Mushoku Tensei: Isekai Ittara Honki Dasu (NW)

Volumen 23

Capítulo 258: El 5º Punto de Inflexión

 

 

Cuando regresé, Eris y el resto se las seguía arreglado para aguantar. Sin mí ni los guerreros Supard, estaban como cuando Cliff y Elinalize cayeron, y aun así, la sensación de estabilidad había incrementado. Ghyslaine estaba básicamente corriendo alrededor del campo de batalla casi a cuatro patas. El rango de los puños del Dios de la Pelea era largo. Con el fin de escapar a eso, ella corría con el cuerpo extremadamente cercano a la tierra y daba soporte a los otros disparando su corte de luz desde el frente y los lados.

Su habilidad ofensiva no estaba haciendo mucho, pero el Dios de la Pelea estaba agitando sus manos alrededor como si lo estuviera molestando.


Además, la existencia de Sylphy jugaba un rol crucial. Su magia sin encantamiento iba bastante bien con la situación donde la demanda de sanación más rápida era alta. Incluso cuando Zanoba o Doga eran arrojados por el Dios de la Pelea, ella rápidamente corría hasta ellos y los sanaba. Ha estado fuera del deber activo por algún tiempo, así que probablemente no tiene mucha estamina, pero aun así, como sanadora, le seguía el paso a Cliff mientras cubría mi parte.

Y digna de una mención especial era la presencia de Isolte. Ella, quien se acopló en la vanguardia extrema de esta batalla, bloqueaba todos los ataques del Dios de la Pelea y los contraatacaba. Sus acciones eran fluidas y adecuadas. El ataque del Dios de la Pelea, que era capaz de provocar golpes de muerte instantánea parecía el berrinche de un niño en frente de esa habilidad.

Por supuesto, pero por supuesto que él no se vendría abajo sólo por eso. No importaba cuantas veces o que tan fuerte fuera el contraataque que ella dirigía hacia el Dios de la Pelea, incluso cuando cortaba uno de sus brazos, no había daño.

Si fuera a pelear con él en uno contra uno, hubiera podido dar una buena pelea, pero aun así no hubiera sido capaz de salir victoriosa al final. Eventualmente se hubiera fatigado, llevándola a su derrota. Sin embargo, si decimos que sólo estaba ganando tiempo hasta mi regreso, entonces su presencia era sobrecogedoramente importante.

“¡Los hice esperar!”

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“¡Ludy…! ¡Todos, retrocedan!”

A la señal de Sylphy, todos tomaron sus distancias.

“¡Oh!”

El Dios de la Pelea no los persiguió, no había necesidad de hacerlo. Sin siquiera mirar a la gente que se retiraba de él, simplemente me miró. La diferencia de tamaño no era demasiada, la Armadura del Dios de la Pelea era de unos dos metros y medio de altura, la Armadura Mágica era de tres metros, la diferencia era sólo de alrededor de 20-30 centímetros y la mía era la ligeramente más alta.

Puesto que me detuve a unos diez metros de distancia de él, no tuvo que levantar la mirada para verme.

“¿Es esa? ¡¿El poder que fue reconocido por el Dios Dragón en persona y que derribó a mi hermana mayor, es esa la ARMADURA MÁGICA?!”

“¿…No vio usted la MK. I en la playa?”

“Hmm, ¿Había algo así?”

“Bueno, usted la rompió en pedazos de un sólo golpe.”

Ahora que pienso en ese golpe… Confié demasiado en su defensa y acabé recibiendo un golpe directo. Sin embargo, Eris y Ruijerd recibieron golpes similares y todavía están vivos. Esta debe ser la diferencia entre defensa normal y defensa de Touki… Si ese es el caso, entonces estoy preocupado por Cliff. Aunque no fue directamente golpeado por el puño, aun así no puede usar Touki.

“Entonces, si esa fue la ‘MK.I’ entonces ¿ESTA es diferente?”

“Sobre eso, por favor mire hacia aquí, así…”

Mientras decía eso, miré en torno a mis alrededores. Nos miraban desde cierta distancia. Habían ganado su distancia, pero aún había posibilidades de quedar atrapados. Ah, Sylphy estaba apurándose hacia los heridos como siempre. Entonces, confiaré en que Cliff cuidará de Sylphy.

“Bien entonces, ¿deberíamos empezar?”

Y así, la batalla empezó.

***

 

 

La campana que dio inicio a la batalla fue el retumbar de mi cañón pétreo. Mientras retrocedía, disparaba balas de piedra y Badigadi me perseguía. Seguí los mismos patrones que cuando luché contra Orsted, disparé balas de piedra al azar mientras me retiraba. Honestamente, pensé que sólo hacer esto sería difícil, pero cuando cargué la Espada del Rey Dragón con mana, la MK. Zero que estaba supuesta a ser lenta se movía con bastante libertad.

Así que esto es manipular la gravedad. No he practicado siquiera como hacerlo para empezar. No se hará más ligera que esto.

“¡Fuajajajajaja! ¡Esto no es ni siquiera tan efectivo como una picadura de mosquito!”

El Dios de la Pelea aplastó incontables árboles e hizo hoyos en la tierra mientras me perseguía. Estaba claro a primera vista que el efecto era débil. Ni siquiera lo evadió o repelió. Incluso a tan cortas distancias, su cuerpo simplemente continuó recibiendo los golpes como si los absorbiera, saliendo como enormes gotas por su espalda. Estaba claro que no había daño.

Puede que haya funcionado contra Orsted, pero no aquí.

“¿¡No vas a hacer otra cosa además de huir!?”

Por supuesto, no tengo intención de hacer eso. Luego de finalmente alcanzar mi objetivo, arranqué la tierra bajo los pies de Badigadi. Junto a la enorme cantidad de tierra removida por el escopetazo, el apoyo del Dios de la Lucha desapareció también. Su postura colapsó sólo por un instante, pero yo tomé la oportunidad…

“¡¿Whoaaa?!”

… y me dispuse a purgarlo con la gatling.

Blandí la espada que estaba ligada a mi mano derecha. La espada cortó la armadura como mantequilla y piel negra fue expuesta en su interior.

“¡Fuego!”

Conduje la escopeta a su interior, y uno de los brazos de Badigadi fue arrancado y arrojado lejos.

“¡Fuajajajaja! ¡Hora de la venganza!”

Sin embargo, fui golpeado por cuatro contras simultaneas. La onda de choque recorrió la armadura mágica y fui arrojado varios metros, pero estaba bien. Fue un golpe directo, pero fui de alguna forma capaz de resistirlo.

“¡Hmph!”

Moví mi cuerpo hacia atrás inmediatamente y recuperé el brazo de Badigadi que había sido arrancado. El brazo pulsaba tímidamente, arropado por un guantelete dorado.

Lo arrojé con fuerza.

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“¡Fuajajajaja! ¡Inútil, inútil!”

En cuanto Badigadi dijo eso, su brazo empezó a crecer de nuevo.

Saltó como con cierta persona de Namek.

“Mngh”

Pero es bastante obvio que no fue inútil. El brazo que acaba de crecer estaba al desnudo. La armadura no estaba unida a él.

“Oh, así que así es como son las cosas… ¡Bien pensado!”

En donde arrojé su brazo hace un momento… He preparado un cierto círculo mágico. Dentro de él, el brazo de Badigadi y el de la Armadura del Dios de la Pelea no podrán regenerarse. También parece que el tamaño de Badigadi ha decrecido de algún modo. No había pensado en esto último, pero lo tomaré como un bonus.

Dios de la lucha Badigadi. Dada su armadura, él posee ambos, alta velocidad y fuerza. Pero su velocidad, comparada con la de los maestros de la espada que enfrenté antes, no era nada especial. Orsted e incluso Alek eran probablemente más rápidos. Aunque obviamente, es más rápido que yo, cuando uso la armadura mágica, está a un nivel en el que puedo competir.

Es gracias al entrenamiento que he recibido de Eris y Orsted que todavía estoy vivo.

Lo problemático era su ridículamente alta defensa y durabilidad. La Armadura del Dios de la Pelea era dura. Podía jactarse de que era incluso más dura que la Armadura Mágica. Al menos, si Eris y los otros fueran a golpear con todas sus fuerzas harían una marca, pero el brazo o la cabeza no se separarían. La armadura se restauraría a sí misma inmediatamente y seguiría peleando como si nada pasara. Normalmente, eso causaría daño acumulado en el interior… Pero en el Lord Demonio Inmortal Badigadi, no. Los cortes de Eris o las estocadas de Ruijerd normalmente causarían daño en el interior de la armadura, pero con Badigadi, no causa nada. Ya sea corte, estocada o golpe, es inmediatamente sanado. Dentro de poco, los que estaban atacando estarían cansados y sucumbirían inevitablemente al poder destructivo de esos seis brazos.

Entonces, ¿cómo hacerlo caer? La pista estaba en Atofe. La Lord Demonio Inmortal Atofe, el símbolo mismo del miedo para varios Lores del Continente Demoníaco, quien sigue levantándose no importa cuántas veces caiga y seguirá cargando contra el enemigo.

Había dos métodos para hacerla caer. El primero era desconectar sus miembros y sellarlos para que no pudieran restaurarse. Este método era el más estándar y Atofe fue vencida dos veces usándolo en el pasado. Se ocupaba una barrera que fuera capaz de sellarlos por cientos de años, pero por ahora, simplemente rodeando las partes con una barrera mágica de nivel avanzado fue suficiente para parar la regeneración; La otra forma era hacerla admitir la derrota. La Lord Demonio Inmortal Atofe, en concordancia con sus propias reglas, enfrentaría muchos oponentes y así, por esa regla, cuando se dé cuenta de que ha perdido, admitirá la derrota. Aunque no creo que sea una tarea simple hacer que Badigadi admita la derrota.

Así que esta vez, debo ir por la primera. Para este propósito, Cliff preparó varias barreras mágicas alrededor del bosque. Estaban puestas para activarse cuando los miembros de Badigadi fueran arrojados en ellas. Anteriormente estaba inseguro de su efectividad contra la armadura del Dios de la Pelea, pero parecían estar funcionando.

Usar la espada que ignora toda defensa para cortar la armadura, separar los brazos y sellarlos. Tras hacerlo seis veces, podría hacer que Badigadi admita la derrota. Me gustaría sellar su cuerpo entero, pero… sin Cliff aquí, no podría hacer el círculo necesario para ello.

“¡AAAaaa!”

Cargué contra él gritando. Ya no me importaba el peligro, ni siquiera sabía cuánto duraría el poder de la MK. Zero. Gracias a la Espada del Rey Dragón, el tiempo operativo pudo haberse incrementado, pero no sería extraño que se detuviera en cualquier momento. No había otro camino excepto una corta y decisiva batalla.

“¡VEN A MÍ, HÉROE!”

El Dios de la Pelea recibió mi reto con los brazos abiertos y al mismo tiempo, agitó su mano derecha. En respuesta al vuelo del puño del Dios de la Pelea, yo blandí mi espada y me preparé para contraatacar. La movilidad de esos seis brazos excedió mis expectativas, pero ya me había acostumbrado durante la pelea. Hoy es mi mejor día. Pude evadirlo.

Corté su brazo izquierdo inferior. Al mismo tiempo, apunté la escopeta al corte y disparé, haciéndolo explotar. Pero había una apertura inevitable en ese momento. En cuanto arranqué su brazo, fui golpeado por un puño y enviado a volar.

“¡…NHG!”

La superficie de la armadura crujió. Como esperaba, no pudo soportar los golpes del Dios de la Pelea, pero los brazos que no estaban protegidos por la armadura podían ser ignorados.

Cuatro más de ellos. La armadura mágica sólo tiene que aguantar hasta que los haga volar todos.

” ¡ ! “

Noté algo más.

(La barrera está…)

Los círculos mágicos dibujados en la tierra se habían roto durante ese intercambio de golpes. Los daños colaterales de la batalla. ¿Cómo no me di cuenta de algo tan simple antes? Por supuesto, todavía había círculos intactos, pero no sabía cuales estaban bien.

“¡…Carajo!”

Inmediatamente arrojé el brazo que había cortado. Lo arrojé hacia el Valle de los Dragones de Tierra.

Cuanto más destrozada quedara Atofe, más tardaría en revivir, y si las partes fueran separadas, ella no sería capaz de revivir de inmediato. Podrían revivir eventualmente, pero tendría algo de sentido.

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(¿…Hmm?)

Por alguna razón, partes de la armadura no se estaban regenerando. ¿Acaso desmembrar al usuario causa alguna pérdida de eficiencia? La restauración parece estar reduciéndose. ¿Acaso la falta de uso en todos estos años han causado una pérdida de la eficiencia en la Armadura del Dios de la Pelea?

¿O es parte de la estrategia de Badigadi?

No, no te preocupes por cosas inútiles ahora. Debería tomar ventaja del hecho de que no se está restaurando, y simplemente pensar en cómo desmembrarlo.

“Grrr…”

Badigadi continuaba gruñendo, pero no surgió ningún brazo nuevo. Y contrario a eso, el brazo que había sido restaurado estaba ahora cubierto por un caparazón como de tortuga.

” ¡ ! “

Me pregunto qué es eso. Al siguiente instante, los cuatro brazos restantes se desvanecieron. Los brazos y guanteletes fueron absorbidos dentro de la armadura y los restantes se volvieron más gruesos, con un gorgoreo de fondo. Los dos restantes, ahora que se volvieron más gruesos, ¿puedo cortarlos? No, puedo, cuanto más duro el objeto, mejor puede cortar la espada. No importa si refuerza sus brazos e incrementa su defensa. Tras decidir eso, patee la tierra y cerré la distancia entre mí y el Dios de la Pelea.

Una campana de alarma sonó en algún lugar de mi mente, pero no importaba qué planeara el enemigo, yo ya había revelado mi carta del triunfo. Con cada minuto que pasaba, mi mana se aproximaba a cero. Si no atacaba, no podría vencer.

“¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaaaa!”

Sólo podía gritar. Al hacerlo, hacía surgir mi poder. Negaba ambos, el miedo y la incertidumbre y una pequeña cantidad de coraje mostraba su cara. Esta pequeña cantidad de coraje se volvió profunda, cargando contra él para obtener la victoria, igual que Eris.

Embestí contra el Dios de la Pelea. Él se tambaleó, pero recibió el golpe. Agité mi mano derecha, hundiéndola en su mano derecha y continué cortando. La arranqué y empujé la escopeta contra el lugar donde corté, para luego disparar.

“¡Fuego!”

Ambos, el brazo de Badigadi y la armadura del Dios de la Pelea fueron arrojados al viento, pero al mismo tiempo, yo salí volando. Fui casi noqueado.

El brazo restante de Badigadi. Fui golpeado por eso.

El frente de la armadura Mágica fue destruido por completo. La onda expansiva viajó por el interior y mi cuerpo fue asaltado por una presión que se sintió como si me fueran a dejar plano.

Caí de espaldas.

“Ghaough… ghaough….”

Escupí sangre, mi corazón gritaba, ‘¡no todavía!’ en vano. Me había equivocado. La razón por la que Badigadi redujo sus brazos a dos fue por un simple ataque devastador. Deja que tu oponente corte tu carne para que tú puedas cortarlo hasta el hueso, ¿es así? Condujo su puño en una grieta y rompió la armadura finalmente.

Pero no todavía. No aún. Sólo uno más.

” ¡ ! “

No podría moverme. El movimiento de la armadura era vacilante. El daño no podía ser reparado. Justo debajo del cuerpo principal (yo) estaba lo que puede ser llamado el núcleo de la armadura. Si el núcleo se rompe, la Armadura Mágica empezará a fallar. No diré que no se puede mover, porque no está construida de forma tan simple, pero sólo podrá moverse. En esta batalla, era fatalmente lenta.

Empecé a transmitir mana apuradamente. Bien, todavía me queda mana. Todavía podría moverme. Mi mana todavía no está seco. Todavía podría pelear. Entonces, ¿por qué no podía moverme?

“Buen plan, buen espíritu de lucha…”

Badigadi se acercó mientras no podía moverme.

“Y una buena pelea. Adiós Ludeus. Ni siquiera Laplace pensó un plan tan elaborado.”

Badigadi levantó su puño sobre su cabeza. Un puño como un cañón. Y este bajó como…

“¡Gaaaa!”

Algo rojo voló bajo su brazo e interceptó el curso del puño. El brazo cortado hasta la base voló por los aires.

“¡Mngh!”

Sólo hay unas cuantas cosas de color rojo en este bosque. Es Eris. ¿Nos estaba siguiendo? ¿Estaba justo a nuestro lado? No lo sabía. No hay más refuerzos. Sólo Eris vino en mi ayuda.

Pero en el siguiente instante, me di cuenta de algo fuera de lugar. La espada. La espada de Eris estaba rota, la famosa ‘Elegancia del Dragón Fenix’ se rompió hasta la base. Por supuesto, hasta ahora, aunque la superficie había sido dañada, la base jamás se había roto, pero si se pone demasiada tensión en ella, entonces obviamente se quebrará.

Sin embargo Eris no cesó. Como si no se diera cuenta de que su espada estaba rota, mientras gritaba, continuó dando cara al Dios de la pelea. Ahora que lo veo, no es sólo ella. Viniendo del bosque, uno detrás de otro, como si le dieran caza a Eris, estaban Sylphy, Ruijerd, Ghyslaine e Isolte.

Pero era demasiado tarde.

“¡Es una tontería pararse ante mí sólo!”

Badigadi se aproximó a Eris. No había nada para protegerla. En ese instante, activé la función de escape y expulsión de la Armadura Mágica y de su espalda, tomé la espada que había colocado en ella. En el segundo en que la sostuve, una tremenda sensación de omnipotencia corrió por mi cuerpo. Una cantidad sobrecogedora de mana, a la cual le inyecté incluso más mana, con la intención de llenar la espada con todo mi poder restante.

No pensé en usarlo yo mismo. Frente a mí, había un miembro de mi familia cuya espada estaba rota. Quien, con el fin de protegerme, estaba blandiendo una espada rota. Arrojé la espada a ella como objetivo.

“¡Eris!”

La espada encantada hizo un arco suelto y Eris giró para tomarla.

Espada del Rey Dragón Kajakuto. La más fuerte y famosa espada maldita del mundo. La cima de las espadas malditas forjadas por el maestro armero Yulian.

Eris la sostuvo sobre su cabeza.

“¡Gaaaaahh!”

“Gh, ¡Esa es…!”

Un golpe descendiente. Justo antes del impacto, por un instante, el cuerpo del Dios de la Pelea flotó. La espada mordió justo en el torso del Dios de la Pelea. Al mismo tiempo, un brillante destello llenó mi visión. La explosión adormeció mis oídos. Algo sobrecogedor dominó el lugar. Destrucción se desplegaba ante mí. Pero no hubo ráfaga, no hubo onda expansiva. Sólo silencio. La destrucción se dirigía al interior. El mana dirigido hacia la espada se tornó una esfera y envolvió a Badigadi. No era sólo el poder de Eris. El mana que cargué en la espada estaba surgiendo de ella.

Y dentro de la esfera mágica… lo vi. Mientras lentamente surgía a la superficie, el contenido en su interior era destruido. La armadura del Dios de la Pelea se agrietaba y se quebraba. Badigadi, sin un sonido, estaba siendo comprimido y desaparecía.

Pensé que Badigadi pelearía, pero no pudo hacer nada. La armadura del Dios de la Pelea dejó de funcionar y Badigadi estaba siendo destruido tan pronto se regeneraba.
……………………………..

La esfera desapareció. Fragmentos de la armadura cayeron del aire hacia el Valle de los Dragones de Tierra. Mientras hacían sus ruidos de cling y clang, los fragmentos rodaron por el valle.

Con la espada del Rey Dragón pegada en ellos.

Sólo en la armadura, el cuerpo negro de Badigadi había desaparecido sin dejar rastro.

Lo vi. Lo vi por un largo rato. Hasta que el sonido se perdió y la armadura desapareció. Cerca de nosotros, los brazos de Badigadi todavía permanecían. No se estaban moviendo, ni siquiera temblaban. No hay signo de restauración.

¿Está muerto? ¿Ganamos? ¿Hay todavía alguien más? ¿Está cerca? ¿Nada va a salir de la nada con un fuajajaja? ¿O sí? Con estos sentimientos, simplemente miré el valle. Nada surgió. No hay signo de nada levantándose. Sólo quietud queda en el lugar.

Escuché a alguien cayendo desde atrás. Cuando me di vuelta, Eris estaba de rodillas. Con una cara horriblemente pálida.

“…”

Corrí hacia ella en un apuro. ¿Una herida? ¿Recibió una contra?

Inmediatamente estiré mi mano para usar magia de sanación, pero yo también caí de rodillas.

“…aah.”

No es una herida. Lo que estoy sintiendo y lo que está en el rostro de Eris, son la misma cosa. Agotamiento de mana. La espada del Rey Dragón Kajakuto había succionado todo mi mana y agotado el de Eris también. Esta debe ser la primera vez desde su infancia que Eris ha gastado tanto mana. Mientras parpadeaba sorprendida, se sentó.

“Eris.”

“Ludeus… tu cabello se ha vuelto más blanco otra vez.”

Dijo y tocó mi cabeza. No sé nada de mí, pero una parte del cabello de Eris también se ha vuelto blanco. Su cabello ahora tiene algunas hebras blancas.

“El tuyo también.”

“De verdad… hacemos pareja.”

Dijo Eris y cayó al frente. No perdió la conciencia, simplemente había usado todas sus fuerzas. Quiero caer también sobre ella, pero me contengo.

“¡Ludy!”

Sylphy parecía preocupada cuando vio nuestras caras. No sólo Sylphy. Ruijerd, Ghyslaine, e Isolte…

“Sylphy, ¿¡dónde está Cliff!?”

“Umm, luego de que sanamos a los demás heridos, fue cargado por Zanoba y Doga hasta la villa. Vinimos de inmediato por ti, pero pensamos que seríamos una molestia, así que dudamos… pero entonces Eris saltó sola… ¿huh?”

Cuando Sylphy sintió la cabeza de Eris, sacudió la cabeza confusa. Probablemente usó magia curativa de inmediato, pero Eris no estaba herida. No iba a levantarse en un buen rato.

“Es agotamiento mágico. Esa espada succiona todo el mana de sus usuarios.”

“…Ah, así que eso fue.”

“Por ahora, Sylphy, ¿puedes poner el brazo caído por allá en alguno de los círculos mágicos sin daño? Luego de eso, quiero que lleves a Eris de regreso a la villa, y reportes a Orsted sobre los detalles de lo sucedido y trae a Cliff de regreso contigo.”

Me levanté. La Mk. Zero fue destruida. Yo mismo había quedado básicamente sin mana… pero todavía podía moverme. No sabemos cuánto tiempo tomará antes de que Badigadi reviva. Al final, con tanto mana comprimido parecía que hubiese sido eliminado. No hay señales de regeneración en sus brazos. Me gustaría pensar que tenemos mucho tiempo, sin embargo, pensamientos como ese podrían ser presuntuosos.

La MK. Zero fue destruida, la MK I ya no existe. En adición a mi casi agotado mana, en esta situación donde las barreras mágicas no pueden ser activadas sin Cliff, no podemos tener a Badigadi reviviendo en el fondo del valle.

Si descendemos al fondo y está esperándonos, la victoria nos habrá abandonado. No habrá otra opción salvo que Orsted tome la línea frontal. Quisiera que no usara magia hasta el final, pero podríamos no tener opción. Carezco de habilidad. Pero me gustaría esperar hasta que hayamos sido empujados a una esquina. Hice todo lo que pude. Es desconocido si Badigadi se estaba moviendo en el fondo del valle o no, pero deberíamos haberlo restringido al menos.

“Ruijerd, Ghyslaine, e Isolte también, por favor, síganme.”

“¿Qué vas a hacer, Ludy?”

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Yo hice todo lo que pude. Pero todavía me faltaba algo. Con mi mana casi agotado, quedaba algo por hacer.

“¡Voy tras Gisu!”

***

 

 

Encontramos a Gisu inmediatamente. Muy rápida y fácilmente. Ni siquiera tuve que usar mi casi exhausto mana, lo encontramos así de fácil. En el momento que cruzamos el valle y entramos al ceniciento bosque. A la sombra de un árbol carbonizado, Gisu estaba caído ahí. Tenía enormes quemaduras y su cuerpo tendido estaba completamente negro. El “Flashover” que invoqué en el bosque parecía que lo había quemado también. Parecía bastante muerto la primera vez que lo vimos, no movía ni un músculo y parecía más una piedra negra, pero el que lo encontró fue Ruijerd usando su tercer ojo, así que no era un cadáver.

“…Gisu.”

“Yo, Senpai.”

Todavía no se había convertido en un cadáver, pero estaba claro que estaba a las puertas de la muerte. Yo tampoco tenía la intención de curarlo. Esto era por lo que había venido. Sin embargo no me sentía con intenciones de rematarlo tampoco.

“Jejee, magia de agua, magia de tierra, ojos demoníacos, y la Armadura Mágica… tenía contramedidas para cada uno de ellos y aun así mírame.”

Gisu estaba usando muchas cosas. Un chaleco azul, un protector pectoral de café claro y algo parecido a una cota de malla. Cada uno de ellos estaba quemado ahora, pero eran probablemente contramedidas para cada tipo de magia. Esto significaba que el que fuera capaz de soportar el “Rayo” en la tercer ciudad no fue gracias al poder de la Armadura del Dios de la Pelea.

“Ahora que has venido aquí significa… que incluso el plan final ha terminado en fracaso…”

Gisu estaba tirando de sus ahora quemadas mejillas.

El plan final. ¿Estaría bien decir que enviar a Badigadi solo era un plan?

“Dios del Filo, Dios del Norte, Dios Ogro, Rey Oscuro… si cualquiera de ellos estuviera todavía en pie, hubiera sido diferente… si me hubieran escuchado entonces…”

“Bueno, no parecían del tipo que escucha a otros.”

Respondí a los delirios de Gisu.

“¡JA! Dices eso, pero… Eris, Atofe, y… ¿es esa Ghyslaine la que veo ahí? No tienes más que gente que te escucha.”

“Eso es… probablemente porque mi suerte es buena.”

“Nop, eso no es verdad, Senpai. Es porque lo hiciste bien. Les contaste la historia completa, ganaste su confianza honestamente y a cambio, ellos se volvieron tus perfectos aliados. Fue gracias al esfuerzo que pusiste en ello. Es por eso que en tu hora de necesidad, te escucharon fielmente, y aceptaron seguir tus instrucciones.”

Ciertamente, eso puede ser verdad. Atofe y Malta. Fue necesario en ese momento así que los tomamos como aliados, pero ellos no escucharon mis instrucciones en absoluto. Sándor y Doga fueron excepciones, pero Ariel me hubiera escuchado.

“Al final, prepararse para la guerra, reunir fuerzas, desarrollar estrategias, y moverse a hurtadillas a espaldas de la gente… haciendo sólo eso… era imposible después de todo.”

Ni el Dios del Filo ni el Dios del Norte hicieron caso a las instrucciones de Gisu, simplemente priorizaron sus propios motivos. Como resultado de eso, estoy vivo.

“Sabía que esto iba a pasar, pero no pensé mucho en ello. Pensé que me las arreglaría de algún modo. Sin mencionar, que quien no entendió nada en absoluto… no fui yo.”

Gisu rió.

“Es Hitogami. El gritaba hasta el último momento. Decía, ‘¿por qué? ¿por qué? Es tu culpa, si sólo hubieras sido más listo.'”

Mientras reía tontamente, una sonrisa burlona flotó en el rostro de Gisu.

“¿No es eso obvio? ¿Eh? Para empezar, ¿quién trabajaría tan duro para alguien como TÚ que engaña a la gente…? ¿Alguien como TÚ que sigue burlándose de los demás…? ¿Simplemente, quién te tendería una mano a TI?”

“Entonces… Gisu, ¿significa eso que estabas limando asperezas también?”

“No lo sé… ¿eso crees? ¿Fue así de fácil? Intenté ir con todo por una vez, ¿sabes?”

Gisu tosió violentamente. Algo negro como hollín salió de sus labios.

“Bueno, yo y Badigadi fuimos las excepciones porque somos de corazón blando. En este punto, las únicas personas que le tenderían una mano a alguien que grita que sus propios aliados son inútiles son los de corazón blando.”

Parecía como si el alma misma de Gisu estuviera en ese hollín. Era claro que estaba perdiendo fuerzas.

“¿Pero sabes, Senpai? Yo de todos modos fui salvado por ese tipo, Hitogami. Hubo algunas cosas malas, pero mirando a la cuenta total, todavía fui salvado.”

“…”

“No lo entenderías Senpai. Para alguien como tú que puede hacer todo y puede caminar por el mundo solo… no entenderías los sentimientos de alguien como yo que no puede hacer nada por sí mismo, simplemente no puedes…”

Entiendo.

Siento como si entendiera.

Sobre las cosas ordinarias, el sentimiento de alguien que no puede hacer cosas ordinarias… puedo entender eso.

Gisu fue como yo. Mi yo anterior. Pero un poco diferente. El yo de antes ni siquiera intentó, sólo huía. Gisu fue incapaz de hacerlo. En este mundo donde las bestias y la violencia dominan, él no pudo obtener lo que se dice es lo más importante… ‘poder’. Fue capaz de hacer todo lo demás, pero no podría haber sobrevivido.

“Te equivocas, Gisu. Te equivocas…”

Es por eso que no podía decirle nada excepto que estaba equivocado. No podía decirle que entendía, ni siquiera quería hacerlo. La única cosa que podía hacer era negarlo.

“Jeh, Ludeus. Si vas a negarme, entonces hazlo mientras sacas el pecho. Ganaste después de todo, me venciste. En este mundo, quien gana es el que está en lo correcto y quien pierde está equivocado. Así que, saca el pecho y di, ‘eso no es verdad, Gisu. Así no son las cosas.’ Y entonces, veamos… regáñame o di algo por mi bien, que estoy a punto de morir. ‘No debiste haber hecho esto, abandonado a Hitogami, debiste unirte a mí’, algo como eso.”

Gisu dijo esto y entonces se quedó sin aliento, para luego volver a hablar con una expresión en blanco.

“Yo, Badigadi, y el Rey Oscuro ya no estaremos más. No queda nadie más dispuesto a ayudar a Hitogami por propia voluntad. Se acabó. No hay nadie más en este mundo que pueda lidiar con Ludeus Greyrat de un modo u otro. De hecho, Hitogami dijo eso también. Dijo que si perdíamos aquí, entonces nada podía hacerse sobre Ludeus. Es por eso que Hitogami probablemente permanecerá en silencio hasta tu muerte, aunque probablemente trabajará en las sombras.”

Y entonces algo salió de mi boca involuntariamente.

“… eso es una mentira, ¿no es así?”

Gisu rió.

“Si eso es lo que piensas, entonces, ¿por qué no? Algo como permanecer en silencio es, bueno… un poco demasiado incluso para mis propias expectativas después de todo. Deberías simplemente moverte con la bandera de derrocar a Hitogami de aquí en adelante. Eso debería ser inconveniente para Hitogami, pero no sería inconveniente para ti, ¿verdad?”

“Oye, oye, esa es una cara bastante sombría la que tienes ahí. ¿No eres el hijo de Paul? Si Paul estuviera aquí, se estaría riendo bien en alto, ¿sabes? Nah, incluso él no se reiría al borde de mi muerte. Dado que lo cuidé por algún tiempo después también… Pero, ya sabes, deberías estar más orgulloso. Puede que sea una alegría breve, pero todavía deberías disfrutarla. Si no lo haces sería sobrecogedor. Finalmente había ganado al Dios del Filo, al Dios del Norte y al Dios Ogro como compañeros para viajar por el mundo. Así que deberías estar entusiasmado de haberlos vencido, y en cuanto a mí, dado que no me fue bien, pues parezco un idiota.”

“Eso pasó por no poder controlar a mis aliados adecuadamente. Le cargué a Badigadi toda la responsabilidad y el riesgo y lo envié hacia ti… sólo mírame ahora. Pero al menos, piensa en mí como un fuerte enemigo. Sólo, dame ese reconocimiento.”

Gisu había empezado a llorar en algún punto. Lágrimas descendían por su ennegrecido rostro. Cuando lo vi, entendí que Gisu nunca tuvo ninguna duda.

“Lo entiendo. Gisu, tú eres fuerte. Es verdad que estoy aquí de pie ante ti, pero si un sólo engrane hubiese estado fuera de lugar, estoy seguro que nuestras posiciones hubieran acabado revertidas. Esta tiene que ser la más dolorosa y difícil pelea de toda mi vida.”

“Jeh… jeje. Gracias Ludeus.”

Él fue sin lugar a dudas, fuerte. Me tomó un año entero vencerlo. Peleé por un año. No hay forma de que no fuera fuerte.

“Gisu.”

Ghyslaine dio un paso hacia el frente y miró a Gisu en el suelo. Su expresión estaba oculta por su cabello, así que no podía verla.

“Yo, Ghyslaine, hace tanto.”

“Sí.”

“Me adelantaré esta vez.”

“Sí, dale mis saludos a Paul.”

“Seguro… quizá, cuando vengas tú, en su momento, podamos beber juntos. Paul emborrachándose y metiendo su cara entre tus pechos mientras Zenith se pone celosa… me encantaría ver eso otra vez…”

“Zenith probablemente no estará ahí por algún rato. Probablemente yo iré primero.”

“Heh, lo entiendo… bueno, hasta entonces…”

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Gisu dejó de moverse. Cayó de lado, de improviso, a media palabra.

“…”

Las orejas de Ghyslaine temblaron, su cola se sacudió.

“…está muerto.”

Gisu había muerto.

***

 

 

Gisu fue derrotado. Eso debería ser suficiente, pero mi corazón todavía estaba inquieto. Sabía que estaba en shock. Que alguien a quien conoces muera en frente de ti de ese modo es algo incomprensible.

Él era un enemigo. Estaba consciente de que debía ser derrotado, pero no significaba que lo odiara desde el fondo de mi corazón. Aunque, si hubiéramos perdido en esta batalla y Eris o alguien cercano a mí hubiera muerto, entonces sería posible que le odiara. Si las cosas hubieran salido de ese modo, ¿mi corazón se sentiría reconfortado entonces? ¿Al saber que me había vengado al derrotar a la persona que más odiaba?

No lo sé.

Lo único que podía decir era que la razón por la que era capaz de pensar de este modo mientras estaba exhausto era porque no perdí a ningún ser amado durante la batalla. Alcancé las condiciones para la victoria. Fui capaz de eliminar a cada apóstol mientras preservaba la capacidad del mana de Orsted.

Tuvimos batallas difíciles y hubo fallos también, pero fue una victoria completa, eso fue inusual para mí.

Es posible que me haya avergonzado al dejar que Gisu muriera de ese modo. Quizá pude traer a Gisu a nuestro lado. Tomé ese punto en consideración en algún lugar profundo de mi corazón. Incluso si digo eso ahora, es algo que no pude evitar. Bueno, me aseguraré de al menos llevar sus huesos al cementerio. Imagino que estará bien ponerlo al lado de Paul.

Pienso en ello mientras quemo el cuerpo de Gisu.

“…”

Ghyslaine estaba mirando el crematorio. Luego de que terminé recolectamos sus huesos, y noté que sus orejas y cola no parecían muy enérgicas.

“¿Regresamos?”

“Sí.”

Cruzamos el valle. Como sea, ahora finalmente ha acabado. Estoy cansado. Sólo me queda una escaza cantidad de mana restante. Mi estamina estaba completamente drenada también. Perderé la conciencia en el momento en que golpee la cama. Aunque no podía simplemente dormir antes de sellar completamente a Badigadi…

Pero quiero regresar a Sharia tan rápido como sea posible. Quiero dormir cobijado en mi cama. Cuando despierte, comeré. Comeré arroz. ¡Oh, es verdad! Este país tiene salsa de soya. Puedo comer un perfecto tazón de arroz y huevo mezclado. Lo comeré cuando regrese. Comeré hasta que mi corazón esté satisfecho.

Y luego de eso, es la hora sexi. El abstinente Ludeus ha muerto junto con Gisu. Sylphy, Roxy o Eris… ¿A quién escoger? ¿Qué tal las tres juntas? Eris puede que se moleste, pero debería estar bien intentarlo aunque sea una vez, ¿verdad? Es mi tan esperado momento.

Síp. Por largo tiempo.

Pospongamos la revisión de la batalla. Intentaré olvidar las últimas palabras de Gisu. Como sea, me tomaré un día libre.

Estoy cansado.

“…Ludeus.”

Mientras caminaba arrastrando mi ahora completamente exhausto cuerpo, alguien me llamó desde atrás. Era Ruijerd. El que caminaba hasta el fondo se había dado la vuelta.

Detrás de él, hacia el valle.

“¿Cuál es el problema?”

“Enemigo.”

“¿Huh?”

Una mano se había levantado desde el borde del valle. Mano. Es una mano. Algo estaba escalando por el valle.

¿Algo?

No, dado que una vaga descripción como algo sería un grave error. Esa mano. Una mano de color dorado. Un guantelete dorado.

“¡Tiene que ser una broma!”

Badigadi. Es demasiado pronto, pero lo veo. Ahora que lo pienso, luego de arrojar algún número de sus brazos al valle, su cuerpo también fue arrojado a él. Parecía que su cuerpo había sido completamente aniquilado, pero grandes partes como sus manos todavía permanecían. Así que es posible que las partes restantes se reunieran y regeneraran en un corto periodo de tiempo.

“…”

La armadura escaló del valle mientras nuestros petrificados cuerpos daban largas miradas, pero su forma era diferente. Tenía dos brazos, similar a cuando lo derribamos, pero su diseño general había cambiado. Su casco era diferente y no era tan alta tampoco. No eran ni dos metros. Pero sobre todo, estaba sosteniendo una espada. Una espada larga. La espada más poderosa hecha por el Rey Dragón en persona.

Incorrecto. Era diferente. Este tipo no es Badigadi.

“El héroe revivirá no importa cuanto sea arrinconado y le dará vuelta a la situación. Imagino que así es como debería ser el estilo de un héroe.”

Esa voz y la palabra héroe. Cómo podría olvidarla.

“¡Dios del Norte Karlman tercero, Aleksander Ryback….!”

¿Seguía vivo? ¿Incluso aunque pensé que estaba muerto, incluso aunque ni siquiera tuvo un último estertor? ¿Sigue vivo?

Pero ahora veo. Ahora que lo pienso, proviene del linaje del Clan de los Demonios Inmortales. Lo que quiere decir que si se le da suficiente tiempo se regenerará.

No, esto está mal. Es eso, este es el “plan final” del que Gisu estaba hablando. Así que era esto. ¿Así que intentaba esto desde el principio? ¿O cambió de opinión a mitad del camino?

Pensé que era extraño. Pensé que era extraño que la armadura del Dios de la Pelea no se estuviera restaurando a sí misma. Fue intencional. Y entonces, Alek usó la Armadura del Dios de la Pelea en el fondo del valle y se restauró.

Era posible que estuvieran haciendo los arreglos preliminares mientras Gisu se hacía el muerto. Algo como quitar a Badigadi de en medio y darle la armadura a un resurrecto Alek…

¡Carajo!

¿Deberíamos hacerlo otra vez? ¿Deberíamos pelear otra vez? Esto ya es aburrido. ¿No sería bueno simplemente acabarlo ya? ¡Deja de molestar de una vez! ¿¡Por qué alguien que ya murió tiene que regresar tantas veces!?

No, es mi culpa. No me deshice de su cuerpo apropiadamente. Lo dejé ahí, pensando que lo había vencido, que había ganado. Pudo haber sido diferente si lo hubiera quemado, pero lo dejé estar. Pero, ¿cómo es que estaba bien? Con esas condiciones, más allá de este estado.

Bueno… está bien. Lo pasado ya pasó.

¿Qué hago ahora? No tengo la MK. Zero ahora. Ni aliados. Ghyslaine, Ruijerd e Isolte. Y yo, que casi agoté por completo mi mana. Sin armas ni escudo, ni método. No creo que podamos ganar.

¿Qué debería hacer? ¿Qué hago? ¿Puedo ganar contra el Dios del Norte Karlman Tercero usando la Armadura del Dios de la Pelea? ¿Podemos al menos frenar su poder?

“…”

Alek me miró mientras yo le veía con cara de idiota. Como si fuera a decir que no le importaba que yo estuviera ahí todavía. Como si fuera a decir que estaba esperando este momento desde hace mucho.

“Ludeus Greyrat… Me disculpo por llamarte un novato. Eres un guerrero espléndido. Pese a tu apariencia, eres un enemigo digno. Gracias a ti, he subido de nivel una vez más y me he vuelto más poderoso. Tienes mi gratitud.”

Volteé mi completamente exhausto cuerpo hacia la armadura dorada. Nos atrapará si intentamos huir. No tenemos suficiente poder de combate ni siquiera para ganar tiempo.

Entonces, pelearé. Pelearé mientras pongo todo en la línea. Mientras pensaba en eso, di un paso al frente.

“¿…Ah?”

Cuando me di cuenta, había caído al piso.

“Sobrecogedor. El yo actual puede vencer a quien sea.”

Me di cuenta de que habíamos sido arrojados por el Dios de la Pelea cuando vi que los otros tres habían caído. Ruijerd, Ghyslaine e Isolte también. Fueron noqueados de un sólo golpe.

“Te doy mi gratitud por volverme más fuerte, Ludeus. Perdonaré tu vida en compensación.”

El dolor que se había retrasado corrió por todo mi cuerpo. Mi pierna estaba rota. Fue demasiado rápido. Aunque no era rival para el ojo de la premonición, aun así no fui capaz de retirarme. Excepto por mí, los otros tres ni siquiera fueron capaces de responder. Así que daba igual si era rival o no.

Me pregunto si este es el verdadero poder de la Armadura del Dios de la Pelea. Si quien está en el interior es fuerte, entonces sería fortalecido… No, no es así. No es que Badigadi fuera débil, pese a su apariencia, era fuerte. La única diferencia es que si el usuario cambia, entonces habría un repentino cambio en su desempeño. Dependiendo de quién esté dentro, su forma cambiará.

“Bien, entonces adiós.”

Alek se alejó. No había tiempo para la sorpresa. De inmediato usé magia curativa y sané a los tres a mi alrededor. Los tres se habían desmayado. Estaban al borde de la muerte, pero no habían muerto todavía. ¿Alek tuvo misericordia? ¡Carajo! ¿Seguía subestimándonos?

Bien, bien.

Luego de sanarlos, los escondí en el bosque y le di caza a Alek yo mismo. Simplemente lo perseguí sin tener idea de qué hacer. No tenía ningún plan.

¿Había Sylphy alcanzado ya la villa? ¿Qué haría ahora Orsted? No lo sabía. Pero ese lugar debe ser protegido a cualquier costo. Proteger a Eris, Sylphy y a Norn. Y lo mismo aplica para cada Supard. No debemos dejarlo pisotearlos. No había razón para no perseguirlo.

Mis piernas no se movían bien. Me di cuenta de que algo estaba suelto. Pero aun así corrí. Avancé mientras perseguía a la armadura dorada.

***

 

 

La villa Supard estaba demasiado tranquila. Tanto que cuando llegué, pensé que ya había acabado.

“¿¡…Por qué!? ¿¡Por qué no hay nadie aquí!?”

Gritó Alek. Cuando pasó por la entrada, ya no había nadie. La raza Supard no estaba ahí. Tampoco Julie o Norn. Ni el herido Cliff, quien debería haber sido traído hasta aquí. Ni Eris o Sylphy, quienes deberían haber traído un mensaje para Orsted. No había rastro de nadie. Las personas habían desaparecido por arte de magia.

“¿¡Cual es el significado de todo esto!? ¿¡No era este el lugar que Ludeus estaba protegiendo!?”

Sí, lo era. Estaba protegiendo este lugar. Es raro, hasta ahora todos estaban justo aquí.

¿Cuánto tiempo… ha pasado? Son tres horas desde aquí hasta el valle. A bordo de la MK. Zero, es más rápido, toma sólo una hora. Pelear contra Badigadi, luego buscar a Gisu y regresar… ¿unas cinco, seis horas? En ese tiempo, todos estaban efectivamente aquí. Yo estaba apurado, así que no le di una buena mirada a los alrededores, pero todos deberían estar ahí.

¿Huh?

No, esperen. ¿No fue eso mucho? Hay alguien que debería estar aquí, ¿verdad?

“Carajo… ¿¡Quiere decir que tuviste éxito engañándome… Ludeus Greyrat!?”

Alek volteó, mientras irradiaba un aura de ira. Es un malentendido. Ni siquiera yo sé qué pasó aquí. Si Orsted no estuviera aquí, entonces ¿por qué perseguiría a un tipo tan peligroso hasta aquí? ¿No era eso estúpido? Debería haber tomado ventaja de mi suerte y escapar a algún otro lugar del bosque.

“Orsted y la raza Supard no estaban aquí desde el principio, ¿verdad?”

“…No, los guerreros supard… y Ruijerd-san estaba aquí, ¿o no?”

Mientras él seguía emitiendo ese extraño sentimiento de que atacaría en cualquier momento, yo di un paso hacia atrás.

Ya no podía decir qué era qué. ¿Puede que esté soñando? ¿Acaso el Rey Oscuro sobrevivió y me estaba mostrando un sueño luego de ser vencido por Badigadi?

“Pensé en dejarte con vida, pero retiraré mis palabras. Si escoges pelear hasta el final, entonces te concederé tu deseo…”

No es bueno. No entiendo, pero tengo que largarme. No hay razón para pelear, tengo que correr.

Cuando pensaba en darme la vuelta… Repentinamente, mi espalda se congeló.

Mis piernas se detuvieron.

¿Alek hizo algo? No, no es eso, él también estaba congelado.

“¿Qu… qué es este temor?”

Dijo con voz asustada y empezó a mirar alrededor con frenesí. ¿Cómo podría estar tan asustado luego de obtener la Armadura del Dios de la Pelea?

¿Por qué?

Es por la maldición. Una maldición que llena a cada humano con terror. Aunque yo era inmune a esa maldición, entendía que la persona que emanaba tal maldición también irradiaba instinto asesino.

Y yo tengo un enorme trauma en relación a ese instinto asesino. Es por eso que estaba tan asustado.

“…”

El origen de tal sed de sangre hizo su aparición. Desde el interior de la villa Supard. No es la familiar figura con casco negro.

Cabello plateado y crueles ojos sanpaku. El hombre con su aterrador rostro, se acercó lentamente.

“Ludeus.”

“Orsted-sama… ¿Por qué…?”

Orsted. Él arrojó el casco en sus manos hacia mí y yo lo atrapé a las prisas.

“Cuando escuché la historia de Sylphiette, el mana de Cliff Grimoire ya se había agotado. Por ende, lo juzgué inadecuado para sellar al Dios de la Pelea Badigadi e incliné mi cabeza a cierto hombre. Es por eso que estaba un poco retrasado. Pido disculpas.”

No, no es eso. No quiero escuchar por qué llegó tarde, quiero saber la razón de por qué…

“Pero nunca pensé que esto pasaría…”

Dijo Orsted mientras miraba a Alek. Al Dios del Norte Karlman Tercero, usando la Armadura del Dios de la Pelea.

“Déjame el resto a mí.”

Orsted dio un paso al frente en cuanto dijo eso. Alek parecía asustado y retrocedió un paso. No puedo entender que esta pasando. Sólo pude preguntarle a Orsted:

“Pero, Orsted-sama, su mana…”

“Está bien. Has hecho suficiente. Yo también me he decidido.”

Orsted sacudió su cabeza.

“¿Decidido a qué…?”


Él me miró con una pequeña sonrisa, pese a que su rostro seguía ligeramente rígido. El hombre con la cara más aterradora del mundo declaró:

“Yo también quiero intentar pelear creyendo en mis camaradas para variar.”

El intercambio fue corto, así que no pude entender. Pero por alguna razón, permaneció en mi corazón. Entendía que Orsted había decidido algo con esas palabras.

“… Entiendo. Entonces, le dejaré el resto.”

Me retiré. No había nada que decir. Había pensado que debía impedir a como dé lugar que Orsted peleara, pero cuando vi esa ligera sonrisa en su rostro, entendí.

Había estado ligeramente equivocado. No era algo que necesitara decir, pero Orsted se preocupaba por mí más de lo que había pensado. No por sus intereses egoístas, sino por sus sinceros sentimientos, porque pensaba en mí como un aliado. Y Orsted quería pelear por ese aliado en quien creía.

De aquí en más, no estaría sólo, sino conmigo. No usándome para pelear, sino peleando a mi lado. Eso era algo de lo que estaba feliz.

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“Entonces, ‘Dios del Norte Karlman III’, Aleksander Ryback.”

“¿Tú… tu eres el ‘Dios Dragón’ Orsted…?”

Al escuchar su nombre, Alek apretó su espada. Esa era la espada del Rey Dragón Kajakuto. Ya veo, así que iba a pelear con todo.

La espada del Rey Dragón y la Armadura del Dios de la Pelea. El equipo más poderoso que había. Si pudiéramos prevenir que usara al menos uno de ellos…

¿Habría algo que pudiéramos hacer?

“Esto es perfecto.”

Dijo Orsted. Pensaba eso, pero parece que Orsted tiene algo diferente en mente. En respuesta a Alek levantando su espada, él mostró una sonrisa compuesta. Como si congelara todo, una aterradora sonrisa.

“Poseyendo la Armadura del Dios de la Pelea y la Espada del Rey Dragón, asumo que no tendrás excusas cuando pierdas con ambas.”

“¿¡Qué!?”

La sed de sangre de Alek creció.

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“¿¡Te burlas de mí!?”

“No es así.”

Dijo Orsted y presionó sus manos juntas. Y entonces al separarlas lentamente, extendió algo desde su mano izquierda.

Una Katana sencilla.

En el momento en que la vi, sentí que mis piernas se sacudían. Sólo había visto esa katana una vez. Orsted la llamaba con una simple frase: “La espada de Dios.” Todo lo que sabía era que usaba una enorme cantidad de poder mágico.

“Lo único que quiero hacer es derrotarte completamente y romper tu espíritu en pedazos.”

Orsted sostuvo la katana justo frente a sus ojos. Alek estaba claramente indignado. Liberando una hormigueante sed de sangre, sostuvo la espada del Rey Dragón.

“¡Inténtalo si crees que puedes!”

‘El Dios Dragón’ Orsted y el ‘Dios del Norte’ revestido con la ‘Armadura del Dios de la Pelea’ Aleksander.

La batalla total final, había comenzado.

***

 

 

Diez minutos después. Un cuarto del bosque había sido aniquilado. Lo salvaje se había convertido en tierra quemada, con un montón de árboles quebrados por todos lados.

Un niño sin ambos brazos estaba ahora de rodillas. Una espada estaba contra el cuello de ese niño. Él miraba asombrado a quien sostenía la espada.

Se trataba de un hombre con cabello plateado y ojos sanpaku. Su cuerpo entero estaba completamente intacto. Permanecía inmaculado como si no hubiera peleado todavía. Sólo sus ropas estaban un poco arrugadas.

“¿Morirás aquí o te convertirás en mi subordinado? Escoge.”

“…..”

El Dios Dragón y el Dios del Norte quien usaba la Armadura del Dios de la Pelea. No debería haber nadie que objete en llamar a esta una batalla de leyenda. Quizá formarían una camaradería en sus años de vida restantes. Pero llamar legendaria a la batalla que realmente sucedió sería simplemente tonto. Fue una paliza unilateral y sobrecogedora.

Honestamente, es difícil para mí siquiera explicar la batalla con mi magra boca. En efecto, fui su testigo. Mientras era arrastrado por ella casi al borde de la muerte, la atestigüé. Pero era demasiado rápida y no pude ver casi nada. Incluso usando mi ojo de la premonición no sabía qué estuvieron haciendo esos dos.

La única cosa clara para mí es que Orsted estuvo constantemente dominando la pelea. Estaba claro que incluso si Alek intentaba revertir la situación, cada vez que lo hacía era duramente aplastado. Había una diferencia de poder inmensa. Incluso con la Armadura del Dios de la Pelea y la Espada del Rey Dragón, no pudo poner ni siquiera un dedo en él.

La Armadura del Dios de la Pelea estaba completamente rota. La armadura misma estaba empezado a restaurarse, pero estaba separada del cuerpo de Alek. La espada del Rey Dragón yacía con las manos de Alek inmediatamente a su lado.

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Alek ya no tenía el espíritu para pelear. Con los ojos de un perdedor, su boca parcialmente abierta, el miedo aferrado a su rostro, miraba a Orsted invadido por las lágrimas.

No era ya la cara de un niño que estaba entusiasmado por la oportunidad de convertirse en un héroe. Con su espíritu completamente quebrado en pedazos, se había convertido en un perro con la cola entre las piernas.

“… yo me convertiré… en su subordinado.”

Y al final de un largo silencio, Alek finalmente habló.

Ahora, esta vez por seguro, la batalla final había terminado.

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