86 [Eighty Six]

Volumen 3

Epílogo: Nos Encontraremos de Nuevo

“Habla No Face a Gran Red Uno”

“Todas las fases de la operación se han completado”

“Operación finalizada. Todas las fuerzas de la Legión en la red deben cesar las operaciones de combate.”

“Retírense a áreas controladas”

***

En cuanto al resultado, la primera operación conjunta de los países contra la Legión desde el inicio de la guerra fue un éxito.

No pudieron recuperar todas las tierras del área controlada por la Legión. La exploración en el oeste resultó simplemente en el control de las líneas del frente cercanas a las antiguas vías ferroviarias, pero bajo un consenso los tres países decidieron que podían expandir territorios desde allí. La Legión había pasado muchos años acumulando fuerzas para un asalto total, pero falló, se vio obligada a retirarse y no tenía la fuerza suficiente para comenzar de nuevo otro asalto inmediato.

Al trabajar todos juntos, la humanidad podría luchar contra la Legión. Aunque fuese un pequeño paso, trajo consigo una gran cantidad de esperanza.

***

“Aún así, todavía no es una situación optimista”

Era de mañana en la capital de la Federación, St Yedder, mientras nevaba afuera de las ventanas.

De pie ante el enorme escritorio en la oficina del Presidente estaban el Jefe de Estado del Ejército Occidental y el comandante de la Sede de la 177° División Móvil, quien dijo:

“El ejército occidental ha perdido el 60% de sus fuerzas. Un reemplazo regular de fuerzas será insuficiente, tendremos que reducir el ciclo educativo en todas las escuelas de cadetes especialistas, escuelas de cadetes oficiales y campamentos de entrenamiento. Sin embargo, es innegable que la capacitación sería insuficiente. Las instalaciones de capacitación también requerirán el mismo número de candidatos, lo que resultará en una disminución del poder nacional de la Federación.”

En la guerra, el ejército no era algo que se produjera, sino algo que engullía recursos y mano de obra. Los grupos de edad productivos y la repoblación habían sido reclutados en el ejército con fines de defensa nacional. Seguramente el Futuro Poder Nacional se agotaría.

El Reino Unido y la Alianza también podrían estar enfrentando la misma situación. Ambos tenían poblaciones bajas y sus situaciones podrían ser más graves.

“Por el contrario, la Legión podría haber perdido algunos escuadrones, pero la producción de Weisels y la generación de electricidad por parte de los Atomarias siguen con normalidad. Con sus astutas habilidades de regeneración, son capaces de producir armas en masa mucho más que nosotros… y es probable que esto solo logre peor a medida que avance la guerra.”

“No hay necesidad de que escondas lo que quieres decir, Mayor General. En otras palabras, si seguimos con nuestra estrategia, dada la situación, la humanidad perderá debido al agotamiento de personal si no es capaz de recuperar todo el continente… ¿estoy en lo correcto?”

“Sí, por lo tanto, creo que es necesario revisar nuestra estrategia…”

A corto plazo, si comenzara otro asalto de escala similar en estos momentos, la humanidad sería incapaz de resistirlo.

Enviaron una contraofensiva masiva y destruyeron al Morpho. Ambos objetivos fueron completados, pero la iniciativa permanecía con la Legión. Se sabía que la Federación estaba fatigada y que se hicieron muchos sacrificios.

“No vamos a avanzar gradualmente, sino que nos enfocaremos en ofensivas limitadas. Mientras mantengamos nuestras líneas defensivas, estableceremos un escuadrón y enfocaremos nuestro poder de fuego para eliminar los núcleos de la Legión. El Ejército Occidental los ha visto como los primeros candidatos, pero nunca esperamos que también tuviera la misma opinión, su excelencia.”

La Federación, anteriormente una superpotencia militar, los veía como gente de élite.

“Crearemos una fuerza de ataque centrada alrededor de los 86, los jóvenes soldados que fueron salvados de la antigua República… disculpe, pero hace mucho tiempo que se han usado esos jóvenes como sacrificios por la paz del país. ¿Esta propuesta va en contra de sus ideales?”

“Ese es el caso, pero ellos se ofrecieron como voluntarios… y esperaban ir a las líneas del frente, no tenía otra opción.”

Ernst miró por la ventana, viendo como nevaba en St Yedder mientras respondía con calma. Era una mañana de invierno y la capital comenzaba a prepararse para el festival de Nochebuena.

“Tienen sus propios ideales, y no tengo derecho a negárselos solo porque siento lástima por ellos. Si prefieren elegir regresar al campo de batalla, espero que algunos compañeros los acompañen. Y además, con respecto a Shinn… el Capitán Nouzen y el resto, espero mantenerlos en un lugar lo más seguro posible.”

Miró a un lado el correo holográfico que flotaba en el aire.

El archivo de los Dotados del ejército de la Federación tenía un sello personal. Ese sello se destacaba en el archivo personal lleno de notas especiales relacionadas con la operación.

“La fuerza de ataque tendrá que atacar el núcleo de la Legión, y también se espera que brinde ayuda a los países vecinos. Si se desplegarán en varios países, y se los coloca a cargo de los comandantes extranjeros, habrá que prestarles atención, por lo menos… no estoy dispuesto a convertirlos en ratas de laboratorio solo porque son jóvenes excepcionales.”

Ernst miró a un lado y la cara del Mayor General estaba rígida. En contraste, el Jefe de Estado resopló.

“La falta eficiencia de nuestro ejército ha causado esto. Ese es el escepticismo en el que piensa, Su Excelencia.”

Entonces él dijo, mostrando una sonrisa maliciosa mientras inclinaba la cabeza.

“Pero en cuanto al Capitán Nouzen, ¿estará dispuesto a tener un oficial invitado como su comandante? El será su subordinado directo ¿No es más probable que elija la división actual, en lugar de obedecer las órdenes de su antiguo opresor?”

“Ya se lo mencioné. Acaba de regresar de su descanso de ayer”.

El Jefe de Estado Mayor levantó una ceja y Ernst se encogió de hombros.

Incluyendo a Shinn, el Escuadrón Nordlicht había participado en la recuperación de las antiguas zonas administrativas de la República de San Magnolia, pero en la batalla por la primera área, hubo un punto muerto contra el enemigo. Así que las fuerzas principales se reagruparon con los refuerzos y se retiraron.

La eficiencia de la batalla de un soldado disminuiría después de que hubiera transcurrido un cierto tiempo en una operación. Como antigua superpotencia militar, la Federación había incursionado en el norte y el sur, y tenía una clara comprensión de los reabastecimientos y el descanso. Era temporal, pero los jóvenes finalmente podían descansar un poco.

“Eso era lo que también me preocupaba, pero parece que no había necesidad de eso porque──…”

†

Shinn estaba vestido con uniforme militar, ya que era un momento oficial para un soldado, y con la gabardina negra militar puesta, caminaba por la capital de la Federación bajo las nubes nevadas.

El Cementerio Nacional ocupaba una gran área de los suburbios de San Yedder, y era visible donde la nieve junto al polvo se parecía a ceniza, como los cielos estaban ocultos en un velo blanco, pero brillaban ligeramente, y las lilas que rodeaban el cementerio, con sus hojas caídas y las cortezas negras expuestas a vientos fríos. En medio del paisaje monocromático en este velo nevado, los cúmulos de tumbas perseveraban, dispersos junto a los restos de uniformes de varias tallas y ambos sexos, probablemente pertenecientes a los soldados del ejército occidental que no regresaron vivos.

Se decía que estos copos de nieve eran flores de invierno. En primavera, las lilas eran las que florecían. En verano, eran las rosas bajo las lilas las que florecían. En otoño, las Salvias se esparcían por el suelo. Los héroes que no tenían visitas en sus tumbas podían terminar con una igual cantidad anual de ofrendas florales. Shinn recordó que nunca había visto el paisaje del Cementerio Nacional más que en la estación invernal.

Parecía que había mucho que no conocía.

En una esquina de las muchas tumbas nuevas, Shinn se paró frente a una común.

“──Hace tiempo que no he venido, Eugene”

Eugene Lantz.

Grabado en la tumba de piedra estaba el nombre y la anotación de 17 años entre su nacimiento y su muerte, y permanecía en silencio en la tranquila mañana del gran cementerio, cubierto por la fina capa de nieve que cayó durante la noche.

“Perdón por llegar tarde.”

Pero Eugene no estaba allí.

La mitad del cuerpo quedó atrás de su voluntad y los recuerdos ya no estaban dentro.

Shinn podía escuchar fragmentos de los persistentes deseos y pensamientos de los muertos que permanecían en este mundo. Para él, no era una diferencia de valores o religiones, sino solamente una cuestión de hechos.

No había cielo o infierno.

Todos los muertos, sin excepción, regresarían a la oscuridad en el fondo del mundo.

Por lo tanto, Shinn no estaba hablando con nadie más que con Eugene en sus recuerdos. Aun así, Shinn necesitaba esta simple lápida con solo un nombre para mantener una conversación personal, que encontró un poco incomprensible.

Inscrito en la lápida estaba su nombre, año de nacimiento y año de muerte. Una vez que todos los que lo conocieron desaparecieran, se le entregaría simplemente un registro.

Los soldados de la Federación que regresaban al vacío querrían tumbas para ser recordados, y de vuelta en el área 86, los 576 compañeros le confiaron su redención en pequeños fragmentos de aluminio. Sin embargo, lo que realmente querían después de la muerte probablemente no eran las tumbas, sino personas que las recordaran.

“El frente occidental sigue siendo como era cuando estabas vivo”

Colocó las flores que compró en la entrada ante la tumba. La Federación estaba en pleno invierno, por lo cual las flores eran lirios blancos criados en un invernadero. El color blanco se veía excepcionalmente pálido en comparación con la lápida de granito negro pulido.

La anciana que vendía flores sabía que él era un soldado; después de todo, estaba vestido con uniforme militar. ‘Este es un regalo de mi parte’ le dijo, y le entregó otro ramo de flores a Shinn. En este día nevado, la anciana llegó temprano en la mañana a la entrada del Cementerio Nacional, donde los caídos en combate descansaban. Ella frunció los labios, y levantó la cabeza, como si fuera su misión hacerlo.

“Los 86 sobrevivientes de la República han sido protegidos por la Federación, y el ejército ha decidido comenzar un nuevo escuadrón centrado en ellos, especializados en pilotar Juggernauts. Una vez que termine el descanso, seré enviado allí”

Diez mil hombres en total, un gran batallón, de hecho, prácticamente todos los procesadores sobrevivientes se ofrecieron como voluntarios para unirse al ejército de la federación.

Hace un año, Shinn y sus camaradas tomaron la misma decisión.

“──Me preguntaste antes cual era mi razón de pelear.”

O más bien, Eugene quería preguntárselo, pero fue interrumpido, y nunca tuvo la oportunidad de preguntarlo de nuevo.

Ni Shinn ni Eugene habrían esperado que esa fuera la última conversación entre ellos.

La muerte seguía siendo imparcial y repentina para todos.

Por eso los 86 insistieron en vivir hasta el final sin remordimientos, seguir viviendo hasta que no se arrepintieran y seguir luchando con esta dignidad.

Y no tenían nada más que eso.

“Para ser honesto, todavía no lo sé. Para nosotros, y para mí, no hay razón para seguir peleando como dijiste. No tengo un lugar al que regresar, ningún lugar al que quiera ir… y nada que quiera proteger.”

Su familia estaba muerta, y no estaba familiarizado con la cultura que heredó, la ciudad natal en la que creció ya había sido borrada en la oscuridad de sus recuerdos.

Además, utilizaba los lamentos de los innumerables fantasmas como guías, recordaba los momentos y las almas de sus compañeros muertos, y vivía con el objetivo de matar a su hermano. Era realmente difícil para él mirar hacia el futuro sin su hermano.

El futuro lejano que podría no estar allí, o el mañana que debería estar a la vuelta de la esquina seguían siendo tan difuso, ambiguo e impredecible.

Shinn todavía no tenía deseos, ni algo que quisiera.

Sin embargo…

“Pero quiero… Prometí llevarlos hasta el final, y creo que sé que lo que quiero mostrarles no es el campo de batalla.”

También había una chica de la que se despidió hace un año.

Desde entonces, luchó sola en el campo de batalla de la República, todo para alcanzarlos. Sería demasiado cruel para ella llegar hasta él solo para ver un campo de batalla lleno de muerte por todas partes.

Antes de ir a la misión especial de exploración, tuvieron una última conversación esa noche, Shinn había asumido que no habría ayuda, pero esperaban que ella pudiera sobrevivir, y que no presenciara esa devastación.

“…El mar…”

En aquel entonces, quien estaba delante de él había dicho que quería mostrarle a su hermana el mar, porque ella no lo había visto antes.

Quería mostrarle lo desconocido.

“Realmente no quiero verlo, pero quiero llevarlos a ellos, espero mostrarles lo desconocido, las cosas que no han visto, y creo que usaré esto como la razón para pelear”

Este deseo no se podía cumplir, porque este mundo estaba encadenado por la Legión.

Por supuesto, la lápida no respondía, y no contenía el alma de Eugene.

Sin embargo, sintió que el amable y cercano compañero suyo sonreía y decía: Eso es bueno.

“Volveré otra vez… la próxima vez, te contaré de cosas que no has visto.”

La lápida no respondió.

En cambio, los lamentos de los fantasmas mecánicos se filtraban en esta tranquilidad. Los pensamientos de los compañeros atrapados en el campo de batalla seguían lamentándose con sus últimas palabras, deambulando, buscando la liberación.

Lo entiendo, no olvidaré a ninguno de ustedes.

Se dio la vuelta en silencio, y en el momento en que dio un paso adelante, vio vagamente a una persona por la comisura de su ojo. Se parecía a Eugene, o a su hermano muerto. En el momento en que lo comprendió, observó una chica de cabello largo girando su cabeza en medio del velo ondulante de nieve, su silueta se asemejaba a Kaie y, también como la persona que sin darse cuenta los alcanzó.

Dejó atrás a los muertos que ya habían regresado, y perseguía a los fantasmas que deambulaban por el campo de batalla, junto con sus compañeros de lucha que no habían regresado aquí.

Los héroes descansaban eternamente, en silencio en medio de la nieve que caía mientras veían al Dios de la Muerte alejarse.

Siempre había una anciana en la entrada antes del Cementerio Nacional, y siempre le daba a Nina un ramo de flores.

El pequeño cuerpo de Nina abrazó el ramo de lirios que eran demasiado grandes, y caminó hacia la tumba de su hermano, con el que ya estaba familiarizada.

Durante el último medio año y de ese modo, Nina comenzó a darse cuenta lentamente de que morir significaba que su hermano nunca volvería y que nunca lo volvería a ver.

Se decía que su hermano fue asesinado, y en otras palabras, cierta persona hizo que no pudiera regresar.

Eso la había puesto triste, abatida, y en shock, por lo tanto, le escribió una carta a esa persona, pero hasta este momento, no había recibido una respuesta. Esa podría haber sido una mala persona. y que no le respondió, o tal vez la carta no le llegó.

Se decía que esta guerra era realmente terrible, y muchos morían, al igual que su hermano. Quizás esa mala persona también había muerto.

Nina pensó que si la mala persona se encontraba con su hermano en el Cielo, él podría pedirle perdón a él. Su hermano era una persona amable, y seguramente lo perdonaría, y podrían ser amigos en el Cielo.

Porque odiar a una persona haría que uno se sintiera irritado, adolorido, y no que se sintiera bien.

En ese momento, notó unas flores blancas delante de la tumba de su hermano, diferentes de la fría nieve.

Ella se inclinó, tomándolas… eran lirios, y la nieve aún no se había acumulado sobre ellos. Alguien debía haberlas ofrecido justo ahora.

Miró a su alrededor, y en los espacios entre las tumbas, observó a una persona que caminaba a lo lejos. Esa persona era un poco más alta que su hermano, pero era un joven de edad similar.

Y como la última vez que vio a su hermano, él también estaba vestido con un uniforme de color acero.

Recordó haber visto a esa persona en algún lugar. Recordó que pasaba el tiempo con su hermano

“… Erm.”

Sin pensarlo, gritó suavemente, pero la voz no pudo alcanzar el otro extremo del velo de nieve.

¿Te alegra haber venido?

¿Te alegra haberlo recordado?

¿O te alegra haber logrado volver con vida, a diferencia de mi hermano muerto?

Por alguna razón, la joven Nina sintió un fuerte impulso de decir algo

“Erm… ¡Muchas gracias…!”

La voz fue absorbida por la nieve, y la joven, sin saber gritar, no pudo transmitir su voz.

Pero aun así, sintió que la vaga silueta en el otro extremo de la nieve en polvo por un momento dio la vuelta ligeramente.

***

Los Juggernauts y su fiel seguidor estaban enterrados en el jardín de primavera al final de su viaje. El joven oficial de edad similar vestía el uniforme de color acero del ejército de la Federación y sonrió con calma.

“Encantado de conocerla, pero no exactamente. Esta es la primera vez que nos reunimos.”

En cuanto a por qué esas palabras sonaban tan eufóricas, Lena no comprendió:

“Hace tiempo que no hablamos, Handler Uno. Soy el Capitán de la Federación, el líder del antiguo escuadrón Spearhead, Shinei Nouzen.”

Ella estaba completamente atónita

Los ojos plateados y blancos de Lena se abrieron mientras miraba al joven que se presentaba.

Tenía una edad similar a la de ella, acababa de graduarse de la escuela de cadetes oficiales y ascendió dos rangos con tan poca edad, ya en el rango de Capitán. Tenía el pelo negro como un ónix y los ojos rojos y sangrientos de un Piropo, con un hermoso rostro blanco.

Lena nunca antes había visto su apariencia.

La foto que le dejaron estaba demasiado difusa, siendo tomada desde una distancia lejana, y no pudo ver sus apariencias con claridad.

Pero la voz.

La voz tranquila y clara parecía un poco distante, pero sonaba cómoda…

“… ¿Shinn…?”

El chico claramente le devolvió la sonrisa con cierta ironía.

“Esa es la primera vez que me llamas que sí, soy yo, Comandante Millize”

“Estas vivo…”

“Sí, me las arreglé para no morir.”

La voz era algo cortante o excesivamente contundente.

Lena apenas contuvo las lágrimas que casi cayeron por sus ojos.

No quería que sus ojos se nublaran por las lágrimas, por temor a que si parpadeaba, él desaparecería.

En cambio, hizo todo lo posible para sonreír

Era probable actuara diferente a lo habitual, pero no le importaba.

En estos dos años.

Estos dos años, mientras la República fue acorralada y finalmente vencida, ¿qué había sucedido con ellos?

Cruzaron el área controlada por la Legión, llegaron a tierras extranjeras y estaban vestidos con uniformes diferentes a sus países de origen.

No hacía falta decir que, durante estos dos años, habían estado luchando. Para ellos, luchar hasta el final era una forma de orgullo y un viaje en el que se embarcaron con una sonrisa.

“… Siempre los he estado persiguiendo.”

Sus ojos rojos eran radiantes

“Lo sé”

“Los alcancé”

“Sí”

Por alguna razón, esa voz tranquila parecía tan nostálgica.

Ella sostuvo la mano extendida de él con dos manos, y las lágrimas finalmente cayeron contra su voluntad, pero una sonrisa se formó junto con ellas.

No había tenido la oportunidad de decir esas palabras.

Pero esta vez, finalmente podía.

“De ahora en adelante, también lucharé junto a todos ustedes.”