Otome Game no Hametsu Flag shika nai Akuyaku Reijou ni Tensei shite shimatta… (NL)

Volumen 2

Capítulo 4: Pasos que Anuncian la Proximidad de la Catástrofe

Parte 10

“¿Qué estás haciendo en un lugar como este?” Una voz suave, por encima de mi cabeza.

Me habían acosado los otros niños que vivían cerca y me había escondido en un rincón de mi casa. Mirando hacia arriba en la dirección de la voz, vi a mi madre, a quien amaba mucho, mirándome con cara de preocupación.

“… No es nada. Estoy bien.” No quería preocupar a mi madre. Solté mis palabras mientras a toda prisa me secaba las lágrimas.

“Si lloras en un lugar como este, esos sentimientos dolorosos no desaparecerán. Cuando duele, mamá estará a tu lado. Me sentaré a tu lado y te escucharé, así que no llores solo.” Dijo mi madre, abrazándome con fuerza.

Cuando fui consciente de mi entorno, ya estaba viviendo con mi madre. Por lo demás, estábamos solos. Mi madre continuó trabajando mientras me criaba. Aunque fue duro para ella, la sonrisa nunca desapareció de su rostro.

No vivíamos cómodamente, ni teníamos muchas cosas, pero mi madre siempre decía lo mismo: “¡Estoy realmente bendecida de tener un hijo maravilloso como tú!” Decía ella, mientras me abrazaba con fuerza. Mi madre me quería mucho.

Esos fueron días pacíficos y felices. No sabía nada de mi padre, ni su nombre, ni si estaba vivo o muerto. Debido a esto, a menudo los otros niños que vivían cerca me molestaban y acosaban. Sería una mentira si dijera que no me pregunté que era de él o que no me importó. Pero incluso cuando era niño, noté que mi madre nunca hablaba de mi padre. Después de todo, los niños apenas pensaban mucho en estos asuntos.

Sin embargo… eventualmente me arrepentiría de esto. Si al menos hubiera sabido algo sobre quién era mi padre… entonces tal vez habría podido cambiar lo que sucedió.

Finalmente… la vida pacífica que compartí con mi madre terminó abruptamente. Sucedió en la primavera de mi noveno cumpleaños, en la noche, cuando mi madre y yo caminábamos juntos a casa.

Sin previo aviso, algunos hombres corpulentos que nunca antes había visto nos tendieron una emboscada, antes de presionar un paño en mi cara. La tela tenía un olor dulce… y eso fue lo último que recordé.

Mientras recuperaba la conciencia me encontré en una habitación oscura.

La habitación no parecía tener acceso a la luz natural y estaba iluminada por una lámpara. A la luz de esa lámpara, podía ver letras siniestras escritas en todas sus paredes. Fue muy inquietante.

Allí había unas diez personas. Estaba acostado boca arriba en el medio de la habitación, y esas personas estaban de pie, rodeándome.

El hombre corpulento que me contuvo antes de desmayarme también estuvo presente. Si tuviera que adivinar, estas fueron las personas que nos trajeron aquí.

Mis extremidades estaban atadas. Traté de moverme, pero fue en vano. También había una mordaza de tela en mi boca, me encontré incapaz de hablar o hacer mucho ruido.

Ante mi había un hombre vestido completamente de negro y… una mujer. La mujer llevaba un vestido rojo vibrante, y alrededor de su cuello había varias joyas grandes. Una mujer vestida de rojo… no parecía coincidir muy bien con su entorno.

“El niño está despierto. Rápido. Tráelo aquí.” Dijo la mujer de rojo, y uno de los hombres se adelantó. En sus brazos estaba lo que parecía ser un niño de mi edad. El niño fue colocado a mi lado, encima de una hermosa pieza de tela. Parecía que estaba durmiendo en paz.

Tras una inspección más cercana, el chico era delgado… muy delgado. También estaba algo pálido y parecía tener problemas para respirar. Parecía muy enfermo de verdad. Sin embargo… mirando más allá de sus aflicciones, noté que se parecía mucho a mí. Ojos rojos, cabello gris… incluso su cara.

¿Quién era este niño…?

Mientras continuaba inspeccionando a este niño, la mujer de rojo comenzó a hablar. “Con esto, los preparativos están completos. Bien. Empecemos. Presenten el sacrificio.”

¿Preparativos? ¿Qué quieren decir? ¿Va a pasar algo en esta habitación oscura? ¿Qué era este “sacrificio”? Sentí que ya había escuchado la palabra, en un libro que mi madre una vez me leyó… ¿Qué era lo que significaba?

Todavía confundido acerca de la situación, seguí reflexionando sobre el significado de la palabra. Otro hombre dio un paso adelante, quedando enfrente del hombre corpulento que había colocado al niño sobre la tela. Este hombre también parecía estar trayendo a alguien.

Esa persona era… nada menos que mi amada madre. La estaba arrastrando a la habitación. Su hermoso rostro estaba magullado y maltratado. La empujaron bruscamente y la obligaron a caminar, como si hubiera sufrido lesiones en las piernas.

“¡Madre!” Grité, luchando desesperadamente contra mi mordaza de tela. En realidad, solo un ligero sonido amortiguado escapó. Traté de levantarme, traté de acercarme a mi madre. Sin embargo, uno de los hombres que estaba cerca de mí me empujó bruscamente, sujetándome contra el frío y duro suelo.

“¡Basta!” Gritó mi madre, tratando de caminar hacia mí. Ella también fue sometida por uno de los hombres.

Dándonos una mirada escalofriante, la mujer de rojo volvió a hablar. “Por favor. No seas tan rudo con el cuerpo de ese niño. Después de todo, su cuerpo pertenece a mi precioso Sirius.”

¿Ese niño? ¿Ella se refiere a mí? ¿Qué quiere decir con que mi cuerpo pertenece a ese… Sirius? ¿Quién es Sirius? No pude entender lo que estaba pasando.

“Madame Marquesa, por favor… si me odia, haga conmigo lo que quiera… pero por favor, perdone al niño…” Con vivida desesperación mi madre herida le suplicó a la mujer de rojo. Mi madre se refirió a esta mujer de rojo como: “Madame Marquesa”.

¿Ella conoce a esta mujer? ¿Por qué esta mujer odiaría a mi madre? Mi madre fue muy amable conmigo. También fue muy amable con todos los que vivían a nuestro alrededor. Todos amaban a mi gentil y amable madre. No se me ocurre ninguna razón por la que alguien la pudiese odiar.

Sin embargo, la mujer de rojo miró a mi madre con frialdad. “Qué mujer tan descarada eres. Primero, me quitas a mi esposo, luego tienes un hijo… ¿Y aun así pides más?”

“… No fui más que una fantasía pasajera del Marqués, y estuve con él solo por un corto periodo de tiempo. Como dije antes… no tengo intenciones de volverme acercar al Marqués. Todo lo que quiero hacer es vivir tranquilamente con mi hijo…”

Un golpe seco resonó en la habitación oscura. Mi madre, que estaba suplicando a la mujer de rojo, había recibido una bofetada en la cara.

“¡MADRE!” Traté de gritar, pero todavía estaba amordazado, incapaz de hablar.

“… Ambos engendrados por el Marqués Dieke. Ambos niños se parecen a él… y aun así. ¿Por qué somos tan diferentes? Belleza…. salud. Un niño sano… ¿Por qué estás tan bendecido? Y sin embargo, no tengo nada. No soy hermosa. Estoy enferma. Mi marido no me quiere. Cuando finalmente di a luz a mi hijo, nació con una enfermedad incurable. No le queda mucho tiempo de vida…” Dijo la mujer de rojo, agarrando a mi madre.

“… Pensar… que ustedes dos, madre e hijo, podrían vivir felices para siempre… ¡No lo permitiré! ¡NUNCA lo permitiré! ¡Empiecen…!”

Ante sus palabras, uno de los hombres de negro se acercó a mi madre, de pie delante de ella. Con una voz casi sin emociones, comenzó a hablar. Eran las palabras más misteriosas que jamás había escuchado; eran extranjeras, muy parecidas al idioma de una tierra lejana. Sin embargo, también eran palabras extrañamente… nostálgicas.

Mientras el hombre seguía hablando podía sentir como mi piel se crispaba. Me sentí enfermo. Era como si el aire mismo se estancara y se quedara quieto.

Y entonces… las palabras del hombre se detuvieron. En ese momento, toda la habitación estaba envuelta por una gruesa capa de oscuridad. En la oscuridad completamente negra, no podía ver. Todo lo que escuché fueron los gritos de mi madre.

Tan pronto como la luz comenzó a entrar en mi visión, busque a mi madre. No tardé mucho en encontrarla. A unos dos, tal vez a tres pasos de distancia, estaba mi madre, tendida en el suelo, aturdida. Intenté desesperadamente acercarme a ella, luchando contra mis ataduras.

Al final logré acercarme a ella, noté que la cara de mi madre estaba pálida. Ella ya no respiraba. Aunque antes estaba herida, no estaba aturdida de esta manera. ¿Por qué? ¿Qué pasó?

“¡Madre! ¡Madre!” Grité sin sentido a causa de mi mordaza. Me vi reflejado en los ojos de mi madre. Ella me miró fijamente.

“… Por favor…”

Con una voz demasiado débil para ser escuchada, con una voz que parecía que se desvanecería en cualquier momento… mi madre tomó su último aliento. Y entonces todo quedó en silencio.

“¿Bien? ¿Fue un éxito?”

“Sí. Como se indica en los textos… parece que se han alcanzado los poderes adecuados.” Respondió el hombre de negro.

“¿Eso es así? Entonces hazlo, rápido. Usa ese poder para transferir la conciencia de Sirius al cuerpo de ese niño.”

Aunque podía escuchar su conversación, no pensaba en nada. No podía aceptar lo que había pasado aquí. Hace unos momentos, estaba hablando con mi madre sobre qué cenar, y estábamos caminando juntos a casa. Antes de darme cuenta, me habían llevado a este lugar oscuro… y aquí, mi amada madre… dejó de respirar.

“Sí. Comenzaremos.” El hombre de negro puso una mano sobre el cuerpo del niño que dormía a mi lado, y luego otra sobre mi cabeza. En ese momento, una rápida serie de imágenes llenó mi mente. Eran imágenes extrañas, también, poseían sonido. Lugares desconocidos, personas desconocidas… se sentía como la vida de otra persona.

Mientras las imágenes continuaban inundando mi mente, me asaltó un abrasador dolor de cabeza. Y luego… cuando las imágenes finalmente se ralentizaron y se estabilizaron, descubrí que de repente lo sabía todo. Por qué me habían traído aquí… y por qué mi madre había dejado de respirar en esta habitación oscura. Las imágenes que entraron en mi mente me dijeron todo lo que necesitaba saber. Los planes de esa mujer de rojo…

La mujer vestida de rojo era la esposa del Marqués Dieke un noble. Ella era la madre del niño acostado a mi lado. Se llamaba Sirius. Sin embargo, el marqués no amaba a su esposa. Era un mujeriego y continuó durmiendo con otras mujeres incluso después de casarse. Después de casarse, el marqués apenas y le prestó atención a su esposa. Después de asegurarse de que su heredero, Sirius, nació, se fue rápidamente, sin ver la necesidad de quedarse al lado de su esposa.

Quizás esa fue la razón por la cual la mujer se volvió intensamente dependiente de su único hijo, Sirius. Todos los días, ella le hablaba de sus desgracias a este niño. Ella se volvió emocionalmente dependiente de él.

Sin embargo… el niño, el único lugar donde podía descansar su corazón… pronto se vió afectado por una enfermedad incurable. Ella usó todo su dinero, todo su poder, y contrató a muchos médicos. Y en su insistencia, incluso se aventuró en lo oculto. Pero sin importar lo que hizo, la salud de su hijo no mejoró, con cada día que pasaba su enfermedad se agravaba.

La mujer no podía aceptar que podría perder a su único hijo. Un día, se dió cuenta de un cierto tipo de magia, la magia oscura. Magia que es capaz de dominar los corazones y las mentes de los demás. Magia que podría reemplazar los recuerdos de los demás. Al enterarse de eso… una idea vino a la mente de la mujer.

Si ella trasplantase los recuerdos de su hijo en un cuerpo sano, seguramente se salvaría. Era un plan sin sentido. Siendo realistas, un plan tan imprudente no tendría esperanzas de éxito.

Sin embargo… no había otras formas de salvar a su hijo. La mujer, incapaz de soportar la idea de perder a su hijo, decidió arriesgarse con este plan imprudente. Y así, la mujer comenzó a buscar una forma de obtener magia oscura, y un recipiente adecuado para los recuerdos de su hijo.

El recipiente… el nuevo cuerpo para su hijo, tenía que estar sano. También tenía que ser de una edad y apariencia similar a la de su hijo. Después de todo, un cuerpo que se veía completamente diferente no podía pretender ser el heredero de la familia Dieke. Fue entonces cuando la mujer encontró lo que estaba buscando. Un niño de aproximadamente la misma edad que su hijo, con una apariencia similar. Era casi como si el niño hubiera nacido para servir como un recipiente para Sirius…

Ese niño no era otro que el hijo ilegítimo del Marqués Dieke y una de las criadas a su servicio a la que había puesto sus manos. La criada trabajaba en la residencia del marqués y era muy querida por su empleador. Poco después, un niño nació de la criada, y fue por esa época cuando desapareció de la casa. La criada, al abandonar el servicio del marqués, dio a luz a un niño sano y feliz, un niño que se parecía mucho al marqués. Parecería que ella vivía feliz con su hijo.

Y entonces se decidió que este niño serviría como el recipiente de Sirius.

La mujer descubrió con éxito un medio para obtener magia oscura… un sacrificio, intercambiar una vida por las artes oscuras. En otras palabras… una persona viva tenía que ser sacrificada para convertirse en un usuario de magia. La mujer se decidió. Sacrificaría a la ex criada, que vivía tan feliz con su hijo.

Finalmente, la mujer llevó a cabo su plan. Ella capturó al niño que sería el recipiente y a su madre, que iba a ser el sacrificio. Ella instruyó a uno de sus subordinados con un hechizo para sacrificar a la madre del niño. Al obtener magia oscura, usaría sus poderes para transferir la conciencia de Sirius a la del niño.

Según el plan de la mujer, los recuerdos de Sirius se trasplantarían en el recipiente, dicho recipiente sería yo. Al suceder esto, dejaría de ser yo, y en cambio renacería como Sirius Dieke…

Sin embargo, incluso con todos los recuerdos de Sirius, todo lo que había visto y oído, introducido en mi cabeza… seguía siendo yo. Era cierto que los recuerdos de Sirius estaban frescos en mi mente, pero eso era todo. Solo había recuerdos en mi mente, el joven conocido como Sirius no se veía por ninguna parte. Todo lo que sentí fue una enorme ola de tristeza.

“Estoy cansado. Por favor, déjame descansar.” Parecía decir una voz.

Antes de que Sirius fuese consciente de sí mismo, todo lo que escucharía eran las quejas y rencores de su madre. Esto continuó incluso cuando cayó en las garras de una enfermedad incurable. El joven no tuvo más remedio que escuchar, y ahora solo deseaba ser liberado. A pesar de su edad, el joven ya estaba cansado de vivir. Lo que fluyó hacia mí fueron solo recuerdos, la voluntad de Sirius no se encontraba en ninguna parte.

Como tal, nunca me convertí en Sirius, solo obtuve conocimiento de sus recuerdos, sin ninguna emoción. El plan de la mujer había fallado. Sin embargo, si descubriera esto, me haría matar en el acto. Hice una declaración mental a los recuerdos de Sirius.

No puedo morir aquí. No puedo no morir aquí… Era un sentimiento fuerte, más fuerte que cualquier cosa que había sentido hasta ahora. No puedo morir. Todavía no… no antes de cumplir el último deseo de mi madre…

Antes de darme cuenta, me habían quitado la mordaza de la boca. Reprimí mis emociones tanto como pude, y luego me volví hacia la mujer que más odiaba en el mundo.

“… Madre querida.” Le dije, tal como Sirius Dieke se refería a ella.

Al escuchar esas palabras, una amplia sonrisa apareció en el rostro de la mujer. “¡Ahh, Sirius! ¡Eres tú! ¡La magia oscura tuvo éxito!” Dijo ella, abrazándome fuerte.

Podía sentirme temblando por un sentimiento extremo de asco y odio. Y sin embargo aguanté. No podía morir aquí, todavía no. Tenía que vivir… y cumplir el último deseo de mi madre.

“… Bueno, Madame. Mi trabajo aquí está hecho. ¿Podría por favor regresar con mi familia a nuestra patria…?” Preguntó el hombre de negro, algo temeroso.

“Sí… lo has hecho bien. Gracias a ti, mi Sirius finalmente ha obtenido un cuerpo sano.”

“… Bueno, ¿puedo por favor volver con mi familia?”

“Oh, por supuesto. Te dejaré verlos ahora. Hombres.” La mujer hizo un gesto a los hombres que me habían retenido, todo este tiempo ellos habían estado en la esquina de la habitación.

El hombre de negro parecía tener una mirada de paz sobre él. Los demás hombres se le acercaron y… perforaron al hombre de negro con sus espadas.

“… ¿Por qué…?” Preguntó.  La sangre fluía libremente de su cuerpo mientras extendía la mano inquisitivamente.

“Dijiste que querías ir a donde está tu familia, ¿verdad? Bueno, tu familia ya está en el más allá… esperándote.”

“La mujer sonrió con elegancia.”

“… Solo trabajé para ti… porque me prometiste que… me dejarías volver con mi familia. Después de que… hiciese todo esto… ¡Tú… me mentiste…!”

“¿Realmente tenía elección? Después de todo… es un poder considerado tabú. Pocos, si acaso, han obtenido tales poderes en el pasado. Pero ahora que todo ha llegado a su fin… ¿No sería más peligroso simplemente dejarte vivir, ahora que eres un usuario de magia oscura…?” La mujer sonrió, como si estuviera ensalzando una verdad del mundo.

El hombre de negro, con el rostro arrugado por el dolor y la furia, miró directamente a la mujer. “… Te maldigo, te maldigo… ¡Nunca te perdonaré…! Le quitaré todo su… poder, su posición social… no importa qué… Veré que caiga en el infierno…” La mano extendida del hombre rozó uno de mis dedos.

“¿Adónde vas con eso? Eres un hombre muerto que se retuerce. Hombres, acaben con él.” A su orden, los hombres empujaron sus espadas profundamente en su víctima… y pronto dejó de respirar.

Al mismo tiempo, Sirius Dieke, el niño que había estado acostado en el frío piso a mi lado, respiró por última vez.

Desde entonces viví mi vida como Sirius Dieke. Juré vengarme de la familia Dieke, la gente que le quitó la vida a mi madre y que me convirtió en una herramienta.