86 [Eighty Six]

Volumen 3

Capítulo 8: Atravesando el Campo de Batalla

Parte 4

“Hay movimiento Parece que fueron engañados por la distracción en el Norte.”

“Un doble golpe, ¿eh? Tanto el norte como el sur están trabajando duro.”

Pasaron todo el día aventurándose a través del bosque, y eligieron un pueblo aparentemente abandonado como su campamento.

Los Reginleifs estaban tendidos boca abajo en la plaza. Raiden estaba en una pequeña capilla frente a una catedral con la luz brillando a través de sus ventanas, y sacudió la cabeza con cierto alivio.

“Ahora las fuerzas principales finalmente podrán moverse… supongo que ya no habrá más distancia entre nosotros”

“Están planeando avanzar toda la noche, creo que acortarán la distancia entre nosotros un poco”.

“Míralo de esa forma”

Las fuerzas principales podían intercambiar combatientes cuando estuvieran cansados, y a diferencia de ellos, este pequeño escuadrón tenía que descansar. Además, los Reginleifs habían estado luchando y moviéndose todo el día, por lo cual requerían mantenimiento. Podrían permanecer despiertos durante unos días consecutivos si fuera el peor de los casos, pero disminuiría la eficiencia, e incluso el combate.

Afortunadamente, el Morpho parecía haberse detenido, probablemente estaba en mantenimiento. Se necesitaría un gran esfuerzo para poder cargar un proyectil de 800 mm de diámetro y varias toneladas de peso. La armadura que resistía la penetración de los cañones de 88 mm de los tanques era probablemente tan pesada como cualquier otro módulo. El enemigo había diseminado el diagrama estructural de su CPU, y había forzado la orden de un ataque total, que podría haber influido en la situación.

Las simples cabañas de piedra no mostraban signos de destrucción o batalla, y parecía que los aldeanos habían abandonado este lugar antes de ser atacados por la Legión, probablemente años atrás. Las tres chicas, incluida Frederica, estaban en la cocina, adivinando que estufas todavía eran útiles. Seo había ido a ver si había habitaciones decentes en las casas, y en la capilla solo estaban Raiden y Shinn

“… Shinn”

¿Qué? Respondió Shinn mientras miraba a Raiden con indiferencia, y este último fue directo al grano.

“Llévate a Frederica y regresa.”

“¿Por qué?”

“¿Ahora lo preguntas? ¿No te dije durante el día que tú eres el más adecuado para eso?” ¿Quién más que tú puede regresar a través de la Legión sin ser detectado?”

“¿Y si me persiguen?”

“Bueno, esa cosa se detuvo, ¿no? Incluso si puede moverse, simplemente lo hará usando los rieles, y puedes informárnoslo a través del Para-RAID. Lo bueno es que esta no será como la última vez, ya que realmente están distrayendo en varias direcciones al enemigo.”

Hmph, así que Shinn lo miró como una espada.

Ahh, esa cara.

Era una sonrisa de una cuchilla de hielo, de locura, de un demonio de guerra que arrasaba las tierras de la muerte.

Era la misma cara que puso cuando desafió a su hermano.

“¿Crees que la Legión estará ocupada simplemente luchando contra la distracción y el ejército principal? Ya tenemos experiencia de cómo son estando aquí en su territorio, el Área Controlada, y sabes que si peleamos, seremos eliminados, ¿verdad?”

“Es mejor que ser arrastrado por ti… siempre hay algo mal en esa cabeza tuya, pero recientemente eres aún más ridículo. Ya te excediste desde la batalla de hoy”

El comportamiento habitual de Shinn era atacar directo en las mortíferas líneas delanteras, y con fuerza bruta se abría paso en el combate directo. Sin embargo, normalmente podía mantener la calma, analizar la situación de combate o, al menos, vigilar la batalla. Aunque las personas tenían algunas dudas con respecto a su cordura, realmente no se preocupaban por ello.

Y aquellas bases claramente se habían desmoronado.

Estaba pisando el filo de la espada como de costumbre, pero solo estaba enfocado en la unidad enemiga ante él. Estaba enfocado en la ardua e intensa batalla con el enemigo, la Legión, creada para asesinar y que era muy superior a la humanidad para ese propósito.

Básicamente, él suplicaba seguir luchando hasta su amargo final.

“Algo te está afectando demasiado… ¿qué pasó?”

Quizás se vio afectado por el fantasma del Caballero de Frederica, que nunca conoció cuando este último estuvo vivo.

O tal vez fue atrapado en la locura del campo de batalla

“… No es nada”

Raiden chasqueó su lengua.

Este idiota.

“¿Crees que puedes engañarme con eso, idiota?”

Quizás el mismo Shinn no lo notó

Shinn podría haber asumido que sus emociones estaban ocultas debajo de su inexpresivo rostro, pero podría estar preocupado, en conflicto y perturbado por sí mismo.

“… Créeme”

“Desafortunadamente te conozco desde hace mucho tiempo y puedo entender un poco cómo te sientes desde tus propios puntos ciegos.”

Shinn no podía ver su propia expresión.

En este punto, no tenía conciencia de sí mismo. No en relación con la expresión que mostraba.

“Sólo te estás desviando, sin saber qué hacer… ¿cuántos años has retrocedido?”

Cuando se conocieron, Shinn parecía ser una presencia cruel, retorcida e inestable ante los ojos de Raiden.

En este punto, carecía de sociabilidad, pero era peor en ese entonces, siempre trazaba una línea contra los que lo rodeaban.

Solo socializaba durante las sesiones informativas, informando ataques o enterrando a los muertos, y casi no hablaba con los otros escuadrones de 86 ni con el equipo de mantenimiento. Como su apodo implicaba, era un dios de la muerte que se aventuraba al campo de batalla, obsesionado con la muerte de cierta persona… incluso si tuviera compañeros en los que confiar, nunca les abriría su corazón.

Recordando eso, a Raiden le resultó difícil envidiar a Shinn por eso.

Shinn casi había sido asesinado por su hermano, quien murió sin perdonarlo, aparentemente fue enviado a las áreas con más combates, y en cada ocasión, Shinn era el único que quedaba con vida mientras los escuadrones desaparecieron.

── Tú.

── Tú no has muerto a pesar de estar conmigo por tanto tiempo.

Había pasado medio año, y su escuadrón había sido disuelto. Estaban a bordo del carguero que los transportaría hasta el próximo campo cuando Shinn dijo esto. En aquel entonces, su voz era más aguda, como un niño.

── ¿Qué tontería estás diciendo?

Respondió Raiden, y no pensó demasiado en ello.

Pero en aquel entonces, Shinn podría haber pensado secretamente que él era la causa de la muerte de su hermano, y la de sus compañeros que murieron en la batalla antes que él.

No es tu culpa

Fue solo recientemente que Shinn pudo aclarar sus sentimientos, o al menos, escuchar a Raiden y no sentirse demasiado afectado. Ellos sobrevivieron al Campo de Batalla 86 durante muchos años, y ganaron muchos más ‘nombres clave’ al igual que Krena, Seo y Anju. Los escuadrones que tuvo desde ese momento no murieron tan fácilmente como antes.

Sus ojos rojos bajaron la mirada, atormentados por algo mientras intentaban evitar algo. Sin mirar atrás, Shinn escupió con odio,

“En ese caso, lleven ustedes de vuelta a Frederica. Es mejor para mí seguir solo que ser una carga por el resto de ustedes.”

“¿… Qué estás diciendo?”

“Si sienten la necesidad de regresar por alguien, haganlo. Si planean regresar, no hay necesidad de continuar por este camino sin retorno.”

“¡Tú…!”

Raiden extendió su mano sin pensar.

Agarró del cuello de la chaqueta a Shinn, dio un paso adelante, y lo empujó contra el pilar en la parte posterior, causando un sonido contundente.

“… Ya es suficiente,”

Cuando se conocieron por primera vez, había diferencia en sus alturas. Ambos crecieron luego a sus respectivas alturas, pero la diferencia de alturas seguía siendo similar. Raiden miró hacia abajo a los ojos rojos que miraban hacia atrás, apretando los dientes mientras escuchaba una voz.

“¿Crees que todo estará bien si te sacrificas? No actúes como que si no quisieras volver”

“… No tengo intenciones de morir”

“Supongo que no. ¡Pero no tienes intención de volver con vida!”

La forma en que dijo “si sienten la necesidad de regresar” hizo que pareciera que era problema de alguien más

Era como si no le importara morir.

Era como si no le importara morir solo, para que nadie saldría herido. Esa noción no había comenzado desde este día.

Comenzó hace casi un año, durante la última batalla de la misión especial de exploración, en la que pretendía ser un señuelo.

En ese entonces buscaba amargamente el alma de su hermano durante la última batalla en el área 86.

Mostraba una expresión de no importarle terminar allí y luego…

“¿Por qué querías acabar con tu hermano? Para seguir adelante, ¿verdad? Sobreviviste para enterrar y despedirte de tu hermano, cierto… ¡entonces no te equivoques!”

“En ese caso,”

Habló con voz aguda.

Al mismo tiempo, esa voz se llenó de angustia.

“En ese caso, ¿cuál es el punto? ¿Para qué propósito estoy…? “

Soltó una pregunta en su agitación, y se detuvo a la mitad, temiendo preguntar más.

Hubo un silencio que mostró que no tenía respuesta a la pregunta que hizo.

Ahh, así fue como Raiden lo supo.

Esta persona realmente era una cuchilla de hielo.

Estaba concentrado en forjarse a sí mismo, y al matar al objetivo, se hacía añicos. Era la existencia de Shinn.

¿Por qué a este punto no se había dado cuenta?

“… Simplemente no quiero morir, eso es todo. Eso es suficiente para mí, creo el resto piensa igual.”

Seguramente esa debería ser razón suficiente para que una persona siguiera viviendo

Sin embargo, a Shinn se le dijo ‘Todo es tu culpa’, casi murió y siguió luchando para pagar sus pecados.

Shinn siguió viviendo, siendo probablemente incapaz de aceptar que luchaba solo para sobrevivir.

“Es tu camino, y decisión tuya. Estamos en el mismo equipo, pero… si estás cansado, te llevaré conmigo. Si no puedes aguantar, simplemente descansa.”

Así como Shinn eligió ser un señuelo durante la última batalla de su misión de exploración.

Al igual que cuando Shinn se encontró con el fantasma de su hermano durante la última batalla en el área 86.

No mostró preocupación por los sentimientos de Raiden

“No los dejaré pelear solos”

“Por alguna razón, parece que soy el único chico excluido o ni siquiera me tienen en cuenta. De todos modos, no importa ya que no es mi estilo.”

“Bueno, tanto Shinn como Raiden se conocen desde hace mucho tiempo, mucho antes de que nos conociéramos. Parece que algo ha sucedido”

“Supongo que sí”

“¿De verdad?”

“Probablemente es uno de esos episodios cursis en un manga donde luchan con los puños o algo así. Preguntémosle a Raiden cuando regrese.”

… Tal era la conversación

En orden descendente de altura, Anju, Seo y Frederica asomaban la mitad de sus rostros, susurrando.

Básicamente, estaban escondidos detrás del contenedor de Fido que se movía lenta y sigilosamente hacia la entrada de la capilla. Krena, la última que faltaba, fue retirada por Anju, cubriéndole la boca con una mano mientras murmuraba algo.

Krena había sido testigo de las disputas del dúo y quería saltar como un perro, solo para terminar siendo atrapada y retenida por Anju.

Parecía que habían terminado de hablar, y Anju solo la soltó afirmando que ya se habían ido, o mejor dicho, Shinn se quitó de encima la mano de Raiden, terminando esto con un momento desagradable.

Una agitada Krena tropezó dos o tres pasos una vez que fue soltada, incapaz de detener su impulso. Quería cuestionar sus acciones, pero Seo habló antes de que pudiera.

“Escucha, Krena. Incluso si corrieras a hablarles ahora, no resolverías nada. Harás que la situación se complique aún más.”

“¿¡Qu-qué…!? ¡Nunca dije que haría eso!”

“Si lo analizas, Shinn se habría ido si no podrían tener una buena conversación, no tiene sentido hablar de estas cosas ahora.”

“Después de todo, a los chicos les encanta actuar duro y no mostrar debilidades ante las chicas.”

“… Ehh, sí, Anju, tienes razón, pero ¿te importaría no decir eso delante mío? Se siente raro. Además, eso no solo se aplica a los chicos. Ustedes las chicas también son iguales, ¿no?”

“Supongo”

Anju sonrió con modestia, y Seo la miró con tristeza.

Es como si yo fuera una pésima carta en su baraja desde que murió Daiya… pensó Seo, pero no quiso decirlo. Era una broma demasiado insípida, y de ninguna manera estaba dispuesto a dejar que Anju escuchara esas palabras.

Habían hecho descansar a demasiados compañeros muertos, que eran incapaces de salir de las sombras.

Pero aun así…

“… Bueno, puedes decir que no podemos dejar de lado este asunto. Shinn ha estado actuando raro últimamente”

El mismo Seo no pudo imaginar claramente el futuro.

Y sintió que era más probable que Shinn no estuviera dispuesto a aceptarlo.

Era mejor no ver ni escuchar nada. No estaba dispuesto a prestarle atención a tal noción.

Los muertos ya no estaban con ellos. No podía hacer nada más que llorar por ellos y sus vestigios del pasado.

Seguramente era duro… tener que ser encarcelado por esas cosas y mirar hacia adelante, pero,

“… De todos modos, la última batalla que tuvimos antes de llegar a la Federación parecía rara ahora que lo pienso… es como si él estuviera tan dispuesto a lograr su cometido incluso después de saber que moriría. En ese entonces, él nunca haría eso, ni dejaría que nadie más lo hiciera.”

Porque en ese entonces, Shinn tenía que matar al fantasma de su hermano.

Y tenía que seguir viviendo para ese propósito.

Hmm, Krena frunció los labios con tristeza

“No lo creo”

Y Seo le dio una mirada sarcástica.

“… Krena, tal vez deberías tratar de comprender un poco más a ese tipo, en vez de solo perseguirlo.”

“Eso…”

“Shinn no es… un dios de la muerte que existe por nuestro bien”

Él no era una estatua de la que dependieran, admiraran o adoraran. Krena quería refutar, pero se mantuvo en silencio una vez que Seo lo señaló.

Los ojos de ella se movieron ligeramente, y después de pensar un poco, apartó la mirada con vergüenza.

“…Lo entiendo.”

“Anju, has estado preocupada por esto, ¿verdad…?”

Al oír eso, Anju hizo una mueca.

“Él se parece a mí… Entiendo un poco cómo es ser un hijo no deseado por su familia, cómo pensaría en su familia, el mundo y él mismo”

“…”

“Shinn piensa que tal vez todo fue su culpa. Lógicamente, sabe que eso no es cierto, pero no puede evitar seguir culpándose a sí mismo… no solo no fue deseado, sino que su hermano se lo dijo, ¿no? Ese sentimiento no es algo de lo que pueda librarse él solo.”

Krena bajó los hombros estando abatida.

“Entonces, en otras palabras… ¿qué lo acompañemos no es suficiente?”

“Al final del día, todo lo que podemos decirle es que lo seguiremos hasta que muramos. Sólo confiamos en él, y un día, creo que terminaremos dejándolo solo en este mundo”

En ese sentido, la relación de ellos con Shinn seguía siendo desigual. No era de extrañar que no pensaran en él como un chico también.

Seo suspiró silenciosamente.

Era su culpa por confiar, dejar que Shinn soportara todo, y nunca tratar de compartir la carga con él.

“… ¿Algún día terminaremos preocupados por las mismas cosas que él? Supongo que sí. Después de todo, nunca pensamos realmente en el futuro, ni en el mañana.”

Pensando de nuevo, el hecho de que supieran que sus días estaban contados después de haber cumplido cinco años en el ejército era una forma de redención.

No importa cuán arduas sean las batallas, ni cuan maliciosos hayan sido los cerdos blancos, ellos podían aguantar, porque podían ver el final. Si no sucumbían hasta entonces, la victoria sería suya. Podrían luchar hasta el final y morir con una sonrisa. Esa era la dignidad que pensaron que podían proteger.

Nunca esperaron seguir vivos, y se les dijo que regresaran, que sobrevivieran.

Esta vez, no sabían por qué objetivos debían vivir, ni cuántos años vivirían, y les preocupaba no poder durar. En ese tiempo indefinido, se mostraron dudosos de avanzar.

Solo había una dignidad que todos ellos tenían, y si no podían sobrevivir por este gran orgullo, la perderían.

Al haber pensado eso… no estaban dispuestos a pensar en el futuro.

“Para Shinn, ciertamente su hermano era su objetivo, y seguramente descubrió que si continuaba avanzando, no habría un final. Sin embargo, todos estamos igual que él, sin un objetivo en la vida, o un deseo.”

Podían ir a cualquier parte, pero eso no significaba que tuvieran un lugar al que tuvieran que ir.

Se parecían a un solitario vagabundo en el desierto, a quien nadie cuidaba sin importar a donde fueran, permanecían de ese modo, encogiéndose de brazos y esperando pudrirse, convirtiéndose en existencias vacías e invariables.

Un día, todos ellos permanecerían dudosos de seguir adelante ante tanta soledad y vacío.

Shinn, sin embargo, se había dado cuenta un poco antes que ellos.

Cielos, pensó Seo y suspiró.

“Supongo que a pesar de que él es la pieza clave, no es quien tiene que liderar el camino en tales cosas.”

Así que ellos terminaron dándose cuenta inconscientemente.

Sabían que tenían que enfrentarse a ese hecho sin importar cuánto lo odiaran.

Sabían que era diferente a vivir en el campo de batalla llamado Área 86, donde podrían prepararse para partir hacia la otra vida al día siguiente.

“Bueno, Shinn puede no parecerlo, pero en verdad se preocupa por nosotros, creo que es así su personalidad”

“Si”

Seo asintió, y de repente miró a Krena.

“Lo pondré de esta manera, Krena. Esta realmente es una gran oportunidad. Dicen que cuando alguien está demasiado devastado, es cuando son más propensos.”

“Ya que lo dices, Seo, esta es una gran oportunidad, pero solo las mujeres malvadas harían eso. No creo que sea algo apropiado para Krena.”

“Supongo que sí”

“¡L-Las cosas no son así! ¡No soy ese tipo de mujer!”

“Sí, sí. Ya lo oímos todo. Todo el mundo ya lo sabe, ¿vale?”

“Y Krena, ¿ya no habías aceptado antes tú misma este hecho? ¿Por qué lo niegas ahora?”

“Es que antes, erm…”

La cara ya sonrojada de Krena se puso completamente roja.

Con un zumbido parecido a un mosquito, ella se inquietó y preguntó:

“………………………… E-Esperen, ¿Shinn ya se dio cuenta?”

“” ….. “”

Seo y Anju intercambiaron miradas sin pensarlo dos veces. Respecto a esa pregunta, la respuesta fue terriblemente cruel. Y sería extremadamente inapropiado decirlo ante sus ojos.

“… Hay que decir que ya se ha dado cuenta desde hace un tiempo, pero bueno, no es más que un chico que admiras con un sentimiento posesivo.”

Y la verdad fue dicha.

“Shinei piensa en ti como una hermana menor… una que requiere mucho cuidado. A decir verdad, parece que él no te ve como una chica”

“…”

Ahh, entonces el alma dejó el cuerpo de Krena.

Anju agarró los hombros de Frederica con firmeza, mostrando una sonrisa suave y brillante mientras esta última sacudía la cabeza frenéticamente, luciendo pálida. Seo trataba de calmar las cosas.

“Eh… bueno, eres considerada un compañero confiable, supongo que de todos modos, así son las cosas por ahora”

“Uuh… ¡S-Sí, soy muy buena como francotiradora! ¡Definitivamente voy a ser de ayuda!”

Seo asintió sin decir palabra. En verdad, para un combatiente de corta distancia como Shinn, Krena era una aliada inestimable ya que era capaz de proporcionar información precisa dando fuego de cobertura en medio de su lucha.

Ese debería ser el caso,

“Pero… ehh, la República ya ha desaparecido, ¿no…?”

Durante diez años, el país abusó de su gran autoridad que no debía ser desafiada, oprimiendo a los 86, y los llevó a su muerte. Qué rápido tardó en desaparecer.

“Según vi en los recuerdos de Kiriya, el Gran Muro había sido derrumbado y había señales de la Legión invadiendo por hordas. A diferencia de la Federación, las fronteras de la República colapsaron en un instante. Parece que… el país ya no existe.”

“Supongo que la estrategia de defensa de la República era usar a los 86 como peones, garantizando su propia seguridad”

“Y terminaron de igual forma que ellos… no es gracioso.”

No les importaba la muerte de los cerdos blancos, pero no podían reírse de la forma en que los pocos Albas y los muchos camaradas 86 habían muerto a causa de la idiotez de los cerdos.

Krena suspiró.

“Debe ser la primera vez… que Shinn tuvo que decir ‘seguiremos nuestro camino’.”

Esas eran las primeras palabras que les dejó a los demás.

A la primera persona en la que él sintió que podía o quería confiar.

“Supongo que la Comandante… no lo logró después de todo.”

El Reginleif estaba parado en la plaza de piedra, descansando después de un día de actividad. Shinn escuchó las hojas marchitas siendo pisadas y se dio la vuelta para encontrar frente a él a Fido.

Estaba de pie junto a su unidad, y se encogió de hombros mientras miraba el sensor óptico mirando hacia atrás.

“No te preocupes, no iré solo”

“… Pii”

“Pero… ir solo lo haría un poco más fácil”

Ya que no tengo que enterrar a nadie más.

El Recolector que acompañaba al Dios de la muerte solo escuchó murmullos.