Overlord

Volumen 14: La Bruja del Reino Caído

Capítulo 3: El Último Rey

Parte 5

Ainz examinó el frente que su ejército había formado a partir de una carpa de lona de tres lados. Debido al hecho de que el ejército del Reino Hechicero estaba compuesto por seres no-muertos que no requerían suministros de alimentos, el frente que habían formado era mucho más pequeño que el que tendría un ejército convencional.

Desde una perspectiva objetiva, no había necesidad de establecer un frente y algunos incluso le habían sugerido esto. Sin embargo, Ainz creía que establecer un frente también era una experiencia valiosa.

En realidad, a partir de los varios frentes que ya habían formado, el que estaba frente a él parecía ser mucho más resistente que lo que tenían al principio.

Al inicio, estos frentes se formaron con la ayuda de la magia de Mare, pero debido a una razón específica, Mare había sido relegado a simplemente observar a los soldados construir el frente al lado de Ainz.

Aura también estaba observando a los soldados en el costado, pero parecía que solo estaba observando a sus propios sirvientes.

No importaba si se trataba de edificios frontales o carpas, la magia siempre podía producir un resultado de mayor calidad. Sin embargo, debido a la misma razón que la anterior, Ainz había ordenado que esta tienda que estaba siendo utilizada actualmente como su sede móvil se transportara a esta ubicación por medios físicos.

“Puede ser una buena idea dejar todas las tareas de ingeniería civil en el futuro a Mare.”

Entre la población del Reino Hechicero, había muchas razas de semi-humanos y heteromorfos que eran expertos en cavar túneles. Sería una buena idea ponerlos bajo el mando de Mare. Dicho esto, Albedo u otra persona también podían haber tenido esta idea y ponerla en práctica. Si alguien ya lo hubiera hecho, entonces la documentación relevante para esto ya debería haber sido examinada por Ainz. Era necesario que le preguntara a Albedo sobre esto de una manera indirecta más tarde.

¿Estaba siendo tácita? Albedo, quien debía haber estado trabajando duro para establecer el frente, había regresado con Cocytus.

“Ainz-sama. Parece como si los humanos hubieran enviado un mensajero. ¿Cómo procederemos?”

“¿No es un mensajero para declarar el comienzo de la batalla? Prepara una recepción… Prepara también las bebidas respectivas.”

Cuando Albedo comenzaba a preparar la mesa, las sillas y demás, un hombre que llevaba una armadura completa a caballo entraba en la línea de visión de Ainz.

Ainz reconoció la armadura que llevaba ese hombre.

“Eso es… Creo que esa es la armadura de Gazef Stronoff. ¿Es este hombre el Vice-Capitán guerrero? Es bastante diferente de las descripciones que he escuchado.”

El enviado se detenía entre los dos ejércitos y comenzaba a gritar su presentación.

“¡Soy el príncipe del Reino de Re-Estize, Zanac Valleon Igana Ryle Vaiself! ¡Deseo buscar una audiencia con Su Majestad el Rey Hechicero!”

Podía escucharlo claramente incluso desde esta distancia. Debía haber usado algún tipo de objeto mágico.

“¿Qué debemos hacer, Ainz-sama? Si él no está aquí para declarar el comienzo de la batalla, entonces sería una pérdida de tiempo conversar con él. ¿Iniciaremos la batalla de inmediato?”

” No. Albedo. No. Podemos. Hacer. Eso. El Oponente. Desea. Tener. Una. Batalla. De. Ingenio. Con. Ainz. Sama. Por. Lo. Que. Si. Lo. Rechazamos. Sin. Más. Afectaría. Negativamente. La. Impresión. Del. Pueblo. Sobre. Ainz Sama.”

“¿Qué valor tienen los rumores?”

Albedo se quejaba.

“Morirán pronto y lo saben. ¿De qué sirven los rumores si nadie los llega a escuchar?”

Ainz no estaba demasiado interesado en tener una batalla de ingenio o lo que sea, seguramente la realeza de este país no era inferior a él en nada nada más que destreza de combate. Aun así…

“Albedo. ¿Has olvidado sobre la posibilidad de que el rumor se transmita a través de la magia?”

“Lo lamento muchísimo.”

“Hmm… Entonces iré. Ese príncipe vino solo. Si no hiciera lo mismo, no daríamos una buena impresión.”

“¿Está seguro de que todo estará bien, Ainz-sama?”

“No tengo idea. Aura, si me lavaran el cerebro o me controlaran la mente, debes usar tu Objeto de Clase Mundial para protegerme.”

El artículo de clase mundial habitual de Ainz estaba en el almacén de Nazarick, por lo que si Aura usaba [Depiction of Nature and Society] sobre él, quedaría atrapado en él. De esta manera, incluso si le lavaran el cerebro, no podrían secuestrarlo por teletransportación u otros métodos similares.

“¡Entendido!”

“Umm.”

Respondió Ainz a Aura y dejaba el frente montando a un Soul Eater. Vale la pena señalar que después de que Ainz había practicado equitación, parecían adecuados y seguros los movimientos que el hacía. Sin embargo, debido a que no era demasiado apto para hacerlo, para evitar cometer un error frente a los dos ejércitos, Ainz eligió montar un Soul Eater para estar seguro.

La otra parte estaba esperando a Ainz al lado de su caballo, por lo que Ainz también se bajó del Soul Eater al llegar a su destino. No importaba lo malo que esto podía ser para él, Ainz se armó de valor para mostrarles a los demás que el podía hacer lo mismo que ellos hicieran.

Su oponente era un hombre con algo de sobrepeso. Llevaba maquillaje para cubrir las ojeras bajo sus ojos.

“Encantado de conocerte, Su Majestad el Rey Hechicero. Mi nombre es Zanac Valleon Igana Ryle Vaiself.”

“Encantado de conocerte, soy el Rey Hechicero Ainz Ooal Gown. Estaré a tu cuidado. Creo que una conversación de pie no sería muy adecuada.”

Ainz lanzó un hechizo dos veces, produciendo dos tronos negros uno frente al otro. Debido a que fueron creados con magia, los dos tronos eran naturalmente idénticos.

“Aunque es duro y metálico, aún debemos sentarnos primero. ¿No estás de acuerdo?”

“Me alegraría, Su Majestad.”

Cuando ambos se sentaron en los tronos, Ainz lanzaba otro hechizo para crear una mesa negra reflectante entre ellos.

Si bien Ainz había comenzado a lanzar magia en el momento en que se conocieron, Zanac no parecía estar en guardia en absoluto. Parecía que no tenía ninguna intención de atacar a Ainz.

Después, Ainz sacaba dos tazas y un recipiente lleno de hielo de su inventario.

“¿Qué tal un poco de agua? El alcohol sería inapropiado dada nuestra situación actual, así que ¿Qué tal jugo de naranja en su lugar?”

“Muchas gracias Su Majestad. Agua estaría bien.”

“Ahora bien, estamos listos para la charla. ¿Qué deberíamos discutir entonces? ¿Quizás sobre la justificación de nuestra invasión?”

“Eso no sería necesario, Su Majestad. Estoy más interesado en la razón por la que insististe en realizar actos tan atroces ¿Por qué rechazaste nuestra oferta de rendición?”

Esa era una pregunta natural para él. Aunque para Ainz, sus razones eran claras y justificadas, para ellos debía de haber parecido una matanza sin sentido.

“Uhmm.”

Ainz asentía con la cabeza. Debido a cómo habían resultado las cosas, ya no tenía sentido ocultar sus intenciones. Comenzó a exponer los planes del Reino Hechicero a Zanac.

“Porque vuestra rendición no nos habría traído ningún beneficio. Tengo la intención de sacrificar a tu gente como un ejemplo para el mundo de lo que les sucedería si se enfrentaran al Reino Hechicero. Con ese fin, todos serán erradicados y el Reino se convertirá en una montaña de cenizas. Esa montaña continuará sirviendo como advertencia incluso después de muchos siglos, e incluso milenios, de lo tonto que sería actuar contra el Reino Hechicero.”

“No pareces estar bromeando.”

“Por supuesto que no, solo estoy diciendo lo que está por venir.”

“¿Por qué?”

“¿Qué quieres decir?”

Ainz no pudo leer entre las líneas de Zanac y por lo tanto respondía con una pregunta.

“Su Majestad el Rey Hechicero está en posesión de inmensas cantidades de poder. Incluso si no hicieras lo que dijiste qué harías, la gente del mundo aún conocería tu increíble poder.”

Zanac se humedecía los labios, tragaba un bocado de saliva y preguntaba.

“¿Por qué eres tan mezquino?”

“¿Soy mezquino?”

Zanac se ponía tenso ante la posibilidad de haber enojado a Ainz, pero Ainz no estaba enojado en absoluto.

“¿Cuál es tu objetivo?”

Ainz se quejaba para sí mismo. ¿Cuál es mi objetivo?

En el pasado para Ainz. No, para Satoru haber conocido a los amigos que tuvo en el juego de Yggdrasil había sido el epítome de toda su vida. Era un recuerdo tan maravilloso que lo único que deseaba era volver a reunirse con sus amigos.

Cuando el juego estuvo a punto de ser cerrado, cuando todo esto estaba destinado a ser en vano, el fue transportado a este mundo.

El final resultó no ser el final.

Pero en cambio, fue un nuevo comienzo.

Los NPC creados por sus amigos comenzaron a exhibir libre albedrío. De cada movimiento podía sentir los restos de sus antiguos compañeros. No, para ser honesto, la conmoción que había experimentado al principio lo había confundido tanto que estaba constantemente preocupado por su traición. Mirando hacia atrás, haber pensado de esa forma había sido estúpido. Hoy en día, simplemente no cuestionaba su lealtad en absoluto.

Sin embargo, no parecía que Ainz hubiera el único que había sido transportado a este mundo. Podía ver las huellas dejadas por otros jugadores.

Quizás era natural que pensara que sus compañeros, las personas que habían compartido esos buenos momentos con él, también podían haber venido a este mundo. Era natural que él deseara esto. Por supuesto, Ainz sabía que fue transportado aquí durante los momentos finales de la operación del juego, lo que hacía poco probable la aparición de sus amigos en este mundo.

En realidad, mediante el uso de múltiples hechizos y fuentes de información, podía sentir débilmente la falta de su presencia. Sin embargo, dado que no tenía pruebas concretas de esa creencia, la posibilidad de que sucediera aún permanecía.

Uno podía llamarlo idiota por aferrarse a tan vanas esperanzas, también podía llamarlo un inútil perdedor.

Pero para el Ainz de antaño, mejor dicho Satoru, eso era todo lo que su vida había alcanzado.

Y ahora ese sueño se estaba desvaneciendo gradualmente.

Claro que sus amigos eran importantes para él, pero ahora, los NPC también lo eran para él.

Eran esencialmente niños que habían sido dejados por sus compañeros.

Ainz, como el único que se había quedado atrás, tenía el deber de protegerlos a toda costa.

Debido a esto, Ainz estaba dispuesto a sacrificar todo para asegurarse de que ningún daño llegara a los NPC. Para asegurarse de que Nazarick nunca caiga en manos de fuerzas externas, tenía que priorizar el mejoramiento de todos los aspectos de la organización.

En el pasado, Shalltear ya había sido controlada por alguna entidad desconocida. A pesar de que había logrado recuperar el control sobre ella, si las cosas hubieran empeorado en aquel entonces, la información importante sobre Nazarick podría haberse dado a conocer a los extraños y en consecuencia, podría haber llevado a la destrucción del gremio.

No podía permitir que algo así volviera a suceder.

“¿Cuál es mi objetivo, preguntas? Busco algo que es difícil pero también fácil de obtener. Todo lo que deseo… Es una sola cosa. Es decir, la felicidad.”

“¿Felicidad?”

Zanac parpadeaba repetidamente sorprendido.

En respuesta Ainz se reía un poco. No consideraba inadecuado lo que había dicho.

“No importa si eres humano u otra cosa, la búsqueda de la felicidad es el objetivo final. ¿No es así?”

Ainz desarrollaba su acto y comenzaba a conversar con Zanac como si fuera un amigo cercano suyo.

“¿Y sacrificarías la felicidad de los demás para lograr la tuya?”

“¿No es tan obvio? Si se pudiera garantizar la felicidad de aquellos que aprecio, los de los demás no me importan en absoluto. Si pudieras asegurar la felicidad de tus súbditos infligiendo sufrimiento a los ciudadanos de otro país ¿Qué harías? ¿Abandonarías la felicidad de tu pueblo por el bien de otro país?”

“¡Esos son los extremos!”

Zanac se calmaba cuando decía la frase que seguía y bajaba la cabeza.

“Eso estuvo fuera de lugar. Mis disculpas, Su Majestad.”

Ainz volvía a su personaje de gobernante.

“Está bien, no hay necesidad de preocuparse en absoluto.”

“Incluso con el intelecto y el poder de Su Majestad el Rey Hechicero ¿No hay otros métodos posibles para garantizar la felicidad?”

“…Tal vez, pero, solo tal vez. Si tuviera un método garantizado de obtener la felicidad ¿Cuál sería la mejor opción? ¿Buscar un método secundario inexistente tal vez o apegarse a lo que ha sido probado y confirmado? “La Diosa de la Suerte no tiene ojos en la nuca.” ¿Era así el dicho? (Nota del Traductor en Ingles: Proverbio romano, ver Disticha Catonis II, 26. El equivalente en inglés es “Take Time By the Forelock” pero eso elimina la parte de “Diosa”)

Zanac estaba absolutamente incrédulo.

“Qué Diosa tan extraña. Lo siento, no quise menospreciar a la Diosa en la que crees. Por favor, perdóname.”

“Jaja, no me importa en absoluto. Eso no es algo en lo que creo, solo es un proverbio que recordé. Muy bien, eso es todo. Para la felicidad de mis súbditos, debo sacrificar a tu gente. Esta es la base de esta guerra. ¿Lo entiendes?”

“Supongo que sí. Me identifico con el deseo de Su Majestad. La búsqueda de la mejora del propio país y una garantía para la felicidad de los propios compatriotas, se podría decir que es la única responsabilidad de un gobernante. Si la destrucción de nuestro pueblo garantizará la felicidad del pueblo del Reino Hechicero, entiendo por qué no aceptaste nuestra rendición. Supongo que no se podía evitar.”

“¿Verdad? Realmente lo entiendes. Ahora, es mi turno para preguntar, pero realmente no tengo una pregunta…”

Ainz miraba a su alrededor mientras reflexionaba.

“Ah, cierto. La armadura que llevas me lo recordó, así que te preguntaré sobre esa espada. La espada que empuñaba Gazef Stronoff ¿Quién la posee actualmente?”

“Actualmente está bajo la custodia de un hombre llamado Brain Unglaus.”

“¿Brain Unglaus? Ahh, ese hombre.”

Cuando se enfrentó a Gazef, uno de los dos hombres que habían presenciado dicho duelo se llamaba así. Sin embargo, dado el tiempo que había pasado, apenas podía recordar su apariencia.

Aunque planeaba convertir la capital en cenizas, aún planeaba recuperar algunos artículos, uno de los cuales era la espada de Gazef.

“¿Ese hombre ha venido aquí también?”

“No, él no ha venido, Su Majestad. Todavía debería estar en la capital.”

“¿Es eso así? Entonces no tendrás ningún problema con el tipo de magia que usaré para destruirlos a todos ¿Verdad?”

El encargado de asediar la capital era Cocytus, por lo que tenía que ordenarle que vigilara la espada más tarde.

“Si bien no tengo intención de perder en esta batalla, estaría eternamente agradecido si Su Majestad usara magia que infligiera la menor cantidad de sufrimiento a mi gente.”

“Hmm. Tienes un buen punto. Entiendo. Después de todo, las conversaciones agradables como esta son difíciles de lograr. Especialmente para ti, haré todo lo posible para matarte tan rápidamente como pueda.”

“Muchas gracias.”

Zanac mostraba una sonrisa brillante y Ainz no podía evitar sentirse asombrado.

El coraje de este hombre era bastante considerable. Si Ainz estuviera en su lugar ¿Habría podido hacer lo mismo?

“No lo creo. Como se esperaba de alguien de sangre real. Esto ha sido muy educativo.”

Zanac tomaba la copa de vidrio frente a él y bebió el agua de un solo trago, como si no tuviera preocupación alguna de ser envenenado.

“Delicioso, Su Majestad. Espero que pueda responder una última pregunta mía. ¿Fue Su Majestad quien mató a mi hermano o fue uno de los subordinados de Su Majestad?”

“¿Su hermano?”

Ainz ladeaba la cabeza y al poco rato recordaba al príncipe del reino que ya habían eliminado. No podía recordar su nombre, pero sí recordaba que era muy largo.

“Probablemente fue uno de mis subordinados.”

“Así que estaba muerto después de todo… Siento que me quitaron un gran peso de los hombros… Su Majestad, gracias por decírmelo. Supongo que es hora de que nos despidamos.”

Después de decir eso, Zanac comenzó a caminar hacia su caballo.

Ainz caminaba hacia el devorador de almas después de haber arreglado todo, solo para descubrir que Zanac todavía estaba esperando junto a su caballo.

Ainz se preguntaba en su mente por qué no se había subido a su caballo mientras subía al Soul Eater. Solo después de haberlo hecho, Zanac montó su caballo.

Entre un príncipe y un rey, era fácil saber quién tenía el estatus más alto, por lo que probablemente lo había hecho para evitar despreciar a Ainz desde su alto caballo. Para Ainz, alguien que no había estudiado la etiqueta adecuada, este era el protocolo apropiado que la aristocracia debía esforzarse por seguir. La posición de Zanac en su mente aumentó un poco.

“Parece que estudiar la etiqueta de la clase alta se ha convertido en algo obligatorio… ¿Qué no es obligatorio en este momento? ¿La cantidad de cosas que tengo que aprender disminuirá alguna vez…?”

***

“¡Su Alteza!”

Todos los nobles salieron a darle la bienvenida a Zanac, casi todos los nobles que habían respondido a su llamada estaban allí.

Nadie detuvo su salida desde el frente, pero ahora se sentía como si no pudiera regresar si lo intentaba. Eso significaba que todo el mundo estaba esperando buenas noticias, la mejor de las cuales sería si el Rey Hechicero había aceptado algún trato.

Zanac respondía a su pregunta con una corta respuesta.

“No pude hacerlo. Su Majestad el Rey Hechicero planea matarnos a todos, eso no era negociable para él.”

Lo que encontraba sorprendente era el hecho de que todavía había nobles que palidecieron ante esta noticia. ¿Todavía estaban esperando que todo saliera bien incluso con la situación actual?

Zanac se bajaba de su caballo y dejaba a los nobles, que se mordían el labio inferior y lo contemplaban profundamente, para caminar hacia su propia tienda.

Después de entrar en la tienda, el ministro de asuntos militares le daba la bienvenida, solo para que una sonrisa sarcástica apareciera en su rostro.

“Eso no parece una buena noticia.”

“En otras palabras, tal como habíamos esperado, pero, bueno, una cosa me sorprendió un poco.”

“¿De Verdad? Hablando de eso, nunca me he encontrado con el Rey Hechicero. ¿Qué clase de monstruo malvado era él?”

Zanac sonrió.

“Era más humano de lo que pensaba.”