Uchi no Musume no Tame naraba, Ore wa Moshikashitara Maou mo Taoseru kamo Shirenai

Volumen 8

Capítulo 1: Secuela, El Rey Dorado y la Princesa Platino

Parte 8

 

 

Fueron conducidos por un sirviente a un hermoso jardín lleno de flores que florecen con orgullo. Había una gran variedad en exhibición, y parece que incluso la forma en que se presentaron los colores se había calculado perfectamente. Incluso el arco de hierro estaba en perfecta armonía con todo lo demás.

“Wah…” Latina, sin darse cuenta, soltó, abrumada por la belleza y el dulce aroma. “Señorita Rose…”

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“Dentro del palacio, su estado es más alto que el mío, Sra. Latina. No debes degradarte hacia mí”.

“Hmm… Es solo que tú también me enseñaste magia, Lady Rose… Pero haré lo mejor que pueda”.

Al ver que Latina tiene problemas debido a su cortesía natural, Rose no pudo evitar dar una sonrisa forzada.

Luego, Latina continuó: “No tenían un jardín de flores como este en el templo de Vassilios… ¿Sería posible que Chrysos también tuviera la oportunidad de visitar un lugar como este?”

“Sí, esa nación tiene un ambiente árido, ¿no es así? ¿Entonces no hay lugares donde florecen las flores?”

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“Había un lugar donde se cultivaban para ser utilizados en rituales para Quirmizi… Pero eso era bastante limitado, y nunca se podía disfrutar de estar rodeado de tantas flores”.

“En ese caso, informemos a Lady Fania. Tal vez ese conocimiento sea útil al dar la bienvenida a los invitados de Vassilios en el futuro”.

Latina sintió que esta conversación se inclinaba un poco más hacia la normalidad, pero cuando notó a la persona que los esperaba en la glorieta en medio del jardín, se puso de pie. La mujer no se parecía tanto a Gregor. Su cabello era rubio, tenía una cara ovalada, y la impresión general que emitía era completamente diferente a la de su medio hermano, carecía por completo de su disciplina marcial y su sensación extraña. Pero ciertamente eran igualmente atractivos, si nada más.

Aunque de lo contrario no se parecían demasiado, Latina se sintió satisfecha cuando notó los ojos azules, helados, inusitadamente refrescantes y obstinados de la mujer. Se alegró de encontrar pruebas de que esta mujer realmente estaba relacionada con su conocido.

“Estoy realmente agradecida por tu invitación en este momento”, dijo Latina como saludo al dueño del jardín, agarrando muy ligeramente el borde de su falda estilo Vassilios. Fue una acción más moderada, ya que carecía de las abundantes cortinas de un vestido Labandese, pero a la mujer frente a ella no pareció importarle y, de hecho, le devolvió una sonrisa agradable.

“Realmente eres una princesa tan adorable como un hada, tal como dicen los rumores”.

Latina solo sonrió, teniendo problemas para saber cómo responder, así que Rose dijo: “Lady Fania, esta es la princesa Platina Muto Cori Mov. Muchas gracias por escuchar mi petición irrazonable”.

Latina había recibido el nombre de “Muto” en el pueblo natal de Dale, Tislow. Dado que Dale usó su nombre de rol de “Reki” en lugar de un apellido, Latina hizo lo mismo y lo combinó con su nombre real de Platina para obtener el nombre de Platina Muto.

Los demonios de Vassilios no usaban apellidos, pero era normal referirse a sí mismos como “hijos de X”, siendo esa X el nombre de su madre. Y entonces Rose siguió esa tradición y presentó a Latina usando vocabulario en Continental Occidental que significaba “hija de Mov”, pero la misma Latina se quedó completamente perpleja.

Le tomó un par de segundos antes de darse cuenta de que Rose se refería a ella.

Normalmente solo usaba “Latina” (aunque originalmente se suponía que era un apodo), y vivía en la parte más dura de la ciudad, por lo que no tenía necesidad de presentarse usando un apellido. Y así, le tomó un poco darse cuenta de que su nombre “real” había tomado esa forma.

Por cierto, Chrysos esperaba presentarse como Chrysos Vassilios Cori Mov, insertando el nombre del país para indicar que ella era su gobernante. No había tal costumbre en Vassilios, pero cuando escuchó que “Muto” de Latina era un nombre de rol de Tislow, quiso algo similar para expresar su papel como rey.

Realmente tenía un gran complejo de hermana, que quería que todo coincidiera así.

“Así que así es mi nombre ahora…” Latina murmuró distraídamente.

“¿Sra. Latina?

“¡No es nada!”, Respondió rápidamente.

“Bueno, entonces, practiquemos tu saludo para cuando tengas tu audiencia con Su Majestad. Lady Fania explicará en detalle cómo saludar a los señores y las damas”.

“Rose me informó sobre ti en el pasado. Esperaba con ansias esta reunión. Ella elogió tus habilidades de memorización, después de todo,” dijo Fania con una sonrisa. Sus palabras fueron completamente amistosas, pero aun así, los intentos de Latina de mantener la compostura la dejaron sudar.

Por favor, no esperes tanto de mí…

Realmente pensaba como una plebeya, para que ese pensamiento le viniera a la mente.

Y con su elegante belleza y modales gentiles, Fania realmente fue la mentora de Rose.

Lo primero que Latina le había aprendido a fondo era cómo inclinarse como una dama. Se sintió duro incluso para alguien como Latina, un miembro de la resistente raza de los demonios que también había pasado día tras día manejando todo sobre el Ocelote mientras trabajaba de camarera allí.

A pesar de su brillante entorno, el entrenamiento fue tan intenso como el de un deporte profesional.

Fue solo cuando las rodillas de Latina comenzaron a ceder cuando finalmente se le permitió tomar un descanso para tomar un té.

“Parece que has controlado el proceso básico, ¿sí?”, Dijo Fania, dándole a la niña una nota de aprobación.

“Gracias”, respondió Latina con una sonrisa mientras sostenía una taza de té.





El té había sido cuidadosamente preparado con hojas de té de primera clase, y tenía un sabor maravilloso con muy poco amargor. Los bocadillos provistos a su lado no carecían demasiado de dulzura y alcanzaron un equilibrio perfecto cuando se comieron junto con el té.

Sin embargo, Latina no pudo prestar atención al sabor y los ingredientes, ya que tuvo que dedicar toda su atención a comer de tal manera que ni una sola miga se cayera, lo que la hizo derramar lágrimas en su corazón.

“Aun así, los modales Labandeses ciertamente parecen difíciles en la vestimenta extranjera, ¿no es así?”

“¿Tú también lo crees, lady Fania? Los atuendos de Vassilios son terriblemente hermosos, así que me hubiera gustado dejar que los presentes la vieran en uno, pero ciertamente no sería fácil…” Rose respondió, solo para que una expresión juguetona y traviesa apareciera en el rostro de Fania. Latina, mientras tanto, estaba completamente embelesada por las finas decoraciones aplicadas a los bocadillos, por lo que no estaba prestando atención a su conversación.

“Escuché decir que la princesa Platina y su hermana, el rey, se parecen bastante”.

“Sí. Y las dos se llevan bastante bien, así que estoy seguro de que si usaran trajes a juego, se convertirían en el tema principal de conversación entre los señores”.

“Deberíamos estar seguros de crear esa oportunidad”.

Estaba empezando a parecer que el debut de Latina como princesa en la capital no se limitaría a una sola fiesta nocturna.

“En ese caso, ¿qué tal invitar a los enviados a este jardín? Creo que eso los haría muy felices, ya que Vassilios tiene una vida vegetal bastante limitada, y ese lugar les resultaría bastante inusual”.

“Oh vaya. Esa es una idea terriblemente buena”.

Gracias a sus largos años de vivir como hermanas reales, la diferencia en sus posiciones no se podía sentir con mucha fuerza en la conversación que Rose y Fania estaban teniendo.

Habiendo dado su consentimiento con una sonrisa cuando Rose levantó el deseo que Latina había expresado hace poco tiempo, Fania llamó a su criada. Luego dio una orden para ajustar el horario para el futuro cercano.

“Si usaras un atuendo extranjero cuando asistieras al banquete después de tu audiencia con Su Majestad, podría dejar una gran impresión. Y te has esforzado por aprender los modales de nuestra nación, así que ¿no sería bueno aprovechar la oportunidad para mostrarlos?”

A pesar de la sonrisa en el rostro de Fania, Latina no se dio cuenta de la situación en la que pronto se encontraría.

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Fania tenía un historial previo de encontrar a Rose tan adorable cuando era joven que con frecuencia trataba a la niña como una muñeca y la vestía con atuendos llamativos.

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Era necesario primero que Latina usara un vestido, para seguir practicando los modales Labandeses. O al menos, esa era la lógica presentada de por qué necesitaba elegir un atuendo acorde con su estatus real, al tiempo que le daba un impacto aún más fuerte que su apodo de Princesa de hadas Platino. Esos fueron los requisitos previos que le dieron.

“Sé que prefiere colores suaves, Sra. Latina, pero creo que un color más profundo se vería aún mejor en usted”.

“Vassilios venera a nivel nacional a Banafsaj, ¿no es así? Quizás una violeta estaría bien, entonces. Ah, pero también debemos considerar cómo se combina con el atuendo de su hermana, el rey, ¿sí?”

“¿Hmm…?”

Latina finalmente se dio cuenta de que Rose y Fania estaban charlando alegremente, pero aún tenía que darse cuenta de lo que sucedería después, así que simplemente inclinó la cabeza confundida.

Había un candelabro que iluminaba brillantemente el salón de banquetes. Se hizo combinando piezas delicadamente elaboradas y pulidas, elaboradamente cortadas, y solo fue suficiente para demostrar la prosperidad de la nación.

Como estaba destinado a entretener a los invitados, el salón de banquetes era especialmente extravagante, incluso para el ya lujoso palacio real. Y eso solo tenía sentido, ya que era un arma clave en la guerra conocida como relaciones exteriores, destinada a mostrar la fuerza de la nación.

El color más preciado en Laband era el de su dios patrón Ahmar, el rojo. Y así, el salón de banquetes estaba coloreado en un profundo y sutil carmesí, acompañado de un tono dorado.

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Adornando el techo había una pintura que representaba la fundación de la nación. Fue una historia heroica y alegre que elogió la majestad de la nación.

El salón de banquetes en sí era como una obra de arte perfecta.

El banquete que se celebró allí para dar la bienvenida a los enviados fue un asunto de pequeña escala, destinado a tener lugar antes de que las dos naciones abrieran oficialmente las relaciones diplomáticas. Sin embargo, solo se describió como “a pequeña escala” debido a la cantidad de personas que participaron. Tanto el prestigio de los asistentes como el esplendor del evento en sí fueron más que suficientes para demostrar la prosperidad de Laband a otra nación.


Y en cuanto al lado de Laband, cuando vieron que el gobernante de Vassilios, el Rey Dorado y su hermana, la Princesa de las Hadas Platino, entraban al salón, quedaron tan abrumados que incluso suspiraron de admiración.

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Mientras estaba vestida con un hermoso atuendo extranjero, era más el cabello largo platino de la hermana mayor y los ojos dorados de fuerte voluntad de los que derivaba su apodo lo que atraía la mirada de los observadores.

Y su hermana, la princesa, tenía el mismo cabello de color platino, solo que el de ella estaba recogido. Llevaba un vestido Labandese de color oscuro y saludaba a los distintos señores con modales absolutamente perfectos.

Las hermanas poseían una belleza natural tan abrumadora que cualquier mera decoración u obra de arte palideció en comparación.

Detrás de ellos, Rose (que había servido como embajadora no oficial de Vassilios) estaba actuando como intérprete para que Fania, consorte del segundo príncipe, pudiera tener una conversación amistosa con el Rey Dorado.

Muy pocos en Laband poseían una belleza comparable a la de las gemelas, o un gran renombre similar, por lo que su presencia trajo vitalidad inmediata a su esquina de la habitación.

Y cuando cierto alguien los vio…

“Latina es aún más sorprendente de lo que pensaba…” murmuró Dale desde una corta distancia.

“¿No deberías estar a su lado?”, Preguntó Gregor a su amigo, vestido con un atuendo adecuado para un miembro de la familia ducal.

“Si quiere decir que es raro que no esté junto a ella, entonces simplemente salga y dígalo claramente”, dijo Dale en respuesta puntual al comentario indirecto de Gregor, antes de volver a mirar a Latina nuevamente.

No importa cómo la miraste, ella era una princesa absolutamente perfecta. Realmente era algo, ya que incluso Dale no pudo evitar pensar que a pesar de estar completamente familiarizado con cómo era normalmente.

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Era difícil imaginar que detrás de la fachada había una chica plebeya que disfrutaba puliendo los utensilios de cocina.

“Ella dijo que estaba ensayando, o que estaba recibiendo un entrenamiento especial o algo… Normalmente, algo que a último momento no funciona tan bien, ¿verdad?”

“Ella da una impresión bastante delicada, pero creo que ciertamente también tiene algunas agallas”.

“Bueno… Sí, definitivamente diría que es verdad, al ver cómo se enfrentó a esos viejos rudos sin retroceder incluso cuando era solo una adorable cosita…”

Dale suspiró, en el fondo de su mente estaba pensando en la noche anterior. Latina se había enterrado en un montón de almohadas en la habitación de invitados en el palacio que le fue asignada, sollozando. Era como si hubiera vuelto a ser una niña pequeña después de ser empujada al límite de lo que podía manejar emocionalmente.

La naturaleza idiota cariñosa de Dale no pudo evitar anular las reservas que tenía sobre dónde estaban, teniendo en cuenta cuán completamente exhausta se veía. Estaba claro para él lo duro que debió haber sido su entrenamiento especial.

A decir verdad, no fue solo el entrenamiento, ya que la forma en que se había visto obligada a cambiarse un vestido tras otro también había contribuido en gran medida a su agotamiento.

En otras palabras, el vestido que Latina había pedido prestado para usar hoy fue el resultado final de esos innumerables otros ensayos. Realmente habló de la habilidad de las costureras personales de Fania, la forma en que le quedaba tan bien a Latina que ni siquiera se podía decir que había sido prestada. Sin embargo, también era necesario que ella se pusiera un corsé, que normalmente nunca usaba. Cuando las doncellas la apretaron con fuerza, no pudo evitar pensar que si una de esas chicas fuera una heroína, habría sido derrotada en ese momento.

No había antecedentes de un señor demonio asesinado por un corsé, y si sucediera, probablemente nunca volvería a suceder.

Si el hecho fue afortunado o no, Dale no sabía nada del desfile de moda personal que Fania tenía en manos de Latina. Si lo hubiera visto, probablemente se habría desmayado en el lugar a pesar de que todas las personas importantes de todo el país lo observaran, lo que lo convertiría en una exhibición realmente deplorable. Y si se enterara de que había perdido la oportunidad de ver algo así, seguramente se pisotearía de frustración y se haría una verdadera molestia.

Pero como simplemente no lo sabía, estaba actuando normalmente, al menos por el momento. Ese acto de moderación, naturalmente, había sido la decisión de Rose, y era la manera perfecta de manejar el asunto.

“Bueno, eso es lo mejor… Ese lugar da miedo”.

“Sí, eso es cierto…”

Los hombres estaban intimidados porque ese lugar era como un microcosmos del palacio en general, un lugar para que las mujeres pelearan.

Sin decir nada Rose calificaba a Latina estrictamente, incluso mientras las criadas la estaban atendiendo. Y en el palacio, no había división entre hombres y mujeres, ya que todos juzgaban severamente todas y cada una de las acciones realizadas por todos los demás.
En la superficie, parecía que Chrysos y Fania estaban teniendo una conversación agradable. Sin embargo, naturalmente, eso no era todo lo que había que hacer. Mientras tanto, Fania se aseguraba de actuar con moderación hacia los nobles de su propio país, mientras también vigilaba a Latina y a los demás de Vassilios, que no estaban completamente familiarizados con la alta sociedad en Laband. Y también llevó a cabo sus deberes como consorte del segundo príncipe, para usar estas nuevas relaciones amistosas con su país vecino para fortalecer su propia posición.

Mientras tanto, frente a una dama proveniente de Laband, Chrysos actuó como embajadora de buena voluntad entre las naciones, mientras se aseguraba de usar líneas que no le harían daño a su país.

Este era el tipo de lugar aterrador en el que Latina se encontraba ahora, necesitando actuar como se esperaba de una princesa.

Incluso si se esperaba que Dale actuara de acuerdo con su posición, balancear una espada en la naturaleza le quedaba mejor. Considerando eso, era natural que él encontrara su estrecho actual desalentador.

“Mi hermana mayor parece estar bastante contenta de haber conocido al Rey de Oro”, dijo Gregor mientras miraba a Fania. También mostraba de vez en cuando en su rostro que ciertamente no quería acercarse más. Como nació en una familia reconocida, Gregor se crio más cerca de la alta sociedad que Dale, pero aun así le dio mayor importancia a su vida como guerrero.

La pareja dio largos suspiros en tándem perfecto.

“Bueno, parece que Latina siempre baja la guardia cuando estoy cerca, así que me quedaré un poco más lejos…”

Dale fue ante todo cuando se trataba de las personas que Latina dejaba que la adoraran. En este momento su nerviosismo estaba en su apogeo, pero él no podía ir a su lado y arriesgarse a tirarla al límite.

“Además, es mejor que yo sea el único que experimente ese lado lindo de Latina”.

Dale realmente nunca vaciló en sus creencias. En cierto modo, era casi admirable.

En cualquier caso, Latina cumplió con su deber de interpretar el papel de una princesa protegida de Vassilios, sin dejar que sus ataques ocasionales de mareo se mostraran en la superficie.

Sin embargo, en cuanto a la niña misma, dentro de su cabeza era como un conejito tembloroso con lágrimas en los ojos de principio a fin. Sin embargo, todos a su alrededor permanecían felizmente ignorantes de eso.

Y teniendo en cuenta que era una princesa de un país con el que no habían interactuado, se dio cuenta de que conocía bien su idioma y sus costumbres. Latina misma fue la única que no se dio cuenta de que daba esa impresión a quienes la miraban objetivamente.


Y Dale no tenía intención de decirle que la opinión de la Princesa de Hadas Platino estaba viendo un ascenso meteórico entre la alta sociedad Labandesa.

“Se acabó… Se acabó…”

En este momento, a pesar de su posición como la hermana del rey de una nación extranjera, se encontraba actualmente en la esquina de la cocina del Duque Eldstedt, puliendo los cubiertos con un paño mientras derramaba lágrimas y parecía una niña poseída. Por supuesto, dado que esta era la cocina de la familia noble más importante de Laband, todo ya estaba limpio y ordenado, por lo que no había ollas manchadas que realmente valieran la pena pulir.

Estoy en mi límite…

Al verla así, las esquinas de los ojos de Dale se calentaron y las lágrimas de simpatía comenzaron a caer inconscientemente por sus mejillas.

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