Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 2

Capítulo 4: Pasos que Anuncian la Proximidad de la Catástrofe

Parte 9

Lo primero que vi al abrir los ojos fue el rostro de Sophia, con grandes gotas de lágrimas cayendo de sus ojos. Detrás de ella estaban Jeord, Keith, Mary, Alan y Nicol. Las personas que eran queridas para mí.

Ah… finalmente he regresado a mi propio mundo.

Sophia me abrazó con fuerza mientras despertaba lentamente, antes de comenzar a sollozar en voz alta. Incluso Mary, que solía ser tan tranquila y serena, también me estaba abrazando, las lágrimas corrían por su rostro.

Todos los demás me miraban con alivio. Comprendí muy bien cuán preocupados estaban todos. Mi mundo estaba justo aquí, donde vivían todos los que eran importantes para mí. Por eso tenía que protegerlo… este mundo y todos los que me importaban.

Un final tan catastrófico como ese… ¡Me niego a dejar que suceda!

Lo primero que hice al despertar fue estirar, lenta y constantemente. Después de todo, había estado profundamente dormida durante los últimos dos días. Mi cuerpo se sentía flojo y pesado.

Aunque inmediatamente me puse a buscar a Sirius Dieke, el presidente del consejo estudiantil, no se lo encontraba en ninguna parte. Tal vez había oído hablar de mí despertar y había escapado a algún lugar… al menos, eso fue lo que todos los demás dijeron. Yo, sin embargo, no pensé que esto fuera cierto.

En todo caso, todavía debería estar en los terrenos de la academia. Específicamente, en el lugar donde María estaba actualmente cautiva. Cuando me preguntaron por qué pensaba que este era el caso, me encontré incapaz de responder. Aun así, creía en ello, el hecho de que Sirius estaba actualmente con María, y que María estaba a salvo. Por eso me dirigí a esa cámara oculta… Tenía que salvar a María.

“Él es un criminal que hizo un atentado contra tu vida, Katarina. Es un individuo peligroso. Deberías dejarnos esto a nosotros y a las autoridades, y descansar en tu habitación.”

Eso me dijeron. Sin embargo… quería salvar a María con mis propias manos. Después de todo, yo era la razón por la que había sido capturada. Y también… quería volver a hablar con Sirius.

La expresión de Sirius justo antes de desmayarme, esa escena quedó grabada firmemente en mi mente. Una expresión de dolor, de sufrimiento. Había estado llorando sin hacer ruido. Aunque me había mostrado tanta hostilidad… esa expresión era casi de preocupación, y quizás de tristeza.

Y luego estaba lo último que dijo Acchan… el asunto de su verdadero nombre. Sirius Dieke. Seguramente tenía algunas circunstancias apremiantes consigo. Para entender eso, tenía que volver a encontrarme con él. Tenía que hacer esto.

Aunque inicialmente no estaban dispuestos a dejarme exponerme a ningún peligro, finalmente todos aceptaron, con la condición de que me acompañarían.

Y entonces mi hermano adoptivo, mis amigos y yo partimos juntos. Nuestro destino era donde estaba recluida María… y donde estaba Sirius.

Nos encontramos en un bosque algo oscuro, a cierta distancia de los edificios principales de la academia. Nuestro objetivo era una instalación de almacenamiento. De alguna manera, estaba más cerca de los laboratorios del Ministerio Mágico que de los dormitorios de los estudiantes, y como tal, por lo general, no veía mucho tráfico.

Después de abrir la puerta extrañamente pesada, entramos con cautela. Era un espacio casi tan grande como el salón de invitados de la mansión Claes. Varios trozos y piezas, su propósito desconocido, se dispersaron por toda la habitación. Evitando las pequeñas pilas de basura y desorden, me adentré cada vez más en los recovecos de la habitación.

Finalmente me detuve, parada frente a un gran estante. Ahora estábamos en el punto más alejado de la entrada del edificio. Era un estante pesado e imponente, no uno que una sola persona pudiera mover casualmente. Sin embargo, rápidamente ubiqué una superficie elevada, muy parecida a un botón, colocada sutilmente de lado. Era tal como lo había descrito Acchan.

Sin dudarlo, le di un fuerte empujón al botón. Casi de inmediato, el estante se deslizó hacia un lado, sus movimientos apenas produjeron algún sonido. Con el estante ahora fuera del camino, nos encontramos cara a cara con lo que parecía ser una puerta sólida y negra.

“¡En verdad había tal cosa!” Todos los demás que estaban conmigo exclamaron sorprendidos.

Les había dicho antes que todo este asunto de la cámara oculta era una premonición que había visto en un sueño. Si bien todos mis amigos me miraron con cierto grado de duda al principio, finalmente me creyeron y me siguieron a este edificio. Sin embargo, parecería que todavía tenían sus reservas.

Extendí la mano y la coloqué en el pomo de la puerta. Supuse que simplemente no se abriría, pero por suerte me equivoqué. Con un simple giro, la puerta se abrió, revelando una pequeña habitación del tamaño de mi alojamiento en los dormitorios de estudiantes.

Sin dudarlo, entré en la habitación. La habitación estaba iluminada solo por una pequeña ventana en el techo, era un espacio oscuro y húmedo. Después de permitir que mis ojos se ajustaran, miré a mí alrededor. No me tomó mucho tiempo para descubrir la silueta de una chica sentada sola en un rincón.
Inmediatamente me acerqué. “¡¡María!!”

“… ¿Lady Katarina…?”

Fue una vista dolorosa. María tenía un grillete alrededor de un pie, conectado a la pared por una delgada cadena. Afortunadamente, ella no parecía estar herida. Si bien no parecía exactamente que gozara de la mejor salud, sus ojos miraron directamente a los míos y su voz era firme.

“… María. Lo siento, llego tarde…” La abracé fuerte. Después de todo, me tomó bastante tiempo ayudar a María.

“… Yo soy quien debería disculparse… He molestado mucho a todos…”

Tal vez fue porque estaba aliviada, o tal vez porque solo estaba poniendo una cara valiente. Sentí la fuerza y la tensión desaparecer del cuerpo de María.

“No. ¿Hiciste lo que hiciste por mí?”

María asintió con la cabeza, aunque con una expresión ligeramente preocupada. Era como sospechaba; ella ya había notado algo el día del accidente e intentó ayudarme exponiendo la verdad.

“Gracias, María.”

Un ligero tono carmesí se deslizó por las mejillas de María mientras débilmente sonreía en respuesta. Solté un suspiro de alivio. Si bien fue realmente una bendición que María hubiera sido descubierta ilesa… Todavía me quedaba un objetivo más por cumplir.

“Dime… María. Él… Sirius Dieke todavía está aquí, ¿no?”

“… Sí, Lady Katarina. Él está… justo más allá de esa puerta negra.” Dijo María, su expresión se oscureció ligeramente mientras señalaba la puerta. Estaba bien escondida, por decir lo menos. De un vistazo, no era diferente a una simple pared.

“… ¿Ya sabes lo que el presidente te ha hecho, Lady Katarina?”

“Hmm… supongo que podría decir que sí. Pero en realidad… todavía hay muchas cosas que no sé.”

Si bien había descubierto esta cámara oculta gracias al consejo de Acchan, todavía había muchas preguntas sin responder. ¿Por qué el presidente haría esto? ¿Cómo recibió sus poderes de magia oscura? ¿Era realmente capaz de causar un final tan trágico y terrible, como lo hizo en el juego? Tantas preguntas… tan pocas respuestas. Aun así…

“… Todavía no puedo pensar en él como una mala persona. Por eso… siento que al menos debería hablar con él, solo una vez más.”

“¿No tienes sentido del peligro? ¿No estás siendo demasiado amable?” Mis amigos a mi alrededor protestaron, pero aun así… en este momento esos son mis sentimientos honestos.

“Es así… supongo que no me ha hecho nada malo, aparte de colocar este grillete alrededor de mi pierna… También me trajo mis comidas. Quizá, tal vez. No sea una mala persona… Pero posee algunos poderes misteriosos, Lady Katarina…”

Era justo como Jeord había dicho. María, que es una usuaria de magia de luz, pudo detectar la presencia y el uso de las artes oscuras.

“… ¿Supongo que sabes sobre sus poderes, María?”

“¿También puede sentirlos, Lady Katarina?”

“He… oído hablar de eso, sí. Pero a diferencia de ti, no puedo sentirlo. Después de todo, solo aquellos que usan magia de luz son capaces de tal cosa. ¿No es así, María?”

María asintió en respuesta. “Sí… Durante el incidente en la cafetería, hubo una especie de niebla negra o presencia que rodeaba a esas chicas, y también al presidente. De hecho… en los últimos días el aura negra alrededor del presidente solo se ha vuelto más grande y más fuerte…”

¿¡Eh!? ¿Por qué? ¿Volvió a utilizar su magia oscura en alguna víctima involuntaria? ¿Cuándo? ¿Para qué?

A pesar de mi confusión María continuó pacientemente su explicación. “Pero… esa niebla es diferente de lo que vi antes, Lady Katarina.”

“… ¿Diferente?”

“Sí… La niebla que vi antes era externa. Casi… se aferró a él, como una película sobre su ser. La niebla de ahora, sin embargo, parece estar saliendo del propio presidente. Si tuviera que describirlo… casi parecería que la niebla está controlando al presidente mismo.”

¿Qué significa eso? ¿Perdió el control de su magia oscura, haciendo que se volviera loco? Incapaz de entender las circunstancias incliné mi cabeza de un lado a otro. María misma parecía igual de confundida, luego de explicarlo parecía más preocupada.

Sin embargo… habíamos llegado tan lejos. No iba a rendirme y huir, alegando que era “demasiado peligroso” o algo por el estilo. Mis amigos y mi hermano adoptivo parecían tener sentimientos similares, aunque obviamente no estaban dispuestos a dejarme ir. Aun así, ninguno de ellos planteó una objeción. Si bien tenían sus dudas, probablemente ya sabían que estaba empeñada en hacer lo que vine a hacer, simplemente no se darían por vencidos incluso si les dijeran que lo hicieran.

“… Iré contigo, Lady Katarina.” Dijo María, mirándome fijamente.

“Pero… has estado encerrada en este lugar durante todo este tiempo, María… realmente deberías descansar.” Incluso si María no hubiera sido lastimada, había estaba encerrada en esta pequeña habitación lúgubre durante un período prolongado de tiempo. En todo caso, quería que María fuera examinada por un médico y que saliera de esta habitación lo más rápido posible.

“No… ¡Yo también voy! ¿No soy la única que puede percibir los misteriosos poderes del presidente, Lady Katarina? ¡Entonces debería quedar claro que yo también debería ir!” María tenía razón. Entre nosotros, solo ella pudo percibir la magia oscura.

“Incluso si dices que no puedo… ¡Aún iré! ¡De alguna manera lo hare!” Dijo María, su coraje reflejado en sus ojos. Me di cuenta de que ella ya había tomado una decisión. La liberamos, y pronto nos encontramos frente a la puerta, listos para entrar.

Esta puerta, muy parecida a la anterior, se abrió sin mucha dificultad. Sin embargo, en lugar de una habitación nos recibió una escalera, que se extendía bajo tierra. Era un pasadizo estrecho y sin luz. Solo una persona podía pasar a la vez. Todos hicimos nuestro descenso, con Jeord proporcionando algo de iluminación a través de su magia de fuego.

En poco tiempo, descubrimos otra puerta. Jeord, que lideraba el grupo, colocó su mano sobre la oscura y pesada puerta y empujó. La puerta se abrió, una vez más, sin apenas hacer ruido.

Por alguna razón, esta habitación me hizo sentir… enferma. Aunque era casi del mismo tamaño que la cámara en la que María había estado encerrada, no había una sola ventana, no podía entrar la luz del sol. Por la poca iluminación que tenía la habitación, podíamos distinguir algunas letras oscuras y siniestras, alineadas en las paredes en un garabato aparentemente interminable.

Casi parecía que el aire en esta habitación se había cristalizado, se había quedado quieto… y la persona en medio de todo esto no era otro que Sirius. Al mirar su rostro, iluminado débilmente por la lámpara que sostenía, me di cuenta de que estaba mucho más desgastado, más que la última vez que lo había visto.

Volviéndose hacia nosotros, la expresión de Sirius fue de agotamiento. Tenía el aspecto de alguien que se había rendido… al menos hasta que volvió su mirada hacia mí.

“… ¿Por qué estás aquí?” Su expresión cambió inmediatamente a una de sorpresa.

¿Eh? Pensé que él ya sabía que me había despertado, y que por eso se escondió aquí… ¿Tal vez ese no era el caso?
“… Porque el hechizo para dormir que me habías lanzado se disipó.” Como Sirius no parecía saberlo, pensé que era mejor que le informara.

“¡Eso no! ¡Sé que fue disipado! ¿Por qué… por qué estás aquí? ¿Después de lo que te hice? ¿Por qué aparecerías ante mí?” Sirius exclamó, su expresión oscureciéndose.

“Ah, eso. Correcto.” Mis amigos dijeron lo mismo, todos ellos, al enterarse de que quería ir a donde estaba Sirius. Ahora lo estaban escuchando de la persona misma.

Supongo que tiene razón. Sirius me dijo cosas bastante malas, y también usó su magia oscura para ponerme a dormir.

Si hubiera seguido durmiendo, incapaz de despertar, seguramente habría muerto… o al menos, eso fue lo que todos me dijeron. En cualquier caso, logré despertarme, por lo que el único daño real hecho aquí fue que mis huesos se sentían un poco rígidos después de haber dormido durante dos días seguidos. En todo caso, probablemente necesitaba dormir, me sentí mucho mejor después de dormir. Y entonces decidí responderle a Sirius con sinceridad.

“Bueno… Realmente no creo que me hayas hecho algo particularmente terrible…”

“…Tú. ¿¡Incluso… sabes siquiera lo que te hice!?”

Ah, esa mirada. Sirius cree que soy una tonta, sin duda. Que desafortunado.

“No, lo sé. Usaste tu magia oscura para lanzarme un hechizo para dormir, ¿verdad?”

“¡Exactamente! ¡Y con ese hechizo para dormir extinguiría tu vida!”

“Hmm… Eso es una mentira, ¿no?”

“¿Una… mentira…?” La expresión de Sirius pareció oscurecerse aún más. Pero no le presté atención, continuando con mi pequeño discurso.

“Después de todo… si realmente quisieras matarme, lo habrías hecho allí, y no me hubieses puesto a dormir. ¿No era más rápido de esa manera?”

No había otras personas presentes en el jardín. Hasta donde yo sabía, éramos los únicos allí. Hubiera sido extremadamente fácil para Sirius matarme si realmente hubiera querido, no tenía sentido pasar por la molestia de ponerme a dormir.

Si bien no era exactamente muy inteligente o de rápida comprensión, incluso yo podía entender esto. Del mismo modo, Sirius era un individuo capaz y hábil. No podía creer que él no lo notara. Así fue como llegué a la conclusión de que la persona parada frente a mí nunca había tenido la intención de matarme.

“…” Sirius simplemente me miró sin comprender, como si sus palabras hubieran sido arrebatadas.

“Quería volverme a reunirme contigo, presidente. Para poder hablar.”

“… ¿Hablar?”

“Sí. Porque… en ese entonces parecías dolido. Porque estabas… llorando.”

Hablando honestamente, sin embargo, no podía recordar lo que había dicho en ese momento. Para ser justos, me pusieron en un sueño mágicamente inducido durante dos días, por lo que difícilmente podría ser culpada por este lapso de memoria. Sin embargo, recordé una cosa, la cara de Sirius, surcada de lágrimas, cuando me caí del banco en el que estaba sentada.

¿Por qué? ¿Por qué tenía una expresión tan dolorida…? Era algo que no podía dejar de preguntarme.

“Entonces… quería volver a verte, para ver si podíamos tener una conversación adecuada…”

La cara de Sirius se torció en respuesta. “… Eres hipócrita… ¿Y? ¿Y qué? ¿Me vas a salvar como salvaste a estos otros tontos? ¿Santa Katarina Claes?” Sus labios se torcieron con desagrado, como el resto de su rostro, mientras escupía sus palabras.

¿Hipócrita? ¿Salvar? ¿Santa? No sé de qué está hablando.

Hmm… vamos a pensar en ello, Acchan dijo algo sobre esto, ¿verdad? Que debería “salvar al presidente”…

Sin embargo…

“¡Eso es imposible!” Declaré con resolución, manteniendo mi mirada fija en Sirius. “¡Después de todo, no soy la protagonista! ¡No soy más que un personaje rival, una villana! ¡De ninguna manera soy capaz de salvar a nadie!”

Tal vez no podría haber predicho tal respuesta. La mandíbula de Sirius colgaba flácida del resto de su rostro, y por un tiempo, se quedó fijo con esa expresión. Podía escuchar algunos susurros entre mis amigos. “¿Personaje rival? ¿Una villana?” También parecían confundidos.

Antes de poder detenerme, ya había soltado esas palabras, aunque parecía que nadie entendía lo que dije. Quizás todos están pensando en lo extraña que soy. “Ah, qué cosas peculiares dice esa chica…”

Aun así, esas palabras eran la verdad, y nada más que la verdad. En el mundo del juego otome de Fortune Lover, yo no era la protagonista, sino el personaje rival, la villana. Ese fue mi papel. Apenas podía estar a la altura de las otras rivales. No puedo siquiera plantear compararme con Mary o Sophia, con su belleza, alta capacidad mágica e inteligencia.

No era tan hermosa, mi magia, en el mejor de los casos, era mediocre, y no era inteligente en absoluto. Sí, soy el personaje rival más decepcionante. Yo soy Katarina Claes. ¿Cómo podría esperarse que alguien como yo cure el trauma y el dolor de otros, como la protagonista? ¿Sanar y calmar el corazón roto de alguien? ¡No había forma de que pudiera hacer eso!

Aun así, había una cosa, no, lo único que podía hacer…

“No puedo salvarte de tu dolor… o hacer que desaparezca. Pero… puedo quedarme a tu lado.”

Después de todo, no era más que una villana. No tenía en mí la capacidad de salvar milagrosamente a otras personas. Aun así… podría estar allí para ellos.

“Podría quedarme contigo. Cuando estás triste, cuando las cosas sean difíciles… puedo escucharte. Puedo quedarme hasta que vuelvas a estar feliz, o tal vez hasta que vuelvas a estar bien.”

Recordando de forma repentina las memorias de mi vida pasada… dándome cuenta de que era una villana… trabajando muy duro todos los días para lograr mis objetivos. Hubo momentos difíciles y también momentos felices. Y luego estaban todos los demás… mis amigos. Mis queridos amigos que todo este tiempo se quedaron a mi lado. Mis amigos, que me escucharon, que me acompañaron hasta que pude volver a animarme. Así fue como logré llegar hasta aquí.

Yo no estaba sola. De pie junto a mí estaban mis amigos y camaradas de confianza. Incluso si no pudiera esperar salvar a Sirius de su sufrimiento, o incluso aliviarlo… seguramente mis amigos podrían ofrecerle su ayuda.

Lentamente me acerqué, dando un paso hacia Sirius. “Entonces… no tienes que llorar solo.”

Era casi como si una presa se hubiera roto dentro de Sirius. Su expresión de dolor, su cara llorando. ¿Exactamente qué fue lo que lo lastimó tanto? ¿Por qué estaba sufriendo tanto? No entendí nada. En este momento, no sabía nada. Sin embargo… había estado llorando. Silenciosamente, tan silenciosamente como pudo, solo, en esta habitación oscura. Solo estaba aumentando su dolor.

Y luego… cuando llegó a su límite, tal vez todos terminaríamos como esa pesadilla que tuve. Ese terrible y horrible final. ¡Para evitar eso… para evitar que ocurra tal tragedia…!

“Ven. Ven conmigo… Raphael.” Levanté una mano, extendiéndola lentamente hacia el llanto de Sirius. Lo llamé por su nombre, su nombre real, tal como Acchan me había dicho.

Al escuchar esas palabras, Sirius… no. Los ojos de Raphael se abrieron de par en par. Me miró directamente. Honestamente, no entendí lo que significaba todo este asunto del verdadero nombre. Aun así… de alguna manera, sentí que ese era el nombre más apropiado para él.

Lentamente Raphael levantó su mano. Temblando, la extendió lentamente… Su piel estaba helada. Levanté otra mano y la cerré sobre la suya. “Vas a estar bien.” Hice mi mejor esfuerzo para sonreír, para poder animarlo un poco. Me concentré, haciendo todo lo posible para no parecer una villana sonriente y mezquina que tenía algo bajo la manga.

“… La niebla negra… se está desvaneciendo…” María, que estaba de pie a cierta distancia detrás de mí, murmuró. Realmente no sabía a qué se refería. Sin embargo… noté algo mientras miraba los ojos de Raphael, ahora eran de un color familiar y suave.