Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 3

Capítulo 3: En Donde Estoy Cautiva

Parte 2

A mí, Jeord Stuart, me gustaría pensar en mí mismo como un individuo bastante capaz. Soy capaz de realizar la mayoría de las tareas con facilidad, y también me destaco al leer las expresiones de los demás. Como tal, puedo abordar la mayoría de los asuntos sin dificultad.

Una de las pocas cosas con las que no podía lidiar fácilmente… sería mi prometida, Katarina Claes. Primero despertó mi interés cuando ambos teníamos ocho años. Ahora, ocho años después, todavía me sigo sorprendiendo por la intensidad de mis sentimientos por ella. Y sin embargo, Katarina simplemente no caería en mis manos. En todo caso, pude sentir que se deslizaba lentamente cada vez más lejos, mientras que yo me sentía cada vez más atraído por ella mientras más tiempo pasábamos juntos.

Hoy no fue la excepción. Había pasado ocho años con ella y pensé que estaba bien aclimatado a sus diversas tendencias y hábitos. Pensé que ya no podía sorprenderme de ninguna manera o forma. La aparición en el escenario de una Katarina que nunca antes había visto encendió un fuego en mi corazón. Me volví a enamorar de ella, de una manera completamente diferente.

Katarina Claes. ¿Cuánto de mi corazón debes tomar? ¿Eres insaciable?

Mi creciente atracción hacia ella, en el mejor de los casos, se sintió unilateral. Las palabras que harían sonrojar a cualquier otra dama noble apenas tuvieron efecto en Katarina. Ella simplemente se quedaría allí, sin inmutarse, sus mejillas nunca cambiarían de tono. En verdad, esto era irritante.

Por eso, al menos, había querido abrazarla. Quería sentir a Katarina más cerca de lo normal en el baile. Ansiaba experimentar la suavidad de su piel y, sin embargo, este sueño mío pronto se hizo añicos.

Katarina, de todas las personas, había desaparecido repentinamente. Para empeorar las cosas, a medida que avanzaban los días su ubicación seguía siendo desconocida.

Al principio, simplemente asumí que se había perdido en algún lugar de los oscuros terrenos de la academia. Después de todo, no era ningún secreto que estaba inquieta y propensa a deambular. Sin embargo, después de algún tiempo se hizo evidente que este no era el caso.

Para empezar… parecía que nadie había visto a Katarina después de haber entrado en la sala de espera poco después de que terminara la obra. ¿Cómo fue eso posible? Además, había muchos estudiantes que afirmaban tener solo vagos recuerdos de ese período de tiempo específico.

Podía sentir el miedo extendiendo los límites en mi mente al recordar los acontecimientos del año pasado. Una magia prohibida y tabú, las Artes Oscuras, se habían utilizado en Katarina, y ella podría haber perdido la vida.

Sin embargo, ese incidente ya había terminado. El autor, Raphael, había perdido su magia oscura. ¡Y ahora esto! ¿De qué se trataba esta vez? ¿Qué podría ser? ¿Por qué Katarina, por qué siempre fue ella…? Mi sentimiento de anticipación desapareció casi de inmediato, reemplazado por irritación y miedo. Buscamos tan duro como pudimos, pero no hubo novedades. Podía sentir la frustración crecer en mi mente, y luego…

“… Disculpe, Príncipe Jeord… una carta. Para usted.” Dijo uno de mis sirvientes, notablemente manteniendo su distancia y sonando inusualmente reverente. Supuse que incluso los sirvientes se vieron afectados por lo diferente que era de mí ser habitual. Incluso me había dado cuenta de esto, por supuesto, pero por alguna razón, simplemente no podía sonreír como siempre.

¿Quién podría ser, enviando una carta en este momento? Por el bien de mi sirviente aterrorizado, hice un esfuerzo consciente para suavizar mi expresión agitada. “… ¿De quién es?” Pregunté.

El sirviente respondió con expresión preocupada. “Sí, Príncipe Jeord… parece que no hay… ningún remitente declarado.”

“… ¿Quieres decir que la carta se envió de forma anónima?” Tenía sentido incluir el nombre de uno en la misiva, especialmente si se enviaba a la realeza. ¿Qué es todo esto? ¿Es un noble tonto que quiere burlarse de mí? ¿O tal vez solo recitar una lista supuestamente hiriente de insultos? Cuando esas preguntas inundaron mi mente, con calma recuperé la carta de mi criado.

“No he leído la carta, Príncipe Jeord, pero hemos confirmado que no había sustancias peligrosas en la documentación…”

Acepté la palabra de mi sirviente capaz y la abrí, retirando una simple carta. Lo que estaba escrito en el papel, sin embargo, era… inimaginable.

“¿Qué es esto?”

Yo, Jeord Stuart, me encontré sin palabras.