Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 2

Capítulo 4: Pasos que Anuncian la Proximidad de la Catástrofe

Parte 7

¡Tienes un pulgar verde, Mary! Tal vez incluso las manos verdes, ¡ja! ¡Sí! ¡Pulgar verde, mano, ya sabes! ¡Eres una persona especial y maravillosa!

Incluso ahora, recuerdo claramente… el día en que ella tomó mis manos, tan fuertemente en las suyas. Era una cobarde, alguien débil. Siempre con los ojos bajos, siempre huyendo. Me odiaba a mí mismo.

Pero entonces, Katarina Claes me dijo… que era una existencia especial y maravillosa. Estaba muy, muy feliz.

Mis hermanas mayores afirmaron que estaba “sucia”. Odiaban mis ojos y mi cabello, ambos del color de siena quemada. Katarina, sin embargo, dijo que le gustaban. Ella dijo que eran bonitos.

Puse todo de mi parte en convertirme en la dama noble ideal, una que podía estar orgullosamente al lado de Katarina. Honestamente… hubo tantas veces que las cosas salieron mal, cuando surgieron obstrucciones a mi objetivo… Pero porque Katarina estaba conmigo, porque sabía que me quería, porque ella dijo que yo era importante para ella… pude superar todos estos desafíos.

La única razón por la que soy quien soy es todo porque me han permitido estar al lado de Katarina. Incluso ahora, y en el futuro, ansiaba apoyarla para siempre. Katarina fue importante para mí. Tan importante que me hizo querer alejarla de su prometido.

Y sin embargo… cuando la miré como estaba ahora, fue como si toda la vida la hubiera abandonado. La visión de Katarina, durmiendo tan tranquilamente, inundó mi mente. Podía sentir que mi visión se oscurecía… pero aguanté. Me aferré como si mi vida dependiera de ello.

No había forma de que perdiera el conocimiento de ese modo… ¡No! ¡No lo toleraré! ¡Porque soy la amiga más querida de Katarina Claes, Mary Hunt! ¡Para NADA soy como esas damas nobles de voluntad débil que uno encontraría tan casualmente en este reino!

¡Tengo que hacer todo lo que pueda por Katarina…!

Enderecé mi postura, levantando la cabeza.

***

“Lo mismo va para ti, Príncipe Alan, creo que también tienes habilidades de las que puedes estar orgulloso. Es solo una cuestión de… fortalezas y debilidades individuales.”

Siempre me habían comparado con mi hermano gemelo. Casi me había rendido, y luego ella me dijo eso. Con esos ojos azules suyos, se volvió hacia mí y me miró directamente… y ni una sola vez dejó de lado los combates que tuvimos. Katarina Claes, la chica que trepaba árboles de esa manera tan tonta… como una especie de mono.

No era capaz de escuchar las voces a mí alrededor y estaba atrapado en mis propios delirios. Ella fue quien me devolvió a la realidad. Fue solo después de conocer a Katarina que finalmente pude soltar toda esa tensión inútil en mis hombros.

Siempre mirando al frente, en sus palabras nunca hubo mentiras. Me sentí cómodo y tranquilo al lado de Katarina. Entonces… pensé que seguiría a su lado, como siempre.

Pero entonces… esto sucede. La idea de perder a Katarina me hizo sentir una especie de miedo que no sabía que era capaz de sentir. Y fue entonces cuando me di cuenta de lo importante que era Katarina para mí. Y me percaté que quería estar con ella para siempre.

Pero fui estúpido. Era denso. Solo me di cuenta de mis propios sentimientos cuando estábamos a punto de perder a Katarina por completo. Ella era la prometida de mi hermano… no había forma de que mi deseo se hiciera realidad. Pero… todavía quería estar a su lado, tanto como se me permitiese. No había forma de que pudiera soportar perderla en este momento.

Algo, cualquier cosa. Tenía que ayudar a Katarina.

***

“Realmente eres bendecido, Maestro Nicol, por tener padres tan increíbles y una linda hermana menor.”

El día que me dijo esas palabras. Esas palabras, esa sonrisa. Nunca podría olvidarlo.

Las personas simplemente habían decidido que era desafortunado, y por ende sentían lástima por mí… a causa de mi familia. “Pero soy afortunado”. No importa cuántas veces haya repetido esto, nadie lo entendería. Y sentí que así era siempre, que simplemente debía rendirme.

Katarina Claes, sin embargo… entendió. Mi corazón, que una vez estuvo cubierto por la frustración, ahora estaba lleno de calor. Desde ese día en adelante, Katarina fue una persona muy especial para mí.

Nunca fui muy bueno interactuando con otros. A menudo, apartaba mi mirada de la de los demás. Pero Katarina siempre me miraba con sus ojos azules. Ella siempre me miró con una sonrisa tan brillante como el sol. Fue muy relajante estar con ella.

Katarina Claes, prometida de mi amigo de la infancia Jeord, el tercer príncipe heredero del reino. No tuve que pensar mucho en eso para saber que no siempre podríamos estar juntos. Eso lo entendí muy bien. Sin embargo… deseaba pasar el mayor tiempo posible con ella, al menos dentro de los límites permitidos.

“¡Eres muy capaz! Seguramente se convertirá en un candidato favorito para tener éxito en el cargo de Canciller.” Eso fue lo que dijeron todos a mí alrededor. Sin embargo… ¿Qué podría hacer en esta situación? Me odiaba por estar indefenso. Ni siquiera podía proteger a una persona, la persona más importante para mí.

Demasiado para el elogiado candidato a Canciller... Volví a apretar mis puños. Podía sentir mis uñas clavándose, y la sensación de sangre goteando lentamente de mi palma.

***

“Creo que tu sedoso cabello blanco es hermoso. Que tus brillantes ojos de color rojo rubí son bellos. Que… tú… eres hermosa.”

Yo era diferente. Yo… me veía diferente. La gente tenía chismes sobre mi… decían que estaba maldita o que era asquerosa.

Pero entonces… esta chica dijo que yo era ‘hermosa’. Luego extendió la mano y preguntó… “¿Te gustaría ser mi amiga?”

Al principio, pensé que solo estaba jugando… mostrándome un sueño que era conveniente en ese momento. Pero… eso no fue un sueño… Por primera vez en mi vida hice una amiga. Se volvió hacia mí, sonriendo suavemente…

Desde el momento en que conocí a la chica conocida como Katarina Claes, mi mundo cambió por completo. Sentí que me expulsaban de la habitación oscura en la que me había confinado… y que ahora estaba bajo el calor de los rayos del sol. Finalmente, obtuve la felicidad que solo había soñado, algo que solo existía en mis fantasías y pensamientos, mientras estaba amurallada en esa habitación oscura. Había querido que estos días continuaran para siempre.

Ese era mi deseo sincero… entonces, ¿por qué sucedió esto…? Durante esos dos días, las lágrimas empezaron a fluir de mis ojos en el mismo momento en que perdí la concentración. Lloré y lloré… hasta que sentí que había usado toda el agua que podría contener en mi cuerpo. Aun así… las lágrimas simplemente seguían fluyendo.

Habían pasado dos días desde que Katarina colapsó repentinamente. Innumerables veces visité sus habitaciones. Muchas veces la llamé… pero no pude ver ni el más mínimo indicio de reacción. Me dolía en el corazón ver a Katarina dormir sin hacer ruido.

En verdad, yo solo… quería quedarme junto a la cama de Katarina. Sin embargo… mi hermano no estuvo de acuerdo, arrastrándome de regreso a mi habitación. “Eso simplemente no funcionaría, Sophia.” Dijo.

Ahora que estábamos físicamente separadas… incluso ahora, podía sentirlo… una profunda sensación de inquietud… la idea de perder a Katarina. Durante los últimos dos días, había sido visitada por una variedad de médicos… pero ninguno de ellos pudo despertar a Katarina de su sueño, a pesar de sus muchos métodos e intentos.

Si seguía durmiendo así, Katarina podría perder su vida… Cuando escuché esas palabras, simplemente… no parecían reales. Las palabras fueron repentinas, perforaron mi realidad.

No importa el tipo de médico que la visitó, ninguno de ellos tenía una respuesta concreta. Ahora, habían pasado dos días… y esas palabras lentamente comenzaron a sentirse cada vez más reales.

Si esto continuara, realmente perdería a Katarina… ¡Nunca sería capaz de volverla a ver sonreír! ¡No… no puedo aceptar eso! ¡No quiero perderla! El pensamiento surgió fuertemente en mi mente. Fue entonces cuando lo escuché.

“¡Eso es correcto! ¡No puedo aceptarlo! ¡No quiero perderla, no otra vez!” De repente… una voz invisible me habló. Era una voz que no recordaba, y sin embargo… se sentía muy, muy nostálgica.

Sorprendida, me di vuelta, mirando a un lado y a otro a mí alrededor. Les había pedido a los criados que se retiraran, así que no había nadie más que yo, estaba sola en mi dormitorio.

“Después de todo este tiempo, nos hemos vuelto a ver… ¡No quiero perderla! ¡Esta vez, con toda seguridad, tengo que ayudarla! Entonces… ¡No te sientes y llores en un lugar como este! ¡Llévame a su lado! ¡Rápido!” Era casi como si la extraña voz viniera de lo más profundo de mí…

Guiada por la misteriosa voz, me puse de pie y caminé lentamente en dirección a la habitación de Katarina.

“¿¡Lady Sophia!? ¿Qué estás haciendo aquí a estas horas?” Preguntó la doncella personal de Katarina, involuntariamente alzando su voz al verme.

Pero por supuesto… ella diría eso. Ya era tan tarde en la noche, y había visitado las habitaciones de Katarina sin siquiera pedir permiso. En circunstancias normales, esto era algo que nunca, nunca se haría… era una acción que iba en contra del sentido común de la sociedad.

Aun así… por alguna razón, sentí que simplemente tenía que hacerlo… Como la misteriosa voz dentro de mí me lo ordenó.

“… Lady Katarina…” Me acerqué a la cama, juntando sus manos entre las mías. Mientras lo hacía, vi a mi hermano acercarse por el rabillo del ojo. Supongo que la noticia de mi error social ya le había llegado…

“Sophia… cálmate.” Puso sus manos sobre mis hombros, tratando de guiarme de regreso a mi habitación… Sin embargo, me negué.

Tal vez la noticia de mi terquedad se extendió rápidamente… pero antes de darme cuenta, el Príncipe Jeord, el Príncipe Alan, el Maestro Keith y Mary estaban presentes. De todos modos, seguí agarrando la mano de Katarina. Me negué a dejarla ir. No me iba a mover de este lugar.

Puse su mano contra mi frente, cerré los ojos… y deseé. Oré, con todo mi corazón. “Por favor… te lo ruego. Por favor, ayuda a Lady Katarina.”

Mientras lo hacía, sentí que podía ver la cara de una chica en la oscuridad… Tenía el cabello negro y ojos oscuros. No había forma de que pudiera haberla conocido. Y sin embargo… algo en ella era muy, muy nostálgico.

“Está bien, ¡déjamelo a mí! ¡Definitivamente la traeré de vuelta! ¡Todo lo que tienes que hacer es seguir llamándola desde donde estás!” Dijo la chica, su mirada llena de fuerza y decisión. Y luego, tan repentinamente como apareció… se fue.

***

Habían pasado dos días desde que puse a Katarina Claes a dormir con las artes oscuras. Por más que sus caballeros intentaran varios métodos para despertarla… sus deseos no se hicieron realidad.

Después de todo, la magia oscura solo podía ser disipada por el responsable de lanzarla. Si Katarina continuaba durmiendo como lo hacía… seguramente moriría.

Eso, precisamente, era lo que siempre había deseado. ¿Entonces por qué? Por alguna razón, mi corazón se negó a calmarse. Cuando pensé en cómo Katarina se iría, así como así, sentí que mi pecho se apretaba. Fue difícil respirar.

…No. No quiero perderla… Tengo que disipar las artes oscuras que usé en ella.

“¡Deja de decir tonterías!” Dijo la voz dentro de mí, la ira evidente en su voz. “¡Esa mujer no es más que un obstáculo en el camino a tu venganza! Los que se atreven a interponerse en tu venganza deben ser eliminados… ¡No puede ser de otra forma!

Cuanto más dudaba, más se alteraba la voz dentro de mí.

¡Has VIVIDO tu propia vida por venganza! ¡Para destruir por completo a los que le quitaron la vida a tu madre, a los que te usaron como herramienta! ¿No los ibas a enviar a las profundidades del infierno? ¿No era esa tu razón de vivir? ¿Has olvidado las últimas palabras de tu madre?

Sí… las últimas palabras de la madre que tanto amaba. Lo último que salió de sus labios. Esa es mi razón de vivir. “… Por favor, véngame…”

No tenía otra razón para vivir. Todo lo que necesitaba era mi venganza.