Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 8

Capítulo 2: Secuela, La Doncella de Platino, su Mejor Amiga y un Cambio “Todos Los Días”

Parte 3

Aunque fue una boda, no era como si los plebeyos pudieran permitirse el lujo de usar vestidos de novia. La capacidad de pedir un atuendo poco práctico del tipo que solo usarías una vez en la vida se limitaba únicamente a los nobles y los ricos.

Para la gente común, simplemente usaban la mejor ropa que poseían, y luego se llevó a cabo una ceremonia en el templo de Quirmizi, el dios que gobernaba no solo la tierra y la cosecha, sino también el matrimonio. Kreuz también era bastante estricto en lo que respecta a los registros públicos, por lo que también era costumbre presentar documentación al señorío del señor al mismo tiempo.

Una vez que recibió la bendición del dios y terminó los procedimientos adecuados en la mansión, anunció el asunto de manera más pública. Normalmente, la gente hacía eso al celebrar un banquete e invitar a personas de su vecindario. La costumbre tenía el beneficio adicional de presentar a la pareja a sus vecinos, para ayudarles a facilitar sus futuras relaciones.

Como plebeya, Chloe, por supuesto, no tenía planes de pedir un vestido de novia y celebrar un elaborado banquete. Sin embargo, ella trabajó como sastre. Y su orgullo como artesana no le permitiría tomar este evento único en la vida con una ambición poco entusiasta.

En consecuencia, Chloe decidió preparar un nuevo atuendo desde cero.

“Ustedes los guardias ya tienen uniformes, así que afortunadamente eso significa que solo necesito preparar uno para mí, lo cual es de gran ayuda”.

Oportunamente, sin embargo, todavía mantenía un presupuesto estricto. Después de mucha deliberación, se decidió por una tela que no comprometía ni el precio ni el tejido entre una gran cantidad de muestras. Y el hecho de morir en el proceso fuera tal como lo había planeado fue excepcionalmente alentador.

Mientras se sentaba junto a su amiga que se movía apresuradamente a lo largo de su aguja, Latina miró la hoja de diseño y el atuendo incompleto e inclinó la cabeza.

“Creo que algún tipo de accesorio grande se vería bien aquí…”

“Simplemente no estaba en el presupuesto”.

“Correcto… Y sería demasiado costoso para mí dártelo como regalo, para felicitarte…”

“Sí, si fueras tan lejos, probablemente terminaría enojándome”.

Mientras miraba a su amiga, que había reaccionado exactamente como se esperaba con el sentido del dinero de un plebeyo, Latina movió su dedo índice de un lado a otro con problemas.

“Pero ya sabes, aún puedes pedir prestado uno. Obtendré permiso, ¿qué tal? “

“No puedo decir que no estoy interesada, pero… quiero decir, me aterrorizaría que algo le sucediera…”

“Mientras tanto puedo vigilarlo”.

Esa propuesta tenía a Chloe muy emocionada.

Naturalmente, tenía interés en el tipo de joyería costosa que normalmente estaría fuera de su alcance con su situación financiera. Además, estaba el hecho de que Latina seguramente estaba pensando en pedir prestado algo del pueblo natal de Dale, Tislow.

Chrysos, que se había estado quedando en Kreuz hasta hace unos días, gobernó la nación de Vassilios, que fue bendecida con todo tipo de minerales abundantes debajo del suelo. Y Tislow fue uno de los principales productores de dispositivos mágicos, que utilizaban dichos materiales. Además, estaban la vieja abuela Wendelgard y su hijo Randolph. Un plan para combinar los recursos de ese país vecino con las conexiones personales de Dale era natural.

Los dispositivos mágicos decorativos con estilo de joyería que sirvieron como ejemplos de la especialidad de Tislow se entregaron a Kreuz mediante un servicio postal especial. Incontables productos de este tipo habían sido enviados para presentar a Chrysos como ejemplos, y para ser entregados a ella dependiendo de las circunstancias.

Por cierto, Chrysos tenía un gran interés en los productos elegantes producidos con las técnicas de Tislow para procesar joyas. Parecía muy interesada en llevarse algo a casa, con la esperanza de cultivar una industria así en su propio país.

Sin embargo, Tislow era el pueblo natal de Dale. Ese fue el único punto que Chrysos desaprobó. Si aceptara regalos tan caros, sería como un favor que se le debe a Dale, lo que le resulta profundamente desagradable.

Sin embargo, Dale logró convencer a Chrysos de que los aceptara, señalando que Latina tenía el mismo tipo de joyería. Aparentemente, su deseo de igualar fácilmente superó su aversión por Dale.

Las joyas que no se habían presentado a Chrysos todavía estaban en Kreuz.

Dicho esto, sería demasiado descuidado dejarlos casualmente sentados en el ático del Ocelote. Y, en cambio, estaban siendo almacenados en el banco en el templo de Azraq, pero Latina pensó que podría obtener permiso si le escribía una carta a la abuela Wen en Tislow explicando sus circunstancias.

La abuela Wen adoraba a Latina al igual que Dale, pero al mismo tiempo, confiaba en Latina lo suficiente como para saber que tales solicitudes no se harían a la ligera. Y aunque Latina podría obtener un permiso inmediato si lo buscaba de Dale en lugar de la abuela Wen, fue lo suficientemente honesta como para no intentar algo así.

“¿Qué color de gema sería bueno…? ¿Tal vez algo similar al de tu atuendo…?”

“¿Realmente podremos elegir todo eso?”

“Bueno, no hay una tonelada, pero para empezar fueron diseñados como muestras, así que hay una selección bastante diversa”.

“Entonces, ¿qué pasa con un color opuesto? Quiero decir, si tengo la oportunidad, eso se destacaría más… “

“¿Sería mejor tener un diseño simple o uno con mucha ornamentación?”

Pasaron el tiempo absortas en su discusión, el atuendo en progreso presentado ante ellas.

Latina estaba cautivada por el atuendo que su mejor amiga había seleccionado para su gran día, pero eso era natural. Era, después de todo, una chica de la edad para interesarse por la moda.

La cuestión de qué se pondría para la boda también era de suma importancia.

“Hmm…”

Latina estaba hurgando en su caja de ropa en el ático del Ocelote. Ella había agarrado sus mejores atuendos y los estaba tendiendo.

“Sería bueno tener un color diferente al de Chloe… Este es lindo y realmente me gusta, pero no es la temporada correcta…”

“Si te preocupa tanto, ¿vas a salir a alguna parte?”, Preguntó Dale, inclinando la cabeza mientras miraba a Latina. No planeaba salir, así que honestamente no tenía idea de qué estaba tan preocupada.

“Um, Chloe se va a casar”.

“¿Es eso así?”

Dale conocía a la mejor amiga de Latina, ya que ocasionalmente venía a visitar al Ocelote.

“Y entonces, me preguntaba qué debería ponerme…”

“Te verías linda en cualquier cosa, Latina”.

La atención de Dale estaba, por supuesto, totalmente prodigada a Latina en lugar de lo que estaba haciendo.

“¿Qué debería hacer con mi cabello…? ¿Debo comprar un nuevo accesorio…?”

Latina se llevó una mano a la cabeza y se perdió en sus pensamientos.

Las cintas eran demasiado infantiles. Teniendo en cuenta su color de cabello, los accesorios plateados pueden unir las cosas muy bien. No, espera, tal vez debería derrochar un poco de oro para tener algo realmente brillante. Sus pensamientos seguían corriendo por su cabeza.

“¿Debería comprarte algo?”, Preguntó Dale, pero Latina solo dijo: “No”, con el ceño fruncido.

“Tengo la sensación de que irías por la borda y me comprarías algo más adecuado para una fiesta nocturna, Dale…”

“¿No preferirías tener algo de alta calidad que algo barato?”

“Realmente no lo usaría con la frecuencia suficiente para obtener algo así…”

Dale inclinó la cabeza. Tenía un sentido de la estética muy selectivo, debido a que se crio en una ciudad destacada entre los productores de joyas en Laband, y su percepción del valor también estaba completamente separada de la de un hombre común. Además, sus encuentros “normales” con tales joyas involucraron a la alta sociedad y la nobleza, lo que lo dejó un poco sesgado.

Con la mentalidad de un plebeyo, Latina ciertamente no podría usar el tipo de accesorio que Dale seleccionaría, y de hecho terminaría almacenándolo inmediatamente en el banco en el templo de Azraq.

Ella podía decir eso por lo espléndido que era el brazalete que le había regalado para su compromiso.

“Aun así, esa chica se va a casar, ¿eh…?”

Es posible que haya tenido una novia de la misma edad en forma de Latina, pero todavía le sorprendió escuchar esas noticias sobre una niña que conocía desde que era una niña.

“¿Debería… realizar la ceremonia?”, Preguntó Dale, queriendo ofrecer su bendición.

“¿Wah?” Latina reaccionó, luciendo claramente confundida con una expresión compleja en su rostro. “¿Dale? ¿Pero por qué?”

“¿Por qué…? Quiero decir, la boda será en el templo de Quirmizi, ¿verdad?”

“Así es.”

“Entonces, para una ceremonia ciudadana normal, simplemente asignarán un sacerdote regular, ¿sí?”

“¿No es eso suficiente?”

“Bueno, sí, supongo. Pero… se me considera un sacerdote de alto rango. Entonces, ¿no me harías hacerlo hacer las cosas más auspiciosas? “

“¿Qué?”, Soltó otra vez, lo cual era un hábito cuando no entendía algo. Fue como un signo de interrogación para ella, y simplemente sucedió reflexivamente.

Mientras dudaba un poco debido a su reacción, Dale siguió adelante y explicó sus habilidades.

“También tengo protección divina de Azraq, pero… Mi protección divina de Quirmizi es de un rango lo suficientemente alto como para realizar ceremonias religiosas, y he recibido entrenamiento como sacerdote”.

Un rasgo especial de aquellos conocidos como héroes era que poseían protección divina de múltiples dioses. Además de eso, la aldea natal de Dale, Tislow, era considerada una tierra sagrada de Quirmizi, ya que había recibido un gran favor de ese dios.

Hubo una serie de aspectos de su condición de héroe que a Dale no le gustaba, por lo que no se dio cuenta de que poseía tal protección divina. Pero, por otro lado, el título de “héroe” finalmente pertenecía a una habilidad, no a un trabajo. Y oficialmente, la ocupación de Dale era la de un sacerdote Quirmizi de alto rango.

Por eso Dale había planteado la idea, pero Latina todavía parecía preocupada.

“Es como si ni siquiera pudiera imaginar cuántas cosas puedes hacer, Dale…”

Era un sentimiento bastante extraño, que un prodigio como Latina se lo dijera.

“Hmm… le preguntaré a Chloe la próxima vez que la vea”.

“Ya veo.”

Dale parecía haber perdido interés en la boda en sí, y ahora estaba mirando los trajes que Latina había extendido. Siendo su ser habitual, estaba pensando que si hubiera tenido un poco más de aviso, podría haber hecho un pedido con un sastre para ella.

Y como Latina sabía exactamente cómo era Dale, había esperado intencionalmente tanto tiempo para comenzar a prepararse. Como alguien que disfrutaba de limpiar y mantener las cosas ordenadas, Latina no quería terminar con más trajes de los que necesitaba.