Amagi Brilliant Park

Volumen 6

Capítulo 2: El Día Libre de Seiya

Parte 4

Isuzu y los demás le habían dicho que descansara, pero Seiya no estaba de humor para hacerlo. La lesión de Latifah había sido leve, pero fácilmente podría haber sido mucho más grave. Seiya estaba tan conmocionado y enojado consigo mismo que le ordenó al miembro del reparto a cargo que cerrara el carrusel averiado hasta nuevo aviso.

Lo que eso significaba era que probablemente lo derribarían. La reparación costaría demasiado, y en la mente de Seiya, tenía un estigma como “la atracción que lastimaba a Latifah”. Él le había dicho a Latifah tanto mientras sus heridas se reparaban. Parecía querer decir algo más, pero se contuvo y simplemente asintió. La triste manera en que lo había hecho era solo otro registro en el fuego de la ira de Seiya.

Al final, su pequeña aventura en el parque no había dado una sola buena idea; esa era la forma en que alguien golpeaba una pared de ladrillos Había esperado que su cita con Latifah produjera algo, un leve atisbo de esperanza de que se pudiera ver una salida del túnel, pero no había sido tan afortunado. La única forma de generar ideas ahora era actuar.

Por lo tanto, Seiya tomó medidas. En el momento en que llegó a casa, hizo algunas llamadas y luego regresó en bicicleta al centro de la ciudad de Amagi. Parecía que aún podía encontrarse con el hombre que buscaba esta noche.

Le llevó unos veinte minutos llegar a su destino; Un campo de golf en medio de un tranquilo barrio residencial. El sol ya se había puesto, y las cegadoras luces blancas y la vibrante red verde destacaban en un fuerte alivio contra la oscuridad. Incluso desde el estacionamiento, podía escuchar el golpeteo de pelotas de golf bien golpeadas.

El lote estaba lleno de autos extranjeros: tres Mercedes, dos BMW, un Audi y un Volvo. Incluso los autos domésticos eran Lexuses y similares. El campo de prácticas atendía a los acomodados, por lo que la pared exterior de azulejos de ladrillo y la fuente en la entrada eran de primera categoría. No vio un lugar para estacionar su bicicleta, por lo que la apoyó en la entrada y cruzó la puerta automática hacia el salón.

“Bienvenido. ¿Tiene una reserva? ”, Le preguntó inmediatamente la recepcionista de mediana edad. Era educada y cortés, pero claramente estaba en guardia alrededor del joven desconocido.

Según la investigación avanzada de Seiya, este lugar fue utilizado a menudo por jóvenes aspirantes a profesionales en la región, pero la recepcionista probablemente los conocía a todos a la vista. Ergo, Seiya decidió emplear una táctica diferente. “Er… disculpe. Creo que mi abuelo podría estar aquí…”

“Sí, señor”, dijo la recepcionista agradablemente. “¿Y cómo se llama?”

“Hojo Ichiro”.

“¿Y podría preguntarte tu nombre?”

“Um, Kazuki”.

“¿Podrías esperar un momento?”

“S-seguro. Lo siento”. La actuación de Seiya de un estudiante de secundaria que se sentía fuera de lugar fue perfecta.

Afortunadamente, la recepcionista lo creyó. Con una sonrisa destinada a calmar su nerviosismo, ella regresó detrás de su mostrador. Por supuesto, Seiya no estaba realmente nervioso en absoluto: había sido invitado por muchas grandes estrellas y sus esposas a visitar clubes de campo en sus días de actor infantil. Este rango de práctica no fue diferente.

La secretaria tuvo una breve conversación telefónica con alguien más en el edificio, luego habló con Seiya nuevamente. “Entra. Hojo-sama está en el duodécimo campo de prácticas”.

“C-Correcto”, dijo temblorosamente. “Gracias.”

“¿Debo mostrarte el camino?”, Preguntó ella.

“¡No, gracias! ¡Yo… puedo manejarlo!” Él le hizo una reverencia y luego se alejó.

Una vez que la recepcionista se perdió de vista, Seiya inmediatamente abandonó el acto nervioso. Si fuera un asesino que planeara matar a Hojo Ichiro, ella tendría una gran responsabilidad por lo que sucedió después; desafortunadamente, este era un campo de prácticas de vecindario simple, no un hogar para políticos y jefes de la mafia.

La mitad de los rangos estaban en uso. Figuras tipo entrenador enseñaron a las mujeres jóvenes a pararse, sostener el palo y columpiarse. Hombres de mediana edad murmuraron y parecieron proyectar la cara de su jefe sobre una pelota antes de golpearla.

El hombre que buscaba estaba en el último rango. Era un hombre de unos 70 años, pero su postura era erguida. Tenía los ojos hundidos, las papadas caídas y las cejas largas y peludas.

Este era Hojo Ichiro, el CEO del enemigo mortal del parque, Amagi Development. Se habían visto varias veces antes, así que Seiya lo conoció a la vista. Hojo no se dio cuenta de Seiya al principio, pero siguió balanceando a su palo silenciosamente y hábilmente. Cada golpe dejó escapar un sonido sólido de contacto, y la pelota voló directamente hacia donde la había apuntado.

“Hojo-san”, Seiya lo saludó cortésmente.

“…? ¿No eres tú…?” Hojo se detuvo a mitad de camino y frunció el ceño.

“Kanie, de Maple Real Estate”. “Maple Real Estate” era el nombre corporativo de AmaBri; se quedó sin fondos de Maple Land.

“Lo sé”, respondió Hojo. “¿Qué estás haciendo aquí? … No eres un golfista, ¿verdad? ”

“No, vine aquí para hablar contigo”, admitió Seiya. “Alguien en tu empresa me dijo que a menudo vienes aquí los lunes”.

“Hmm. Me pregunto quién pudo haber sido…” Hojo murmuró gruñón, luego dejó escapar otro golpe completo. La pelota voló en un hermoso arco. “Lo siento, pero ¿podemos hacer esto otro día? Me voy ahora mismo”.

“Estás libre la mayoría de los días”, señaló Seiya. “Solo ingresas a tu oficina por unas horas dos veces por semana para jugar en tu PC”.

El viejo lo fulminó con la mirada. “Sabía que eras un niño insolente… También me presionaste varias veces en el tema de la venta de tierras. Pero esto está un poco más allá del límite, ¿no crees? ”

“Era la única forma en que sabía que teníamos una reunión contigo”.

“Estoy hablando de tu actitud”, le dijo Hojo con frialdad. “Estás siendo muy agresivo”.

“Y creo que sabes por qué,” respondió Seiya. Cuando estaban trabajando para hacer realidad la venta del segundo parque, Seiya y Hojo habían pasado por varias rondas de negociaciones, en las que Seiya siempre había mantenido una actitud respetuosa.

Ahora las cosas eran diferentes. Había venido a pelear abiertamente con este anciano, quien había sido quien le había entregado la cuota de asistencia de tres millones justo antes de que comenzaran las negociaciones finales de Malmart. Se había sentido como una puñalada en la espalda. Era el tipo de cosas que normalmente rechazaría sin control, incluso si eso significaba desechar el acuerdo. Pero debido a que había sido la única forma de garantizar el futuro financiero del parque, se había visto obligado a aceptar.

Hojo desvió la mirada. Fue igual que durante las negociaciones; la cara de un hombre que sintió que no era su problema. “Sabes, esas fueron conversaciones informales con un miembro de rango de la compañía. Por lo general, no haría eso… una vez que llegamos a la verdadera negociación entre los adultos adecuados… debes saber, es natural que surjan otras condiciones”.

“Pero antes de esa negociación”, replicó Seiya, “me dijiste que las condiciones estaban bien como estaban”.

“¿Lo hice?”, Respondió Hojo. “Bueno, tal vez eso era cierto en ese momento…”

“Adultos adecuados” mi ojo, pensó Seiya. Hojo no tenía reparos en revertirse a sí mismo en las cosas que había dicho antes, o en tratar de salir de esto. Seiya había visto más que su cantidad de personas. Y siempre se referían a sí mismos de esa manera: “adultos”.

Hasta donde Seiya había visto, los adultos reales no tenían que referirse a sí mismos de esa manera. Bueno, podrían usar esa frase en ciertas circunstancias, pero no se jactaban de eso. Por repugnante que Seiya fuera a admitir esto, Moffle fue un excelente ejemplo; El hombre era un adulto. Podría perder los estribos, podría dejarse llevar, podría desarrollar fijaciones infantiles… pero era un adulto.

Mientras tanto, este anciano… sintió la necesidad de agarrar un palo de golf y romperlo sobre su cabeza, pero por supuesto, se contuvo. Si iba a reventar la cabeza de este hombre, lo habría hecho en la reunión hace tres meses. Lo que Seiya quería era información. Su ira también fue en parte fingida. “Entonces, ¿qué cambió?”, Insistió. “¿Quién fue el que te alimentó con esa cifra de tres millones?”

“Nadie lo hizo”, dijo Hojo malhumorado. “Simplemente decidí, en el momento, que era apropiado”.

Vamos, pensó Seiya, justo antes de probar su magia. Esta era su segunda vez usando su magia para leer la mente en Hojo. Lo había usado durante la venta de terrenos para encontrar puntos de compromiso sobre el valor del segundo parque; Por eso había renunciado a la posibilidad de descubrir lo que realmente pensaba el viejo. Hasta ayer, eso es. ¿Pero Seiya realmente podría usarlo en él varias veces, como lo hizo durante su intercambio con Isuzu?

Era hora de averiguarlo. Seiya se concentró, y los pensamientos de Hojo se revelaron. [¿Podría saber sobre Kurayama-san de Cosmic Studios? No, eso es imposible…] ¡Funcionó! Pero eso significaba que había usado su magia por segunda vez. Probablemente había olvidado algo.

Seiya hizo un catálogo mental de lo que sabía sobre Hojo: Hojo Ichiro, CEO de Amagi Development. Graduado del departamento de ingeniería de la Universidad de Tohto, había pasado 30 años en el Ministerio de Construcción y MLIT. Había sido nombrado miembro de la junta de Amagi Development hace 13 años y había sido su CEO durante seis. Aficiones: golf y mahjong. El nombre de su esposa: Sadako. Los nombres de sus hijos: Kazufumi y Mieko. El nombre de su nieto, el nombre de su nieto, ¿cómo se llamaba su nieto?

Esa sensación de error lo confirmó para Seiya. Eso es. Olvidé el nombre de su nieto. Había usado el nombre del nieto hace unos minutos en el salón, pero esa información ahora estaba completamente borrada de su memoria.

Aun así, era un pequeño precio a pagar. Perder recuerdos de Isuzu y Latifah y sus otros amigos del parque fue un pensamiento escalofriante, pero Seiya no se arrepintió de perder los recuerdos de este viejo. Había subido información sobre la vida personal y el pasado del hombre como datos en la nube, y podía acceder a ella desde su teléfono inteligente en cualquier momento.

Esto funcionará, se dijo. Vine aquí esperando obtener una pista sobre cómo resolver este desastre, pero parece que podría obtener más que eso. Esto funcionará Vamos a empujarlo. Mientras continuaba, Seiya sacó su teléfono inteligente para tener a mano el perfil de Hojo. Mackey tenía razón en que Cosmic Studios estaba detrás de esto. Lo que significaba que la siguiente información que necesitaba era:

“Ya veo. Kurayama-san debe haberte ofrecido un trato bastante bueno.” La mención pareció salir completamente de la nada, causando que las cejas peludas del viejo se levantaran de sorpresa.

Seiya usó su magia por tercera vez. [¿Trato? ¿Sabe él que también aceptaron hacerme consultor en su nuevo parque? ¿Quién es este niño?] Por supuesto, una consultoría. Debieron haberle prometido al viejo una consultoría con el parque que construirían después de derribar a AmaBri.

Seiya había olvidado el nombre del viejo. Bajó la mirada hacia el perfil de su teléfono: era Hojo Ichiro. Bueno no hay problema

“No sé… de qué estás hablando”, dijo Hojo lentamente, tratando de mantener la calma.

Pero Seiya siguió presionándolo. “¿Es eso así? Sé que no te interesa el cambio de bolsillo en sí. Me pregunto cuánto costaría una consultoría. El salario anual sería, veamos… ”

Él usó su magia. Esta fue la cuarta vez. [20 millones de yenes. ¿Él sabe sobre eso, incluso? ¿Contrató a un detective? No, un detective no podría saber…]

Esta vez, Seiya olvidó su primer encuentro con Hojo Ichiro. Eso no estaría en su perfil, pero había detallado la reunión en su libro de registro en la nube. No hay problema. Seiya trató de sacudirlo aún más. “Si se descubriera que vendías tu propio parque por 20 millones de yenes al año… no sonaría muy bien, ¿verdad? El hecho de que Cosmic Studios vendría a Amagi sería una gran noticia, después de todo”.

“¿Estás… estás bien? Estás lanzando muchas acusaciones falsas…” El hecho de que había adivinado el número exacto parecía haber sacudido gravemente al anciano.

Seiya miró a Hojo con audacia. “Eso no es todo lo que sé sobre ti. Sé aún más…”