es lo que hace que la ubicación sea tan crucial”, le dijo. “AmaBri ha tenido suerte en ese sentido”. AmaBri realmente tenía una buena ubicación: treinta minutos de Shinjuku en tren, luego diez minutos en autobús. Solo había otros dos o tres parques de atracciones tan accesibles desde la ciudad. “Además, una caída en la asistencia no será fatal de todos modos. Podremos tomarlo con calma, avanzando con números decentes y ganancias aceptables. Podemos hacer que nuestro objetivo, digamos… ¿500,000 al año? Eso debería ser más que suficiente para mantenernos en el juego.” Parecía tan relajado. No había desesperación, ni tensión en su voz.

Isuzu finalmente se dio cuenta de por qué Seiya había estado actuando tan extrañamente últimamente. “Ya veo…” murmuró ella.

“¿Eso te molesta?”, Preguntó.

“Bueno…” No la molestó en absoluto. Isuzu odiaba la idea de poner más carga o preocupación sobre Seiya. No es que haya tenido la culpa de ninguno de sus problemas. Si te facilita las cosas, me alegro: estaba a punto de decirlo, pero luego se tragó las palabras. En cambio, dijo con calma, con calma forzada: “Solo veo por qué has estado con tan poca energía últimamente. Eso es todo.”

“Hm…”

“Cuando miro más de cerca, tu mandíbula se afloja”, reflexionó. “Tu mirada es más descuidada. Los humanos caen en desgracia tan fácilmente…”

“¿Qué diablos? ¡Estoy hablando de asegurar un futuro para el parque! ¡Además, me miro en el espejo todas las mañanas, y sigo siendo tan guapo como siempre! ¡Necesitas que revisen tus ojos si crees que me estoy aflojando en absoluto!” Dijo Seiya, abiertamente molesto.

Al ver que todavía era capaz de arrogancia, Isuzu sintió alivio. “Tú confianza en ti mismo es lo único que siempre he admirado de ti”.

“Hmph”. Seiya dejó escapar un resoplido y miró por la ventana del tren con tristeza. “Pero, es una lástima…”

“…?” Ella esperó a que él terminara su declaración.

“La autoconfianza no vale la pena”, dijo finalmente.

El tren siguió moviéndose. Las casas visibles fuera de las ventanas se volvían cada vez más dispersas, y las montañas se extendían hasta donde alcanzaba la vista. El oeste de Tokio era una región montañosa, por lo que era de esperar.