Overlord

Volumen 14: La Bruja del Reino Caído

Capítulo 2: El Principio del Fin

Parte 11

Ainz abrió las puertas congeladas de estilo castillo de cuento de hadas. Al igual que antes, una brisa fría fluía desde adentro, pero Ainz, como era un no-muerto con inmunidad completa al frío, no le molestaba en lo más mínimo.

Ainz caminaba solo por los sombríos corredores. Además de buscar agujeros en el techo mientras caminaba, caminaba sin parar hacia una puerta que se erigía en la pieza central de un mural gigante que abarcaba toda la pared.

Al igual que antes, el yeso en puntos seleccionados del mural ya se había caído. Parecía bastante miserable.

La puerta de un solo empujón se abrió en silencio. Los tres ocupantes de la habitación se pusieron de pie para saludar a Ainz.

La dueña de la habitación, Nigredo.

La sirvienta con cabeza de perro, Pestonia.

Y el último, Sebas.

“Bienvenido, Ainz-sama.”

Al recibir la invitación de la dueña de la habitación, Nigredo, Ainz se acercó a la mesa donde estaban sentados.

La última vez que había estado en esta habitación, todo lo que tenía era una cuna. Esta vez no se veía la cuna, solo una mesa y cuatro sillas.

Esa probablemente fue tomada de otras habitaciones dentro de la Prisión Congelada. Como nota al margen, Nigredo era solo la Guardiana del Área de la parte superior de la Prisión Congelada, Neuronist era la Guardiana del Área de la parte subterránea.

Después de que Ainz se sentara, Pestonia inmediatamente comenzó a preparar un poco de té. El vapor que emanaba de la taza de té frente a él llevaba consigo el aroma del té negro que contenía. Sebas sacó algunas galletas al mismo tiempo.

Por supuesto, Ainz no podía consumir nada con su cuerpo, pero de todos modos aceptó con gusto su hospitalidad. Después de eso, Ainz ordenó a los tres aún en pie sentarse.

Las galletas que se entregaron a Ainz no eran sofisticadas, tenían forma de cuadrados simples. Se podía decir que era algo raro en Nazarick.

¿Fue este el experimento de alguien? Ainz miró hacia Sebas y preguntó por ellos solo con su mirada, lo que provocó que Sebas respondiera:

“Esos no son de Nazarick, son bienes que he traído de E-Rantel. Debido a la abundancia actual de ingredientes baratos y frescos que se llevan a la ciudad, una cultura alimentaria se está desarrollando lentamente allí. Esta galleta se encuentra entre los alimentos que se están desarrollando. Según escuché, estas galletas antes eran más duras, pero ahora son bastante blandas.”

“Ya he probado algunas, están en un nivel aceptable de calidad para una merienda, guau.”

“Hmmm.”

Ainz tomó una galleta y la mordió. De hecho, no era tan dura como había esperado.

La galleta se había partido por la mitad cuando Ainz recogía las migajas del interior de la cavidad de su mandíbula y colocaba los pedazos al lado de la taza de té negro.

Podía distinguir la textura de la galleta, pero no su sabor. Qué decepción de cuerpo.

Sin embargo, desde la perspectiva de Ainz, en absoluto no era así. El había podido tener éxito en su papel como el gobernante de Nazarick debido precisamente al hecho de que este cuerpo no tenía libido, apetito ni se cansaba.

Si uno de esos aspectos se aplicara a él, seguramente habría estado en una caída sin fin desde el principio.

“Si Ainz-sama alquilara más de sus no-muertos para fines agrícolas, entonces ciertamente habría avances en las mejoras culinarias de las razas. La cultura alimentaria seguramente florecería y tal vez incluso podrían producir alimentos de igual calidad que los de Nazarick.”

“Eso sería genial. Debido a mi cuerpo, no pude investigar los beneficios generados por diferentes alimentos antes. Si tuviéramos que invertir más recursos en esto, podría ayudar a fortalecer a Nazarick. Pero, si ese fuera el caso, supongo que aquellos sin niveles de [Cocinar] no pueden cocinar en absoluto ¿No?”

“También estábamos preocupados por eso, por lo que sería mejor salvar la mayor cantidad posible de razas puras.”

Ainz asentía en aprobación en respuesta a la sugerencia de Nigredo.

De repente, Ainz recordaba los biodomos europeos del pasado y los conflictos que habían surgido en torno a los bancos de semillas. Aunque no estaba demasiado interesado en el tema en aquel entonces, Blue Planet estaba molesto por eso.

“Ah, sí. Sería mejor. Se debe formar un grupo de trabajo para manejar este asunto. Probablemente debería proponerle esta idea a Albedo. Ahora bien, ya es hora de que abordemos el tema principal en cuestión. Dime. ¿Por qué me convocaron aquí?”

Nigredo, como su representante, habló.

“Dada la situación actual ¿No es hora de que dejemos de masacrar a los ciudadanos del Reino?”

“Negativo. De todos modos. ¿No debería ser esto algo que deberían preguntarles a sus superiores directos, los Guardianes de Piso ¿En lugar de a mí?”

Ainz respondió de inmediato.

Los habitantes de Nazarick, especialmente los Guardianes de Área, habían sido informados, por escrito, sobre las acciones de los Guardianes de Piso y los objetivos detrás de ellos.

Si tenían alguna sugerencia, deberían informar a sus superiores, los Guardianes de Piso. Esto era para unificar a los diversos habitantes de Nazarick, para obtener las opiniones de aquellos con diferentes puntos de vista y despertar el interés y la curiosidad de todos ellos.

Sin embargo, aunque Nigredo estaba expresando sus opiniones tal como esperaba que lo hicieran, ella debía haberlo hablado con su superior directo, el Guardián de Piso del quinto piso, Cocytus. Si Ainz aceptara su sugerencia directamente, sería perjudicial para la autoridad de Cocytus.

Como un conformista social, no podía hacer eso de ninguna forma.

Sería como pedir permiso al gerente de otro departamento en lugar de preguntarle a tu propio gerente. ¿Entiendes ahora? Nada bueno saldría de eso.

Desde esa perspectiva, Ainz, como jefe de la junta directiva, la jerarquía de la compañía equivalente a maestro de gremio, debería ser capaz de hacerlo, pero crear discordia entre sus subordinados podría llevar a la compañía a una situación difícil y por lo tanto debía evitarse cueste lo que cueste.

Si fuera el Guardián de Piso del cuarto piso, Gargantúa, en cambio, Ainz estaría dispuesto a hacerlo.

“Ainz-sama está en lo correcto. Entonces, permítanme plantear esta sugerencia también, guau.”

En cierto sentido, el superior directo de Pestonia sería Sebas.

Si un Guardián de Piso fuera asignado al noveno y décimo piso, Sebas sería el Guardián de Piso del noveno y Albedo sería el décimo.

Debido a que Sebas había invitado a Ainz, no debería haber ningún problema.

“Ya veo, ahora entiendo tus sentimientos, pero quiero hacerte una pregunta. Esta guerra es un experimento masivo para el bien mayor de fortalecer la Gran Tumba Subterránea de Nazarick, nuestro hogar. No se detendrá solo por misericordia. Entonces ¿Tu sugerencia se basó en esta premisa?”

No hay que ser ingenuo, la Gran Tumba Subterránea de Nazarick, el Reino Hechicero de Ainz Ooal Gown no era única ni invencible. Si se encontraran con otro gremio que también hubiera sido transportado a este mundo, podían perder.

Asumir que habían sido los únicos que se habían transportado aquí… Sería demasiado optimista.

Para ser honesto, ya había sentido la presencia de otros Objetos de clase mundial, por lo que no era muy imaginativo suponer que existía algún otro gremio en otro lugar.

Por eso, para garantizar la victoria de una inevitable guerra de gremios, era su deber como maestro del gremio fortalecer a Nazarick tanto como pudiera.

“¿Con qué gracia pueden ser salvados si no es solo por misericordia? Guau.”

“… ¿Eh? ¿Qué quieres decir? Si hay algún beneficio que se pueda obtener de tu sugerencia, debes decirlo. Dicho esto, si estás sugiriendo que dejemos sobrevivir a un mayor número de personas para que en el futuro haya una mayor probabilidad de que un ser excepcionalmente fuerte aparezca no lo aceptaré. A lo largo de la historia del Reino, no ha aparecido nada más fuerte que los aventureros de rango Adamantita. Solo en términos de poder puro, tal vez este es el límite de la humanidad. Si ese fuera el caso, es mejor dar preferencia a los dragones u otras razas más fuertes.”

“Todos los bebés tienen potencial, Ainz-sama.”

Pestonia le dirigió a Nigredo una mirada fría, al menos eso creía.

“No solo los bebés, guau.”

Nigredo tenía una debilidad por los bebés, tal vez incluso superando a Pestonia. Sin embargo, su compasión se limitaba solo a los bebés. Una vez que vivían más allá de los dos años, ella los veía como nada más que sacos de carne para desechar.

Por esa razón, los niños que habían sido salvados durante el asalto a la capital eran retirados del cuidado de Nigredo y eran llevados con Pestonia una vez que tenían dos años.

Probablemente ya fueron transferidos al orfanato de Yuri.

“Ya veo, eso es cierto. Pero ¿No es lo mismo cierto para los dragones también?”

“Lo que hablamos sobre mejorar las razas que usamos como ganado ¿No se aplica también a los humanos? Si tuviéramos que aplicar las diferentes técnicas que tenemos en Nazarick para fortalecerlas, seguramente se podrían hacer variedades más fuertes de humanos. Además, el valor de una raza no está solo en su fuerza, la creatividad que ponen los humanos en sus creaciones… Se podría llamar la capacidad de desarrollo cultural, creo que tienen esa capacidad. Si los extermináramos ¿No sería eso una gran pérdida para Nazarick?

¿Era por eso que le habían dado las galletas a Ainz? Si ese era el caso, todo había estado funcionando como lo habían planeado. No, eso no importaba mucho. Mientras pudieran convencer a Ainz, sería su victoria.

“De hecho, vale la pena considerarlo. Sin embargo, no deseo que los habitantes de este mundo sean demasiado fuertes. Incluso considero que su desarrollo de la civilización es una amenaza.”

Ainz cerró su mano.

“Aquellos que son fuertes, pero no pudieron volverse más fuertes y aquellos que son débiles pero que aún tienen espacio para crecer, se debe evitar un cambio de rumbo a toda costa. Una vez que descubramos la más mínima posibilidad de que eso suceda, debemos evitarlo a toda costa. Todo esto es para el bien de Nazarick…”

Las dos se callaron. Ainz desvió su mirada hacia Sebas.

Sebas no había hablado desde el principio.

“Estoy agradecido de que Ainz-sama estuviera dispuesto a venir aquí y escuchar sus pensamientos. Por eso no haré más solicitudes.”

“Hmmm…”

Ainz acariciaba su barbilla y volvía a mirar a las dos.

“Mmmm, es cierto que sería una pérdida para nosotros llevar a la humanidad al borde de la extinción. Cuando se trata de empujar, harían cualquier cosa para fortalecerse por desesperación. Por esa razón, es mejor para nosotros eliminar a todos los que han tenido ese tipo de experiencia. Si quieres nutrirlos, nutre a los que no han pasado por ese tipo de experiencias, aquellos que no tienen el impulso de fortalecerse.”

Ainz alternaba su mirada entre las dos.

“¿Hemos terminado aquí? ¿Puedo volver a mi habitación?”

“¡Todavía no, guau!”

La voz de Pestonia sonaba demasiado alta. Ella bajó la cabeza avergonzada y se disculpó.

“Está bien. En lugar de disculparte, di lo que piensas.”

“Sí, Ainz-sama. Escuché que su estrategia esta vez se llamaba Zanahoria y Palo, para que los países que nos rodean sepan la diferencia en el resultado entre el Imperio que eligió convertirse en nuestro vasallo y el Reino que eligió oponerse a nosotros. ¿Esa fue la razón de la actual masacre, guau?”

Pestonia continuaba después de que Ainz asentía.

“A medida que más y más personas logren escapar a través de grandes tribulaciones. ¿No se generalizaría la percepción de lo tonto que es desobedecer a Ainz-sama o más bien el Reino Hechicero? Uh, guau.”

“¿Estás sugiriendo que intencionalmente debería dejar ir a más humanos?”

“Sí, guau.”

Si ese fuera el caso, había algo de valor en permitirles escapar.

Pero…

No creía que Albedo y Demiurge no hubieran considerado esto ya. Ambos eran del tipo que no ejecutaba un plan hasta que habían pensado incluso en este tipo de posibilidades. Si Ainz lo permitiera, estaría ejecutando un plan que Albedo y Demiurge habían abandonado por alguna razón.

¿Cómo reaccionarían estos dos, que siempre confundieron las acciones de Ainz con la de un genio?

El estómago inexistente de Ainz se encogió en el momento en que pensaba en esto.

Espera. No, él les había dicho que cometería errores intencionalmente, por lo que incluso si sucediera algo fuera de lo común, al final podía funcionar bien. Sin embargo, el verdadero problema sería si sucede todo lo contrario a lo planeado.

“Si renunciaron al plan debido a un defecto fatal y les ordenó que lo lleven a cabo de todos modos, podría provocar pérdidas masivas de nuestro lado.”

Sería lo mismo que una compañía que experimentó pérdidas masivas debido a la incompetencia del CEO, mientras que los empleados no pudieron evitar que sucediera.

“Incluso si recuperaran la pérdida, alguien como yo sería demasiado frágil e impotente para hacer algo al respecto. Alguien que ni siquiera podía asumir las responsabilidades y las consecuencias de sus acciones no debería estar haciendo algo como esto.”

Pero incluso si quisiera rechazarlo, no podía señalar exactamente qué estaba mal con la sugerencia de Pestonia.

Aunque un simple “no” probablemente hubiera sido suficiente.

“…Así que debería haber traído a Albedo y Demiurge a la fuerza, ¿eh? Pero…”

No lo había hecho porque había descubierto más o menos de qué se trataría esta reunión después de enterarse de que era con Nigredo y Pestonia.

Por eso se había convertido en una situación difícil.

Porque esas dos habían sido encarceladas antes. En aquel entonces, Albedo ya había sugerido ejecutarlas. Temía que, si volvía a ocurrir lo mismo, Albedo solicitaría con firmeza la ejecución. También temía una futura división irreconciliable.

Una organización que parecía formidable para los extraños aún podía derrumbarse desde el interior por conflictos entre sus integrantes.

Por eso tenían que evitar cualquier cosa que pudiera representar una amenaza para ellos.

Entonces. ¿Qué debería hacer ahora?

Su sentido común le decía que rechazara la sugerencia, pero algo todavía lo preocupaba. El futuro.

Aunque la Gran Tumba Subterránea de Nazarick solo aceptaría a un grupo de extraños en sus filas, el Reino Hechicero de Ainz Ooal Gown ya había absorbido a un gran número de extraños. Aunque es posible que no tuvieran ningún puesto importante dentro de la organización, esa probablemente solo era una medida temporal.

Si esos forasteros se convirtieran en funcionarios de alto rango, sin duda tendrían muchas opiniones diferentes. Quizás también habría sugerencias de benevolencia que harían que Albedo y el resto los llamaran “de carácter débil” o algo similar.

¿Sería posible encargar a Nigredo y Pestonia la integración de ese tipo de opiniones?

Si ese fuera el caso, ignorar sus sugerencias ahora podría generar problemas más adelante.

Si las personas con opiniones similares a ellas fueran la excepción en Nazarick, entonces debería desviar aún más la atención hacia este tema.

También…

“Ya he pagado la amabilidad que Touch Me-san me había mostrado, así que si tuviera que considerar esto como el pago por la amabilidad de Mochi-chan y Tabula-san, debería estar bien.”

“…Aunque creo que todos ustedes ya deberían saber esto, lo repetiré nuevamente. Nunca tuve la intención de eliminar a todos los humanos del Reino. La verdad es que ya hemos convencido a varios nobles para que se unan a nuestro lado… A lo sumo, solo alrededor del 90% de la población será eliminada.”

“Así que algunas personas elegidas para salvarse vivirán bajo el gobierno de Nazarick, guau. No creo que eso publicite el mensaje más fuerte que si dejáramos escapar a los no elegidos.”

Podía entender la voluntad de Pestonia de ayudar a aquellos que no habían sido elegidos por ellos.

“Entiendo completamente lo que estás tratando de decir. Si no es por misericordia, sino por el bien mayor de Nazarick, hay espacio para considerar… Consideraré dejar ir a algunos de ellos.”

“Estamos eternamente agradecidas.”

“Estamos eternamente agradecidas, guau.”

Sebas también bajaba la cabeza en silencio.

Aun así, aunque había dicho eso, no sabía exactamente cómo debía hacer esto. El corazón de Ainz se ponía pesado ante el problema de que hacer para atender este pedido.

Tenía que pensar en una solución. Tal vez solo necesitaba dejar ir a unos cientos de personas para satisfacerlas.